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y se cortó la excitación la revancha final¡¡¡¡¡¡¡¡

Como ya habrán leído en mi anterior relato, luego de haberse cortado mi excitación gracias al dulce e inocente reclamo de mi hija, mi calentura fue en incremento. Ya no me cogí más a mi ex… sino que cada vez que tenía sexo con ella y era casi todos los días, solo lo hacía en honor a mi Diosa Pendeja Pagana. No me importaba nada. La cogía y sometía, pero ya no era a ella, era a mi pequeña dulce clienta. Mis erecciones eran constantes y mis polvos (cogidas/folladas) más violentas y calientes. No sé si alguna vez les ha pasado…. Pero han cogido con alguna mujer y su cara no era la de ella sino la que te calienta? Pues debo confesar que eso me ocurrió, durante todo un largo tiempo. Temí en muchas noches de sexo nombrar a esa pendeja que ocupaba mi cerebro y producía semejante calentura. Mi ex, de igual edad que yo, por razones que no tengo ganas de interpretar, tenía un rollo demasiado complicado de su sexualidad. Durante más de 10 años de su terapia no había determinado bien su quilombo mental con su padre, quien era su figura más fuerte. Una madre con intentos de suicidio y su abuela materna que comandaba su vida. En algún momento me había confesado que ella se consideraba el hijo varón que su padre siempre soñó tener, ya que ella era la hija mayor con dos hermanos con menos huevos que una tortuga infértil ( Ud. me entienden no? )Como podrán entender, a consecuencia de esto, mi vida sexual con esa mujer era casi como coger una momia. Debo confesar que muchas veces ha sido para mí un agujero para desagotar mis huevos…. Mi mente y mi calentura eran dueñas de otra persona, Mi Pendeja Diosa Pagana. Las visitas a mi escritorio continuaron. Las conversaciones se hacían cada vez más caliente. Un día que creí sería el final de todo llego “ella” acompañada de su novio… un pendejo, como ella, que no entendía nada y lo peor que se creía que la sabía todas. Imaginen mi calentura, en algún momento pensé en cagarlo a trompadas, pero creo tomé la mejor decisión de mi vida. Lo vapuleé delante de mi diosa, con altura, poniéndome en profesional. Noté en el transcurso de mi discurso como ella ponía cara de ganadora… su sonrisa a cada intervención mía y humillación de su novio era de una sonrisa de orgasmo, de placer, esa de ver a su “viejo caliente” poner al pibe en su lugar. Conclusión de todo esto, el molesto pendejo tuvo su debut y despedida en mi escritorio. Luego de varias, caliente y largas visitas llego el día imaginado… pensado… caliente por mí y ahora puedo afirmar por ella también. Fue un día cerca del fin de año, diciembre en el hemisferio sur, cerca de mis vacaciones. Debíamos concurrir a una audiencia. Mi clienta vestía en ese momento un jean celeste ajustadísimo, una remera tipo musculosa blanca que dejaban ver sus senos firme y duros sin sostén una hermosa hembra para coger. Juro que es el día de hoy que cada vez que el empleado que nos atendió aquel día nos cruzamos, me pregunta por ella. Vuelvo a mi relato. Estuvimos un buen rato esperando ser atendidos en esa audiencia tediosa y larga que debíamos afrontar. Durante toda la espera la conversación trascurrió por los más diversos temas, terminando hablando casi como en un privado de una disco, pero a la luz del día. Mi calentura ya era insoportable y se notaba mi verga sobre mi pantalón. Así y como pude trascurrió toda la audiencia hasta que gracias a los dioses termino. Caminamos hasta el estacionamiento donde se encontraba mi auto y subimos a él. Ella estaba tensa por su declaración, yo caliente por verla como si fuera una mezcla de todo lo que mi cuerpo, alma y ser cruzaron. Me acerque a ella y casi como un susurro a su oído le dije que había estado muy bien… ella, descargando toda su adrenalina me partió mi boca y nuestras lenguas por primera vez compartían sus sabores. Con mucho temor, debo confesar hoy, le propuse salir de allí hasta un lugar más íntimo, Un telo. Mi sorpresa??... fue escuchar su respuesta: “ POR FAVOR”. Cruzamos media ciudad, violando cuanto menos cien leyes de tránsito hasta llegar al lugar que conocía por haber concurrido con otras damas. Un hotel alojamiento (motel, telo, amoblada como quieran decirle y llamarlo). Pedimos una habitación y hacia allí nos dirigimos. En el camino, ella confesó su virginidad, su calentura y sus temores. confiaba en mi madurez sexual y que su debut sexual sería como imaginó. Esta circunstancia hizo que mi calentura explotara. Tendría su virginidad a mi placer, pero también, pesaba en mi su cuidado, su placer y su realización como mujer. Siempre me importó eso. Mi cariño para hacerle saber que el sexo, cuando se sabe hacer, se siente el placer, era mi deseo, era enseñarle todo… una selva virgen a descubrir. Ingresamos a la habitación, la llevaba de su mano. Ingresamos y la tome de su cintura, la traje hacia mí, mi bulto era más que evidente y en círculos lo roce por su virgen concha. Mis besos se entrelazaron con los suyos, mis manos recorrieron cada milímetro de su geografía virgen… Mi lengua fue recorriendo cada lugar de su geografía mientras con mis manos retiraba cada prenda que vestía. Besé sus pechos. Sus pezones rosados, duros y erguidos , por su calentura… fui bajando por su vientre y desabrochando su pantalón hasta descubrir su sexo. Su virgen y depilado sexo, solo una raya de vello púbico, separaba mi lengua de su piel. Abrí sus piernas y muy delicadamente jugué con sus labios y posteriormente con su clítoris. Mi verga estaba estallando de placer. Con suavidad de un maestro llevo su cara, tomando los pelos desde su nuca, hacia mi verga, erecta….. parada para que comience su sexo oral, torpe pero dulce como niña debutante. Lamió mi verga, chupo mi cabeza, la comió, hasta que sentí como se paralizaba, al mismo tiempo que convulsionaba y se arqueaba. Era su primer orgasmo real, era sexual. Detuve todo movimiento y deje que el tiempo transcurra entre su excitación y su primer orgasmo real, luego de él, abrí sus piernas y en la posición del misionero, muy conservadora, tuvo su primer penetración, yo el privilegio. Sentí su limen romper en la cabeza de mi verga y un grito de dolor y placer, luego, me hicieron sentir esa sensación magnifica del profesor enseñando a su alumna. Suavemente bombee sintiendo las paredes de su virgen y rota concha. Sus flujos y su placer acabando por segunda, tercera vez y no deje de contar…. Luego de sus momentos de placer sus piernas se cerraron sobre mis espaldas y empujaron mi cuerpo contra ella. Mi verga ya había sido comida por una concha caliente, deseosa y que a los gritos y gemidos pedían ser cada vez más penetradas, más gozadas, más violada. Ni lo dude y seguí bombiando. Ya con más fuerza. Entre mi experiencia, su calentura y lamía, creo que llego al cuarto, quinto orgasmo. Hasta el momento que sentí que todos mis espermas iba hacer liberado de mis huevos... que mi pija sería el conducto para secar todo mi escroto. Retiré mi vera de su reciente rota vagina, me pajié, en dos movimientos y de ella salto cantidad de esperma- Como nunca, ni siquiera para concebir, salió. Dieron en su cara, en sus pechos y en su cabello. Terminados, ella extasiada… y yo como un pendejo con la pija erguida buscando una nueva oportunidad, como hacía años no estaba. Pero eso es otra historia. GRACIAS Y CONTINÚA.

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