Reencuentro tercer acto

Reencuentro tercer acto

Para quienes no leyeron la primera y segunda parte aquí van los links

http://www.poringa.net/posts/relatos/2208587/Reencuentro-_primer-post_.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2209525/Reencuentro-segundo-acto.html

“…Claudia explotó en un orgasmo distinto, pleno, gritando lo que él le pedía ahogada contra la almohada, había acumulado tanta tensión como nunca en su vida…se durmió feliz pensando en lo que estaba por venir, esto no podía quedar así…”

Las siguientes dos semanas Claudia se vio sumergida en una vorágine de deseo. Los constantes mensajes de Facundo, su forma de seducirla y dominar su voluntad la sorprendía y excitaba. Él le había prometido que pronto viajaría a Buenos Aires y que la haría gozar como nunca en su vida, sus mensajes describían toda y cada una de las cosas que pensaba hacer con ella y esto la enloquecía y la hacía delirar.

Pensaba que era inhumano esto de tener tanto de deseo de algo o de alguien y no poder concretarlo, pensaba sólo en sexo y hasta cambió su forma de vestir y de moverse por la calle, parecía una perra en celo en busca del macho, de su macho. Por otro lado, Pablo, su marido la observaba entre divertido y confundido, sin comprender que le sucedía a su mujer, por qué lo provocaba constantemente, lo buscaba lo excitaba…se daría cuenta él de que cada vez que le mamaba la pija pensaba en otra pija? Cada vez que cogían ella lo hacía con otro?

Finalmente, un martes llegó el mensaje tan esperado, Facundo estaría viajando esa semana y se encontrarían lo antes posible. Llegado el día, quedaron en encontrarse en las cercanías de un hotel del centro, en horas del mediodía, hora de la trampa en la city porteña.
Iban directo a lo que iban, a satisfacerse mutuamente, no hacía falta salida previa ni falsa seducción, se encontraron en la calle, se abrazaron brevemente y comenzaron a caminar las pocas cuadras que los separaban de lo que tanto habían esperado.

Durante el tiempo transcurrido desde que se reencontraron, Claudia había imaginado que cuando finalmente estuvieran a solas y sin interrupciones dedicarían largo rato a las caricias y a los estímulos previos. Nada de eso sucedió en realidad. Una vez que ingresaron a la habitación del hotel, Facundo la tomó de los brazos y la apoyó contra la puerta que acababa de cerrarse a sus espaldas, comenzó a besarla y a frotar su cuerpo contra el de Claudia. Ella sentía la dureza de su miembro que la reclamaba ansiosamente.

Apenas logró dejar caer su bolso y su saco, lo miró a los ojos y lo empujó hacia la cama quedando montada sobre él. Un intenso calor subía de sus entrañas, Facundo flexionó una de sus piernas en la que ella apoyó y estimuló su sexo. Rodaron sobre la cama y en un parpadeo él se había desnudado y comenzó a desvestirla, cada roce de sus manos producía un espasmo en Claudia que no podía creer sentir tanta excitación y tanta urgencia.

El comenzó a hablarle mientras recorría sus tetas y pellizcaba sus pezones, introdujo un dedo, luego dos en la ya húmeda conchita de Claudia, quien sometida bajo el peso y la fuerza de su amante intentaba llegar con su mano a la verga que anhelaba. El besaba su humedad, ella logró acomodarse para al fin recibir en su boca la pija tan anhelada. No duraron mucho tiempo en ese ansioso besuqueo.
Dame la pija, por favor exclamó ella, si, te voy a coger como siempre quise fue la respuesta, ponete en cuatro y vas a tener tu pija putita. Ella obedeció y él la penetró lenta y profundamente, ella comenzó a jadear y a pedir más y más, no podía contenerse, no podía dejar de mover su cuerpo, me estás cogiendo vos dijo él, vení sentate en tu pija y cógeme vos puta. Así, cambiaron posiciones y ella una vez arriba controló todos los movimientos, inclinó su torso hacia él, tomó sus brazos para inmovilizarlo y mientras rozaba el pecho de su macho con sus pezones jugaba a dejar entrar sólo la punta de la verga en su conchita, dos tres veces, sintiendo el aire, el sonido de sus jugos y volviendo a recibirlo plenamente, una y otra vez. Ella no pudo contenerse mucho más y explotó de placer en un orgasmo fuerte, único, anhelado.

El la observó gozar y le preguntó que más quería. Ahora quiero tu leche, dijo ella, dame toda la que tengas. Liberó a su amante para que este se incorporara y se pusiera de pie al lado de la cama, ella se sentó al borde, con las piernas abiertas por las que chorreaban sus jugos y comenzó a homenajear esa verga que adoraba.

Disfrutó sentir su propio sabor mezclado con el de su amante, en esa pija que la enloquecía, la recorrió de arriba abajo, de lado, y lo miró a los ojos mientras la entraba en su boca al tiempo que sus manos palpaban los huevos tensos y calientes. El tampoco pudo resistir mucho más. Acá tenés tu lechona putita, dijo él, ella sintió un chorro caliente golpear su paladar, sacó apenas la pija de su boca que abrió para mostrarle a su macho como iba a degustar sus jugos. La sorprendió un segundo chorro que golpeó su mejilla, ella trataba de alcanzar todo con su lengua no quería perder nada de esa bebida ten deseada, tomó la mano de Facundo y usó sus dedos para juntar cada gota y que él se la diera de beber de su mano, sintiéndose en ese momento su perra, su puta.

Satisfechos y pasada la urgencia, se recostaron y hablaron largo rato de cómo iban a continuar su vida de amantes a la distancia, pero eso será tema de otro relato...