Es esta historia una de la más sencillas que hube de haber oído, aunque me llamó poderosamente mi interés, me fue narrada a inicios del año 2012 cuando yo, hube de haber conocido a una mujer de unos treinta y cinco años( a quien llamaré Patricia) vecina en el negocio siguiente, al mío.
Con respecto a la historia por ella referida y(narrádmela una tarde en que ambos estábamos sin ventas por una manifestación en el Once, me refirió la siguiente historia de una mujer que a la sazón llamada Ana.
La historia cuenta así:
“…El matrimonio el de Ana con Pablo, con su hijo Juan Patricio, alquilaba siempre una departamento en una edificio de dos pisos de veraneo en 3 y 143,en villa Gessel cerca de la terminal de ómnibus y con playas alejadas de tanta gente, y siempre en la primera quincena de febrero.
Llegando el primero de febrero tomaron un departamento que daba a la calle 3 que es en ese lugar de Gessel era la céntricas.
La calle 3 en Gessel casi a donde termina hoy, fue la “calle de la felicidad” en que en el 62 y en adelante fue invadida por los jóvenes estudiante de lelo abundante y largo que llegaron y convirtieron una “serena” Gessel, en un polo artístico de una música moderna y de gran poder en las siguientes generaciones…
Y al tiempo dieron vida mayúscula a una playa muy serena y no tan adinerada como Pinamar, la misma que fue creciendo y que le conocemos en la actualidad…
Sigamos con la narración:
Al final del corredor había llegado al atardecer de ese día, otra pareja pero ya mayor de unos sesenta y cinco años con un hijo de aproximadamente unos veinte y ocho años…
Gente muy agradable, de el sur santafecino, con la cual Ana como Pablo, a las horas en un encuentro fortuito de todos ellos al bajar para cenar no tardamos en hacer amistad e incluso todos decidieron ir a un local distante unos metros, en una plaza donde al fondo, esta la terminal de ómnibus.
L a razón que acompañase Sergio (de unos veinte y ocho años) a este matrimonio era que hacía poco había roto un noviazgo de casi dos años con su novia una chica de la zona en donde vivían es por eso que la madre no lo quería dejar solo y alejado de su casa allá en Santa Fe, adosándolo al veraneo por exclusividad y desdeño de él.
Está bien el pendejo pensó Ana (durante la cena) incongruentemente realizando algo que jamás había en su mente elaborado o que jamás le había llamado la atención, un tipo tan joven como ese:
Había (siempre lo supo desde que le conoció a ese joven) un recuerdo distante con otro amor suyo que no pudo ser (Alejandro) algo especial que sin duda a Ana le había traído recuerdo de una intensa relación de pasión y sexo.
Era Alejandro R. un ex de ella que le había hipnotizado durante casi dos años, con llevar su noviazgo al casamiento.
Hasta fue él quien en una tarde de verano (a la ausencia de sus padres) y en la habitación de Alejandro, ella perdió su virginidad.
Pero en pascuas de ese año y cuando aun el recuerdo de la perdida de la virginidad de Ana era un suceso fresco de tan solo dos meses, Alejandro conoce a una mujer viuda, “una señora de excelente posición económica doce años mayor, que Alejandro” pero inmensamente poderosa en relaciones y dinero. Primero ella le ofrece a él un puesto como ayudante de contador, ya que Alejandro ese año, se había recibido de contador en la UBA.
Al tiempo ella y después de varias salidas fortuitas, le ofrece su casa y su cuerpo.
Al tiempo ellos se casan
Nunca Ana amó tanto a un hombre, como a Alejandro (e incluso a su actual marido) pero al corte de la relación apareció al casamiento de Alejandro a apenas semanas de saber que él estaba con esa mujer.
A los dos años Ana conoce a Pablo al ir a una importante pinturería de Ramos Mejía con quien a los años, al fin se casó.
Todo iba bien, ya habían pasado cinco hermosos días cuan Pablo recibe un llamado de su hermano y socio que el lunes a las 10 debían presentarse los dos a una auditoria bancaria, en el centro.
El esposo de Ana tiene que regresar por unos días a su negocio, para ocuparse de unos temas de auditaría, que reclamaban su presencia y emprende el viaje de a lo sumo, cinco días.
Para esto ya Ana había organizado sus días en la playa, con su hijo, usando la playa pero sin grandes paseo como eje de vida en Gessel (desde la mañana a la tardecita) y sin salidas a la noche más bien se dormía temprano, para ella ver tele o leer.
Un día el matrimonio santafecino la invitan a cenar al verla sola con su hijo, pasando Ana y su hijo, una linda velada, pero se sentí muy observada por Sergio el hijo de ese matrimonio que de alguna manera me excitó.
Tardó esa noche Ana hasta dormirse, y lo hizo después de masturbarse por largo tiempo, con la mirada y los recursos que da la mente en ello, de encamarse con ese hombre llamado Sergio.
Al otro día el matrimonio y Sergio le dicen de ir a la playa juntos, a lo cual aceptó gustosa, poniéndome una bikini blanca y un pareo que me quedaba al cuerpo y me hacía muy sensual, pasándola muy bien, salvo las miradas insistentes de Sergio, que para ser franca no me molestaban, me gustaban
Y me hacían sentir un extraño cosquilleo interno, pero, no pasó nada de extraordinario ese día.
No me preocupó mucho, por ello ciertamente fue una calentura mía con ese pendejo y cuando llegué a mi departamento, no teníamos planeado salir con mi hijo, y cenaríamos unos panchos y una pizza recalentada de la heladera, pero él me dijo que estaban cansado y se fue a dormir, pues entonces me di una ducha, me puse una remera y una mini de jeans pues que estaba sola, no usé corpiño solo un sensual tanga que a escondida de Pablo me había comprado dos días atrás en Gessel para estar más fresca, pues raramente hacía mucho calor.
A la hora siento el timbre, y al abrir me encuentro con Sergio, que regresaba y quería hacer tiempo a que sus viejos viniesen del centro ya que había dejado las llaves de él, adentro dijo.
Lo acepté que pasara, pero no le creí. Nunca creí ese cuento.
Le serví algo nerviosa y confundida, gaseosas, que empezamos a tomar, pero lo noté algo nervioso y ansioso a él, ciertamente no me asustó; pero si me confundió por un tiempo, ya que no le conocía bien y había aceptado que él encontrara la forma lógica y sencilla de entrar en mi departamento cuando mi hijo dormía y mi marido me hubiese llamado que tenia para como tres días más en la capital.
Nos sentamos en el living y empezamos a charlar, señalándome al rato lo linda que soy y como mi esposo me deja sola, (bromas de por medio), y a un tiempo se acerca y me dice que le gustaba mucho y que sentía muchos deseos hacia mí, a lo cual me quedé quieta sin saber qué hacer, él estaba algo distinto como poseído, más bien caliente, como diríamos en el lenguaje común.
Al notarlo Sergio avanzar me retiré hacia atrás levantándome del sillón muy rápido
Pero él tomándome (era ágil) con su manos los dos brazos trata de besarme, lo que le impido, pero a un tiempo no mucho lo intenta de nuevo, logrando su cometido( al tiempo y solo a los meses sé que yo accedí a ello porque lo quería que su intento tuviese éxito) apretándome contra la pared de la cocina y resistiéndome al principio, pero al sentir esos labios y esa lengua que se hundía en mi boca, no pude aguantar y me entregué sin más.
Sus manos recorrían mi cuerpo, debajo de mi falda, acariciando mi culo y excitándolo al notar que no me había puesto corpiño, me fue manoseándolo lo más que podía, para después sacarme la remera de una forma tan delicada que creo que yo le ayudé.
Nos seguimos besando como dos jóvenes caliente el me apretaba con su cuerpo desnudo de camisas y yo haciéndome la tonta había puesto mi mano derecha a altura de esa pija que se estremecía al apretarme
Note que unas de sus manos empezó a tocar mi entrepierna , y a un tiempo mientras nos besábamos bajo con su mano derecha mi bombacha hasta las rodillas mías y tomando su mano izquierda acerco su pija a mi conchita que ya estaba húmeda, mientras nos besábamos apasionadamente.
Yo ya estaba entregada, pero estábamos en el living de la casa y si salía mi hijo nos vería, yo quería coger estaba como loca de la calentura.
Sergio, le dije está mi hijo durmiendo, vamos a mi pieza y por Dios no hagas ruido, que se pudre todo.
Entré y cerré con llaves.
Él, bajo la parte inferior de mi pantaloncito y sentándome en la cama alargó mis piernas y así me sacó la bombacha (a cada moviendo en búsqueda de una prenda, me besaba en donde su lengua no se detenía hasta agarrar la mía, mas de tal manera mordisqueármela que ese acto se reflejaba en mi vulva como un suave toque de una mano imaginaria)
Y después de un largo beso termino sacándome la remera, dejándome completamente desnuda y a su merced.
Me acostó en la cama y se veía a un costado que aun tenia puesto su pantalón y su ropa interior (solo había sacado su pija que ha gatas solía sentirla sobre mi pierna) sin verla solo sentía algo duro y caliente
Me besaba y me tocaba mis senos, a un tiempo me besó en la boca como un hambriento, y a un lapso no mucho, prosiguió besándome mi cuello hasta llegar a mis senos los cuales masajeó, acarició y mordisqueó hasta que me llevó directo al orgasmo.
Él y yo nos sorprendimos ya que yo, siempre tardaba más en acabar pero ese joven me podía me calentaba y solo atiné cuando mi orgasmo había concluido y acercándome a él (que miraba ciegamente el techo al cabo de sentirme acabar) y tomándole su pija aun durísima le dije:
Sergio, con vos es distinto que con mi marido déjame, ahora a mí seguir
Fui al baño me sequé con una toalla, y nuevamente me acosté en la cama, el parecía inmóvil con su miembro recostado sobre el costado del nacimiento de su pierna izquierda, gordo duro y con algo de fluido en su comisura del grande, pero aun mirando fijo el techo de la pieza.
Me acosté desnuda como había venido del baño, y delicadamente fui besándolo de un costado de la cara mojando el recorrido con mi lengua y tomándole su pija que para ese entonces estaba durísima
Me tenía muy excitada, muy caliente muy puta quería cogérmelo como nadie lo hubiese hecho y parecía que él, en mi producía esa extraña sensación
Me permitió quitarle su pantalón y canoncillo, era como esas putas que desvirgan a un cliente, usando una técnica ya orientada a solo producir placer, mis manos mientras lo besaban acariciaban su pechos tocaban y rozaban delicadamente sus tetillas produciendo en él ronquidos de un ahogado placer
Yo era hábil y sabía detener mis acciones, para aumentar su calentura y al fin ambos aumentábamos contantemente, el calor en ambos cuerpos, me estaba nuevamente mojando y en él al meterme su sexo en la boca, note como lo que al principio había visto como una pequeña baba en su pija ahora era parte de un liquido que no dudaba en tomarle, pero aun el no había acabado solo era una mueca de inicio de algo mas potente
Baje mis senos a su estomago y me corrí ofreciéndole su boca mi sexo
Con su lengua fue recorriendo cada lugar mío y de ahí a mi entrepierna, rozando con sus labios con la entrada de mi vagina, siguió hasta mis muslos, los cuales yo abrí con mis manos y sentí su miembro en mi cola. A un tiempo el miembro fue destronado por su boca en mi cola, lamiendo largamente desde mi clítoris hasta mi ano, en donde un dedo ayudaba a intrícame con saliva para que su lengua argumentara dentro de mi ano, un coloquio de entrada y salidas
Jamás nadie me había hecho algo semejante y tan delicadamente, mis senos estaba duros y me dolían de esa calentura yo ya no pensaba solo atinaba a recibir contenta lo que él me daba
Me los mordisqueó mis labios de la vagina, creando una sensación indescriptible, me tomó el clítoris con su labios, proporcionado con su lengua pequeños golpecitos que los sentí en todo mi cuerpo pero los cuales se reproducían mil veces más en todo mi cuerpo, después al verme roja de calentura y cuidándome de que yo no acábese de nuevo, fue metiéndome su legua completa en mi vagina yo extasiada en la cama permitía ese juego que estremecía mis duros senos, mi cabeza y aumentaba contantemente mis líquidos en mi concha que el con su lengua me los quitaba para tomarlos
A un tiempo no recuerdo cuanto, siguió subiendo hasta que con su lengua abrió mis labios vaginales y con sus dientes agarro mi clítoris mandando una oleada de electricidad mezclada con excitación hasta mi cerebro, sentí que moría de placer y había llegado al cielo.
Cuando volví en mi, ahí continuaba él, mirándome tiernamente.
Tomé el control de la situación en mis manos.
Nuevamente me acerqué y le acaricié el pecho mientras lo besaba fuerte y enérgica. Poco a poco me fui subiendo a él. Tenía un pecho impresionante, era fuerte, tenía sus músculos tonificados, su pecho era amplio y algo cuidado más bien todo él me invitaba a besarlo, morderlo lo cual hice pero sin que dejara huellas de esa noche …
Me enérgico y me asustó su pija al empezar a entrar en mi.
Era más dura que el de mi marido, más gruesa y casi un tanto más largo, era hermoso sentir como de a poco ella entraba en mí, me fui acomodando con mis piernas doblada alejándome de él, para que esa cosa me entrara sin que presionara tanto sobre las paredes de mi vagina, que por suerte la lubricación propia le impedían producirme dolor
Le besé cuando ya creí que habíase metido toda ella en mi su sexo
Él, medio incomparado en la cama, mientras yo me movía rítmicamente, y al notar mi cara roja empezó a pasarme sus dedos en mi espalda
A un tiempo mientras yo no me detenía me levanto un tanto mi culo y como elevando, ese culo expuesto que recibí un dedo de él, que de a poco fueron dos
Ambos se introducían completamente al yo apoyarme en sus piernas y sentir entera su pija en mi pero ahora recia dos dedos en mi culo y su pija a lo largo de mi concha
Jamás había practicado este juego y me enardecía
Se metía toda su pija en mi interior reteniéndolo su contorno de la mano con dos dedos en mi culo, y yo que al sentirlo adentro a ese dedo le respondía con mas vaivenes en mi movimiento se daba cuenta que me agradaba como que también lo que él hacía en mi culo.
A un tiempo nos besamos de nuevo, sin dejar de moverme, nos decimos cosas al oído, que a mí me encantaba:
Lo que me hacía era decirme asquerosas palabras en ese momento y expresiones, como
“que ganas de cogerte tenia” “que puta eres amor” y las mas asquerosas que hube de haber oído esa noche y yo le reponía
“hacelo amor, soy toda tuya”
Y así pasamos a estar el arriba mío, metiéndomela mas profundo, llegando hasta el fondo, ensalzando las más intensamente cosas profanas del sexo, en donde yo me muevo mas, buscando el momento justo de esa explosión de deseo.
Yo estaba tan lubricada que la tragué toda casi a esa pija sin sentirla, era grande pero bien dispuesta al entrar y romperme toda.
Acabamos lo dos casi al unísono
Un tanto antes me di cuenta que esa verga que entra y salía ya estaba estoy lista, para acabar y Acabo primero y posteriormente su estallido dentro mío, su lechita inundándome toda, llenándome toda.
Nos quedamos abrazados, besándonos y disfrutando ese momento a full.
Esta mas decir que continuamos un rato más, y esa noche también mí hizo la cola, lo cual me dolió mucho pero quería irme, ese veraneo, rota en mi culo por ese amor fugaz
Me sentía muy puta y a decir verdad me agradaba.
Teniendo en cuenta que tenía que esperar a su familia, pero esta vez en la cama, plenamente desnudos, y ocupándome a mí, cogimos gran parte de la noche.
Seguimos sin parar, no desaprovechamos el tiempo, por lo menos fueron horas para él y para mí, pero me arrancó cuatro orgasmos inolvidables, hacía tiempo que no gozaba así y nunca había acabado así de esa manera, con mi esposo.
Los días que siguieron, no sé como hizo él, pero consiguió mi entretenimiento en su pija; al día siguiente nos encamamos todo la noche y…
Una mañana en que la nochecita venía mi marido, en que a mi hijo se la llevase de paseo la madre de mi amante, a Mar del Plata junto a él padre, y yo argumentando que me sentía mal e indispuesta (mintiéndole) a la madre, le dije que no me sentía bien para ir y en donde Sergio argumentando que tenía que salir con alguien pasé con él algunas horas de esa mañana y gran parte de la tarde para coger, como jamás las olvidaré.
Fue ese día el último que me acosté con Sergio, después los días siguieron, el mar siguió hermoso y yo por las noches seguí siendo la mujer de Pablo, mi esposo.
Epilogo:
En la actualidad, Ana es una mujer con dos hijos nació el último a fines del 2011
Ana como madres es muy simple y muy preocupada en el criado de ellos.
Su marido al regreso de ese veraneo, y después de muchas observaciones de control y manejo de la empresa, se disocio con su hermano creando en la capital federal un negocio mayorista de ventas de maquinaria para la construcción.
Ana y su amante circunstancial de ese verano pasó a ser eso, un fin de veraneo emocionante y nada más de tal modo que nunca más volvieron a veranear en Gessel: sino en Valeria del Mar.
Una mujer que conoció un lado emocionante del sexo que le sirvió para valorase como tal y poder seguir la vida como una simple madre, que ama a su pareja, olvidando una amor frustrado y un verano que nunca más será tan caliente…”
Gustavo Gabriel
Almagro
Argentina
Diciembre del 2012
Con respecto a la historia por ella referida y(narrádmela una tarde en que ambos estábamos sin ventas por una manifestación en el Once, me refirió la siguiente historia de una mujer que a la sazón llamada Ana.
La historia cuenta así:
“…El matrimonio el de Ana con Pablo, con su hijo Juan Patricio, alquilaba siempre una departamento en una edificio de dos pisos de veraneo en 3 y 143,en villa Gessel cerca de la terminal de ómnibus y con playas alejadas de tanta gente, y siempre en la primera quincena de febrero.
Llegando el primero de febrero tomaron un departamento que daba a la calle 3 que es en ese lugar de Gessel era la céntricas.
La calle 3 en Gessel casi a donde termina hoy, fue la “calle de la felicidad” en que en el 62 y en adelante fue invadida por los jóvenes estudiante de lelo abundante y largo que llegaron y convirtieron una “serena” Gessel, en un polo artístico de una música moderna y de gran poder en las siguientes generaciones…
Y al tiempo dieron vida mayúscula a una playa muy serena y no tan adinerada como Pinamar, la misma que fue creciendo y que le conocemos en la actualidad…
Sigamos con la narración:
Al final del corredor había llegado al atardecer de ese día, otra pareja pero ya mayor de unos sesenta y cinco años con un hijo de aproximadamente unos veinte y ocho años…
Gente muy agradable, de el sur santafecino, con la cual Ana como Pablo, a las horas en un encuentro fortuito de todos ellos al bajar para cenar no tardamos en hacer amistad e incluso todos decidieron ir a un local distante unos metros, en una plaza donde al fondo, esta la terminal de ómnibus.
L a razón que acompañase Sergio (de unos veinte y ocho años) a este matrimonio era que hacía poco había roto un noviazgo de casi dos años con su novia una chica de la zona en donde vivían es por eso que la madre no lo quería dejar solo y alejado de su casa allá en Santa Fe, adosándolo al veraneo por exclusividad y desdeño de él.
Está bien el pendejo pensó Ana (durante la cena) incongruentemente realizando algo que jamás había en su mente elaborado o que jamás le había llamado la atención, un tipo tan joven como ese:
Había (siempre lo supo desde que le conoció a ese joven) un recuerdo distante con otro amor suyo que no pudo ser (Alejandro) algo especial que sin duda a Ana le había traído recuerdo de una intensa relación de pasión y sexo.
Era Alejandro R. un ex de ella que le había hipnotizado durante casi dos años, con llevar su noviazgo al casamiento.
Hasta fue él quien en una tarde de verano (a la ausencia de sus padres) y en la habitación de Alejandro, ella perdió su virginidad.
Pero en pascuas de ese año y cuando aun el recuerdo de la perdida de la virginidad de Ana era un suceso fresco de tan solo dos meses, Alejandro conoce a una mujer viuda, “una señora de excelente posición económica doce años mayor, que Alejandro” pero inmensamente poderosa en relaciones y dinero. Primero ella le ofrece a él un puesto como ayudante de contador, ya que Alejandro ese año, se había recibido de contador en la UBA.
Al tiempo ella y después de varias salidas fortuitas, le ofrece su casa y su cuerpo.
Al tiempo ellos se casan
Nunca Ana amó tanto a un hombre, como a Alejandro (e incluso a su actual marido) pero al corte de la relación apareció al casamiento de Alejandro a apenas semanas de saber que él estaba con esa mujer.
A los dos años Ana conoce a Pablo al ir a una importante pinturería de Ramos Mejía con quien a los años, al fin se casó.
Todo iba bien, ya habían pasado cinco hermosos días cuan Pablo recibe un llamado de su hermano y socio que el lunes a las 10 debían presentarse los dos a una auditoria bancaria, en el centro.
El esposo de Ana tiene que regresar por unos días a su negocio, para ocuparse de unos temas de auditaría, que reclamaban su presencia y emprende el viaje de a lo sumo, cinco días.
Para esto ya Ana había organizado sus días en la playa, con su hijo, usando la playa pero sin grandes paseo como eje de vida en Gessel (desde la mañana a la tardecita) y sin salidas a la noche más bien se dormía temprano, para ella ver tele o leer.
Un día el matrimonio santafecino la invitan a cenar al verla sola con su hijo, pasando Ana y su hijo, una linda velada, pero se sentí muy observada por Sergio el hijo de ese matrimonio que de alguna manera me excitó.
Tardó esa noche Ana hasta dormirse, y lo hizo después de masturbarse por largo tiempo, con la mirada y los recursos que da la mente en ello, de encamarse con ese hombre llamado Sergio.
Al otro día el matrimonio y Sergio le dicen de ir a la playa juntos, a lo cual aceptó gustosa, poniéndome una bikini blanca y un pareo que me quedaba al cuerpo y me hacía muy sensual, pasándola muy bien, salvo las miradas insistentes de Sergio, que para ser franca no me molestaban, me gustaban
Y me hacían sentir un extraño cosquilleo interno, pero, no pasó nada de extraordinario ese día.
No me preocupó mucho, por ello ciertamente fue una calentura mía con ese pendejo y cuando llegué a mi departamento, no teníamos planeado salir con mi hijo, y cenaríamos unos panchos y una pizza recalentada de la heladera, pero él me dijo que estaban cansado y se fue a dormir, pues entonces me di una ducha, me puse una remera y una mini de jeans pues que estaba sola, no usé corpiño solo un sensual tanga que a escondida de Pablo me había comprado dos días atrás en Gessel para estar más fresca, pues raramente hacía mucho calor.
A la hora siento el timbre, y al abrir me encuentro con Sergio, que regresaba y quería hacer tiempo a que sus viejos viniesen del centro ya que había dejado las llaves de él, adentro dijo.
Lo acepté que pasara, pero no le creí. Nunca creí ese cuento.
Le serví algo nerviosa y confundida, gaseosas, que empezamos a tomar, pero lo noté algo nervioso y ansioso a él, ciertamente no me asustó; pero si me confundió por un tiempo, ya que no le conocía bien y había aceptado que él encontrara la forma lógica y sencilla de entrar en mi departamento cuando mi hijo dormía y mi marido me hubiese llamado que tenia para como tres días más en la capital.
Nos sentamos en el living y empezamos a charlar, señalándome al rato lo linda que soy y como mi esposo me deja sola, (bromas de por medio), y a un tiempo se acerca y me dice que le gustaba mucho y que sentía muchos deseos hacia mí, a lo cual me quedé quieta sin saber qué hacer, él estaba algo distinto como poseído, más bien caliente, como diríamos en el lenguaje común.
Al notarlo Sergio avanzar me retiré hacia atrás levantándome del sillón muy rápido
Pero él tomándome (era ágil) con su manos los dos brazos trata de besarme, lo que le impido, pero a un tiempo no mucho lo intenta de nuevo, logrando su cometido( al tiempo y solo a los meses sé que yo accedí a ello porque lo quería que su intento tuviese éxito) apretándome contra la pared de la cocina y resistiéndome al principio, pero al sentir esos labios y esa lengua que se hundía en mi boca, no pude aguantar y me entregué sin más.
Sus manos recorrían mi cuerpo, debajo de mi falda, acariciando mi culo y excitándolo al notar que no me había puesto corpiño, me fue manoseándolo lo más que podía, para después sacarme la remera de una forma tan delicada que creo que yo le ayudé.
Nos seguimos besando como dos jóvenes caliente el me apretaba con su cuerpo desnudo de camisas y yo haciéndome la tonta había puesto mi mano derecha a altura de esa pija que se estremecía al apretarme
Note que unas de sus manos empezó a tocar mi entrepierna , y a un tiempo mientras nos besábamos bajo con su mano derecha mi bombacha hasta las rodillas mías y tomando su mano izquierda acerco su pija a mi conchita que ya estaba húmeda, mientras nos besábamos apasionadamente.
Yo ya estaba entregada, pero estábamos en el living de la casa y si salía mi hijo nos vería, yo quería coger estaba como loca de la calentura.
Sergio, le dije está mi hijo durmiendo, vamos a mi pieza y por Dios no hagas ruido, que se pudre todo.
Entré y cerré con llaves.
Él, bajo la parte inferior de mi pantaloncito y sentándome en la cama alargó mis piernas y así me sacó la bombacha (a cada moviendo en búsqueda de una prenda, me besaba en donde su lengua no se detenía hasta agarrar la mía, mas de tal manera mordisqueármela que ese acto se reflejaba en mi vulva como un suave toque de una mano imaginaria)
Y después de un largo beso termino sacándome la remera, dejándome completamente desnuda y a su merced.
Me acostó en la cama y se veía a un costado que aun tenia puesto su pantalón y su ropa interior (solo había sacado su pija que ha gatas solía sentirla sobre mi pierna) sin verla solo sentía algo duro y caliente
Me besaba y me tocaba mis senos, a un tiempo me besó en la boca como un hambriento, y a un lapso no mucho, prosiguió besándome mi cuello hasta llegar a mis senos los cuales masajeó, acarició y mordisqueó hasta que me llevó directo al orgasmo.
Él y yo nos sorprendimos ya que yo, siempre tardaba más en acabar pero ese joven me podía me calentaba y solo atiné cuando mi orgasmo había concluido y acercándome a él (que miraba ciegamente el techo al cabo de sentirme acabar) y tomándole su pija aun durísima le dije:
Sergio, con vos es distinto que con mi marido déjame, ahora a mí seguir
Fui al baño me sequé con una toalla, y nuevamente me acosté en la cama, el parecía inmóvil con su miembro recostado sobre el costado del nacimiento de su pierna izquierda, gordo duro y con algo de fluido en su comisura del grande, pero aun mirando fijo el techo de la pieza.
Me acosté desnuda como había venido del baño, y delicadamente fui besándolo de un costado de la cara mojando el recorrido con mi lengua y tomándole su pija que para ese entonces estaba durísima
Me tenía muy excitada, muy caliente muy puta quería cogérmelo como nadie lo hubiese hecho y parecía que él, en mi producía esa extraña sensación
Me permitió quitarle su pantalón y canoncillo, era como esas putas que desvirgan a un cliente, usando una técnica ya orientada a solo producir placer, mis manos mientras lo besaban acariciaban su pechos tocaban y rozaban delicadamente sus tetillas produciendo en él ronquidos de un ahogado placer
Yo era hábil y sabía detener mis acciones, para aumentar su calentura y al fin ambos aumentábamos contantemente, el calor en ambos cuerpos, me estaba nuevamente mojando y en él al meterme su sexo en la boca, note como lo que al principio había visto como una pequeña baba en su pija ahora era parte de un liquido que no dudaba en tomarle, pero aun el no había acabado solo era una mueca de inicio de algo mas potente
Baje mis senos a su estomago y me corrí ofreciéndole su boca mi sexo
Con su lengua fue recorriendo cada lugar mío y de ahí a mi entrepierna, rozando con sus labios con la entrada de mi vagina, siguió hasta mis muslos, los cuales yo abrí con mis manos y sentí su miembro en mi cola. A un tiempo el miembro fue destronado por su boca en mi cola, lamiendo largamente desde mi clítoris hasta mi ano, en donde un dedo ayudaba a intrícame con saliva para que su lengua argumentara dentro de mi ano, un coloquio de entrada y salidas
Jamás nadie me había hecho algo semejante y tan delicadamente, mis senos estaba duros y me dolían de esa calentura yo ya no pensaba solo atinaba a recibir contenta lo que él me daba
Me los mordisqueó mis labios de la vagina, creando una sensación indescriptible, me tomó el clítoris con su labios, proporcionado con su lengua pequeños golpecitos que los sentí en todo mi cuerpo pero los cuales se reproducían mil veces más en todo mi cuerpo, después al verme roja de calentura y cuidándome de que yo no acábese de nuevo, fue metiéndome su legua completa en mi vagina yo extasiada en la cama permitía ese juego que estremecía mis duros senos, mi cabeza y aumentaba contantemente mis líquidos en mi concha que el con su lengua me los quitaba para tomarlos
A un tiempo no recuerdo cuanto, siguió subiendo hasta que con su lengua abrió mis labios vaginales y con sus dientes agarro mi clítoris mandando una oleada de electricidad mezclada con excitación hasta mi cerebro, sentí que moría de placer y había llegado al cielo.
Cuando volví en mi, ahí continuaba él, mirándome tiernamente.
Tomé el control de la situación en mis manos.
Nuevamente me acerqué y le acaricié el pecho mientras lo besaba fuerte y enérgica. Poco a poco me fui subiendo a él. Tenía un pecho impresionante, era fuerte, tenía sus músculos tonificados, su pecho era amplio y algo cuidado más bien todo él me invitaba a besarlo, morderlo lo cual hice pero sin que dejara huellas de esa noche …
Me enérgico y me asustó su pija al empezar a entrar en mi.
Era más dura que el de mi marido, más gruesa y casi un tanto más largo, era hermoso sentir como de a poco ella entraba en mí, me fui acomodando con mis piernas doblada alejándome de él, para que esa cosa me entrara sin que presionara tanto sobre las paredes de mi vagina, que por suerte la lubricación propia le impedían producirme dolor
Le besé cuando ya creí que habíase metido toda ella en mi su sexo
Él, medio incomparado en la cama, mientras yo me movía rítmicamente, y al notar mi cara roja empezó a pasarme sus dedos en mi espalda
A un tiempo mientras yo no me detenía me levanto un tanto mi culo y como elevando, ese culo expuesto que recibí un dedo de él, que de a poco fueron dos
Ambos se introducían completamente al yo apoyarme en sus piernas y sentir entera su pija en mi pero ahora recia dos dedos en mi culo y su pija a lo largo de mi concha
Jamás había practicado este juego y me enardecía
Se metía toda su pija en mi interior reteniéndolo su contorno de la mano con dos dedos en mi culo, y yo que al sentirlo adentro a ese dedo le respondía con mas vaivenes en mi movimiento se daba cuenta que me agradaba como que también lo que él hacía en mi culo.
A un tiempo nos besamos de nuevo, sin dejar de moverme, nos decimos cosas al oído, que a mí me encantaba:
Lo que me hacía era decirme asquerosas palabras en ese momento y expresiones, como
“que ganas de cogerte tenia” “que puta eres amor” y las mas asquerosas que hube de haber oído esa noche y yo le reponía
“hacelo amor, soy toda tuya”
Y así pasamos a estar el arriba mío, metiéndomela mas profundo, llegando hasta el fondo, ensalzando las más intensamente cosas profanas del sexo, en donde yo me muevo mas, buscando el momento justo de esa explosión de deseo.
Yo estaba tan lubricada que la tragué toda casi a esa pija sin sentirla, era grande pero bien dispuesta al entrar y romperme toda.
Acabamos lo dos casi al unísono
Un tanto antes me di cuenta que esa verga que entra y salía ya estaba estoy lista, para acabar y Acabo primero y posteriormente su estallido dentro mío, su lechita inundándome toda, llenándome toda.
Nos quedamos abrazados, besándonos y disfrutando ese momento a full.
Esta mas decir que continuamos un rato más, y esa noche también mí hizo la cola, lo cual me dolió mucho pero quería irme, ese veraneo, rota en mi culo por ese amor fugaz
Me sentía muy puta y a decir verdad me agradaba.
Teniendo en cuenta que tenía que esperar a su familia, pero esta vez en la cama, plenamente desnudos, y ocupándome a mí, cogimos gran parte de la noche.
Seguimos sin parar, no desaprovechamos el tiempo, por lo menos fueron horas para él y para mí, pero me arrancó cuatro orgasmos inolvidables, hacía tiempo que no gozaba así y nunca había acabado así de esa manera, con mi esposo.
Los días que siguieron, no sé como hizo él, pero consiguió mi entretenimiento en su pija; al día siguiente nos encamamos todo la noche y…
Una mañana en que la nochecita venía mi marido, en que a mi hijo se la llevase de paseo la madre de mi amante, a Mar del Plata junto a él padre, y yo argumentando que me sentía mal e indispuesta (mintiéndole) a la madre, le dije que no me sentía bien para ir y en donde Sergio argumentando que tenía que salir con alguien pasé con él algunas horas de esa mañana y gran parte de la tarde para coger, como jamás las olvidaré.
Fue ese día el último que me acosté con Sergio, después los días siguieron, el mar siguió hermoso y yo por las noches seguí siendo la mujer de Pablo, mi esposo.
Epilogo:
En la actualidad, Ana es una mujer con dos hijos nació el último a fines del 2011
Ana como madres es muy simple y muy preocupada en el criado de ellos.
Su marido al regreso de ese veraneo, y después de muchas observaciones de control y manejo de la empresa, se disocio con su hermano creando en la capital federal un negocio mayorista de ventas de maquinaria para la construcción.
Ana y su amante circunstancial de ese verano pasó a ser eso, un fin de veraneo emocionante y nada más de tal modo que nunca más volvieron a veranear en Gessel: sino en Valeria del Mar.
Una mujer que conoció un lado emocionante del sexo que le sirvió para valorase como tal y poder seguir la vida como una simple madre, que ama a su pareja, olvidando una amor frustrado y un verano que nunca más será tan caliente…”
Gustavo Gabriel
Almagro
Argentina
Diciembre del 2012
4 comentarios - Un verano en Gessel