Hola poringueros y poringueras. Les escribo mientras me recupero de mi fiesta de cumpleaños. Lo hago con dificultad, las manos me tiemblan mientras la veo a mi mujer Déborah desnuda y dormida abrazada a Oscar que también yace a su lado desnudo. En un sillón del living se encuentra Miriam, la esposa de este en tanto Tatiana, su hija se está duchando.
Están mareados? Imagínense como puedo estar después de una orgía entre todos.
La cosa empezó ayer a la mañana cuando con mi mujer nos despertamos temprano a la mañana con un apasionado beso que desembocó en un encuentro caliente de buen sexo, tal como lo venimos haciendo desde hace seis años que estamos juntos. Mientras mi mujer me besaba su mano derecha presurosa sacó mi pene y lo empezó a masajear. Mis manos no se quedaron atras y le quitaron la parte superior del baby doll quedando sus pechos turgentes al descubierto. Sus pezones sobresalían llamando la atención como si pidiera que lo pellizcaran con mis gruesos dedos. Ella empezó a chuparme el pene con buen ritmo, en tanto yo la acomodo para que juntos nos hagamos un 69. Aquello era sumamente placentero, mi mujer gemía sobreexcitada por cada vez que mi lengua recorría su húmeda vagina. De vez en cuando paraba y le hundía mis dedos en su vagina enloqueciéndola aún más.
La maestría de mi mujer con el pene hizo que le largue un chorro de semen que le salpicó la cara, los ojos y el pelo.
Cuando pensamos que ibamos a seguir mi mujer se detiene y me dice que se guardaba para el "regalito" de la noche.
Me fui al trabajo lleno de curiosidad por lo del "regalito" de mi mujer... ¿Que será? Daba la impresión de tener algún vínculo sexual pero me parecía raro en ella que, si bien tenemos sexo muy bueno, lo hacemos en forma convencional. nada de anal, nada de grupal ni tríos ni nada raro.
Casi de noche regresé y ella me recibe en la puerta con un beso de lengua que por poco terminamos haciendo el amor en la puerta del departamento. Dos vecinas al paso miran escandalizadas y persignándose.
Cuando le pregunto por el "regalito" ella me pide que me bañe y me prepare que vienen visitas. De inmediato me amargué en pensar que mi hermano con su mujer, mis padres, mis suegros y cuñadas llenarían mi casa de ruidos, música y charlas sin sentidos. Todo, menos sexo...!!!!!
Me bañé y me puse un jeans gastado, una remera de Iron Maiden y un calazado deportivo y así aparezco en el living. Horrorizada mi mujer me pide que me vista mejor para una cita "especial", marcándome las comillas al aire con los dedos. Contrariado y confundido me pongo una camisa blanca con rayas finas grises, pantalón de vestir gris oscuro y zapatos de vestir negros brillosos, le agrego la fragancia de un buen perfume importado para cumplir con el pedido de mi esposa. Paciente esperé a mi esposa que se duchó y se encerró en la habitación sin permitir que entre.
Mientras esperaba a mi esposa se escucha el timbre, grande fue mi sorpresa cuando veo a Oscar y Miriam, un matrimonio que conocemos de cuando bailábamos salsa y merengue. Ellos, algo mayor que nosotros llegaron con su hija Tatiana de 19 años recién cumplidos. Ellos irradiaban clase y sensualidad, las damas vinieron de vestidos cortos suelto que con sus caderas movián insinuantes, en tanto él lo hizo de ropa sport sobria y elegante. Nos saludamos y los invité a que se pongan cómodos mientras esperabamos a que mi mujer se digne a salir del claustro de la habitación.
Minutos más tarde mis ojos no salían de su asombro, de la habitación salía mi mujer con un vestido largo, muy escotado y sexy, algo suelto a la altura de los pechos pero que marcaba su figura. Su cabello estaba recogido sujetado con un broche brillante que hacía juego con sus aros y una gargantilla, A su andar sonaban en el piso de madera los clap! de los tacos de sus zapatos. En su camino dejó una estela de su rico perfume.
Saludo a cada uno de nuestras visitas, cuando se agachó para saludar a Oscar noto a casi 5 metros de ella como se notaban los pezones de sus pechos que su amplio escote no podían (o no querían) ocultar. La situación me desbordaba, los sentimientos eran confusos, por un lado me excitaba verla a mi esposa tan sexy, por el otro que Oscar notara también lo sexy que estaba me hacía brotar de celos. Mi cara era el reflejo de todo eso, no sabía si reir, llorar o que.
Luego de unos minutos de charla mi mujer puso música para que bailemos, y con ellos nada mejor que el ritmo sabrosón de Oscar D'Leon, uno de mis favorritos. Mientras mi mujer buscaba champagne yo bailaba con Tatiana en tanto Oscar lo hacía con su esposa, rotábamos las parejas mientras la dama que quedaba libre se encargaba de servir las copas, jamás me había divertido tanto, tan es así que dejé de lado mis celos por mi esposa y su atrevido vestuario. Más avanzada la noche llegó el momento de la torta. Se la veía muy apetecible y bonita, tal como me gusta a mi con crema y frutillas. Luego de los tres deseos soplé las velas y casi instantaneamente mi mujer con voz impaciente dijo que era la hora que recibiera el regalo.
Para ello me pidieron que me siente en una silla, lo que hice sin objetar. Por detrás siento que mi esposa me vendaba con un pañuelo sedoso y luego con su mano acariciaba sugestivamente mi cuello. Posteriormente siento que me toman de los brazos y con otros pañuelos me sujetaban a la silla. La situación me excitaba aunque noté que eran dos damas las que me ataban, mis ojos no veían pero la mezcla de los perfumes de las damas hacían que la cabeza trabajara a pleno. Poco después siento que una de ellas me desabotona la camisa y mientras se deshacía de cada botón avanzada en sensuales besos a mi cuello y mi pecho. Simultaneamente otra dama empieza a bajarme el cierre del pantalón, libera mi pene que pujaba por salir y le da una felatio sensacional. A esa altura no pensaba que había tres damas pero las que se ocupaban de mi eran dos, solo me entregaban a ellas extasiado. La que me quitó la camisa acercó sus pechos y siento uno de sus pezones en mis labios. Los beso y los chuponeo con desesperación como un bebé hambriento. Mi desesperación fue tal que me desprendo de las ligaduras a la silla y con mis manos sujeto a ambas damas para que no se me escapen. Llegando al punto máximo del climax advierto alas damas que estoy por eyacular, entonces una de ellas me empezó a pajear provocando que largue mi primer chorro de semen. casi de inmediato y mientras acababa me quito la venda y observo a Miriam y Tatiana que recibieron mi semen en sus pechos y sus caras. Al mirar a un costado veo a Déborah como estaba recibiendo en cuatro las embestidas de Oscar.
Mi pene estaba a pleno para seguir en esta orgía alocada. Tatiana se puso delante mío y se agachó esperando recibir su parte por detrás en tanto su madre con dulzura y maestría me masturbaba y guiaba mi pene a la vagina de su hija. Cuando la empiezo a penetrar su rostro se desdibuja, sus manos se aferran a mi y sus dientes muerden su labio inferior. Mientras le doy a Tatiana veo como Oscar cambió y le empezó a dar a su esposa Miriam en tanto ella le comía la vagina a mi esposa. Los repetidos orgasmos de esta joven eran evidente por los espasmódicos movimientos y la manera en que su vagina pareciera querer cerrarse apretando mi pene y calentándome más. Más tarde otro buen chorro de semen queda en el interior de Tatiana quedando ella recostada sobre uno de los sillones. Mi esposa y Miriam se besaban en tanto Oscar les daba una buena lluvia de su blanco esperma que caía a borbotones sobre los rostros de tan bellas damas. Mientras nos reponíamos del desgaste le dije a mi esposa que estaba gratamente sorprendido por el regalo, ella me dijo que Miriam y Oscar eran swingers, que le habían contado sus experiencias y que le provocó curiosidad; pero lo que le sorprendió fue la presencia de Tatiana la hija de ellos. Mi esposa fue al baño a asearse un poco y al volver me encuentra masturbándome mientras Oscar y Miriam tenían una relación incestuosa con Tatiana que gozosa disfrutaba del morbo de hacerlo con sus padres y de ser observada. Mi esposa se sienta a mi lado y me pide que nos masturbemos mutuamente viendo ese espectáculo. La noche siguió con el primer anal de mi esposa que con paciencia y esmero le di, con lesbianismo entre las tres mujeres mientras Oscar se masnturbaba y yo lo filmaba y con mis últimas fuerzas le hice un anal a Miriam en tanto mi esposa hacía un trío con Oscar y Tatiana. Fue el mejor regalo de cumpleaños que me pudo dar mi esposa.
Están mareados? Imagínense como puedo estar después de una orgía entre todos.
La cosa empezó ayer a la mañana cuando con mi mujer nos despertamos temprano a la mañana con un apasionado beso que desembocó en un encuentro caliente de buen sexo, tal como lo venimos haciendo desde hace seis años que estamos juntos. Mientras mi mujer me besaba su mano derecha presurosa sacó mi pene y lo empezó a masajear. Mis manos no se quedaron atras y le quitaron la parte superior del baby doll quedando sus pechos turgentes al descubierto. Sus pezones sobresalían llamando la atención como si pidiera que lo pellizcaran con mis gruesos dedos. Ella empezó a chuparme el pene con buen ritmo, en tanto yo la acomodo para que juntos nos hagamos un 69. Aquello era sumamente placentero, mi mujer gemía sobreexcitada por cada vez que mi lengua recorría su húmeda vagina. De vez en cuando paraba y le hundía mis dedos en su vagina enloqueciéndola aún más.
La maestría de mi mujer con el pene hizo que le largue un chorro de semen que le salpicó la cara, los ojos y el pelo.
Cuando pensamos que ibamos a seguir mi mujer se detiene y me dice que se guardaba para el "regalito" de la noche.
Me fui al trabajo lleno de curiosidad por lo del "regalito" de mi mujer... ¿Que será? Daba la impresión de tener algún vínculo sexual pero me parecía raro en ella que, si bien tenemos sexo muy bueno, lo hacemos en forma convencional. nada de anal, nada de grupal ni tríos ni nada raro.
Casi de noche regresé y ella me recibe en la puerta con un beso de lengua que por poco terminamos haciendo el amor en la puerta del departamento. Dos vecinas al paso miran escandalizadas y persignándose.
Cuando le pregunto por el "regalito" ella me pide que me bañe y me prepare que vienen visitas. De inmediato me amargué en pensar que mi hermano con su mujer, mis padres, mis suegros y cuñadas llenarían mi casa de ruidos, música y charlas sin sentidos. Todo, menos sexo...!!!!!
Me bañé y me puse un jeans gastado, una remera de Iron Maiden y un calazado deportivo y así aparezco en el living. Horrorizada mi mujer me pide que me vista mejor para una cita "especial", marcándome las comillas al aire con los dedos. Contrariado y confundido me pongo una camisa blanca con rayas finas grises, pantalón de vestir gris oscuro y zapatos de vestir negros brillosos, le agrego la fragancia de un buen perfume importado para cumplir con el pedido de mi esposa. Paciente esperé a mi esposa que se duchó y se encerró en la habitación sin permitir que entre.
Mientras esperaba a mi esposa se escucha el timbre, grande fue mi sorpresa cuando veo a Oscar y Miriam, un matrimonio que conocemos de cuando bailábamos salsa y merengue. Ellos, algo mayor que nosotros llegaron con su hija Tatiana de 19 años recién cumplidos. Ellos irradiaban clase y sensualidad, las damas vinieron de vestidos cortos suelto que con sus caderas movián insinuantes, en tanto él lo hizo de ropa sport sobria y elegante. Nos saludamos y los invité a que se pongan cómodos mientras esperabamos a que mi mujer se digne a salir del claustro de la habitación.
Minutos más tarde mis ojos no salían de su asombro, de la habitación salía mi mujer con un vestido largo, muy escotado y sexy, algo suelto a la altura de los pechos pero que marcaba su figura. Su cabello estaba recogido sujetado con un broche brillante que hacía juego con sus aros y una gargantilla, A su andar sonaban en el piso de madera los clap! de los tacos de sus zapatos. En su camino dejó una estela de su rico perfume.
Saludo a cada uno de nuestras visitas, cuando se agachó para saludar a Oscar noto a casi 5 metros de ella como se notaban los pezones de sus pechos que su amplio escote no podían (o no querían) ocultar. La situación me desbordaba, los sentimientos eran confusos, por un lado me excitaba verla a mi esposa tan sexy, por el otro que Oscar notara también lo sexy que estaba me hacía brotar de celos. Mi cara era el reflejo de todo eso, no sabía si reir, llorar o que.
Luego de unos minutos de charla mi mujer puso música para que bailemos, y con ellos nada mejor que el ritmo sabrosón de Oscar D'Leon, uno de mis favorritos. Mientras mi mujer buscaba champagne yo bailaba con Tatiana en tanto Oscar lo hacía con su esposa, rotábamos las parejas mientras la dama que quedaba libre se encargaba de servir las copas, jamás me había divertido tanto, tan es así que dejé de lado mis celos por mi esposa y su atrevido vestuario. Más avanzada la noche llegó el momento de la torta. Se la veía muy apetecible y bonita, tal como me gusta a mi con crema y frutillas. Luego de los tres deseos soplé las velas y casi instantaneamente mi mujer con voz impaciente dijo que era la hora que recibiera el regalo.
Para ello me pidieron que me siente en una silla, lo que hice sin objetar. Por detrás siento que mi esposa me vendaba con un pañuelo sedoso y luego con su mano acariciaba sugestivamente mi cuello. Posteriormente siento que me toman de los brazos y con otros pañuelos me sujetaban a la silla. La situación me excitaba aunque noté que eran dos damas las que me ataban, mis ojos no veían pero la mezcla de los perfumes de las damas hacían que la cabeza trabajara a pleno. Poco después siento que una de ellas me desabotona la camisa y mientras se deshacía de cada botón avanzada en sensuales besos a mi cuello y mi pecho. Simultaneamente otra dama empieza a bajarme el cierre del pantalón, libera mi pene que pujaba por salir y le da una felatio sensacional. A esa altura no pensaba que había tres damas pero las que se ocupaban de mi eran dos, solo me entregaban a ellas extasiado. La que me quitó la camisa acercó sus pechos y siento uno de sus pezones en mis labios. Los beso y los chuponeo con desesperación como un bebé hambriento. Mi desesperación fue tal que me desprendo de las ligaduras a la silla y con mis manos sujeto a ambas damas para que no se me escapen. Llegando al punto máximo del climax advierto alas damas que estoy por eyacular, entonces una de ellas me empezó a pajear provocando que largue mi primer chorro de semen. casi de inmediato y mientras acababa me quito la venda y observo a Miriam y Tatiana que recibieron mi semen en sus pechos y sus caras. Al mirar a un costado veo a Déborah como estaba recibiendo en cuatro las embestidas de Oscar.
Mi pene estaba a pleno para seguir en esta orgía alocada. Tatiana se puso delante mío y se agachó esperando recibir su parte por detrás en tanto su madre con dulzura y maestría me masturbaba y guiaba mi pene a la vagina de su hija. Cuando la empiezo a penetrar su rostro se desdibuja, sus manos se aferran a mi y sus dientes muerden su labio inferior. Mientras le doy a Tatiana veo como Oscar cambió y le empezó a dar a su esposa Miriam en tanto ella le comía la vagina a mi esposa. Los repetidos orgasmos de esta joven eran evidente por los espasmódicos movimientos y la manera en que su vagina pareciera querer cerrarse apretando mi pene y calentándome más. Más tarde otro buen chorro de semen queda en el interior de Tatiana quedando ella recostada sobre uno de los sillones. Mi esposa y Miriam se besaban en tanto Oscar les daba una buena lluvia de su blanco esperma que caía a borbotones sobre los rostros de tan bellas damas. Mientras nos reponíamos del desgaste le dije a mi esposa que estaba gratamente sorprendido por el regalo, ella me dijo que Miriam y Oscar eran swingers, que le habían contado sus experiencias y que le provocó curiosidad; pero lo que le sorprendió fue la presencia de Tatiana la hija de ellos. Mi esposa fue al baño a asearse un poco y al volver me encuentra masturbándome mientras Oscar y Miriam tenían una relación incestuosa con Tatiana que gozosa disfrutaba del morbo de hacerlo con sus padres y de ser observada. Mi esposa se sienta a mi lado y me pide que nos masturbemos mutuamente viendo ese espectáculo. La noche siguió con el primer anal de mi esposa que con paciencia y esmero le di, con lesbianismo entre las tres mujeres mientras Oscar se masnturbaba y yo lo filmaba y con mis últimas fuerzas le hice un anal a Miriam en tanto mi esposa hacía un trío con Oscar y Tatiana. Fue el mejor regalo de cumpleaños que me pudo dar mi esposa.
2 comentarios - Feliz cumplaños mi amor.