Esta historia tiene lugar hace un par de años. Conocí a Alejandra por medio de una red social y fuimos generando onda de a poco. Casi todas las noches era costumbre hablar un par de horas y desearnos buenas noches. Las charlas fueron tomando confianza y después de un par de fotos también tomaron intimidades, secretos, fantasías y morbo. Siempre la invite a que nos conociéramos personalmente y tuvimos unos amagues raros pero siempre le daba un poco de miedo. Fueron más de 4 meses de acumular ganas, las charlas se pusieron re calientes hasta el punto de que me confesó que en unas cuantas llegó a mojarse toda la tanga leyendo los gustos y las experiencias que tuve durante mi vida sexual. Sin mas introducción les comento lo que aconteció..
Todo comenzó una mañana en mi oficina, con mi café cortado y un par de medialunas me dispuse a responder mails de algunos clientes y amigos. La sorpresa fue grande cuando encontré el mensaje de Alejandra dispuesta a esa invitación insistente, le tenía unas ganas terribles!! Imagínense lo contento que estaba al leerlo, de tan solo imaginarme haciéndole un desastre en su cuerpo produjo una media erección que me incomodaba por que el pantalón no es lo más cómodo para eso. Paso siguiente fue responder automáticamente el mensaje para concretar una de mis fantasías inconclusas “tener sexo con una mina que conocí en internet”. Durante esa mañana intercambiamos mensajes, fijamos día, lugar y hora para consumar dicho encuentro.
Todo este asunto me resultaba un tanto extraño a mis 30, recuerdo que cuando salía de boliche en boliche solo ganabas una mina si te la chamullabas toda la noche, y yo había nacido para eso, podía pasar toda una noche seduciendo a mi presa, me gustaba la sensación de conquista después de tanto laburo. En fin, esto era nuevo porque era como una cita a ciegas en donde sabia que la iba a terminar poniendo sin tener que remar para ello. Lo único que conocía de Alejandra era una de esas fotos que pones de perfil y los relatos que compartía a altas horas de la madrugada cosa que algunos me provocaron mucha calentura en su momento. Por todo esto mi actitud fue la de tomarlo como si se tratase de una cita formal con alguna mina copada. No sé si era un indicio pero tenía la sensación de ya conocer bastante de su personalidad por sus historias, eso era un golazo porque teníamos gustos similares y era lo que aseguraba que la íbamos a pasar bien.
Fue un día viernes por la noche. Me había producido para tal ocasión: un buen rato en la bañera como terapia relajante, un yean azul con remera negra y buzo, y estrenaba un bóxer negro que seguro no me iba a durar mucho tiempo. Habíamos acordado para las 21hs, la pase a buscar con mi auto que había lavado esa misma tarde. Llegue a la esquina de encuentro, era una parada de bus llena de gente pero la reconocí al toque porque su cara ya destilaba una sonrisa picarona. Era semejante mina la perra, estaba bien maquillada y tenia puesto unas botas que le llegaban hasta las rodillas, un vestido negro con un escote discreto y corpiño rojo que hacían imaginarme el dibujo de sus pechos. Como buen caballero baje al primer encuentro y me presente con un beso (tenia piel cálida y suave como me gustan a mí), intercambiamos varias risas cómplices y le abrí la puerta del auto para salir a dar un par de vueltas. Dicen que la música se elige de acuerdo a la ocasión pero nunca compartí dicha idea, para mí lo mejor es lo que a uno lo mueve por eso en el estéreo sonaba un compilado de canciones de las bandas de rock nacional que mas me gustan. La lleve a cenar un bar que ya había decidido por que tiene esas mesas tipo reservados con sillones la poca luz del ambiente. Estábamos sentados de lado, y en un momento me recline hacia atrás subiendo las piernas al sillón y pegándome bien hacia ella le susurre al odio:
- Te parece si entramos un poquito más en confianza?
- Me parece una muy buena idea – contesto sabiendo que iba a empezar la verdadera noche pero intrigada a lo que podía hacerle ahí.
Entonces fue cuando con el tenedor le di de comer un par de quesitos de la picada mientras le mordía el cuello discretamente. Me encanto el sabor de su piel y el perfume me volvía loco. Ella reacciono con algunos cosquilleos y se dio vuelta para sellarnos el primer beso. Ricos labios, bien carnosos y después de un par de tragos de cerveza bien fría ya vinieron besos de lengua. La sentía muy suave, muy femenina y mientras nos comíamos enteros jugaba en mi mente de hombre la escena de esa lengua saboreando mi pija bien parada. Pedimos rápido el postre, yo con mis frutillas con crema ahora fue ella quien devolvió el favor y se acerco para darme de comer algunas mientras con una mano, la otra la apoyo sobre mi rodilla y empezó a subir lentamente, no llego a fondo por que en el camino se encontró con la cabeza de mi pene medio erecta que justamente caía para ese lado. Después de reconocer mi excitación automáticamente pedí la cuenta y la lleve directamente a mi casa. En el camino no aguantamos las ganas de seguir jugando y se abalanzo sobre mis yean sacándolo a media altura y dejándome en bóxer. Mi erección era tremenda y parecía que acumulaba más sangre en mi pedazo cada vez que se movían esas tetas en su escote que me estaba matando. Entre besos le dije:
- Es la hora que conozcas el pedazo de tronco que te vas a comer esta noche.
- Estoy ansiosa por sentirlo por todos lados – me retruco la muy loca mientras me sacaba el bóxer.
- Bueno Bony te presento a Alejandra – dije mirándome la verga, y como mi amigo tiene vida propia lo bautice con ese nombre hace muchos años.
- Jaja encantada Bony, sos grandote y duro como me gustan – le decía mirándolo mientras le daba un par de besos largos como presentación
Ya en mi casa lo primero que hice fue sacar un birra bien fría que tenía guardada, la lleve a la sala de juegos. Les cuento que la sala es el último piso de mi casa, tiene una biblioteca, una bicicleta y cinta, todos mis trofeos de mi vida deportiva, un LCD con home, enfrente un sillón y por sobre todas las cosas un pool profesional que iba a ser testigo de ese encuentro. Puse música de fondo y nos sentamos al toque a matarnos a besos en el sillón, cruzados de piernas lo primero que atine a tocar fue la espalda (a mi parecer dice la elegancia de la mujer) y el cuello. Me la comía a lengüetazos mientras la abrazaba y sentía sus tetas golpeándome el pecho. Me saco la remera y me besaba el pecho, yo no me quede atrás y fui sacándole el vestido por los hombros hasta que le quedo de cinturón por que ya se la había subido a la cintura de tanto movimiento. Ese conjunto rojo le quedaba bárbaro, y se movía tan bien que podía mezclar en la misma escena toda la sensualidad que tenia con lo bien perra que estaba. Ya había guardado en mi memoria esa imagen para siempre así que me senté en la alfombra de frente a ella para sacarle el corpiño. Tenía unas tetas barbarás, redonditas como me gustan y con una leve confirmación de la fuerza de la gravedad (me gustan como caen al natural). Las agarre con mis manos y las apreté fuerte, le estiraba los pezones que estaban hinchados, las acariciaba en círculos y las comencé a chupar con todas las ganas que había acumulado. Se le escaparon varios gemidos de placer, le mordía los pezones y las juntaba para hacerme la cabeza como quedarían con mi pedazo metido al medio. Todo eso duro como diez minutos hasta que la recosté hacia atrás para seguir lamiéndole la panza y bajar hasta la tanga, en eso la agarro de la cintura y la traigo hacia mi diciendole:
- Muero de ganas por chuparte toda esa conchita bombón.
- Que estas esperando papi, te deseo ahí abajo.
- Quiero hacerlo mejor así que veni conmigo – le dije mientras la agarre de la cintura, la subí a upa y la arrastre hasta el paño del pool.
- Ahora vas a saber lo que es disfrutar de una buena chupada de concha – le susurre.
- Soy toda tuya papi – y se entrego a la situación.
La separe de piernas y la acerque al borde de la mesa, le empecé a meter lengua mientras le acariciaba las piernas. Tenía la tanga empapada de líquidos vaginales, con tanto que había desparramado desde que empezó a mojarse creo que llenaba un chop entero de cerveza, y yo claro me le hubiera hecho fondo blanco. Recorrí con la lengua el borde de la tanga y lo separe hasta la otra punta, quedo al descubierto esa rayita tan rica que me estaba por comer. Estaba totalmente depilada cosa que me calentó mucho más y le hice volar la tanga. Recorrí todo el borde de esa concha hasta llegar al clítoris, lo succione mucho mientras ella ya tiraba gritos. Tanta saliva y jugos mezclados la habían lubricado por eso con su clítoris casi en mi garganta le metí un dedo bien adentro de la concha. Después fueron dos y un tercero quedo estimulándole el agujero del orto.
- Dale así, mas, más que siento que exploto – me dijo entrecortado.
Por lo que mis dedos se metieron más profundo y le chupaba la almeja con más fuerza. Ahí se vino en un grito incontrolable, no había dudas que había acabado como las mejores la muy guacha.
- Ahora me toca a mi viciosa, quiero verte como me comes toda la verga – le deje mientras me sacaba con la mano todos los jugos que desparramo la muy turra en mi boca.
- Serás complacido de la mejor manera – me tocaba el tronco mientras me apoyaba en el borde de la mesa.
Enseguida me saco el bóxer, se arrodillo mirándome la pija bien de cerca y comenzándome a hacer una paja. La tenía tan dura que podía romper hasta un ladrillo, la había llenado tanto de sangre que se veían como nunca mis venas, eso demostraba la calidad de mi erección.
- Nos vamos a llevar muy bien Bony! Sos como me gustan a mi así que relájate y disfruta mi lengua y mis labios que te van a volver loco– hablaba con mi pija sin darme bola a mí.
Pero tenía razón con que iba a disfrutar de una mamada de aquellas. Comenzó a lamerme la cabeza y meter la lengüita en mi ojito. Que placer!! Seguía con su lengua recorriendo cada centímetro hasta llegar a mis testículos y volvía para arriba. Cuando llegaba abajo se metía en la boca uno de mis huevos y lo succionaba bien fuerte, después con el otro. Ahora le tocaba el turno a mi tronco, veía como lo hacía desaparecer en su boca, se lo tragaba hasta el fondo con un poco de esfuerzo, yo sentía que la cabeza la estaba por perforar la garganta y eso me calentaba más. Siguió haciéndome una paja con una mano y con la boca a la vez. Mientras con la otra se estimulaba toda la concha que debería estar súper empapada. No soy de acabar muchas veces en una misma noche, soy más bien el tipo que te puede mantener cogiéndote por todos lados hasta que amanezca, pero esta trola me estaba sacando con la peteada, sentí como se llenaba de semen todo mi pedazo y fue imposible contenerlo. Explote dentro de su boca, creo que gran parte se la trago de una, se separo y saco la lengua esperando el resto. Seguía tirándole leche en la lengua cada 3 segundos, cada vez parecía como un orgasmo cualquiera, no tenia dirección por eso la mojaba en la cara, en el cuello y hasta en los pechos, la violencia de cada lechazo era impresionante:
- Mira toda la leche que me hiciste sacar putita? Ahora como premio trágatela toda y que no quede nada por ahí desperdiciado – le dije mientras sacaba la última gota de mi glande.
- Mmm… que rico papi!! Tanta leche para mi solita. Voy a tragarla toda.
Y fue cuando agarro mi verga para juntar todo lo que había por su cuerpo, la juntaba y se la llevaba a la boca. Se trago toda la leche como buena puta. Perdí un poco de rigidez pero no erección, seguía al palo como al principio. Ahí supimos que le tocaba disfrutar a la guachita.
La abrí de piernas contra el pool, le levanta la cola y comencé a chuparle la concha para lubricarla un poco. Un poco iluso lo mío, estaba más mojada que nunca, pero sirvió para que tirara un par de gemidos. Me agarre la verga y comencé a jugar, acariciaba con mi cabeza en su clítoris, cuando sin preámbulos se la metí de una hasta el fondo. Ella tiro el gemido placentero más fuerte de toda la noche. La empecé a bombear, la agarraba la cintura y escuchaba el chasquido de mis huevos en su pelvis. Le agarre la cabeza para morderle el cuello, empecé a manosearle las tetas y pellizcarle los pezones, los estiraba lo mas que podía. Ella estaba totalmente entregada a lo que quisiera:
- Te gusta trola como te cojo? Vas a saber lo que es sentir una buena verga dentro tuyo.
- Si papi, dámela toda, me encanta.
Miraba como le entraba y salía toda mi verga, le comencé a dar chirlos en la cola, salieron inconscientemente. Cambiamos para ir de nuevo al sillón, me senté bien cómodo y se puso de espaldas para enterrarla de a poco. Yo la agarraba del hombro y la tiraba para abajo, que sienta hasta el fondo mi pija. Después se dio vuelta, me comenzó a cabalgar de frente, yo le estiraba el clítoris y le agarraba el culo que por cierto era tremendo, fue ahí cuando siento que mi pija nadaba en el océano y veo como cae un chorro de flujos por mi verga, había acabado entre gritos otra vez. Fue automático nuestro pensamiento, yo ahora encima de ella era el paso que venía. La abrí bien de piernas mientras nos comíamos en un beso. Me abrazo con las dos manos, me acaricio la espalda, llego a mis nalgas y me empujo hacia ella, Bony ya sabía dónde tenía que jugar y entro como pancho por su casa. Me encantaba enterrarla en ese pedazo de carne, era tibia, puerca y sabia moverse. Se calentaba clavándome las uñas en la cola y yo me dejaba. Estuvimos así casi media hora hasta que se vino de nuevo. Las posiciones se fueron sucediendo, de costado, con una pierna levantada, en el pool piernas abiertas y de rodillas, en la ventana ella arrodillada mirando todo el barrio desde arriba como gritándole que tenía ganas de mas.
Hasta que volvimos nuevamente al sillón. Medio exhaustos los dos pero yo sabía que venía una de las partes que mas me gustan, hacer la colita. Soy un adicto anal, una buena sesión de sexo necesariamente tiene que terminar así. En mi vida desvirgué más culos que conchas, era pecado para mí estar con una nena que no sepa disfrutar del sexo añal y la verdad que ninguna se había arrepentido, muchas hoy son adictas. Pero volviendo al relato , me tomo el tiempo para hacerlo y si es la primera vez hasta con paciencia y lubricante. Entonces con todo placer dije:
- Mami ahora vas a arrodillarte y te vamos a hacer la cola. Voy a disfrutar ese pedazo de ojete que me calentó desde que te vi en tanga.
- Mi cola es toda tuya, haceme lo que quieras – retruco segura de lo que vendría.
Fue cuando disfrute viendo todo ese súper culo apuntándome. Lo empecé a morder, acariciar y recorrer con mi lengua el agujerito. Me calentaba pasar mi lengua por ahí. Ahora bien lubricado fue hundiendo un dedo para comenzar a abrir paso a la sesión anal. Sentía un culo suave, apretado, con movimientos cada vez más rápidos mi dedo empezó a entrar y salir sin demasiados problemas. Me di cuenta que estaba preparado y necesitaba más. Comencé a apoyar mi cabeza bien hinchada por toda la raya. Ella no aguantaba más y me pidió que se la meta. Sus reclamos fueron escuchados y con un empujón brusco enterré mi cabeza en su orto. Qué lindo espectáculo es ver eso! Ella se movía de a poco tratando de acomodarsela para darle continuidad a cada centímetro que entraba. Gritaba con placer y dolor. Hasta que en un momento sentí mis huevos tocar lo mojado de esa conchita, síntoma de que la tenia enterrada hasta el fondo. De a poco agilice los movimientos y ya no tenía piedad de ella. Tremenda culeada le estaba brindando y las posiciones se sucedieron por doquier. En un momento me encuentro sentado en el sillón con Ale arriba y de espalda, agarrándola de la cintura con mi poronga abriendo cada vez más ese agujero de placer. La sentí hinchada más de la cuenta y le dije,
- Te voy a acabar mami, decime en donde la queres? Y se dio vuelta de rodillas para empezar a chupármela con mucha fuerza.
- La quiero en toda la boca. No quiero desperdiciar nada. Damela!
Y entonces salió un chorro tras otro de leche más espesa que la anterior vez, con más cuerpo y hasta con más calentura. Jugaba con todo lo que quedaba y se lo tragaba de a poco. Mientras yo me relajaba y disfrutaba de tal espectáculo.
Después de eso vino un beso como asintiendo lo bien que la pasamos. Se quedo en casa esa noche, dormimos desnudos y abrazados. A la mañana siguiente se vino otro buen mañanero y después la alcance hasta la misma parada que la recogí.
Bue…. Una experiencia muy linda con Alejandra, toda una bomba en la cama, claro que no fue la única
Todo comenzó una mañana en mi oficina, con mi café cortado y un par de medialunas me dispuse a responder mails de algunos clientes y amigos. La sorpresa fue grande cuando encontré el mensaje de Alejandra dispuesta a esa invitación insistente, le tenía unas ganas terribles!! Imagínense lo contento que estaba al leerlo, de tan solo imaginarme haciéndole un desastre en su cuerpo produjo una media erección que me incomodaba por que el pantalón no es lo más cómodo para eso. Paso siguiente fue responder automáticamente el mensaje para concretar una de mis fantasías inconclusas “tener sexo con una mina que conocí en internet”. Durante esa mañana intercambiamos mensajes, fijamos día, lugar y hora para consumar dicho encuentro.
Todo este asunto me resultaba un tanto extraño a mis 30, recuerdo que cuando salía de boliche en boliche solo ganabas una mina si te la chamullabas toda la noche, y yo había nacido para eso, podía pasar toda una noche seduciendo a mi presa, me gustaba la sensación de conquista después de tanto laburo. En fin, esto era nuevo porque era como una cita a ciegas en donde sabia que la iba a terminar poniendo sin tener que remar para ello. Lo único que conocía de Alejandra era una de esas fotos que pones de perfil y los relatos que compartía a altas horas de la madrugada cosa que algunos me provocaron mucha calentura en su momento. Por todo esto mi actitud fue la de tomarlo como si se tratase de una cita formal con alguna mina copada. No sé si era un indicio pero tenía la sensación de ya conocer bastante de su personalidad por sus historias, eso era un golazo porque teníamos gustos similares y era lo que aseguraba que la íbamos a pasar bien.
Fue un día viernes por la noche. Me había producido para tal ocasión: un buen rato en la bañera como terapia relajante, un yean azul con remera negra y buzo, y estrenaba un bóxer negro que seguro no me iba a durar mucho tiempo. Habíamos acordado para las 21hs, la pase a buscar con mi auto que había lavado esa misma tarde. Llegue a la esquina de encuentro, era una parada de bus llena de gente pero la reconocí al toque porque su cara ya destilaba una sonrisa picarona. Era semejante mina la perra, estaba bien maquillada y tenia puesto unas botas que le llegaban hasta las rodillas, un vestido negro con un escote discreto y corpiño rojo que hacían imaginarme el dibujo de sus pechos. Como buen caballero baje al primer encuentro y me presente con un beso (tenia piel cálida y suave como me gustan a mí), intercambiamos varias risas cómplices y le abrí la puerta del auto para salir a dar un par de vueltas. Dicen que la música se elige de acuerdo a la ocasión pero nunca compartí dicha idea, para mí lo mejor es lo que a uno lo mueve por eso en el estéreo sonaba un compilado de canciones de las bandas de rock nacional que mas me gustan. La lleve a cenar un bar que ya había decidido por que tiene esas mesas tipo reservados con sillones la poca luz del ambiente. Estábamos sentados de lado, y en un momento me recline hacia atrás subiendo las piernas al sillón y pegándome bien hacia ella le susurre al odio:
- Te parece si entramos un poquito más en confianza?
- Me parece una muy buena idea – contesto sabiendo que iba a empezar la verdadera noche pero intrigada a lo que podía hacerle ahí.
Entonces fue cuando con el tenedor le di de comer un par de quesitos de la picada mientras le mordía el cuello discretamente. Me encanto el sabor de su piel y el perfume me volvía loco. Ella reacciono con algunos cosquilleos y se dio vuelta para sellarnos el primer beso. Ricos labios, bien carnosos y después de un par de tragos de cerveza bien fría ya vinieron besos de lengua. La sentía muy suave, muy femenina y mientras nos comíamos enteros jugaba en mi mente de hombre la escena de esa lengua saboreando mi pija bien parada. Pedimos rápido el postre, yo con mis frutillas con crema ahora fue ella quien devolvió el favor y se acerco para darme de comer algunas mientras con una mano, la otra la apoyo sobre mi rodilla y empezó a subir lentamente, no llego a fondo por que en el camino se encontró con la cabeza de mi pene medio erecta que justamente caía para ese lado. Después de reconocer mi excitación automáticamente pedí la cuenta y la lleve directamente a mi casa. En el camino no aguantamos las ganas de seguir jugando y se abalanzo sobre mis yean sacándolo a media altura y dejándome en bóxer. Mi erección era tremenda y parecía que acumulaba más sangre en mi pedazo cada vez que se movían esas tetas en su escote que me estaba matando. Entre besos le dije:
- Es la hora que conozcas el pedazo de tronco que te vas a comer esta noche.
- Estoy ansiosa por sentirlo por todos lados – me retruco la muy loca mientras me sacaba el bóxer.
- Bueno Bony te presento a Alejandra – dije mirándome la verga, y como mi amigo tiene vida propia lo bautice con ese nombre hace muchos años.
- Jaja encantada Bony, sos grandote y duro como me gustan – le decía mirándolo mientras le daba un par de besos largos como presentación
Ya en mi casa lo primero que hice fue sacar un birra bien fría que tenía guardada, la lleve a la sala de juegos. Les cuento que la sala es el último piso de mi casa, tiene una biblioteca, una bicicleta y cinta, todos mis trofeos de mi vida deportiva, un LCD con home, enfrente un sillón y por sobre todas las cosas un pool profesional que iba a ser testigo de ese encuentro. Puse música de fondo y nos sentamos al toque a matarnos a besos en el sillón, cruzados de piernas lo primero que atine a tocar fue la espalda (a mi parecer dice la elegancia de la mujer) y el cuello. Me la comía a lengüetazos mientras la abrazaba y sentía sus tetas golpeándome el pecho. Me saco la remera y me besaba el pecho, yo no me quede atrás y fui sacándole el vestido por los hombros hasta que le quedo de cinturón por que ya se la había subido a la cintura de tanto movimiento. Ese conjunto rojo le quedaba bárbaro, y se movía tan bien que podía mezclar en la misma escena toda la sensualidad que tenia con lo bien perra que estaba. Ya había guardado en mi memoria esa imagen para siempre así que me senté en la alfombra de frente a ella para sacarle el corpiño. Tenía unas tetas barbarás, redonditas como me gustan y con una leve confirmación de la fuerza de la gravedad (me gustan como caen al natural). Las agarre con mis manos y las apreté fuerte, le estiraba los pezones que estaban hinchados, las acariciaba en círculos y las comencé a chupar con todas las ganas que había acumulado. Se le escaparon varios gemidos de placer, le mordía los pezones y las juntaba para hacerme la cabeza como quedarían con mi pedazo metido al medio. Todo eso duro como diez minutos hasta que la recosté hacia atrás para seguir lamiéndole la panza y bajar hasta la tanga, en eso la agarro de la cintura y la traigo hacia mi diciendole:
- Muero de ganas por chuparte toda esa conchita bombón.
- Que estas esperando papi, te deseo ahí abajo.
- Quiero hacerlo mejor así que veni conmigo – le dije mientras la agarre de la cintura, la subí a upa y la arrastre hasta el paño del pool.
- Ahora vas a saber lo que es disfrutar de una buena chupada de concha – le susurre.
- Soy toda tuya papi – y se entrego a la situación.
La separe de piernas y la acerque al borde de la mesa, le empecé a meter lengua mientras le acariciaba las piernas. Tenía la tanga empapada de líquidos vaginales, con tanto que había desparramado desde que empezó a mojarse creo que llenaba un chop entero de cerveza, y yo claro me le hubiera hecho fondo blanco. Recorrí con la lengua el borde de la tanga y lo separe hasta la otra punta, quedo al descubierto esa rayita tan rica que me estaba por comer. Estaba totalmente depilada cosa que me calentó mucho más y le hice volar la tanga. Recorrí todo el borde de esa concha hasta llegar al clítoris, lo succione mucho mientras ella ya tiraba gritos. Tanta saliva y jugos mezclados la habían lubricado por eso con su clítoris casi en mi garganta le metí un dedo bien adentro de la concha. Después fueron dos y un tercero quedo estimulándole el agujero del orto.
- Dale así, mas, más que siento que exploto – me dijo entrecortado.
Por lo que mis dedos se metieron más profundo y le chupaba la almeja con más fuerza. Ahí se vino en un grito incontrolable, no había dudas que había acabado como las mejores la muy guacha.
- Ahora me toca a mi viciosa, quiero verte como me comes toda la verga – le deje mientras me sacaba con la mano todos los jugos que desparramo la muy turra en mi boca.
- Serás complacido de la mejor manera – me tocaba el tronco mientras me apoyaba en el borde de la mesa.
Enseguida me saco el bóxer, se arrodillo mirándome la pija bien de cerca y comenzándome a hacer una paja. La tenía tan dura que podía romper hasta un ladrillo, la había llenado tanto de sangre que se veían como nunca mis venas, eso demostraba la calidad de mi erección.
- Nos vamos a llevar muy bien Bony! Sos como me gustan a mi así que relájate y disfruta mi lengua y mis labios que te van a volver loco– hablaba con mi pija sin darme bola a mí.
Pero tenía razón con que iba a disfrutar de una mamada de aquellas. Comenzó a lamerme la cabeza y meter la lengüita en mi ojito. Que placer!! Seguía con su lengua recorriendo cada centímetro hasta llegar a mis testículos y volvía para arriba. Cuando llegaba abajo se metía en la boca uno de mis huevos y lo succionaba bien fuerte, después con el otro. Ahora le tocaba el turno a mi tronco, veía como lo hacía desaparecer en su boca, se lo tragaba hasta el fondo con un poco de esfuerzo, yo sentía que la cabeza la estaba por perforar la garganta y eso me calentaba más. Siguió haciéndome una paja con una mano y con la boca a la vez. Mientras con la otra se estimulaba toda la concha que debería estar súper empapada. No soy de acabar muchas veces en una misma noche, soy más bien el tipo que te puede mantener cogiéndote por todos lados hasta que amanezca, pero esta trola me estaba sacando con la peteada, sentí como se llenaba de semen todo mi pedazo y fue imposible contenerlo. Explote dentro de su boca, creo que gran parte se la trago de una, se separo y saco la lengua esperando el resto. Seguía tirándole leche en la lengua cada 3 segundos, cada vez parecía como un orgasmo cualquiera, no tenia dirección por eso la mojaba en la cara, en el cuello y hasta en los pechos, la violencia de cada lechazo era impresionante:
- Mira toda la leche que me hiciste sacar putita? Ahora como premio trágatela toda y que no quede nada por ahí desperdiciado – le dije mientras sacaba la última gota de mi glande.
- Mmm… que rico papi!! Tanta leche para mi solita. Voy a tragarla toda.
Y fue cuando agarro mi verga para juntar todo lo que había por su cuerpo, la juntaba y se la llevaba a la boca. Se trago toda la leche como buena puta. Perdí un poco de rigidez pero no erección, seguía al palo como al principio. Ahí supimos que le tocaba disfrutar a la guachita.
La abrí de piernas contra el pool, le levanta la cola y comencé a chuparle la concha para lubricarla un poco. Un poco iluso lo mío, estaba más mojada que nunca, pero sirvió para que tirara un par de gemidos. Me agarre la verga y comencé a jugar, acariciaba con mi cabeza en su clítoris, cuando sin preámbulos se la metí de una hasta el fondo. Ella tiro el gemido placentero más fuerte de toda la noche. La empecé a bombear, la agarraba la cintura y escuchaba el chasquido de mis huevos en su pelvis. Le agarre la cabeza para morderle el cuello, empecé a manosearle las tetas y pellizcarle los pezones, los estiraba lo mas que podía. Ella estaba totalmente entregada a lo que quisiera:
- Te gusta trola como te cojo? Vas a saber lo que es sentir una buena verga dentro tuyo.
- Si papi, dámela toda, me encanta.
Miraba como le entraba y salía toda mi verga, le comencé a dar chirlos en la cola, salieron inconscientemente. Cambiamos para ir de nuevo al sillón, me senté bien cómodo y se puso de espaldas para enterrarla de a poco. Yo la agarraba del hombro y la tiraba para abajo, que sienta hasta el fondo mi pija. Después se dio vuelta, me comenzó a cabalgar de frente, yo le estiraba el clítoris y le agarraba el culo que por cierto era tremendo, fue ahí cuando siento que mi pija nadaba en el océano y veo como cae un chorro de flujos por mi verga, había acabado entre gritos otra vez. Fue automático nuestro pensamiento, yo ahora encima de ella era el paso que venía. La abrí bien de piernas mientras nos comíamos en un beso. Me abrazo con las dos manos, me acaricio la espalda, llego a mis nalgas y me empujo hacia ella, Bony ya sabía dónde tenía que jugar y entro como pancho por su casa. Me encantaba enterrarla en ese pedazo de carne, era tibia, puerca y sabia moverse. Se calentaba clavándome las uñas en la cola y yo me dejaba. Estuvimos así casi media hora hasta que se vino de nuevo. Las posiciones se fueron sucediendo, de costado, con una pierna levantada, en el pool piernas abiertas y de rodillas, en la ventana ella arrodillada mirando todo el barrio desde arriba como gritándole que tenía ganas de mas.
Hasta que volvimos nuevamente al sillón. Medio exhaustos los dos pero yo sabía que venía una de las partes que mas me gustan, hacer la colita. Soy un adicto anal, una buena sesión de sexo necesariamente tiene que terminar así. En mi vida desvirgué más culos que conchas, era pecado para mí estar con una nena que no sepa disfrutar del sexo añal y la verdad que ninguna se había arrepentido, muchas hoy son adictas. Pero volviendo al relato , me tomo el tiempo para hacerlo y si es la primera vez hasta con paciencia y lubricante. Entonces con todo placer dije:
- Mami ahora vas a arrodillarte y te vamos a hacer la cola. Voy a disfrutar ese pedazo de ojete que me calentó desde que te vi en tanga.
- Mi cola es toda tuya, haceme lo que quieras – retruco segura de lo que vendría.
Fue cuando disfrute viendo todo ese súper culo apuntándome. Lo empecé a morder, acariciar y recorrer con mi lengua el agujerito. Me calentaba pasar mi lengua por ahí. Ahora bien lubricado fue hundiendo un dedo para comenzar a abrir paso a la sesión anal. Sentía un culo suave, apretado, con movimientos cada vez más rápidos mi dedo empezó a entrar y salir sin demasiados problemas. Me di cuenta que estaba preparado y necesitaba más. Comencé a apoyar mi cabeza bien hinchada por toda la raya. Ella no aguantaba más y me pidió que se la meta. Sus reclamos fueron escuchados y con un empujón brusco enterré mi cabeza en su orto. Qué lindo espectáculo es ver eso! Ella se movía de a poco tratando de acomodarsela para darle continuidad a cada centímetro que entraba. Gritaba con placer y dolor. Hasta que en un momento sentí mis huevos tocar lo mojado de esa conchita, síntoma de que la tenia enterrada hasta el fondo. De a poco agilice los movimientos y ya no tenía piedad de ella. Tremenda culeada le estaba brindando y las posiciones se sucedieron por doquier. En un momento me encuentro sentado en el sillón con Ale arriba y de espalda, agarrándola de la cintura con mi poronga abriendo cada vez más ese agujero de placer. La sentí hinchada más de la cuenta y le dije,
- Te voy a acabar mami, decime en donde la queres? Y se dio vuelta de rodillas para empezar a chupármela con mucha fuerza.
- La quiero en toda la boca. No quiero desperdiciar nada. Damela!
Y entonces salió un chorro tras otro de leche más espesa que la anterior vez, con más cuerpo y hasta con más calentura. Jugaba con todo lo que quedaba y se lo tragaba de a poco. Mientras yo me relajaba y disfrutaba de tal espectáculo.
Después de eso vino un beso como asintiendo lo bien que la pasamos. Se quedo en casa esa noche, dormimos desnudos y abrazados. A la mañana siguiente se vino otro buen mañanero y después la alcance hasta la misma parada que la recogí.
Bue…. Una experiencia muy linda con Alejandra, toda una bomba en la cama, claro que no fue la única
6 comentarios - Cita y cogida a ciegas!!!