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Mi Alumnita (Episodio 4)

Hoy Patricia me sorprendió una vez más. Al entrar la noté verdaderamente procupada, al preguntarle que le pasaba me explicó que después de la clase había quedado con su novio de 22 años del cual yo no conocía su existencia. Me mostré intrigado por la novedad y bromeando le demandé una “explicación urgente”. Sonriendo, se dispuso a contarme. Llevaba una minifalda blanca que contrastaba con el color moreno y el brillo de sus piernas carnosas, unos suecos altos que estilizaban su figura y la hacían más yegua de lo que era; arriba una camisa rosa abierta en el escote y una cadenita de oro entre las tetas, el pelo suelto y engominado como si acabara de salir de la ducha.
-Hace unos meses que salgo con él, pero es muy infantil y cada vez que estamos sólos se vuelve loco, me manosea como un tarado y se descontrola. No es como vos que me tratás como una mujer, él está caliente todo el tiempo y quiere sexo siempre. Algo hicimos ya pero cada vez quiere más y más. El otro día intentó metérmela por atrás y me dolió, no sabe cómo hacerlo y hoy supongo que querrá lo mismo. Por eso pensé en adelantarme e ir preparada a la cita, y pensé que podías ayudarme…
-¿Cómo podría ayudarte Patri? No entiendo…
-No sé… quizás preparándome para el encuentro. ¿Te acordás el otro día como me preparaste la colita?
-¡Ah…! Voy entendiendo. Mirá lo que no podemos hacer es dejar de dar las clases, para eso me paga tu papá y no para prepararte el orto y que tu novio te culee.
-Sí, ya sé. No sé…¿nos fumamos un cigarrillo y pensamos un poco?
-Ay, ay, ay… siempre te salís con la tuya eh…?
-Jijiji…!

Me calentaba fumar con ella, mirarla, imaginarme que en unos instantes estaría haciéndole lo que quisiera… era tan puta mi alumnita preferida.

-Bueno, creo que he dado con la solución… Lo primero que vamos a hacer es sacarte la ropita.
-Sí!!! Gracias Profe… ¿Los suecos también?
-No, quedáte calzada y en bolas. Me calienta más…voy a buscar un aceite de bebé que tengo en el baño.

Al volver, la vi de pie con esos tacos altos y desnuda fumando. Una imagen que hizo que mi erección se disparara.
-Mirá Patri, te voy a ir preparando el culo mientras estudiás el tema del día, ¿ok?
-¡Siii! Ese es mi profe…!

Me desnudé y la invité a que se sentara encima mio, inundé mis dedos de aceite y empecé a trabajarle el agujero mientras ella hacía ejercicios. Primero recorrí todo el anillo con el dedo corazón hasta distenderlo lo más posible. Poco a poco introduje la punta del dedo y lo dejé estático, ella lentamente empezó a mover su orto permitiendo que entrara más y más.

-¡Lo está haciendo bien hija de puta!
Ella como si nada: - No entiendo este tema Profe… Mientras movía las nalgas en forma circular y su culo devoraba mi dedo.
Introduje 2 dedos de golpe y jadeó como una perra pero no se quejó, los dedos entraban hasta los nudillos.
Mi verga estaba a punto de explotar, entonces probé puertearle con la cabeza. La tengo muy gorda y debía estar cuidadoso. La empapé de aceite y lentamente le fui metiendo presión en el orto con mi pija, ella apretaba el lápiz con fuerza pero no rechistaba.
Minuto a minuto fui ganando terreno y lentamente mi pija estuvo adentro, su culo moreno y aceitado chocaba con mis huevos llenos de leche hirviendo.
Al querer culearme la agarré del pelo y le dije que no se moviera, que esto era para que su noviecito se la culeara a destajo, que yo sólo estaba ayudándola…
-Es que Ud. Me calienta profe… más que mi novio, ¿no puedo cabalgar sobre su pija?
-No putita, ya cabalgarás dentro de un rato.
Así estuvimos clavados un buen rato mientras le corregía los ejercicios de mates… mi pija estuvo a punto de estallar varias veces pero me corté pensando en cualquier cosa.
A veces sacaba mi barra para ver cómo iba la dilatación. Era alucinante comprobar que ese agujero tenía el tamaño de una pelota de golf. Ya podía jugar todo lo que quisiera, entraba y salía, el orto se cerraba y volvía a abrirse en cada embestida, los tejidos estaban distendidos, relajados. Listos para una culeada fenomenal.

Al terminar la clase, le saqué la verga de golpe y le dije que ya estaba preparada y que ese culo iba a estar relajado por un par de horas más.
Ella estaba felíz y chorreando de calentura, sus piernas empapadas de efluvios de la tarde de verano que habíamos pasado.
-Profe… ¿y Ud? ¿Se va a quedar así? No esto no puede ser…su alumnita no puede permitirlo.
Me empujó sobre el sofá y me montó trabándome los brazos y las piernas. De golpe se sentó en mi pija y comenzó a cabalgar como una loca, su culo estaba lubricado y permitía un vaivén único, gritaba como una hija de puta.
-Llenáme el culo de leche hijo de puta…Quiero que mi novio cuando la meta se empape la verga con tu leche…Dale, dale….Aahhhh, ahhhhg…!

Duré apenas un minuto. El chorro de leche golpeó dentro de su vientre de una forma animal, fue mucha leche la que me ordeñó con su ano dilatado. Estaba felíz de haberlo logrado, se vistió rápido:

- Yupiiii Profe, ahora me voy corriendo antes de que baje la lechita… La próxima semana le cuento… Chaucisssss…!

Continuará.

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