Multi-orgasmos húmedos.
Antes que nada cabe mencionar que prefiero hacer el amor que tener solo sexo, pero el sexo crudo, sin sentimientos ni emociones involucradas ha sido algo para recordar.
Tengo que comenzar este relato comentando que es algo real y que aunque han pasado ya algunos años de eso, cada vez que recuerdo esas experiencias me voy por un momento a ese lugar en la memoria donde se guardan los recuerdos más viscerales y animales que un ser humano puede tener.
No usaré nombres, pero intentare transmitir con palabras las imágenes que llegan a mi mente, primero ella; capitalina, 24 años, piel blanca y tersa, irradia juventud y tiene en la mirada algo que me atrae, me incita a tocarla y hacerla mía cada vez que la tengo cerca, es mas o menos de mi estatura (1.76), senos pequeños, tiene el cuello largo al igual que el torso y las piernas, cintura pequeña y unas caderas impresionantes, no solamente amplias, redondas, exuberantes que daban paso a unas piernas torneadas, había sido edecán en mas de una ocasión, su trasero al igual que su cadera eran grandes, nalgas redondas, levantadas, era imposible no voltear a verla al caminar, les juro que en este momento me sudan las manos solo de recordarla.
La conocí de manera casual, ella saliendo de una mala relación y yo, pues buscando algo de diversión, algo para olvidar el pasado y seguir adelante, la combinación perfecta.
Al mirarla a los ojos podía sentir la tensión en el aire, esa que se siente como preámbulo a algo grande, como cuando acercas 2 imanes y buscas ese punto en que se acercarán de manera irremediable, de manera involuntaria y casi caótica, entró a mi casa y casi de inmediato nos besamos, podía sentir la calidez de su cuerpo junto al mio, rosaba sus pechos contra mi, sus pezones estaban duros, su reparación se agitaba cada vez mas, sus pupilas dilatadas me iban llevando a un mundo donde no hay nada mas que nuestros cuerpos y nuestro deseo.
La empujé contra la pared de la sala, se estremeció, besaba su cuello, empecé a tocar sus senos, su cadera, sus nalgas, caray que trasero, ella me apretaba dirigía mis manos hacía los lugares que la vuelven loca, sin darme cuenta metió su mano en mis pantalones y tomo mi verga, lo acariciaba suavemente pero firme, constante, nos detuvimos por un instante pues caímos en cuenta que mi roomate estaba entrando a la casa.
Nos fuimos a mi recamara, sin dejar de vernos, sin dejar de besarnos, como era la primera vez que estábamos juntos buscábamos esas pequeñas señales que te dicen hacia donde ir, como moverte, como tocar, nos tendimos en mi cama, la ropa se fue desprendiendo de nuestro cuerpos de manera involuntaria, el sudor ya empezaba a recorrer nuestros cuerpos.
Nos estuvimos besando y acariciando por 5 o 10 minutos, desnudos, disfrutando cada parte de nuestros cuerpos, yo mordía sus pezones y pasaba mi lengua por sus pequeños pechos, su piel blanca se erizaba cada vez que metía mi mano entre sus piernas, ella estaba mojadísima, me puse sobre ella, de frente y comencé a penetrarla, despacio, quería gozarla lo más posible, de repente ella empujó mi cadera hacia ella, la penetré por completo y lanzó el primer gemido involuntario de placer.
Lo hacíamos despacio, a un ritmo pausado, recorriendo si vagina despacio, y ella apretándome riquísimo, le levante las piernas, la tomé de la corva de las rodillas y le penetré más rápido y más profundo, pasaron 10 o 15 minutos de placer inigualable, ya sudábamos copiosamente, en eso llegó, el orgasmo de ella me dejó pasmado, se convulsionaba una y otra vez dejando salir un liquido casi a presión de su vagina, por un instante pensé que estaba orinando, pero no tenía olor, ella se disculpó pues dejó mi cama mojada, yo le dije que no había problema y sin terminar la frase seguí penetrándola.
Ella me envolvió con sus piernas y gritaba no pares, no pares ….. no pasaron ni 2 minutos cuando me dijo, ya voy de nuevo, las contracciones no se hicieron esperar, los chorros que salían de su vagina ya mojaban mis muslos, para no hacer el cuento largo, ella tuvo 5 orgasmos, cada uno igual o mas intenso que el anterior, me miraba feliz, extasiada y plena, yo me detuve por un instante y pensé que ahí iba a terminar todo, ella satisfecha tras varios orgasmos y yo, pues contento pero con la verga a punto de reventar.
Cual fue mi sorpresa cuando me dijo, “que quieres, pídeme lo que quieras” yo le dije, quiero que te pongas en cuatro, su respuesta fue, “pensé que no lo ibas a pedir, pero hazme un favor, métemela por atrás”, les juro que el simple hecho de escuchar eso eso casi me hace tener un orgasmo.
Yo estaba muy caliente, me sentía como un animal, ella se puso en cuatro, hizo un arco con su espalda para que viera la plenitud de ese culo hermoso que tiene, su cadera amplia se veía mas grande desde atrás, sus nalgas grandes y redondas no dejaban ver su ano, era necesario abrirlo con ambas manos para poderlo ver, así lo hice y de manera instintiva le fui besando la cintura, la cadera, las nalgas, y fui bajando hasta ver la aureola de su ano, rosa igual que su vagina, mojado, ella era muy blanca, al comenzar a pasar mi lengua pude sentir como palpitaba.
Introduje mi lengua un poco y su ano presentó poca resistencia, ella gemía y tocaba su clítoris, al dejar de estimularla con la boca me dijo “nunca me habían hecho eso, cógeme, quiero sentirte hasta adentro” yo me incorporé, admire una vez mas su cuerpo y sin dudar acerqué mi verga a su ano, la empecé a penetrar lento, suave, disfrutando de su calor y de esa presión que empezaba a rodear mi miembro.
Su culo estaba caliente, lubricado de forma asombrosa, me apretaba mucho y sus gemidos me calentaban cada vez más, una vez que la penetré por completo me detuve pues sentí que iba a explotar, ella se empezó a mover, me buscaba, me quería dentro de ella, cada ve mas rápido, podía sentir como el sudor recorría su espalda, yo la tomé de la cintura, era una escena casi animal, puro instinto, de pronto ella gritó, una vez mas tuvo un orgasmo, su vagina explotó mojando las sábanas de nueva cuenta y no me puede contener, quise salir para no eyacular dentro de ella pero me detuvo con su mano, así, descargué todo mi semen dentro, gemíamos, nos quejábamos, nos contorsionábamos al ritmo de nuestros cuerpos de manera involuntaria.
Así estuvimos un instante, saque mi verga de su cuerpo y pude ver como el semen comenzaba a escurrir fuera de su cuerpo, ella no se movía, yacía totalmente relajada recostada boca abajo, al recostarme a su lado me beso en la boca, solo dijo “gracias, vamos a dormir un rato”.
Solo queda decir que pasamos 3 meses juntos, ella regresó con su pareja y yo seguí con mi vida, como dije al principio, prefiero hacer el amor que tener solo sexo, pero no cambiaría esos 3 meses por nada…….
Antes que nada cabe mencionar que prefiero hacer el amor que tener solo sexo, pero el sexo crudo, sin sentimientos ni emociones involucradas ha sido algo para recordar.
Tengo que comenzar este relato comentando que es algo real y que aunque han pasado ya algunos años de eso, cada vez que recuerdo esas experiencias me voy por un momento a ese lugar en la memoria donde se guardan los recuerdos más viscerales y animales que un ser humano puede tener.
No usaré nombres, pero intentare transmitir con palabras las imágenes que llegan a mi mente, primero ella; capitalina, 24 años, piel blanca y tersa, irradia juventud y tiene en la mirada algo que me atrae, me incita a tocarla y hacerla mía cada vez que la tengo cerca, es mas o menos de mi estatura (1.76), senos pequeños, tiene el cuello largo al igual que el torso y las piernas, cintura pequeña y unas caderas impresionantes, no solamente amplias, redondas, exuberantes que daban paso a unas piernas torneadas, había sido edecán en mas de una ocasión, su trasero al igual que su cadera eran grandes, nalgas redondas, levantadas, era imposible no voltear a verla al caminar, les juro que en este momento me sudan las manos solo de recordarla.
La conocí de manera casual, ella saliendo de una mala relación y yo, pues buscando algo de diversión, algo para olvidar el pasado y seguir adelante, la combinación perfecta.
Al mirarla a los ojos podía sentir la tensión en el aire, esa que se siente como preámbulo a algo grande, como cuando acercas 2 imanes y buscas ese punto en que se acercarán de manera irremediable, de manera involuntaria y casi caótica, entró a mi casa y casi de inmediato nos besamos, podía sentir la calidez de su cuerpo junto al mio, rosaba sus pechos contra mi, sus pezones estaban duros, su reparación se agitaba cada vez mas, sus pupilas dilatadas me iban llevando a un mundo donde no hay nada mas que nuestros cuerpos y nuestro deseo.
La empujé contra la pared de la sala, se estremeció, besaba su cuello, empecé a tocar sus senos, su cadera, sus nalgas, caray que trasero, ella me apretaba dirigía mis manos hacía los lugares que la vuelven loca, sin darme cuenta metió su mano en mis pantalones y tomo mi verga, lo acariciaba suavemente pero firme, constante, nos detuvimos por un instante pues caímos en cuenta que mi roomate estaba entrando a la casa.
Nos fuimos a mi recamara, sin dejar de vernos, sin dejar de besarnos, como era la primera vez que estábamos juntos buscábamos esas pequeñas señales que te dicen hacia donde ir, como moverte, como tocar, nos tendimos en mi cama, la ropa se fue desprendiendo de nuestro cuerpos de manera involuntaria, el sudor ya empezaba a recorrer nuestros cuerpos.
Nos estuvimos besando y acariciando por 5 o 10 minutos, desnudos, disfrutando cada parte de nuestros cuerpos, yo mordía sus pezones y pasaba mi lengua por sus pequeños pechos, su piel blanca se erizaba cada vez que metía mi mano entre sus piernas, ella estaba mojadísima, me puse sobre ella, de frente y comencé a penetrarla, despacio, quería gozarla lo más posible, de repente ella empujó mi cadera hacia ella, la penetré por completo y lanzó el primer gemido involuntario de placer.
Lo hacíamos despacio, a un ritmo pausado, recorriendo si vagina despacio, y ella apretándome riquísimo, le levante las piernas, la tomé de la corva de las rodillas y le penetré más rápido y más profundo, pasaron 10 o 15 minutos de placer inigualable, ya sudábamos copiosamente, en eso llegó, el orgasmo de ella me dejó pasmado, se convulsionaba una y otra vez dejando salir un liquido casi a presión de su vagina, por un instante pensé que estaba orinando, pero no tenía olor, ella se disculpó pues dejó mi cama mojada, yo le dije que no había problema y sin terminar la frase seguí penetrándola.
Ella me envolvió con sus piernas y gritaba no pares, no pares ….. no pasaron ni 2 minutos cuando me dijo, ya voy de nuevo, las contracciones no se hicieron esperar, los chorros que salían de su vagina ya mojaban mis muslos, para no hacer el cuento largo, ella tuvo 5 orgasmos, cada uno igual o mas intenso que el anterior, me miraba feliz, extasiada y plena, yo me detuve por un instante y pensé que ahí iba a terminar todo, ella satisfecha tras varios orgasmos y yo, pues contento pero con la verga a punto de reventar.
Cual fue mi sorpresa cuando me dijo, “que quieres, pídeme lo que quieras” yo le dije, quiero que te pongas en cuatro, su respuesta fue, “pensé que no lo ibas a pedir, pero hazme un favor, métemela por atrás”, les juro que el simple hecho de escuchar eso eso casi me hace tener un orgasmo.
Yo estaba muy caliente, me sentía como un animal, ella se puso en cuatro, hizo un arco con su espalda para que viera la plenitud de ese culo hermoso que tiene, su cadera amplia se veía mas grande desde atrás, sus nalgas grandes y redondas no dejaban ver su ano, era necesario abrirlo con ambas manos para poderlo ver, así lo hice y de manera instintiva le fui besando la cintura, la cadera, las nalgas, y fui bajando hasta ver la aureola de su ano, rosa igual que su vagina, mojado, ella era muy blanca, al comenzar a pasar mi lengua pude sentir como palpitaba.
Introduje mi lengua un poco y su ano presentó poca resistencia, ella gemía y tocaba su clítoris, al dejar de estimularla con la boca me dijo “nunca me habían hecho eso, cógeme, quiero sentirte hasta adentro” yo me incorporé, admire una vez mas su cuerpo y sin dudar acerqué mi verga a su ano, la empecé a penetrar lento, suave, disfrutando de su calor y de esa presión que empezaba a rodear mi miembro.
Su culo estaba caliente, lubricado de forma asombrosa, me apretaba mucho y sus gemidos me calentaban cada vez más, una vez que la penetré por completo me detuve pues sentí que iba a explotar, ella se empezó a mover, me buscaba, me quería dentro de ella, cada ve mas rápido, podía sentir como el sudor recorría su espalda, yo la tomé de la cintura, era una escena casi animal, puro instinto, de pronto ella gritó, una vez mas tuvo un orgasmo, su vagina explotó mojando las sábanas de nueva cuenta y no me puede contener, quise salir para no eyacular dentro de ella pero me detuvo con su mano, así, descargué todo mi semen dentro, gemíamos, nos quejábamos, nos contorsionábamos al ritmo de nuestros cuerpos de manera involuntaria.
Así estuvimos un instante, saque mi verga de su cuerpo y pude ver como el semen comenzaba a escurrir fuera de su cuerpo, ella no se movía, yacía totalmente relajada recostada boca abajo, al recostarme a su lado me beso en la boca, solo dijo “gracias, vamos a dormir un rato”.
Solo queda decir que pasamos 3 meses juntos, ella regresó con su pareja y yo seguí con mi vida, como dije al principio, prefiero hacer el amor que tener solo sexo, pero no cambiaría esos 3 meses por nada…….
1 comentarios - Squirter, miltiorgasmo.