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Entrevistas incestuosas : Ariel y su madre

ENTREVISTADOR:
Hola Ariel ¿podrías decirnos quién eres?

ARIEL:
Tengo veinticinco años, vivo en Buenos Aires y mido aproximadamente 1,75. Tengo el pelo castaño claro, soy delgado. Estudio abogacía y actualmente estoy en el último año. Trabajo en el estudio jurídico de mi madre que es abogada. No tengo hermanos.

ENTREVISTADOR:
¿Estás en pareja actualmente?

ARIEL:
En la actualidad, y desde hace unos cinco años aproximadamente, mi única pareja y amante es mi madre biológica, con la que mantengo una relación incestuosa desde esa época.

ENTREVISTADOR:
Mira tú, cuéntanos cómo ha sucedido eso

ARIEL:
Bueno, la atracción siempre fue mutua. Mi fijación sexual con mi madre comenzó cuando empezó a despertar en mí el deseo sexual, a eso de los doce años más o menos. Anteriormente supongo que era el amor inocente de un niño con su madre. A partir del hecho de que vivimos solos, con una intimidad absoluta entre ambos de toda la vida, desde los doce años las ensoñaciones, fantasías y sueños con eyaculación nocturna, en los cuales mi madre era el objeto de deseo, fueron cada vez más frecuente, llegando a transformarse en una obsesión a partir de aproximadamente los dieciocho años. Soñaba con estar desnudo con ella y amarla desesperadamente.
Debo decirte que mi madre es divorciada, se separó de mi padre siendo yo muy chico, de unos 6 años. Mi padre se casó nuevamente y tiene otra familia constituida. No lo veo hace unos cuatro años.
Mi madre tuvo un par de novios luego de su separación, pero algo totalmente circunstancial y esporádico. Nada serio. Tiene cuarenta y siete años años, pero aparenta mucho menos de cuarenta. Es de pelo castaño lacio, de baja estatura (1,60 mts. Aproximadamente). Delgada y de muy bella figura. Sus medidas, desde adolescente, son las mismas, según me ha contado: 87-60, 92. Según ella aún pude ponerse sin problemas el vestido que usó para su fiesta de final del secundario. Para mi es la mujer perfecta en lo físico. Tiene carácter afable, es muy simpática, buena amiga de sus amigas y buena mujer en todo sentido.

ENTREVISTADOR:
Hombre, se nota que te tiene flipado. ¿Y ella desde qué momento se sintió atraída por ti?

ARIEL:
Ella me ha confesado, ya siendo amantes, que su deseo por mí fue casi enfermizo desde que yo era un bebé. Cuando me daba de mamar tuvo innumerables orgasmos mientras yo succionaba sus pezones para alimentarme. Comenta que ella esperaba ansiosamente los momentos en que debía hacerlo porque deseaba sentir la sensación del orgasmo que yo le proporcionaba sin saberlo. Con los años ella pensaba que algún día volvería a producirle orgasmos, pero de otra manera. De ahí su deseo enfermizo por mi. Por supuesto trataba de desechar sus pensamientos por temor al incesto.

ENTREVISTADOR:
¿Sintieron en algun momento que hacían algo malo?

ARIEL:
Si, al principio. Desde que tuve la sensación de deseo hacia mi madre, sentí una profunda culpa por cuanto sentía que eso era un tipo de relación condenable y condenada por todos. Pensaba en lo que podría decir todo el mundo, en especial mi padre, si algo como eso se supiera. Es más, sentía que ella me rechazaría profundamente si le llegaba a mencionar mis deseos reprimidos. Por eso más allá de las masturbaciones fabulosas que me hacía con su imagen en mi cabeza, las cosas no pasaban a mayores. También pensaba que eso era normal, como todo complejo de Edipo, y que algún día lo superaría cuando me enamorara de otra mujer. El problema fue que tuve dos novias adolescentes con las cuales tuve relaciones sexuales, y el deseo por mi madre lejos de desaparecer se hizo aún más frenético, por cuanto quería vivir con ella las experiencias sexuales que vivía con estas chicas. Soñaba con ver la transfiguración de su rostro durante el coito y mirar sus ojos fijamente al momento de su orgasmo.

ENTREVISTADOR:
La pregunta del millón y que miles de hombres que desean a sus madres desean saber ¿cómo lograste seducirla?

ARIEL:
Como te dije, a partir de los diciocho años mis ensoñaciones y fantasías se transformaron en obsesión. Vivir con ella era una gloria y casi un suplicio Si ella se paseaba en ropa interior por la casa me maravillaba, pero también me desesperaba verla y no poder poseerla. Vivía pensando la forma y el momento en que podía encarar la situación para poder intimar con ella o hacerle saber mis intenciones. Pero entonces pensaba en su rechazo y que probablemente eso me llevara a tener que separarnos. La situación se produjo sola, en un viaje de vacaciones a una playa. No hubo prolegómenos o situaciones anunciadas de antemano. Todo se dio naturalmente, como si ya no cupieran otras alternativas. Alquilamos un pequeño departamento y una noche (la segunda) en la cual habíamos ido a cenar y habíamos tomado buen vino blanco en demasía, a la vuelta nos pusimos como románticos, casi sin temores ni prejuicios, y terminamos haciendo el amor en el piso del departamento. Fue una sensación indescriptible de alegría, alivio y gloria por el sueño cumplido.

ENTREVISTADOR:
¿Cómo siente ella vuestra relación?

ARIEL:
Mira, según lo que me ha dicho lo que más ama de nuestra relación, es la familiaridad que tenemos para todo. No es lo mismo entablar una relación con otra persona en la que todo es un mutuo descubrimiento, con sorpresas favorables y desfavorables, con interesas encontrados o gustos desconocidos del otro. En este caso todo es natural y familiar. Ella sabe todo de mí, lo que quiero, lo que deseo, como voy a actuar en determinada situación. A mi me sucede exactamente lo mismo respecto de ella. Además nosotros tenemos una absoluta confianza de todo tipo en el otro. En el terreno amoroso esa confianza absoluta es maravillosa por cuanto ella sabe que yo nunca podría engañarla con otra mujer y yo se positivamente que ella nunca podría hacerlo con otro hombre. Ella conjuga en uno solo su amor de madre y de amante, y yo siento por ella el amor de hijo y el de amante. Es como estar seguros que nunca nada ni nadie podrá separarnos o enemistarnos. Sus intereses y los mios son uno solo. Fisicamente soy el hombre que más le gusta y más ama y exactamente igual para mi. Es mi mujer perfecta. Lo nuestro es devoción del uno por el otro. Sin detalles, nos amamos por completo.

ENTREVISTADOR:
¿Sólo han tenido sexo vaginal o además oral y/o anal?

ARIEL:
A los largo de nuestros cinco años de relaciones sexuales no existen secretos del uno con el otro, como asimismo no existe tipo de penetración, posición o forma de realizar el coito que no hayamos practicado. Tanto de parte de ella como de mi parte. Ambos, incluso, hemos bebido los fluidos del otro ya sea semen, flujo, sangre u orina. La relación es completamente plena y nada del otro nos es ajeno.

ENTREVISTADOR:
¿Durante el sexo se llaman “mama” e “hijo”?

ARIEL:
En nuestra relación nos preferimos llamar por nuestros respectivos nombres, pero durante el acto sexual a veces ella me llama hijo o nene y yo le digo mamá o mami. Estimo que en esos casos el morbo del acto sexual incestuoso y el saber que uno se encuentra en el útero materno donde inició su vida (de mi parte), y el saber que ha vuelto a tener su hijo en sus entrañas (por su parte), es lo que hace que nos llamemos así.

ENTERVISTADOR:
¿Es más excitante hacerlo con tu mamá?

ARIEL:
No solo es más excitante, sino que es sencillamente perfecta. La relación incestuosa en este caso es la máxima unión sexual y amorosa que puede lograr un hombre y una mujer.

ENTREVISTADOR:
¿Con qué frecuencia tienen sexo?

ARIEL:
Diariamente, y los fines de semana tres o cuatro veces por día.

ENTREVISTADOR
¿Qué es lo que más te gusta de todo lo que vivieron?:

ARIEL:
Todo, todo ha sido fascinante.

ENTREVISTADOR:
¿Dejarías embarazada a tu madre?

ARIEL:
A lo largo de estos años ella quedó varias veces embarazada, pero por cuestiones que atribuimos a la edad no pude retener y al poco tiempo tuvo pérdidas en todos los casos. Me hubiera encantado que ella hubiera tenido un hijo nuestro pero no pudo ser. De todos modos eso no afecta nuestra relación sino que la perfecciona porque de este modo somos totalmente el uno para el otro, sin interferencias de ningún tipo.

ENTREVISTADOR:
¿Están enamorados?

ARIEL:
Absolutamente, ambos lo estamos del otro.

ENTREVISTADOR
¿Alguien de tu entorno sabe que tienes sexo con tu madre?

ARIEL:
Nadie, es un secreto absoluto. Sentimos que la sociedad en que vivimos no está preparada para asimilar algo así, entonces hemos preferido no comentarlo con absolutamente nadie. Ni ella ni yo. Además este tipo de relaciones es mejor si nadie comparte tu secreto.

ENTREVISTADOR:
Según el diccionario el incesto es: "la práctica de relaciones sexuales y/o el establecimiento de alguna relación de parentesco entre individuos vinculados entre sí por alguna relación previa de ese mismo tipo, bien sea por afinidad/alianza (matrimonio) o por consanguinidad". Si tú escribieras el diccionario. ¿Cómo definirías el incesto?


ARIEL:
En nuestro caso es la relación sexual y afectiva plena y perfecta. Sin secretos y con total compañerismo y amistad, además de la unión filial.

ENTEVISTADOR:
¿El incesto puede ser placentero cuando es de mutuo acuerdo?

ARIEL:
Totalmente.

ENTREVISTADOR:
¿Debiera ser legal?

ARIEL:
Eso nunca lo he pensado. Creo que con el tiempo, frente al peligro mortal de enfermedades sexuales como por ejemplo el sida, los avances en este tema que plantea la internet a través de foros de charla y discusión, y la desmitificación consecuente de todos los tabúes respecto del incesto, sobre todo relacionados con la procreación, se irán superando los bastiones culturales que lo impiden o penalizan. Con el tiempo va a tender a ser aceptado. La legalidad sería una consecuencia de la aceptación cultural.

ENTREVISTADOR:
¿Ella es el amor de tu vida?

ARIEL:
Sin ningún lugar a dudas.

ENTREVISTADOR:
¿Por qué supones que el incesto está tan mal visto socialmente?

ARIEL:
Por cuestiones absolutamente culturales, basadas en algún tipo de suposición biológica como ser el que el incesto puede ser la causa de desórdenes genéticos en la descendencia de parientes con relaciones sexuales. Esto no está absolutamente probado.

ENTREVISTADOR:
¿Y qué aprendiste de esta relación para algunos atípica?

ARIEL:
Muchas cosas, la más importante es la fidelidad de los afectos entre amantes.

ENTREVISTADOR:
¿Ella se ha sentido mala madre por tener sexo con su hijo?

ARIEL:
No creo que se sienta mala madre, sino una madre plena en todos los aspectos.

ENTERVISTADOR:
¿Te molesta vivir tu amor en secreto?

ARIEL:
No nos afecta, lo tomamos como algo normal. Son las reglas del juego. Cuando nos vamos de vacaciones, por lo general a lugares alejados, hacemos vida social de pareja normal, y con eso nos alcanza.

ENTREVISTADOR:
¿Podrías contarnos alguna de tus anécdotas más calientes?

ARIEL:
No es una anécdota, sino la inconmensurable sensación que sentí la primera vez que penetré a mi madre y sentí que volvía al seno materno donde fui concebido. La emoción me hizo poner la piel de gallina y llorar por los distintos sentimientos y sensaciones que tuve en ese momento. Lloré durante el acto y al llegar al orgasmo fue la sensación física más brutal que he experimentado en mi vida.

ENTREVISTADOR:
¿Qué consejos le darías a los hijos que desean a sus madres?

ARIEL:
Les diria que desde nuestro punto de vista no sólo no es malo sino que ha sido una experiencia reveladora y maravillosa. Pero cada individuo es un mundo. Este ha sido nuestro caso que no quiere decir que para otros funcione igual. Sobre todo si se trata de una relación que puede producir traumas o culpas de distinto tipo.

ENTREVISTADOR:
¿Y a las madres que deseen a sus hijos? ¿Qué les puede ofrecer un hijo en el sexo a ellas?

ARIEL:
La plenitud del sexo. Creo que toda madre ha fantaseado alguna vez y en secreto en tener relaciones con sus hijos varones, sobre todo el primogénito. De igual modo, todo hijo alguna vez y en secreto ha tenido fantasías con su madre. Es más, la primera masturbación de todo hombre es casi seguro que la hizo con la imagen de su madre desnuda en su mente.

ENTREVISTADOR:
¿Qué expectativas tienes con ella?

ARIEL:
Que nunca tenga fin lo nuestro. Todo lo haría por ella y con ella y, del mismo modo, ella lo haría todo por mi y conmigo, y de hecho lo hacemos.


gracias a FEDERICODIAZ por la entrevista

4 comentarios - Entrevistas incestuosas : Ariel y su madre

tinkerbell_one
Me parece ,muy armada e inverosimil esta hstoria
brozeando +1
La historia me parece real,aunque no creo que tener hijos con tu madre sea sano ni psicologicamente, incluso estaría en riesgo la salud del hijo.

Lo mejor es no meterse con las mujeres de tu familia (madre y hermanas principalmente), me atreveria a decir que es necesario superar ese complejo de Edipo para vivir de una manera plena, formar una pareja brinda muchas lecciones incluyendo amor, erotismo, amistad y muchas cosas buenas.
arpegio2000
para mi es muy buena historia y me suena muy realista
amantedemama +2
LO MIO CON MAMA ES REAL TENGO 43 AÑOS MI MADRE ACABA DE CUMPLR 65 Y TENGO FOTOS Y VIDEOS DE CUANDO HACEMOS EL AMOR QUE HE TOMADO EN NUESTRA INTIMIDAD Y SI ALGUIEN TIENE MATERIAL REAL DE UNA RELACION DE MADRE HIJO ESTOY EN LA MEJOR DISPOCISION DE INTERCAMBIAR ELLA Y YO TENEMOS DIEZ AÑOS COMO AMANTES Y ESTOY DE ACUERDO EN TODO LO QUE DICE EL ENTREVISTADO