Y aquí estoy a punto de penetrar a mi novia ansiosa de una buena dosis de este palo que tengo entre las piernas, esto eeh? es mi “primera vez”, al menos eso cree ella y eso también lo quiero creer yo, pero las imágenes del pasado vuelven a mi mente.
Verán a esta chica la conocí en la universidad, ambos estudiamos veterinaria así que comenzamos teniendo algo en común: el amor hacia los animales y el deseo ferviente de protegerlos de cualquier daño a los que son sometidos. A solo dos meses desde el inicio de clases ya teníamos una relación, hoy por la mañana asistimos a la inauguración de una casa de adopción para perros y cada quien acaba de adoptar a uno. Así que el momento parece el indicado para que lo hagamos de una buena vez. Cuando me dijo lo que me esperaba no pude dejar de imaginar a cada momento lo que estaría a punto de venir, aunque otras imágenes también venían a mi memoria.
Todo dio inicio desde que subimos al auto, mientras conducía ella comenzaba a tocarme el paquete que desde el momento en que subimos ya comenzaba a endurecerse, lo tomo por encima del pantalón y con un poco de delicadeza comenzó a sobarlo de abajo hacia arriba y a cada momento lo hacía con más energía esto era increíble su mano sabía que era lo que tenía que hacer, lo hacía casi tan bien como yo, mientras, en mi mente se aglomeraban recuerdos de la facultad, como el día en el que la encontré en el salón con la mano por debajo de sus pantalones mientras dejaba escapar pequeños sollozos de placer, o la vez que no uso sostén y durante una práctica cargaba a un pequeño becerro que tuvo la certeza de mordisquear su blusa dejándome ver sus pezones de un color café claro y no pude evitar fantasear con tenerlos entre mis dientes, también la vez que jugábamos en su casa con sus amigas del instituto al twister y podía verle la tanga azul que ese día usaba bajo su falda ajustada dejándome ver los pliegues de su conchita, estas y otras imágenes recordaba mientras los movimientos de su mano se hacían cada vez más bruscos. Yo que no quería dejarle todo el trabajo a ella también busque con mis manos sus piernas y poco a poco subía por sus muslos y los rodee pasando por debajo de la falda roja y ceñida que tenía ese día, para llegar a su entrepierna donde note que su temperatura corporal era mucho más elevada que en el resto de su cuerpo, comencé a sobar su entre pierna por encima de su ropa interior la cual no sabía que era sin importar eso busque removerla con el dedo índice hacia un lado para encontrarme con una conchita bastante caliente, la recorrí de un lado a otro con mis dedos mientras ella comenzaba a gemir, realmente me gustaba mucho como gemía, así ella trato de ayudarme abriendo las piernas tanto como le posible en el asiento del copiloto de esta manera me fue más fácil encontrar su clítoris el cual ya estaba bañado en los jugos que ella secretaba copiosamente mientras que con su mano libre se sobaba y apretar con fuerza sus pechos y me pareció ver que se pellizcaba los pezones por encima de su blusa, así pues me sorprende que no destroce el auto en un poste o algo así ya que solo conducía con una mano mientras me preocupaba más por sobar en círculos su pequeño guisante con el dedo meñique mientras que le introducía los dedos índice y medio arrancándole así unos gemidos que me ponían a cada momento más cachondo, mientras otra parte de mi cerebro se encargaba de reproducir en mi memoria recuerdos del pasado, en un cruce del camino el semáforo esta en rojo así que me detuve mientras ambos nos satisfacíamos con las manos, sus gritos fueron en aumento así como también mi respiración se agitaba “Hoo amor que rico” le dije mientras sus gemidos ahora eran gritos de placer no pude más y me vine, sentí como mi pantalón se mojaba por toda la leche que saque, ella comenzaba a contorsionarse y sacudirse con unos alaridos que casi me dejan sordo, hasta que termino.
Continuara...
Verán a esta chica la conocí en la universidad, ambos estudiamos veterinaria así que comenzamos teniendo algo en común: el amor hacia los animales y el deseo ferviente de protegerlos de cualquier daño a los que son sometidos. A solo dos meses desde el inicio de clases ya teníamos una relación, hoy por la mañana asistimos a la inauguración de una casa de adopción para perros y cada quien acaba de adoptar a uno. Así que el momento parece el indicado para que lo hagamos de una buena vez. Cuando me dijo lo que me esperaba no pude dejar de imaginar a cada momento lo que estaría a punto de venir, aunque otras imágenes también venían a mi memoria.
Todo dio inicio desde que subimos al auto, mientras conducía ella comenzaba a tocarme el paquete que desde el momento en que subimos ya comenzaba a endurecerse, lo tomo por encima del pantalón y con un poco de delicadeza comenzó a sobarlo de abajo hacia arriba y a cada momento lo hacía con más energía esto era increíble su mano sabía que era lo que tenía que hacer, lo hacía casi tan bien como yo, mientras, en mi mente se aglomeraban recuerdos de la facultad, como el día en el que la encontré en el salón con la mano por debajo de sus pantalones mientras dejaba escapar pequeños sollozos de placer, o la vez que no uso sostén y durante una práctica cargaba a un pequeño becerro que tuvo la certeza de mordisquear su blusa dejándome ver sus pezones de un color café claro y no pude evitar fantasear con tenerlos entre mis dientes, también la vez que jugábamos en su casa con sus amigas del instituto al twister y podía verle la tanga azul que ese día usaba bajo su falda ajustada dejándome ver los pliegues de su conchita, estas y otras imágenes recordaba mientras los movimientos de su mano se hacían cada vez más bruscos. Yo que no quería dejarle todo el trabajo a ella también busque con mis manos sus piernas y poco a poco subía por sus muslos y los rodee pasando por debajo de la falda roja y ceñida que tenía ese día, para llegar a su entrepierna donde note que su temperatura corporal era mucho más elevada que en el resto de su cuerpo, comencé a sobar su entre pierna por encima de su ropa interior la cual no sabía que era sin importar eso busque removerla con el dedo índice hacia un lado para encontrarme con una conchita bastante caliente, la recorrí de un lado a otro con mis dedos mientras ella comenzaba a gemir, realmente me gustaba mucho como gemía, así ella trato de ayudarme abriendo las piernas tanto como le posible en el asiento del copiloto de esta manera me fue más fácil encontrar su clítoris el cual ya estaba bañado en los jugos que ella secretaba copiosamente mientras que con su mano libre se sobaba y apretar con fuerza sus pechos y me pareció ver que se pellizcaba los pezones por encima de su blusa, así pues me sorprende que no destroce el auto en un poste o algo así ya que solo conducía con una mano mientras me preocupaba más por sobar en círculos su pequeño guisante con el dedo meñique mientras que le introducía los dedos índice y medio arrancándole así unos gemidos que me ponían a cada momento más cachondo, mientras otra parte de mi cerebro se encargaba de reproducir en mi memoria recuerdos del pasado, en un cruce del camino el semáforo esta en rojo así que me detuve mientras ambos nos satisfacíamos con las manos, sus gritos fueron en aumento así como también mi respiración se agitaba “Hoo amor que rico” le dije mientras sus gemidos ahora eran gritos de placer no pude más y me vine, sentí como mi pantalón se mojaba por toda la leche que saque, ella comenzaba a contorsionarse y sacudirse con unos alaridos que casi me dejan sordo, hasta que termino.
Continuara...
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