Estoy de vuelta, antés que nada voy a agradecer a todos por los comentarios del post. La mayoría me alentaron a compartir más relatos de mis relaciones intimas.
Lo siguiente me ocurrió hace más de un año, cuando me encontré con un alumno de mi escuela,
en un restaurante.
Fué un sábado a la noche, habia ido con unas amigas a cenar afuera, mientras esparabamos al mozo
empecé a recorrer con mi mirada el lugar. En un momento reconocí a Nahuel, un alumno del colegio donde
dicto clases, con una seña me saludó.
Estabamos distanciados por dos mesas, casi enfrentadas. Él estaba sentado con un chico de su edad,
parecia ser su hermano y acompañado de su padre, Sergio.
A él lo habia visto una vez, en una reunión escolar
de padres, pero no llegamos a conversar. Me ha pasado con algunos padres, con excusas ó
aprovechando la inquietud por los estudios de sus hijos, de tirarme los galgos.
Con el padre de Nahuel, esto no ocurrió, lo cual lamenté. Es un señor cuarentón, alto, casi pelado, ojos
oscuros y de buen fisico, y me habia enterado por parte de Nahuel que estaba separado.
Mientras ordenamos la comida al mozo, aproveché para dirigir mi mirada al padre de mi alumno, y cada tanto
él giraba su cabeza para mirarme. Sus hijos por suerte, no parecian percatarse de lo que ocurria.
Cuando vuelve a mirar hacia mi mesa, aproveché para llevar un pedazo de pan a mi boca, mientras lo miraba
fijo a él.
Se notaba en su cara mucha exitación, que intentaba disimular. No le habra resultado fácil, ya que tenia una vista
privilegiada de mis pechos que asomaban de mi remera negra muy escotada y también llevaba puesto un jean apretado y tacos. Para que pueda verme en todo mi esplendor, antés que llegara la comida, me levanté para ir al baño.
Pasé muy cerca de la mesa de mi alumno y su familia, tratando de no mirar, en el camino llego a saludar con
mi mano a Nahuel, que me miraba fijo. No era nuevo para mi, era unos de mis alumnos que más me observaba
en clases, aunque lo hacia con un poco de timidez.
Cuando regresé a mi asiento, llegué a notar la mirada laciva de Sergio hacia mi cola. Mientras comiamos, intercambiavamos miradas con el padre de Nahuel, que cada tanto volteaba su cabeza hacia mi mesa.
En un momento veo que Sergio le hace seña al mozo, para pagarle, se notaba que estaba con mucha prisa.
Nosotras seguiamos comiendo, y llegaban bebidas a nuestra mesa. Poco después veo que Nahuel junto con
su hermano y su padre se estaban retirando, en camino hacia la puerta del restaurante, mi alumno atina a despedirse de lejos con su mano.
Me pusó triste ver que el padre de Nahuel se fué tan pronto, pero en mi interior, sabia que iba a terminar así
ese encuentro,
Después de un buen rato de haber terminado de cenar y charlar un poco con mis amigas, pedimos la cuenta y no dirigimos hacia la puerta del restaurante.
Una vez afuera, estabamos decidiendo como volvernos. Cuando miré hacia la calle de enfrente,
lo ví a Sergio parado, solo al lado de su auto. Cruzó la calle y se dirigió a mi, y me preguntó: -Te puedo alcanzar hasta algún lado?
Mis amigas entendieron la situación, y decidieron alejarse, y saludandome se fueron caminando juntas.
Quedamos él y yo sólos en la vereda, lo miré y le dijé: - Me haces un favor, yo estoy mucho más lejos de acá que mis amigas-.
Subimos a su auto, y estando en el asiento de acompañante le pregunté: -Tus hijos no estan con vos?-
me contestó:- Hace un rato los dejé en la casa de su madre, para poder pasar por vos-
Nos miramos a los ojos, y al instante me empezó a besar mi boca desesperadamente, le acariciaba detrás de sus orejas, mientras el me agararaba de mi pelo.
Le pedí que me llevara hasta mi casa, y entusiasmado arrancó el auto. Cuando llegamos lo invité a entrar a mi casa para tomar un café.
Entre besos y carisias en el rostro,-Como tomas el café?- le pregunté, -Con azucar y leche- me dijó. Me diriigí hacia la cocina, mientras calentaba el agua y sacaba dos tazas, lo miré y le dijé: -Va tener que ser café con azucar, porque leche no compré-.Se me acercó y me dijó de cerca: -Esta bien lo tomo así, pero el tuyo va ser con mucha leche-
Mientras preparaba el café en la cocina, Sergio me acariciaba mis tetas, estando detrás mio, y apoyaba su bulto en mis nalgas. Giré mi cabeza para que me besé en la boca, mientras él me bajaba mi jean y acariciaba mi cintura.
Quedé con la remera y mi tanga blanca puesta, bruscamente me hace girar quedando enfrente suyo. Entre besos, levanté mis brazos y saqué rápido mi remera, quedando en ropa interior.
Empezó a besar mis pechos desesperadamente, hasta sacarme mi corpiño, y chupó mis pezones, lo único que hicé fué gemir. Sigió besandome hasta llegar a mi cintura, y corrió mi bombacha al costado y pasó su lengua por mi vagina. Mis piernas me temblaban, y estaba disfrutandó mucho, en un momento empezó a hervir el agua. Le hicé seña a Sergio para que se detenga, apagué la ornalla, y nos dirigimos a mi cuarto.
Me senté en mi cama, mientras se sacaba su camisa. Sin dejar de verlo a los ojos, le bajé la bragueta, hasta que de su boxer salió su miembro erecto, era de 15 cm, pero muy guesa y cabezona. Lo empecé acariciar hasta llevar su verga a mi boca, se la chupé hasta tragarla toda. Me sujetó de mi pelo llevandome hacia él para que siga chupandosela. Se detuvó y luego se acostó encima mio, me sacó la bombacha y empezo a lamer mi vagina.
Estuvó tanto tiempo ocupandose de que yo disfrute, que después de que su lengua lamió mi clitoris, llegué a mi primer orgasmo, tan grande que lo notó.
Ahora sabia que le tocaba el turno a él, me arrodillé y volví a chupar su verga con muchas más ganas, mientras él estaba sentado en la cama. Un rato después, me agarró de mi nuca llevandome hacia él, y sentí como largaba unos chorros de leche en mi garganta. Tragué toda su leche calentita, mientras lo miraba.
Nos vestimos, y decidimos dejarlo ahíy no seguir, porque él no tenia preservativo. Fuimos a la cocina y tomamos el café, charlamos un ratito, y me pidió mi número de teléfono. Lo acompañé hasta la puerta, despiendolo hasta el próximo encuentro, ambos habiamos quedado con ganas de hacer más.
El lunes a la mañana fuí a dar clase en el curso de Nahuel, como si no hubiese pasado nada. Pero durante la clase noté que me miraba mucho más y más deshinibido. En el recreo se me acercó y me dijó: -Profe, la ví este fin de semana, no me acerqué a saludarla porque la ví acompañada y yo estaba con mi papá y mi hermano.-
Le contesté: -Si, te ví, nos cruzamos de casualidad- con una sornrisa en su rostro me dijó: - Espero que se repita-
repondí: -Seguro va ser así, mandale saludos a tu hermano y a tu papá-.
Lo siguiente me ocurrió hace más de un año, cuando me encontré con un alumno de mi escuela,
en un restaurante.
Fué un sábado a la noche, habia ido con unas amigas a cenar afuera, mientras esparabamos al mozo
empecé a recorrer con mi mirada el lugar. En un momento reconocí a Nahuel, un alumno del colegio donde
dicto clases, con una seña me saludó.
Estabamos distanciados por dos mesas, casi enfrentadas. Él estaba sentado con un chico de su edad,
parecia ser su hermano y acompañado de su padre, Sergio.
A él lo habia visto una vez, en una reunión escolar
de padres, pero no llegamos a conversar. Me ha pasado con algunos padres, con excusas ó
aprovechando la inquietud por los estudios de sus hijos, de tirarme los galgos.
Con el padre de Nahuel, esto no ocurrió, lo cual lamenté. Es un señor cuarentón, alto, casi pelado, ojos
oscuros y de buen fisico, y me habia enterado por parte de Nahuel que estaba separado.
Mientras ordenamos la comida al mozo, aproveché para dirigir mi mirada al padre de mi alumno, y cada tanto
él giraba su cabeza para mirarme. Sus hijos por suerte, no parecian percatarse de lo que ocurria.
Cuando vuelve a mirar hacia mi mesa, aproveché para llevar un pedazo de pan a mi boca, mientras lo miraba
fijo a él.
Se notaba en su cara mucha exitación, que intentaba disimular. No le habra resultado fácil, ya que tenia una vista
privilegiada de mis pechos que asomaban de mi remera negra muy escotada y también llevaba puesto un jean apretado y tacos. Para que pueda verme en todo mi esplendor, antés que llegara la comida, me levanté para ir al baño.
Pasé muy cerca de la mesa de mi alumno y su familia, tratando de no mirar, en el camino llego a saludar con
mi mano a Nahuel, que me miraba fijo. No era nuevo para mi, era unos de mis alumnos que más me observaba
en clases, aunque lo hacia con un poco de timidez.
Cuando regresé a mi asiento, llegué a notar la mirada laciva de Sergio hacia mi cola. Mientras comiamos, intercambiavamos miradas con el padre de Nahuel, que cada tanto volteaba su cabeza hacia mi mesa.
En un momento veo que Sergio le hace seña al mozo, para pagarle, se notaba que estaba con mucha prisa.
Nosotras seguiamos comiendo, y llegaban bebidas a nuestra mesa. Poco después veo que Nahuel junto con
su hermano y su padre se estaban retirando, en camino hacia la puerta del restaurante, mi alumno atina a despedirse de lejos con su mano.
Me pusó triste ver que el padre de Nahuel se fué tan pronto, pero en mi interior, sabia que iba a terminar así
ese encuentro,
Después de un buen rato de haber terminado de cenar y charlar un poco con mis amigas, pedimos la cuenta y no dirigimos hacia la puerta del restaurante.
Una vez afuera, estabamos decidiendo como volvernos. Cuando miré hacia la calle de enfrente,
lo ví a Sergio parado, solo al lado de su auto. Cruzó la calle y se dirigió a mi, y me preguntó: -Te puedo alcanzar hasta algún lado?
Mis amigas entendieron la situación, y decidieron alejarse, y saludandome se fueron caminando juntas.
Quedamos él y yo sólos en la vereda, lo miré y le dijé: - Me haces un favor, yo estoy mucho más lejos de acá que mis amigas-.
Subimos a su auto, y estando en el asiento de acompañante le pregunté: -Tus hijos no estan con vos?-
me contestó:- Hace un rato los dejé en la casa de su madre, para poder pasar por vos-
Nos miramos a los ojos, y al instante me empezó a besar mi boca desesperadamente, le acariciaba detrás de sus orejas, mientras el me agararaba de mi pelo.
Le pedí que me llevara hasta mi casa, y entusiasmado arrancó el auto. Cuando llegamos lo invité a entrar a mi casa para tomar un café.
Entre besos y carisias en el rostro,-Como tomas el café?- le pregunté, -Con azucar y leche- me dijó. Me diriigí hacia la cocina, mientras calentaba el agua y sacaba dos tazas, lo miré y le dijé: -Va tener que ser café con azucar, porque leche no compré-.Se me acercó y me dijó de cerca: -Esta bien lo tomo así, pero el tuyo va ser con mucha leche-
Mientras preparaba el café en la cocina, Sergio me acariciaba mis tetas, estando detrás mio, y apoyaba su bulto en mis nalgas. Giré mi cabeza para que me besé en la boca, mientras él me bajaba mi jean y acariciaba mi cintura.
Quedé con la remera y mi tanga blanca puesta, bruscamente me hace girar quedando enfrente suyo. Entre besos, levanté mis brazos y saqué rápido mi remera, quedando en ropa interior.
Empezó a besar mis pechos desesperadamente, hasta sacarme mi corpiño, y chupó mis pezones, lo único que hicé fué gemir. Sigió besandome hasta llegar a mi cintura, y corrió mi bombacha al costado y pasó su lengua por mi vagina. Mis piernas me temblaban, y estaba disfrutandó mucho, en un momento empezó a hervir el agua. Le hicé seña a Sergio para que se detenga, apagué la ornalla, y nos dirigimos a mi cuarto.
Me senté en mi cama, mientras se sacaba su camisa. Sin dejar de verlo a los ojos, le bajé la bragueta, hasta que de su boxer salió su miembro erecto, era de 15 cm, pero muy guesa y cabezona. Lo empecé acariciar hasta llevar su verga a mi boca, se la chupé hasta tragarla toda. Me sujetó de mi pelo llevandome hacia él para que siga chupandosela. Se detuvó y luego se acostó encima mio, me sacó la bombacha y empezo a lamer mi vagina.
Estuvó tanto tiempo ocupandose de que yo disfrute, que después de que su lengua lamió mi clitoris, llegué a mi primer orgasmo, tan grande que lo notó.
Ahora sabia que le tocaba el turno a él, me arrodillé y volví a chupar su verga con muchas más ganas, mientras él estaba sentado en la cama. Un rato después, me agarró de mi nuca llevandome hacia él, y sentí como largaba unos chorros de leche en mi garganta. Tragué toda su leche calentita, mientras lo miraba.
Nos vestimos, y decidimos dejarlo ahíy no seguir, porque él no tenia preservativo. Fuimos a la cocina y tomamos el café, charlamos un ratito, y me pidió mi número de teléfono. Lo acompañé hasta la puerta, despiendolo hasta el próximo encuentro, ambos habiamos quedado con ganas de hacer más.
El lunes a la mañana fuí a dar clase en el curso de Nahuel, como si no hubiese pasado nada. Pero durante la clase noté que me miraba mucho más y más deshinibido. En el recreo se me acercó y me dijó: -Profe, la ví este fin de semana, no me acerqué a saludarla porque la ví acompañada y yo estaba con mi papá y mi hermano.-
Le contesté: -Si, te ví, nos cruzamos de casualidad- con una sornrisa en su rostro me dijó: - Espero que se repita-
repondí: -Seguro va ser así, mandale saludos a tu hermano y a tu papá-.
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