el profe y la subdirectora

HOLA GENTE P, HACE TIEMPO QUE NO HACIA UN RELATO, ESPERO ESTE ELS GUSTE, COMO SABEN SON PARTE DE MIS ANDANSAS COMO PROFESOR, DISFRUTENLO

Como ya saben soy o fui profesor en una escuela privada, si me han seguido han leído mis relatos, donde he compartido mis aventuras, así que hoy les dejo una más.
En el colegio donde trabajaba, existía el área de bachillerato, la subdirectora, una mujer ya madura, era realmente sexy, su andar por el colegio arrancaba suspiros de alumnos y profesores, entre ellos yo, con el paso del tiempo hicimos buena amistad, obviamente mis intenciones iban mas allá, aunque para mi fuera solo un sueño, el pensar, en poder estar con una mujer que me doblaba la edad.
Ella era morena, cabello corto con un look muy juvenil, casi todos los días usaba traje sastre, con falda corta, lo cual dejaba ver sus fuertes y bien torneadas piernas, en verdad para su edad y tener 3 hijas, su figura lucia exquisita.
Poco a poco nuestra amistad se fue haciendo mayor, siempre pasaba por mi salón y me saludaba con una sonrisa coqueta, a la hora de entrada, pasaba a saludarla para devolver la cortesía y ocasionalmente pasaba a despedirme a su oficina, paso l tiempo y en cierto sábado, que no había clases de bachillerato la encontré en su oficina, vestida de ropa muy casual, traía unos jeans ajustados los cuales me dejaron boquiabierto al ver sus caderas bien torneadas, supongo que ella se dio cuenta de mi sorpresa, ya que me dijo, “porque esa cara?” solo atine a responder “ es una sorpresa verte en sábado y vestida así” ella sonrió y me dijo “no te gusta?” y solo respondí “luces muy bien pero nunca te había visto así”, en fin me pidió que me sentara ya que estaba arreglando documentos y ya se había aburrido, así que comenzamos una amena charla, me conto que tenia tiempo sola, que le encantaba usar jeans por la razón de que no usaba ropa interior y se sentía muy cómoda. La charla me prendió no lo niego, mi cabeza trabajaba a mil, pensando cómo se vería sin esos jeans, sabiendo que debajo de ellos no traía nada, pensando que sería fácil bajarlos y ahí mismo tomarla, ufff, estaba alucinando, sin darme cuenta el tiempo voló y sin más ella me dijo que era hora de partir, pero que le gustaría que siguiéramos la charla con un café. Ese fue mi momento, supe que era mi oportunidad y no la iba a dejar ir.
Y así fue, desde ese momento salimos cada que podíamos, había besos, caricias, todo muy intenso, pero no llegaba el momento de hacerla mía, me estaba desesperando, la subdirectora, besaba como nadie, era tremendamente intensa, me moría de ganas por poseerla.
Después de un tiempo y con pocas esperanzas de comer tan ansiado manjar, pase a su oficina como acostumbraba a despedirme, no sé qué paso, solo nos comenzamos a besar, y en un momento ella le puso seguro a la puerta, por fin, llego el momento esperado, y así sin más, la recosté sobre su escritorio y sin más le levante si falda y de un jalón le baje las tangas, ella hábilmente me bajo l pantalón y mi miembro que estaba tan duro como un asta la penetro de golpe, ella soltó un pequeño gemido, ya que no podía ser tan expresiva, sin embargo note como gozaba ya que sus piernas me tenían trenzado como unas pinzas, cada vez que la penetraba ella apretaba mas y mas, de pronto me separo y se hinco me hiso una mamada inolvidable, la levante y de un golpe la voltee y la penetre por atrás, ella estaba rígida, pero mi pene estaba lubricado por su propia miel, así que fácilmente entro, tumbo las cosas de su escritorio, estaba incontrolable yo igual, nos olvidamos por un momento que estábamos en su oficina y así seguimos sin parar, al momento de venirme me salí y no pude hacer más que dejar correr mis fluidos sobre l escritorio, no podía ensuciarla, y así nos quedamos, exhaustos pero satisfechos, después de un momento nos acomodamos la ropa y Salí de su oficina, esa fue la única y última vez que estuve con la sexy subdirectora, ya que a la semana sig. Fue cambiada de colegio y nos perdimos la pista...

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