Hola a todos... esta vez quería compartir una travesura de las mías, que creo que va a despertar muchas ganas de probar cosas nuevas... (o tocarse un ratito) Mi nombre en Clari y tengo 19 años. Soy virgen, al igual que mi novio, que es unos añitos menor que yo. Hace poco que estamos saliendo, y nunca tuvimos sexo.
Sin embargo, el otro día, en mi casa - solos- comencé a provocarlo sacandome la ropa, quedando solo en ropa interior. de a poco lo llevé a la habitación y lo tiré en la cama mientras lo desnudaba por completo. En aquel momento me dice que no tenía preservativos,contestándole yo que debido a eso no podría penetrarme. No obstante, estaba desnudo sobre mi cama! entonces empezó el jueguito perverso: lo puse boca abajo y comencé a lamerle la espalda, el cuello, parte de la cadera, mordiéndolo suavemente cada tanto. lo tomé de las manos evitando que se tocara, y me subí arriba suyo para masturbarme frotando mi clitoris con su espalda baja. Los movimientos eras cada vez más fuertes, mientras él gemía pidiendome por favor que le suelte las manos para tocarse y calmar su exitación. Acabé mojando su piel blanca, dejando que parte de mis jugos escurrieran por entre sus nalgas hasta su ano. Se estremeció por unos segundos, confesándome que tenía miedo de que lo penetrara con mis dedos. La verdad es que tenía pensado hacerlo, pero al verlo, su cara angelical (es pelirrojo, de aspecto andrógino, piel muy blanca y suave, casi sin vello, ojos color miel y aspecto aniñado) no pude evitar aceptar su pedido. Para terminar le dije que se masturbara hasta acabar rozando su erección contra mi vientre. Me acosté boca arriba en la cama para dejar que se suba sobre mí abriendo sus atléticas piernas y comenzando a mover su cadera para frotar su entrepierna con desesperación contra mí. Nuevamente sujeté sus manos, ya que no quería que se tocara, chupando sus dedos, uno a uno. Tardó bastante en acabar, mojando mi pecho mientras caía agotado a mi lado. Lo dejé dormir una o dos horas para luego despertarlo besando sus finos y rosados labios.
Sin embargo, el otro día, en mi casa - solos- comencé a provocarlo sacandome la ropa, quedando solo en ropa interior. de a poco lo llevé a la habitación y lo tiré en la cama mientras lo desnudaba por completo. En aquel momento me dice que no tenía preservativos,contestándole yo que debido a eso no podría penetrarme. No obstante, estaba desnudo sobre mi cama! entonces empezó el jueguito perverso: lo puse boca abajo y comencé a lamerle la espalda, el cuello, parte de la cadera, mordiéndolo suavemente cada tanto. lo tomé de las manos evitando que se tocara, y me subí arriba suyo para masturbarme frotando mi clitoris con su espalda baja. Los movimientos eras cada vez más fuertes, mientras él gemía pidiendome por favor que le suelte las manos para tocarse y calmar su exitación. Acabé mojando su piel blanca, dejando que parte de mis jugos escurrieran por entre sus nalgas hasta su ano. Se estremeció por unos segundos, confesándome que tenía miedo de que lo penetrara con mis dedos. La verdad es que tenía pensado hacerlo, pero al verlo, su cara angelical (es pelirrojo, de aspecto andrógino, piel muy blanca y suave, casi sin vello, ojos color miel y aspecto aniñado) no pude evitar aceptar su pedido. Para terminar le dije que se masturbara hasta acabar rozando su erección contra mi vientre. Me acosté boca arriba en la cama para dejar que se suba sobre mí abriendo sus atléticas piernas y comenzando a mover su cadera para frotar su entrepierna con desesperación contra mí. Nuevamente sujeté sus manos, ya que no quería que se tocara, chupando sus dedos, uno a uno. Tardó bastante en acabar, mojando mi pecho mientras caía agotado a mi lado. Lo dejé dormir una o dos horas para luego despertarlo besando sus finos y rosados labios.
1 comentarios - Clarisse~ Anécdota n° 1 Juego perverso