De repente me desperté. La primera sensación fue la de un calor intenso e incomodo en todo mi cuerpo. Poco a poco mi mente se fue aclarando y empecé a recordar lo que había sucedido. Acababa de tener un sueño erótico. No recordaba la ultima vez.
mi marido, seguía durmiendo. En un primer momento pensé en deslizar mi mano y agarrar su pija con fuerza, conocedora de su gusto por el sexo al alba pero decidí darme la vuelta e intentar volver a coger el hilo de aquel maravilloso sueño. Recordé al protagonista. Un desconocido, de unos 40 años y pelo canoso pero no pude recordar mucho más pese a mis esfuerzos.
A las 6:50, como cada mañana, el molesto ruido de ese maldito despertador que algún día cambiaré, me recordaba que debía empezar mi día.
La mañana era lluviosa, de esas mañanas que hacen que tengas la cabeza algo espesa. El día que me esperaba en la oficina no era muy esperanzador, rodeada de informes, ruido, gente... De repente mi vino de nuevo a la cabeza el sueño de la pasada noche. ¿Que hacía yo, una chica de 24 soñando con un desconocido ... soy una chica que piensa demasiado en el sexo, soy de esas que tiene fantasías ocultas, pero por algún motivo ese sueño me excitaba mas que otras fantasias. Me recordaba entre sus firmes manos, su olor, su suave voz susurrándome al oído mientras me penetraba con cierta dureza. Sin darme casi ni cuanta y sin saber muy bien como, llegué a la oficina y de nuevo regresé a la realidad.
Ya bien entrada la mañana, no podía dejar de recordar una y otra vez lo ocurrido. Cuanto más lo recordaba más me excitaba. Tenia unas ganas locas de masturbarme. Llegué a pensar en la opción de ir a los baños y acabar de una vez con esa sensación, pero no tuve valor.
Pasaron las semanas y no había vuelto a pensar en ello, pero todo cambio cuando lo vi a el.
Había decidido pasar la tarde en un famoso centro comercial
Quería comprarme unas botas y después de mirar en diferentes tiendas, por fin vi unas que me convencieron Al entrar, no presté mucha atención a nada, puesto que fui directa a las botas, pero de repente una suave voz " Disculpe,¿la puedo ayudar en algo?". Lo primero que me sorprendió fue que fuese un hombre el que me atendiera Luego su edad, así a simple vista un hombre de unos 40 y pocos, muy bien arreglado. Finalmente le pregunté por las botas. quise probármelas y fue entonces cuando de nuevo el sueño de aquella noche apareció en mi cabeza y como las ultimas veces, acompañado de un cosquilleo que hacía que mi cuerpo tuviese la típica reacción química de cuando una mujer se excita. En mi caso, mis mejiyas se ponen de un color rojo intenso tengo una ligera subida de la temperatura y mi panciita se tensa ligeramente por no hablar de mis jugos que aumenta considerablemente.
Allí estaba, sentada con la intención de probarme las botas. El señor que me atendía, muy amable, se ofreció a darme una mano puesto que las botas eran de esas tan altas un tanto incomodas de poner. No sé si fue la manera en que sostenía mi pierna o el modo de agarrar el tobillo que sin querer solté un ligero suspiro. De repente aquel hombre, que no se parecía más que en la edad al de mi sueño y al que hasta ese momento no le había prestado mucha atención, me resulto de los más atractivo.
Mediría aproximadamente un metro noventa centímetros acompañados de un cuerpo más bien atlético. Tenía un cabello oscuro perfectamente cortado y unos ojos claros que cuando por fin les presté atención me cautivaron y sus manos eran firmes y grandes.
El hombre al oír mi suspiro clavo sus ojazos en mi y se sonrió.
Las botas no me calzaban del todo bien y me comento que tal vez un numero más podría ser perfecto. Evidentemente yo hacía ya mucho rato que me había olvidado
Al parecer un numero más era posible pero no en el color que inicialmente me había llamado la atención. Aun no se porque motivo, el señor de los ojazos me invitó a pasar a la parte de atras del negocio para poder decidirme por un color o bien elegir otro modelo muy parecido. Me pareció extraño pero accedí y sin saber bien bien como, ni porque, de repente estaba en un pequeño almacén lleno de cajas y muy estrecho frente al hombre que por fin, podría hacer que desapareciera de una vez por todas aquel sueño y aquellas imágenes que me venían a la cabeza desde aquella noche que me desperté sudada y excitada...... CONTINUARA!!!
mi marido, seguía durmiendo. En un primer momento pensé en deslizar mi mano y agarrar su pija con fuerza, conocedora de su gusto por el sexo al alba pero decidí darme la vuelta e intentar volver a coger el hilo de aquel maravilloso sueño. Recordé al protagonista. Un desconocido, de unos 40 años y pelo canoso pero no pude recordar mucho más pese a mis esfuerzos.
A las 6:50, como cada mañana, el molesto ruido de ese maldito despertador que algún día cambiaré, me recordaba que debía empezar mi día.
La mañana era lluviosa, de esas mañanas que hacen que tengas la cabeza algo espesa. El día que me esperaba en la oficina no era muy esperanzador, rodeada de informes, ruido, gente... De repente mi vino de nuevo a la cabeza el sueño de la pasada noche. ¿Que hacía yo, una chica de 24 soñando con un desconocido ... soy una chica que piensa demasiado en el sexo, soy de esas que tiene fantasías ocultas, pero por algún motivo ese sueño me excitaba mas que otras fantasias. Me recordaba entre sus firmes manos, su olor, su suave voz susurrándome al oído mientras me penetraba con cierta dureza. Sin darme casi ni cuanta y sin saber muy bien como, llegué a la oficina y de nuevo regresé a la realidad.
Ya bien entrada la mañana, no podía dejar de recordar una y otra vez lo ocurrido. Cuanto más lo recordaba más me excitaba. Tenia unas ganas locas de masturbarme. Llegué a pensar en la opción de ir a los baños y acabar de una vez con esa sensación, pero no tuve valor.
Pasaron las semanas y no había vuelto a pensar en ello, pero todo cambio cuando lo vi a el.
Había decidido pasar la tarde en un famoso centro comercial
Quería comprarme unas botas y después de mirar en diferentes tiendas, por fin vi unas que me convencieron Al entrar, no presté mucha atención a nada, puesto que fui directa a las botas, pero de repente una suave voz " Disculpe,¿la puedo ayudar en algo?". Lo primero que me sorprendió fue que fuese un hombre el que me atendiera Luego su edad, así a simple vista un hombre de unos 40 y pocos, muy bien arreglado. Finalmente le pregunté por las botas. quise probármelas y fue entonces cuando de nuevo el sueño de aquella noche apareció en mi cabeza y como las ultimas veces, acompañado de un cosquilleo que hacía que mi cuerpo tuviese la típica reacción química de cuando una mujer se excita. En mi caso, mis mejiyas se ponen de un color rojo intenso tengo una ligera subida de la temperatura y mi panciita se tensa ligeramente por no hablar de mis jugos que aumenta considerablemente.
Allí estaba, sentada con la intención de probarme las botas. El señor que me atendía, muy amable, se ofreció a darme una mano puesto que las botas eran de esas tan altas un tanto incomodas de poner. No sé si fue la manera en que sostenía mi pierna o el modo de agarrar el tobillo que sin querer solté un ligero suspiro. De repente aquel hombre, que no se parecía más que en la edad al de mi sueño y al que hasta ese momento no le había prestado mucha atención, me resulto de los más atractivo.
Mediría aproximadamente un metro noventa centímetros acompañados de un cuerpo más bien atlético. Tenía un cabello oscuro perfectamente cortado y unos ojos claros que cuando por fin les presté atención me cautivaron y sus manos eran firmes y grandes.
El hombre al oír mi suspiro clavo sus ojazos en mi y se sonrió.
Las botas no me calzaban del todo bien y me comento que tal vez un numero más podría ser perfecto. Evidentemente yo hacía ya mucho rato que me había olvidado
Al parecer un numero más era posible pero no en el color que inicialmente me había llamado la atención. Aun no se porque motivo, el señor de los ojazos me invitó a pasar a la parte de atras del negocio para poder decidirme por un color o bien elegir otro modelo muy parecido. Me pareció extraño pero accedí y sin saber bien bien como, ni porque, de repente estaba en un pequeño almacén lleno de cajas y muy estrecho frente al hombre que por fin, podría hacer que desapareciera de una vez por todas aquel sueño y aquellas imágenes que me venían a la cabeza desde aquella noche que me desperté sudada y excitada...... CONTINUARA!!!
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