Relato acerca de la vez que me quedé sola con tres amigos que era de mi entera confianza hasta antes de esto.
De la vez que mis mejores amigos me lo hicieron a la fuerza.
Hola, me llamo Jessica y voy a relatar lo que me pasó hace más o menos dos años.
Tengo 22 años, soy de complexión delgada, mido 1.67, mi cabello es rubio cenizo y me gusta usarlo largo. Estudio en la Universidad por las tardes, en la mañana trabajo en una cafetería para sostenerme los estudios. Rento un departamentito en una zona céntrica de la ciudad.
En la Universidad tenía un grupo de amigos y amigas que todo hacíamos juntos; los trabajos en equipo, estudiábamos para los exámenes, íbamos al cine, a comer o a fiestas, etcétera.
Lo que relato aquí sucedió en una ocasión en que nos vimos en mi departamento para realizar unos trabajos de la escuela y estudiar para unos exámenes; era sábado y mis amigos llegaron desde las 10:00 de la mañana; trabajamos, estudiamos, comimos y bebimos unas cervezas al mismo tiempo; a eso de las 5:00 de la tarde mis amigas Sonia y Karina dijeron que ya se iban, les dije que me esperaran para acompañarlas a la salida. Fui al baño y cuando regresé ya no estaban, solo se habían quedado mis amigos Andrés, Esteban y Carlos, al que yo consideraba mi mejor y gran amigo, pues nos conocíamos desde niños y nos teníamos una gran confianza. Me dijeron que las chicas les encargaron que las despidieran de mí y nos sentamos en el sofá a platicar un rato, me dijeron que se irían una hora después.
Carlos tenía aliento alcohólico, le dije que cuantas cervezas había tomado y dijo que solo tres; no le creí, yo vi que había tomado más. Total, que seguimos platicando y como media hora después él me dijo que yo siempre le había gustado y que quería ver si podíamos ser algo "más que amigos". Me reí y le dije que no estuviera jugando, que él era para mí casi mi hermano. Noté que se molestó un poco y traté de calmarlo diciendo que yo lo quería, pero no de esa manera, sino como hermanos, como le acababa de decir. Andrés y Esteban hicieron un ruido que pareció una burla para Carlos, algo así como "¡Uuuuuuuuuuuhhhhhhhhh!"
No se que pasó. Carlos se transformó. De aquel amigo cariñoso y comprensivo que yo conocía, se convirtió de repente en un monstruo; se aventó sobre mí y ambos nos caímos del sofá; rodamos por el tapete redondo que tengo en el piso y él quedó sobre mí; me sujetó los brazos firmemente a los lados e intentó besarme en la boca; yo trataba de evitarlo y empecé a gritarle: ¡Qué haces, detente, suéltame o te pego! El se veía raro, con la mirada vidriosa y entendí que aparte de las cervezas de seguro había consumido alguna droga.
Forcejeamos, él seguía intentando besarme y yo lo evitaba hasta que me atrapó y me besó a la fuerza, me metió su lengua hasta la garganta, luego empezó a besarme el cuello y me dijo al oído que como no había querido por las buenas, sería suya a la fuerza. Yo trataba de soltarme, pero su peso y fuerza me tenían aprisionada, además de que estaba sorprendida por la reacción de él; empecé a gritar y patalear, pero parecía que a él no le importaba, estaba como loco. Empecé a pedirle ayuda a mis amigos, les grité: "¡Ayúdenme, por favor, quítenmelo de encima!". Pero ellos no hicieron nada, por el contrario, parecían divertidos con lo que pasaba.
Yo me había vestido ese día con una blusa blanca, jeans ajustados y tenis para estar cómoda. De repente, Carlos me sostuvo las dos manos con solo una de las suyas arriba de mi cabeza y con la otra comenzó a tirar de mi blusa, por lo que los botones salieron volando. Carlos me subió el sostén y dejó mis pechos al descubierto, comenzó a chuparlos con desesperación, los lengüeteaba y mordisqueaba; yo solo atinaba a decir: "Ya detente por favor, no sigas". No sé porqué dejé de gritar, sentí que suplicándole con voz más dulce se compadecería de mí; pero no fue así.
Carlos se sentó sobre mí y le pidió a Esteban que me sostuviera las manos y él lo hizo y también me tapó la boca, volví a gritar, pero mis gritos se ahogaban en su mano; Carlos empezó a quitarse la ropa y le dijo a Andrés que trajera cinta y sacara una cámara; perdí de vista un momento a Andrés, pero muy pronto lo vi regresar, le entregó a Carlos cinta de la que se usa para asegurar cajas y traía también una pequeña cámara de video, y empezó a grabar todo lo que sucedía. Recuerdo que yo gritaba: "¡NO, no, basta, por favor, noooo!" pero también recuerdo que la mano de Esteban impedía que se escucharan mis gritos.
Llegué a la conclusión de que ellos habían preparado algo, pues no era casualidad que tuvieran lista la cámara, tal vez creyeron que yo estaría tomada y accedería a las pretensiones de Carlos y que nos filmarían teniendo sexo; pero su plan falló porque yo casi no tomé y rechacé a Carlos.
Entre Carlos y Esteban me voltearon boca abajo, este último colocó mi cabeza entre sus rodillas, impidiéndome moverme, luego me quitaron la blusa y el sostén con facilidad y Esteban me sostuvo los brazos atrás mientras Carlos me ataba con la cinta, luego me levantaron el cabello y me colocaron cinta alrededor del cuello, llegando hasta adelante y tapándome la boca con la misma; le dieron varias vueltas, impidiendo que algún sonido; me sentí perdida.
Después me volvieron a poner boca arriba y Carlos procedió a quitarme los tenis y calcetas, luego me desabrochó el jeans y me lo bajó junto con mis pantaletas, dejándome totalmente desnuda, yo me agitaba tratando de defenderme, pero ya no podía hacer nada, me tenían completamente inmovilizada y a su merced.
Carlos sonreía maliciosamente, sentí mucho miedo, pues nunca lo había visto así; me abrió las piernas, se hincó en medio de ellas, colocó su miembro en la entrada de mi vagina y sin ninguna consideración, de pronto empezó a penetrarme; sentí un profundo dolor cuando su pene penetró hasta el fondo de mí y más aún cuando empezó a moverse hacia adentro y afuera de mí, violándome sin piedad.
Carlos se acostó sobre mí, de nuevo me besó y mordisqueó los senos y luego me dijo al oído: "Si hubieras querido, la hubiéramos pasado muy bien tu y yo, pero por estúpida solo nos vamos a divertir nosotros y luego vamos a ganar dinero con tu video". Mientras me decía todo esto, seguía moviéndose afuera y adentro de mí, yo cerré los ojos y volteé la cara tratando de evadirme, pero no pude; el dolor que me provocaba y sus palabras me volvían loca; estaba desesperada, pero no podía hacer nada y Andrés seguía grabando.
Fueron varios minutos que sufrí la violación de Carlos, ví un destello y abrí los ojos, ví a Esteban desnudo tomándome fotografías. También vi la cara de Carlos, reflejaba una gran satisfacción con lo que hacía. En ese momento, además del dolor sentí una profunda rabia hacia mis ex amigos y coraje hacia mí por haber llegado a esa situación.
Carlos siguió haciéndomelo con fuerza, entraba y salía de mí sin piedad; el tiempo se me hizo eterno, yo quería que ya me dejara, pero él seguía y seguía y seguía, yo escuchaba las risas de los tres y sus palabras que decían: "Que buena está, con la ropa no se notaba", "Claro, por eso me gustaba". "Después de esto nadie la va a pelar", "Vamos a darle toda la noche y por todos lados".
Carlos me apretaba los senos con fuerza, provocándome más dolor, seguía moviéndose dentro de mí; yo ya no me podía mover y dejé de gritar, había perdido las fuerzas; el golpeteo de Carlos en mi vagina me hacía moverme hacia arriba y abajo. En la habitación solo se escuchaban los gemidos de placer de Carlos y los flashazos de la cámara digital de Esteban.
Minutos después sentí como Carlos llegaba a su orgasmo y soltaba inmensos chorros de semen dentro de mí; volví a agitarme y a gritar, tratando de evitarlo, pero seguía inmovilizada.
Carlos sacó su miembro flácido, me veía con una risa burlona; se levantó, le pidió a Esteban la cámara fotográfica y le dijo: "Es tu turno"; yo me revolví y traté de pedirle que se detuviera, pero él ya se hincaba. Entre los dos me hicieron darme la vuelta y me levantaron las nalgas, de tal manera que quedé empinada, sobre mis rodillas, pero con la frente en el tapete; Esteban se colocó detrás de mi y le dijo a Carlos que estuviera atento para que sacara una buena foto; dicho esto, sin más preámbulo, él metió salvajemente su pene en mi pobre vagina; Carlos y Andrés tomaban todo lo que sucedía. Este último ya se encontraba también desnudo y con su miembro erecto.
Esteban empezó a meter y sacar su pene son fuerza, emitiendo gemidos de satisfacción y diciéndome: "Que buena te pusiste, Jessiquita, estás bien sabrosa", "Te vamos a convertir en una puta profesional", "Ah, que sabroso coges mamacita" y cosas por el estilo; me sentí muy humillada.
Esteban entraba y salía sin piedad de mí, yo solo me quejaba, ya no gritaba pues era inútil; por más que trataba de soltar mis manos, pero la cinta estaba muy apretada y era imposible de romper, así como la que me tapaba la boca.
El movimiento que Esteban hacía provocaba que mi frente se raspara con el tapete y nos deslizábamos poco a poco, hasta que mi cabeza empezó a golpear con la base del sofá; Esteban se empezó a reír y comentó que me iban a salir chichones en la cabeza de tanto golpe; Carlos y Andrés también rieron; el primero se había sentado en un sillón y disfrutaba de una cerveza mientras veía lo que me hacía su amigo.
Después de un buen rato de estarme violando, Esteban sacó su miembro y soltó chorros de semen sobre mi espalda. El se levantó y yo me dejé caer rendida hacia un lado, esperando que me dejaran descansar o que se fueran de un a vez.
Pero faltaba Andrés; entre él y Esteban me hicieron hincarme y pusieron mi torso sobre el sofá, Andrés se colocó detrás de mí y me hizo abrir las piernas, sin miramientos me penetró con fuerza, provocándome un intenso dolor igual al de que me habían provocado sus dos amigos y de igual manera, empezó a meter y sacar su miembro de mí mientras Esteban filmaba y Carlos tomaba más fotos. Andrés gemía de placer y empezó a decir también que yo le gustaba y que me iba a gozar hasta cansarse. Yo lloraba ya en silencio, esperando que pronto mi ex amigo acabara y se largaran los tres.
Poco tiempo después, Andrés también terminó lanzándome chorros de semen en las nalgas y la espalda; luego se levantó y limpió su miembro con mi cabello.
De nuevo me desplomé en el piso, Andrés, Carlos y Esteban, aún desnudos, se alejaron un poco y empezaron a hablar entre ellos, de repente volteaban a verme; parecía que estaban decidiendo que iban a hacer. Los tres se acercaron a mí; me cargaron hasta sentarme recargada en la pata de mi mesa de comedor; me ataron los brazos a la pata de la mesa, también colocaron cinta alrededor de mi cuello que me sujetó a la mesa y me hicieron estirar las piernas, me ataron los tobillos juntos y luego se alejaron. Los escuché entrar a mi cocina y sacar cosas de ahí; hablaba, pero con volumen muy bajo, por lo que no entendía lo que decían.
Pasaron unos minutos y ellos regresaron; yo los miraba con ojos suplicantes para ver si me soltaban y ya me dejaban, pero sus intenciones eran otras. Uno de ellos, no se cual, me vendó los ojos y me dijeron que me esperaban grandes sorpresas.
Entonces sentí sus lenguas, los tres me recorrían por todo el cuerpo con sus lenguas húmedas. Esto empezó a excitarme, aunque yo no lo quería, pero las lenguas de mis tres ex amigos pasaban por mis muslos, mis pechos, mi cintura, todo…. La sensación era tremenda, no podía contenerla por más que me resistía y pensaba que ellos me habían violado.
Los escuché decir "Mira, ya se está excitando, tómale los pezones" y escuché el sonido de la cámara fotográfica, luego siguieron lamiéndome por un buen rato, yo estaba segura que me tomaban con ambas cámaras. Una de las lenguas empezó a juguetear con mi clítoris, lo que me volvió loca de placer, las otras dos se centraron en mis pezones, por lo que ya no pude más y después de varios minutos tuve un tremendo orgasmo que me sacudió todo el cuerpo. Ellos se detuvieron, rieron y alguno dijo: "¿No que no?, ¿verdad que si te gusta mamacita?". Quedé apenada por no haberme podido contener, pero el placer fue tan grande que aún me daban espasmos.
Unos pocos segundos después, alguien me quitó la cinta de la boca; me dijeron que obedeciera porque tenían un cuchillo de cocina junto a mi pezón y me lo hicieron sentir; apenas iba a protestar cuando sentí que un enorme miembro buscaba entrar en mi boca; intenté cerrarla, pero sentí el filo del cuchillo mientras alguien me decía: "¡No la cierres, chúpalo puta!" Me vi obligada a aceptar ese tremendo miembro en mi boca. El de inmediato empezó a moverse adentro y afuera de mi boca, emitiendo gemidos de mucho placer. Me tomó de la cabeza, pero yo no podía moverla por la cinta con la que me la habían sujetado a la mesa; por lo que él era el que se movía, obligándome a chuparlo.
Fueron varios minutos los que me tuvo así, hasta que terminó; sacó su miembro de mi boca y sentí como me llenaba de semen la cara y el cuerpo; ellos festejaban lo que hacía su compañero. En ese momento les supliqué que ya me dejaran en paz. "por favor muchachos, ya suéltenme, no sean así, les juro que no voy a decir nada, ya estuvo bien, por favor". Solo escuché sus risas y que uno de ellos, creo que era Carlos, decía: "¿Ya oyeron?, quiere que la soltemos". "Si todavía falta lo mejor Jessiquita, no te la vas a acabar, espérate". De nuevo les supliqué: "no muchachos, ya no por favor, ya déjenme, no sean malos", pero ellos solo se burlaban de mí.
Luego escuché como encendían mi computadora y comentaban de varios sitios pornográficos n Internet, accesaron a alguno y empezaron a decir que buscarían algo que pudieran hacerme; decían cosas como: "Mira, eso está chido", "Este está mejor", "vamos a ponerla así y le damos por el culo"; "Si y grabamos su cara cuando más le duela". De nuevo les dije: "oigan, están jugando, ¿verdad?, no sean gachos, me están espantando mucho".
Creo que fue Esteban el que me dijo: "más fácil hubiera sido si no te pusieras al brinco putitta". Ya sus voces se escuchaban distorsionadas por la bebida, estaban totalmente borrachos, por lo que supuse que ya no sabían bien lo que hacían.
De repente empezaron a soltarme de la pata de la mesa, entre los tres me cargaron y me llevaron a mi recámara; yo les pedía que me bajaran, lo hicieron pero hasta que llegamos a mi cama, ahí me aventaron, me amordazaron de nuevo y me dijeron que estuviera quieta mientras iban por unas cosas. En cuanto escuché que se alejaron yo empecé a moverme, tratando de levantarme y soltarme las ataduras, pero era muy difícil, pues aún tenía atadas las manos y los tobillos; estaba amordazada y con los ojos vendados, no sabía bien mi posición ni hacia donde moverme. De repente escuché murmullos y risas; me di cuenta que ellos habían estado ahí todo el tiempo y que se burlaban de mis esfuerzos por soltarme, así que dejé de hacerlo.
Me sentía ya muy cansada, me dolían los brazos y las piernas las sentía entumecidas; y mis ex amigos seguían allí planeando lo que iban a hacer a continuación.
De repente sentí como uno de ellos se montaba detrás de mí. Me quitaron la venda de los ojos y colocaron la cámara de video frente a mí; yo estaba totalmente atravesada en la cama; el que estaba detrás de mí dijo: "Me avisas cuando estés listo" Yo ya sentía su pene duro en la entrada de mi apretado ano y empecé a gemir para pedirle que no me lo hiciera por ahí, pues yo era virgen, nunca me lo habían hecho así; pero entonces escuché a Carlos decir: "Listo, puedes empezar" y me arrancó la mordaza de la boca, junto con un pedazo de carne de mi labio inferior; grité, pero en ese momento Esteban empezaba a penetrarme por le culo, por lo que solté un grito mayor: "¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyy noooooo, por favor!!!", pero era inútil, ya su miembro entraba en mi pobre ano cerrado, ni siquiera podía yo abrir las piernas, pues me las dejaron atadas.
Él empezó a entrar y salir de mi pobre ano y me levantaba la cara, jalándome del cabello, yo gritaba mientras Carlos me filmaba de frente y decía: "Eso, eso es que buena toma"; luego se levantaba, y dirigía la cámara hacia donde Esteban me penetraba. De esa manera estuvieron mucho tiempo, Carlos me filmaba, Andrés me sacaba fotos y Esteban gemía de placer con el gozo que mi violación le provocaba. Aparte de todo hacían bromas muy pesadas, como por ejemplo cuando Carlos le dijo a Esteban: "No me la vayas a dejar muy abierta cabrón, quiero sentir su culito apretado yo también" y Esteban respondió: "Yo no tengo la culpa de tenerla tan ancha, ni modo guey" ¡jajajaja! Reían como si fuera un chiste.
Después de un rato, Esteban se salió de mí y Andrés tomó su lugar, de igualo manera me lo metió sin consideraciones, lastimándome mi pobre ano; de nuevo grité, lo que aprovechó Esteban para meter su miembro en mi boca; me obligó a chupárselo con la amenaza de que si lo mordía me clavarían un cuchillo en el culo; con esas amenazas tuve que obedecer por más asco que me daba saber que el miembro que ahora yo mamaba había estado en mi ano. Me quejaba y solo se escuchaban mis gritos ahogados. "¡Mmmmmnnnn ppppppfffffffffnnnnnnnnmmmmmmmmmmm!".
Carlos se daba vuelo haciendo tomas de todo lo que me hacían, al parecer eso le daba mucho placer a él; era como el director de la película; les decía a ellos que hiceran, que pose tomaran y como me trataran.
Andrés gritaba: "¡De verdad que está buena la Jesi, nunca me la había imaginado así; uf, uf, uf, uf!" y Esteban solo decía: "Chupa puta, chupa, chupa, chupa. hasta que me lo dejes limpio cabrona". Fueron varios minutos de humillación y dolor, hasta que ambos terminaron; Andrés me soltó grandes chorros dentro de mí, yo sentía que me estaba cagando y Esteban me obligó a tragarme su asqueroso semen.
Carlos dijo: "Ahora, el gran final"; yo apenas iba a decirle que ya se detuviera cuando ellos me colocaron de nuevo cinta en la boca, rodeándome el cuello; luego cortaron todas las demás cintas que me ataban; por un momento pensé que habían terminado, pero de inmediato ellos me colocaron los brazos a los lados y comenzaron a envolverme con grandes trozos de la misma cinta; de tal manera que quedé totalmente envuelta, solo quedaron afuera mis nalgas, mis pechos y mi cabeza. Yo los miraba incrédula, no me imaginaba que pretendían, pero pronto lo supe.
Una vez que terminaron de envolverme, me vendaron los ojos y me cargaron; no sabía a donde me llevaban, escuché que se abrían y cerraban puertas y de repente sentí frío; empezamos a subir escaleras y me di cuenta que me levaron al techo del edificio. Una vez ahí, Carlos les preguntó: "¿Dónde será mejor?", y como que buscaron un lugar; me arrodillaron y me quitaron la venda; entonces pude ver la locura que se les había ocurrido; estábamos junto a la pequeña barda que rodea el edificio y toda la parte superior de mi cuerpo estaba afuera de la construcción; mis tetas colgaban hacia abajo al igual que mi cabello, yo solo veía que la calle estaba a muchos metros de distancia y me apaniqué; grité, pero de nuevo la mordaza impidió que alguien me escuchara y entonces sentí como l gran miembro de Carlos empezaba a entrar en mi adolorido ano. Esteban y Andrés reían como locos, yo veía los flashazos de la cámara y supe que también me estaban filmando, el aire estaba fuerte y frío; yo sentía que en cualquier momento nos podíamos caer, sobre todo por los empujones que Carlos me daba al entrar y salir de mi pobre y masacrado culito. Era evidente que él gozaba con eso, estaba como fuera de sí.
Varios minutos en los cuales no dejé de gritar me tuvieron así y luego él se detuvo y les dijo a sus amigos que le ayudaran, de nuevo me cargaron entre los tres y me llevaron a la escalera de emergencia; allí me arrodillaron y de nuevo Carlos me penetró en el ano, mientras sus amigos nos filmaban y fotografiaban.
Carlos no paraba de entrar y salir de mí y de gemir con mucho gozo; yo me moría de frío y de dolor, pero al menos ya no me tenía en la orilla del edificio. Noté que en cuanto estaba a punto de terminar, Carlos se salía, supongo que para aguantar más tiempo y me llevaban a diversas partes de la azotea, me colocó contra los tinacos y me lo metió estando parados los dos, luego me cargaron de nuevo y entramos al edificio; por más que me revolvía no podía hacer nada contra ellos.
Me llevaron a la escalera del edificio y allí, en un escalón me hincaron y Carlos me violó de nuevo, fueron más de diez minutos los que estuvimos allí; to esperaba que algún vecino saliera o algo, pero el edificio parecía muerto.
Luego me levantaron y en un descanso de la escalera, de nuevo Carlos me penetró desde atrás estando parados los dos; Esteban y Andrés seguían filmando y fotografiando todo lo que Carlos me hacía. Yo estaba más que desesperada, ya me ardía el culo y estaba entumida de todo el cuerpo.
Por fin Carlos terminó, soltó todo su semen en mis nalgas y gritó de placer. Pens´s "por fin se acabó", pero no contaba con que Andrés y Esteban ya estaban excitados de nuevo y este último se colocó detrás de mí; de igual manera me metió su miembro con fuerza en mi masacrado ano; tal vez la sangre fue lo que hi8zo que entrara con mayor facilidad, pero yo ya no podía más, estaba a punto del desmayo; afortunadamente, él terminó rápido, pero para mi mala suerte Andrés también me hizo lo mismo, él duró un poco más y al final de nuevo me llenó los intestinos de semen.
Todo quedó grabado y fotografiado; entonces ellos de nuevo me cargaron y rápidamente me llevaron a mi departamento; en cuanto entramos me aventaron al piso; recogieron todo y cortaron las cintas que me ataban. Se fueron como bandidos, corrieron no sin antes advertirme que nadie debería saber lo que sucedió porque ellos demostrarían que todo fue por mi voluntad y quedaría como una mentirosa.
Me quedé ahí llorando, sin poder creer todo lo que me había sucedido; pero no iba a dejar que los malditos se salieran con la suya. Los denuncié y aunque fue un proceso largo y duro porque tuve que enfrentarlos en el juicio y aguantar sus mentiras, pues dijeron que yo los había provocado; afortunadamente conservaron el video y las fotos donde era evidente que me habían forzado. Ellos ahora purgan sus sentencias en la cárcel y deseo que los internos les hagan lo mismo que ellos me hicieron a mí; de cualquier manera jamás podré olvidar esa fatal noche.
De la vez que mis mejores amigos me lo hicieron a la fuerza.
Hola, me llamo Jessica y voy a relatar lo que me pasó hace más o menos dos años.
Tengo 22 años, soy de complexión delgada, mido 1.67, mi cabello es rubio cenizo y me gusta usarlo largo. Estudio en la Universidad por las tardes, en la mañana trabajo en una cafetería para sostenerme los estudios. Rento un departamentito en una zona céntrica de la ciudad.
En la Universidad tenía un grupo de amigos y amigas que todo hacíamos juntos; los trabajos en equipo, estudiábamos para los exámenes, íbamos al cine, a comer o a fiestas, etcétera.
Lo que relato aquí sucedió en una ocasión en que nos vimos en mi departamento para realizar unos trabajos de la escuela y estudiar para unos exámenes; era sábado y mis amigos llegaron desde las 10:00 de la mañana; trabajamos, estudiamos, comimos y bebimos unas cervezas al mismo tiempo; a eso de las 5:00 de la tarde mis amigas Sonia y Karina dijeron que ya se iban, les dije que me esperaran para acompañarlas a la salida. Fui al baño y cuando regresé ya no estaban, solo se habían quedado mis amigos Andrés, Esteban y Carlos, al que yo consideraba mi mejor y gran amigo, pues nos conocíamos desde niños y nos teníamos una gran confianza. Me dijeron que las chicas les encargaron que las despidieran de mí y nos sentamos en el sofá a platicar un rato, me dijeron que se irían una hora después.
Carlos tenía aliento alcohólico, le dije que cuantas cervezas había tomado y dijo que solo tres; no le creí, yo vi que había tomado más. Total, que seguimos platicando y como media hora después él me dijo que yo siempre le había gustado y que quería ver si podíamos ser algo "más que amigos". Me reí y le dije que no estuviera jugando, que él era para mí casi mi hermano. Noté que se molestó un poco y traté de calmarlo diciendo que yo lo quería, pero no de esa manera, sino como hermanos, como le acababa de decir. Andrés y Esteban hicieron un ruido que pareció una burla para Carlos, algo así como "¡Uuuuuuuuuuuhhhhhhhhh!"
No se que pasó. Carlos se transformó. De aquel amigo cariñoso y comprensivo que yo conocía, se convirtió de repente en un monstruo; se aventó sobre mí y ambos nos caímos del sofá; rodamos por el tapete redondo que tengo en el piso y él quedó sobre mí; me sujetó los brazos firmemente a los lados e intentó besarme en la boca; yo trataba de evitarlo y empecé a gritarle: ¡Qué haces, detente, suéltame o te pego! El se veía raro, con la mirada vidriosa y entendí que aparte de las cervezas de seguro había consumido alguna droga.
Forcejeamos, él seguía intentando besarme y yo lo evitaba hasta que me atrapó y me besó a la fuerza, me metió su lengua hasta la garganta, luego empezó a besarme el cuello y me dijo al oído que como no había querido por las buenas, sería suya a la fuerza. Yo trataba de soltarme, pero su peso y fuerza me tenían aprisionada, además de que estaba sorprendida por la reacción de él; empecé a gritar y patalear, pero parecía que a él no le importaba, estaba como loco. Empecé a pedirle ayuda a mis amigos, les grité: "¡Ayúdenme, por favor, quítenmelo de encima!". Pero ellos no hicieron nada, por el contrario, parecían divertidos con lo que pasaba.
Yo me había vestido ese día con una blusa blanca, jeans ajustados y tenis para estar cómoda. De repente, Carlos me sostuvo las dos manos con solo una de las suyas arriba de mi cabeza y con la otra comenzó a tirar de mi blusa, por lo que los botones salieron volando. Carlos me subió el sostén y dejó mis pechos al descubierto, comenzó a chuparlos con desesperación, los lengüeteaba y mordisqueaba; yo solo atinaba a decir: "Ya detente por favor, no sigas". No sé porqué dejé de gritar, sentí que suplicándole con voz más dulce se compadecería de mí; pero no fue así.
Carlos se sentó sobre mí y le pidió a Esteban que me sostuviera las manos y él lo hizo y también me tapó la boca, volví a gritar, pero mis gritos se ahogaban en su mano; Carlos empezó a quitarse la ropa y le dijo a Andrés que trajera cinta y sacara una cámara; perdí de vista un momento a Andrés, pero muy pronto lo vi regresar, le entregó a Carlos cinta de la que se usa para asegurar cajas y traía también una pequeña cámara de video, y empezó a grabar todo lo que sucedía. Recuerdo que yo gritaba: "¡NO, no, basta, por favor, noooo!" pero también recuerdo que la mano de Esteban impedía que se escucharan mis gritos.
Llegué a la conclusión de que ellos habían preparado algo, pues no era casualidad que tuvieran lista la cámara, tal vez creyeron que yo estaría tomada y accedería a las pretensiones de Carlos y que nos filmarían teniendo sexo; pero su plan falló porque yo casi no tomé y rechacé a Carlos.
Entre Carlos y Esteban me voltearon boca abajo, este último colocó mi cabeza entre sus rodillas, impidiéndome moverme, luego me quitaron la blusa y el sostén con facilidad y Esteban me sostuvo los brazos atrás mientras Carlos me ataba con la cinta, luego me levantaron el cabello y me colocaron cinta alrededor del cuello, llegando hasta adelante y tapándome la boca con la misma; le dieron varias vueltas, impidiendo que algún sonido; me sentí perdida.
Después me volvieron a poner boca arriba y Carlos procedió a quitarme los tenis y calcetas, luego me desabrochó el jeans y me lo bajó junto con mis pantaletas, dejándome totalmente desnuda, yo me agitaba tratando de defenderme, pero ya no podía hacer nada, me tenían completamente inmovilizada y a su merced.
Carlos sonreía maliciosamente, sentí mucho miedo, pues nunca lo había visto así; me abrió las piernas, se hincó en medio de ellas, colocó su miembro en la entrada de mi vagina y sin ninguna consideración, de pronto empezó a penetrarme; sentí un profundo dolor cuando su pene penetró hasta el fondo de mí y más aún cuando empezó a moverse hacia adentro y afuera de mí, violándome sin piedad.
Carlos se acostó sobre mí, de nuevo me besó y mordisqueó los senos y luego me dijo al oído: "Si hubieras querido, la hubiéramos pasado muy bien tu y yo, pero por estúpida solo nos vamos a divertir nosotros y luego vamos a ganar dinero con tu video". Mientras me decía todo esto, seguía moviéndose afuera y adentro de mí, yo cerré los ojos y volteé la cara tratando de evadirme, pero no pude; el dolor que me provocaba y sus palabras me volvían loca; estaba desesperada, pero no podía hacer nada y Andrés seguía grabando.
Fueron varios minutos que sufrí la violación de Carlos, ví un destello y abrí los ojos, ví a Esteban desnudo tomándome fotografías. También vi la cara de Carlos, reflejaba una gran satisfacción con lo que hacía. En ese momento, además del dolor sentí una profunda rabia hacia mis ex amigos y coraje hacia mí por haber llegado a esa situación.
Carlos siguió haciéndomelo con fuerza, entraba y salía de mí sin piedad; el tiempo se me hizo eterno, yo quería que ya me dejara, pero él seguía y seguía y seguía, yo escuchaba las risas de los tres y sus palabras que decían: "Que buena está, con la ropa no se notaba", "Claro, por eso me gustaba". "Después de esto nadie la va a pelar", "Vamos a darle toda la noche y por todos lados".
Carlos me apretaba los senos con fuerza, provocándome más dolor, seguía moviéndose dentro de mí; yo ya no me podía mover y dejé de gritar, había perdido las fuerzas; el golpeteo de Carlos en mi vagina me hacía moverme hacia arriba y abajo. En la habitación solo se escuchaban los gemidos de placer de Carlos y los flashazos de la cámara digital de Esteban.
Minutos después sentí como Carlos llegaba a su orgasmo y soltaba inmensos chorros de semen dentro de mí; volví a agitarme y a gritar, tratando de evitarlo, pero seguía inmovilizada.
Carlos sacó su miembro flácido, me veía con una risa burlona; se levantó, le pidió a Esteban la cámara fotográfica y le dijo: "Es tu turno"; yo me revolví y traté de pedirle que se detuviera, pero él ya se hincaba. Entre los dos me hicieron darme la vuelta y me levantaron las nalgas, de tal manera que quedé empinada, sobre mis rodillas, pero con la frente en el tapete; Esteban se colocó detrás de mi y le dijo a Carlos que estuviera atento para que sacara una buena foto; dicho esto, sin más preámbulo, él metió salvajemente su pene en mi pobre vagina; Carlos y Andrés tomaban todo lo que sucedía. Este último ya se encontraba también desnudo y con su miembro erecto.
Esteban empezó a meter y sacar su pene son fuerza, emitiendo gemidos de satisfacción y diciéndome: "Que buena te pusiste, Jessiquita, estás bien sabrosa", "Te vamos a convertir en una puta profesional", "Ah, que sabroso coges mamacita" y cosas por el estilo; me sentí muy humillada.
Esteban entraba y salía sin piedad de mí, yo solo me quejaba, ya no gritaba pues era inútil; por más que trataba de soltar mis manos, pero la cinta estaba muy apretada y era imposible de romper, así como la que me tapaba la boca.
El movimiento que Esteban hacía provocaba que mi frente se raspara con el tapete y nos deslizábamos poco a poco, hasta que mi cabeza empezó a golpear con la base del sofá; Esteban se empezó a reír y comentó que me iban a salir chichones en la cabeza de tanto golpe; Carlos y Andrés también rieron; el primero se había sentado en un sillón y disfrutaba de una cerveza mientras veía lo que me hacía su amigo.
Después de un buen rato de estarme violando, Esteban sacó su miembro y soltó chorros de semen sobre mi espalda. El se levantó y yo me dejé caer rendida hacia un lado, esperando que me dejaran descansar o que se fueran de un a vez.
Pero faltaba Andrés; entre él y Esteban me hicieron hincarme y pusieron mi torso sobre el sofá, Andrés se colocó detrás de mí y me hizo abrir las piernas, sin miramientos me penetró con fuerza, provocándome un intenso dolor igual al de que me habían provocado sus dos amigos y de igual manera, empezó a meter y sacar su miembro de mí mientras Esteban filmaba y Carlos tomaba más fotos. Andrés gemía de placer y empezó a decir también que yo le gustaba y que me iba a gozar hasta cansarse. Yo lloraba ya en silencio, esperando que pronto mi ex amigo acabara y se largaran los tres.
Poco tiempo después, Andrés también terminó lanzándome chorros de semen en las nalgas y la espalda; luego se levantó y limpió su miembro con mi cabello.
De nuevo me desplomé en el piso, Andrés, Carlos y Esteban, aún desnudos, se alejaron un poco y empezaron a hablar entre ellos, de repente volteaban a verme; parecía que estaban decidiendo que iban a hacer. Los tres se acercaron a mí; me cargaron hasta sentarme recargada en la pata de mi mesa de comedor; me ataron los brazos a la pata de la mesa, también colocaron cinta alrededor de mi cuello que me sujetó a la mesa y me hicieron estirar las piernas, me ataron los tobillos juntos y luego se alejaron. Los escuché entrar a mi cocina y sacar cosas de ahí; hablaba, pero con volumen muy bajo, por lo que no entendía lo que decían.
Pasaron unos minutos y ellos regresaron; yo los miraba con ojos suplicantes para ver si me soltaban y ya me dejaban, pero sus intenciones eran otras. Uno de ellos, no se cual, me vendó los ojos y me dijeron que me esperaban grandes sorpresas.
Entonces sentí sus lenguas, los tres me recorrían por todo el cuerpo con sus lenguas húmedas. Esto empezó a excitarme, aunque yo no lo quería, pero las lenguas de mis tres ex amigos pasaban por mis muslos, mis pechos, mi cintura, todo…. La sensación era tremenda, no podía contenerla por más que me resistía y pensaba que ellos me habían violado.
Los escuché decir "Mira, ya se está excitando, tómale los pezones" y escuché el sonido de la cámara fotográfica, luego siguieron lamiéndome por un buen rato, yo estaba segura que me tomaban con ambas cámaras. Una de las lenguas empezó a juguetear con mi clítoris, lo que me volvió loca de placer, las otras dos se centraron en mis pezones, por lo que ya no pude más y después de varios minutos tuve un tremendo orgasmo que me sacudió todo el cuerpo. Ellos se detuvieron, rieron y alguno dijo: "¿No que no?, ¿verdad que si te gusta mamacita?". Quedé apenada por no haberme podido contener, pero el placer fue tan grande que aún me daban espasmos.
Unos pocos segundos después, alguien me quitó la cinta de la boca; me dijeron que obedeciera porque tenían un cuchillo de cocina junto a mi pezón y me lo hicieron sentir; apenas iba a protestar cuando sentí que un enorme miembro buscaba entrar en mi boca; intenté cerrarla, pero sentí el filo del cuchillo mientras alguien me decía: "¡No la cierres, chúpalo puta!" Me vi obligada a aceptar ese tremendo miembro en mi boca. El de inmediato empezó a moverse adentro y afuera de mi boca, emitiendo gemidos de mucho placer. Me tomó de la cabeza, pero yo no podía moverla por la cinta con la que me la habían sujetado a la mesa; por lo que él era el que se movía, obligándome a chuparlo.
Fueron varios minutos los que me tuvo así, hasta que terminó; sacó su miembro de mi boca y sentí como me llenaba de semen la cara y el cuerpo; ellos festejaban lo que hacía su compañero. En ese momento les supliqué que ya me dejaran en paz. "por favor muchachos, ya suéltenme, no sean así, les juro que no voy a decir nada, ya estuvo bien, por favor". Solo escuché sus risas y que uno de ellos, creo que era Carlos, decía: "¿Ya oyeron?, quiere que la soltemos". "Si todavía falta lo mejor Jessiquita, no te la vas a acabar, espérate". De nuevo les supliqué: "no muchachos, ya no por favor, ya déjenme, no sean malos", pero ellos solo se burlaban de mí.
Luego escuché como encendían mi computadora y comentaban de varios sitios pornográficos n Internet, accesaron a alguno y empezaron a decir que buscarían algo que pudieran hacerme; decían cosas como: "Mira, eso está chido", "Este está mejor", "vamos a ponerla así y le damos por el culo"; "Si y grabamos su cara cuando más le duela". De nuevo les dije: "oigan, están jugando, ¿verdad?, no sean gachos, me están espantando mucho".
Creo que fue Esteban el que me dijo: "más fácil hubiera sido si no te pusieras al brinco putitta". Ya sus voces se escuchaban distorsionadas por la bebida, estaban totalmente borrachos, por lo que supuse que ya no sabían bien lo que hacían.
De repente empezaron a soltarme de la pata de la mesa, entre los tres me cargaron y me llevaron a mi recámara; yo les pedía que me bajaran, lo hicieron pero hasta que llegamos a mi cama, ahí me aventaron, me amordazaron de nuevo y me dijeron que estuviera quieta mientras iban por unas cosas. En cuanto escuché que se alejaron yo empecé a moverme, tratando de levantarme y soltarme las ataduras, pero era muy difícil, pues aún tenía atadas las manos y los tobillos; estaba amordazada y con los ojos vendados, no sabía bien mi posición ni hacia donde moverme. De repente escuché murmullos y risas; me di cuenta que ellos habían estado ahí todo el tiempo y que se burlaban de mis esfuerzos por soltarme, así que dejé de hacerlo.
Me sentía ya muy cansada, me dolían los brazos y las piernas las sentía entumecidas; y mis ex amigos seguían allí planeando lo que iban a hacer a continuación.
De repente sentí como uno de ellos se montaba detrás de mí. Me quitaron la venda de los ojos y colocaron la cámara de video frente a mí; yo estaba totalmente atravesada en la cama; el que estaba detrás de mí dijo: "Me avisas cuando estés listo" Yo ya sentía su pene duro en la entrada de mi apretado ano y empecé a gemir para pedirle que no me lo hiciera por ahí, pues yo era virgen, nunca me lo habían hecho así; pero entonces escuché a Carlos decir: "Listo, puedes empezar" y me arrancó la mordaza de la boca, junto con un pedazo de carne de mi labio inferior; grité, pero en ese momento Esteban empezaba a penetrarme por le culo, por lo que solté un grito mayor: "¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyy noooooo, por favor!!!", pero era inútil, ya su miembro entraba en mi pobre ano cerrado, ni siquiera podía yo abrir las piernas, pues me las dejaron atadas.
Él empezó a entrar y salir de mi pobre ano y me levantaba la cara, jalándome del cabello, yo gritaba mientras Carlos me filmaba de frente y decía: "Eso, eso es que buena toma"; luego se levantaba, y dirigía la cámara hacia donde Esteban me penetraba. De esa manera estuvieron mucho tiempo, Carlos me filmaba, Andrés me sacaba fotos y Esteban gemía de placer con el gozo que mi violación le provocaba. Aparte de todo hacían bromas muy pesadas, como por ejemplo cuando Carlos le dijo a Esteban: "No me la vayas a dejar muy abierta cabrón, quiero sentir su culito apretado yo también" y Esteban respondió: "Yo no tengo la culpa de tenerla tan ancha, ni modo guey" ¡jajajaja! Reían como si fuera un chiste.
Después de un rato, Esteban se salió de mí y Andrés tomó su lugar, de igualo manera me lo metió sin consideraciones, lastimándome mi pobre ano; de nuevo grité, lo que aprovechó Esteban para meter su miembro en mi boca; me obligó a chupárselo con la amenaza de que si lo mordía me clavarían un cuchillo en el culo; con esas amenazas tuve que obedecer por más asco que me daba saber que el miembro que ahora yo mamaba había estado en mi ano. Me quejaba y solo se escuchaban mis gritos ahogados. "¡Mmmmmnnnn ppppppfffffffffnnnnnnnnmmmmmmmmmmm!".
Carlos se daba vuelo haciendo tomas de todo lo que me hacían, al parecer eso le daba mucho placer a él; era como el director de la película; les decía a ellos que hiceran, que pose tomaran y como me trataran.
Andrés gritaba: "¡De verdad que está buena la Jesi, nunca me la había imaginado así; uf, uf, uf, uf!" y Esteban solo decía: "Chupa puta, chupa, chupa, chupa. hasta que me lo dejes limpio cabrona". Fueron varios minutos de humillación y dolor, hasta que ambos terminaron; Andrés me soltó grandes chorros dentro de mí, yo sentía que me estaba cagando y Esteban me obligó a tragarme su asqueroso semen.
Carlos dijo: "Ahora, el gran final"; yo apenas iba a decirle que ya se detuviera cuando ellos me colocaron de nuevo cinta en la boca, rodeándome el cuello; luego cortaron todas las demás cintas que me ataban; por un momento pensé que habían terminado, pero de inmediato ellos me colocaron los brazos a los lados y comenzaron a envolverme con grandes trozos de la misma cinta; de tal manera que quedé totalmente envuelta, solo quedaron afuera mis nalgas, mis pechos y mi cabeza. Yo los miraba incrédula, no me imaginaba que pretendían, pero pronto lo supe.
Una vez que terminaron de envolverme, me vendaron los ojos y me cargaron; no sabía a donde me llevaban, escuché que se abrían y cerraban puertas y de repente sentí frío; empezamos a subir escaleras y me di cuenta que me levaron al techo del edificio. Una vez ahí, Carlos les preguntó: "¿Dónde será mejor?", y como que buscaron un lugar; me arrodillaron y me quitaron la venda; entonces pude ver la locura que se les había ocurrido; estábamos junto a la pequeña barda que rodea el edificio y toda la parte superior de mi cuerpo estaba afuera de la construcción; mis tetas colgaban hacia abajo al igual que mi cabello, yo solo veía que la calle estaba a muchos metros de distancia y me apaniqué; grité, pero de nuevo la mordaza impidió que alguien me escuchara y entonces sentí como l gran miembro de Carlos empezaba a entrar en mi adolorido ano. Esteban y Andrés reían como locos, yo veía los flashazos de la cámara y supe que también me estaban filmando, el aire estaba fuerte y frío; yo sentía que en cualquier momento nos podíamos caer, sobre todo por los empujones que Carlos me daba al entrar y salir de mi pobre y masacrado culito. Era evidente que él gozaba con eso, estaba como fuera de sí.
Varios minutos en los cuales no dejé de gritar me tuvieron así y luego él se detuvo y les dijo a sus amigos que le ayudaran, de nuevo me cargaron entre los tres y me llevaron a la escalera de emergencia; allí me arrodillaron y de nuevo Carlos me penetró en el ano, mientras sus amigos nos filmaban y fotografiaban.
Carlos no paraba de entrar y salir de mí y de gemir con mucho gozo; yo me moría de frío y de dolor, pero al menos ya no me tenía en la orilla del edificio. Noté que en cuanto estaba a punto de terminar, Carlos se salía, supongo que para aguantar más tiempo y me llevaban a diversas partes de la azotea, me colocó contra los tinacos y me lo metió estando parados los dos, luego me cargaron de nuevo y entramos al edificio; por más que me revolvía no podía hacer nada contra ellos.
Me llevaron a la escalera del edificio y allí, en un escalón me hincaron y Carlos me violó de nuevo, fueron más de diez minutos los que estuvimos allí; to esperaba que algún vecino saliera o algo, pero el edificio parecía muerto.
Luego me levantaron y en un descanso de la escalera, de nuevo Carlos me penetró desde atrás estando parados los dos; Esteban y Andrés seguían filmando y fotografiando todo lo que Carlos me hacía. Yo estaba más que desesperada, ya me ardía el culo y estaba entumida de todo el cuerpo.
Por fin Carlos terminó, soltó todo su semen en mis nalgas y gritó de placer. Pens´s "por fin se acabó", pero no contaba con que Andrés y Esteban ya estaban excitados de nuevo y este último se colocó detrás de mí; de igual manera me metió su miembro con fuerza en mi masacrado ano; tal vez la sangre fue lo que hi8zo que entrara con mayor facilidad, pero yo ya no podía más, estaba a punto del desmayo; afortunadamente, él terminó rápido, pero para mi mala suerte Andrés también me hizo lo mismo, él duró un poco más y al final de nuevo me llenó los intestinos de semen.
Todo quedó grabado y fotografiado; entonces ellos de nuevo me cargaron y rápidamente me llevaron a mi departamento; en cuanto entramos me aventaron al piso; recogieron todo y cortaron las cintas que me ataban. Se fueron como bandidos, corrieron no sin antes advertirme que nadie debería saber lo que sucedió porque ellos demostrarían que todo fue por mi voluntad y quedaría como una mentirosa.
Me quedé ahí llorando, sin poder creer todo lo que me había sucedido; pero no iba a dejar que los malditos se salieran con la suya. Los denuncié y aunque fue un proceso largo y duro porque tuve que enfrentarlos en el juicio y aguantar sus mentiras, pues dijeron que yo los había provocado; afortunadamente conservaron el video y las fotos donde era evidente que me habían forzado. Ellos ahora purgan sus sentencias en la cárcel y deseo que los internos les hagan lo mismo que ellos me hicieron a mí; de cualquier manera jamás podré olvidar esa fatal noche.
2 comentarios - De la vez que mis mejores amigos...