Hola a todos, que bueno que estén leyendo mis anécdotas de nuevo. Como saben, mi nombre es Clari y tengo 19 años, y un novio - unos años menor que yo- que como a mí, le gusta probar cosas nuevas a la hora del sexo.
Esta vez vengo a contarles lo que pasó este fin de semana durante el cumpleaños de una de mis amigas. Si recuerdan una de mis anécdotas anteriores, sabrán que esta vez no lo dejé tomar todo el alcohol que quería, para evitar problemas, claro. Durante la fiesta, una reunión de más o menos cincuenta personas de entre 19 y 25 años, todos se dedicaron a cargarme debido a la corta edad de mi novio, y de lo lindo que era en comparación a mí - que no lo soy tanto como él-. Al principio creí que solo era un juego para fastidiarme a mí, y que a él estaban ignorándolo. Pero me equivocaba. Resulta que mientras estábamos bailando algunas de las chicas comenzaron con lo que creí solo un baile y que terminó con la remera me mi novio en el suelo. Sin embargo, la cosa empeoró cuando luego de una declaración de uno de mis amigos, que admitía que tendría sexo con mi novio, terminó en un beso forzado que molestó mucho a mi chico. Rápidamente se puso su remera y me pidió que nos fuésemos de ese lugar a pesar de que el plan era pasar la noche allí. Para tranquilizarlo lo llevé al enorme patio de la casa, donde con besos y caricias logré convencerlo de quedarnos, confesándole que a pesar de que él se hubiese resistido, verlo besarse con un hombre me había exitado muchísimo. Y al parecer él también lo estaba. Levantando la falda de mi vestido, se agachó y comenzó a lamer mi vagina, corriendo mi ropa interior con los dedos. Yo solo respiraba agitada pidiéndole entre suspiros que me penetrara. Luego de oir el orgasmo que me provocó, me tiró sobre el césped mojado y frío por el rocío de la madrugada. Desabrochó sus pantalones y me penetró fuertemente, casi con desesperación, mientras me besaba o tapaba mi boca mi boca con su mano para que no se oyesen mis gemidos. Una vez que acabó se sentó a mi lado y comenzó a jugar con sus dedos dentro de mi vagina, hasta oir mi tercer orgasmo. Luego, acomodó mi ropa interior y enredandando sus dedos en mi cabello se quedó, al igual que yo, observando el cielo nocturno.
Esta vez vengo a contarles lo que pasó este fin de semana durante el cumpleaños de una de mis amigas. Si recuerdan una de mis anécdotas anteriores, sabrán que esta vez no lo dejé tomar todo el alcohol que quería, para evitar problemas, claro. Durante la fiesta, una reunión de más o menos cincuenta personas de entre 19 y 25 años, todos se dedicaron a cargarme debido a la corta edad de mi novio, y de lo lindo que era en comparación a mí - que no lo soy tanto como él-. Al principio creí que solo era un juego para fastidiarme a mí, y que a él estaban ignorándolo. Pero me equivocaba. Resulta que mientras estábamos bailando algunas de las chicas comenzaron con lo que creí solo un baile y que terminó con la remera me mi novio en el suelo. Sin embargo, la cosa empeoró cuando luego de una declaración de uno de mis amigos, que admitía que tendría sexo con mi novio, terminó en un beso forzado que molestó mucho a mi chico. Rápidamente se puso su remera y me pidió que nos fuésemos de ese lugar a pesar de que el plan era pasar la noche allí. Para tranquilizarlo lo llevé al enorme patio de la casa, donde con besos y caricias logré convencerlo de quedarnos, confesándole que a pesar de que él se hubiese resistido, verlo besarse con un hombre me había exitado muchísimo. Y al parecer él también lo estaba. Levantando la falda de mi vestido, se agachó y comenzó a lamer mi vagina, corriendo mi ropa interior con los dedos. Yo solo respiraba agitada pidiéndole entre suspiros que me penetrara. Luego de oir el orgasmo que me provocó, me tiró sobre el césped mojado y frío por el rocío de la madrugada. Desabrochó sus pantalones y me penetró fuertemente, casi con desesperación, mientras me besaba o tapaba mi boca mi boca con su mano para que no se oyesen mis gemidos. Una vez que acabó se sentó a mi lado y comenzó a jugar con sus dedos dentro de mi vagina, hasta oir mi tercer orgasmo. Luego, acomodó mi ropa interior y enredandando sus dedos en mi cabello se quedó, al igual que yo, observando el cielo nocturno.
0 comentarios - Clarisse~ Anécdota n°5 Fiesta de Cumpleaños