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Una fantasía con laura

Un día jueves, de noche, nada en especial, salvo porque tengo que encontrarme con una pareja amiga con la cuál me he citado para comocernos en el bar de un hotel, al llegar nos saludamos, tomé mi ubicación en la mesa y luego observé con detalle la disposición del lugar, nos habíamos acomodado en un lugar poco concurrido, en una esquina al fondo del local donde las miradas indiscretas de las personas no nos perturben, con luz tenue, luego detallé como vestía ella, estaba con un vestido de tela suave, como seda, tres cuartos entallado y ceñido al cuerpo muy escotado que podia notar las lineas de sus senos, sus pechos hacían que la tela se tensase y subiera con lo que entre del vestido insinuando piel y sus pezones se marcaban en el vestido y se insinuaba su color transparentándose; llevaba un collar que denotaba su cuello como para besarselo y chuparlo en ese instante, calzaba con zapatos de taco alto abierto (tipo sandalias) se le hacia muy esbelta y más sexy, maquillada de forma muy sexy, sobre todo los labios en un rojo que me llamaban a gritos besarlos desde el primer momento que la ví, no tenía otro deseo más que llevarla a la cama y ofrecerle mi piel y mi carne.....mientras pedia un trago, disimuladamente no dejaba de observarla y marcar su cuerpo...estaba ya comenzando a excitarme. En general estaba preciosa, guapa y deseable. Era una absoluta provocación de mujer.

Continuamos la charla y mientras nos conociamos, la miraba fijamente y en mis ojos deseaba transmitirte mi deseo, la notaba ansiosa, muy sexy, mi deseo era terminar en ese momento y llevarla rapidamente a la habitación del hotel para hacerle el amor profundamente, pero, debía esperar un poco más.

Ya más en confianza después de unos tragos y habiendo pasado la parte principal que es haber roto el hielo de conocernos, hablamos de mis experiencias, anécdotas y puntos más picantes, comentaba de mis citas, etc....notaba cierto placer een ella de escucharme, intuía que estaba poniéndose más caliente y arrechita, la mesa estaba puesta para tres personas, pero, mientras hablabamos, bajo la mesa por coincidencia rozamos nuestros pies, aproveche de ello, y no pude dejar de hacerlo, en cada roce, había una respuesta suya, cada vez era más el roce por debajo, ya sin poder contenerme mucho, acerque mi silla más próxima hasta donde estaba ella y disimuladamente mientras charlabamos no pude resistir la tentación, así, que posé mi mano hacia sus piernas que las tenía cruzadas y comencé a rozarselas, lo sentía y creo que le gustaba o no quería que nos vean, de la excitación que le provocaba mis masajeos en sus piernas se movias sobre su propio asiento y notaba que ajustaba sus piernas contra su vagina, como apretando su deseo, en un instante y repentinamente ella descruso sus piernas, mientras Rodrigo su pareja, intuía que algo le estaba pasando, pero, dejaba que sigamos con nuestra calentura de ese instante, pienso que a él también le gustaba él que la seduzca y la acaricie, por mi parte, nuevamente mi mano volvío a la carga pero esta vez por detrás de su espalda (detrás suyo sólo estaba la pared, ya que nos habiamos ubicado en una esquina) la acariciaba y mientras más olía a su sexo, más mi mano bajaba hasta encontrar por entre su vestido su cintura y comencé a tocarle el culo, ahora el toqueteo del trasero fue más descarado, la masajeaba las nalgas a través del vestido y pasaba mi mano por entre la raya de sus nalgas y Isabela, así es como se llama, se dejaba tocar, estaba ya chorreando deseo y sus piernas se mojaban de ganas y deseos.

Retiré mi mano y nuevamente lo posé en sus piernas, esta vez la masajeaba de manera más intensa y tratando de abrir su vestido y subirlo hasta la altura de sus muslos, poco a poco iba subiendo su vestido hasta poder encontrar su corazón delicioso y jugoso, en un instante mi mano se detuvo, había llegado a tocar la linea de su calzón, y sentía un placer riquísimo el haber llegado hasta allí, ahora me quedaba un corto recorrido para poder sentir sus jugos.... Se movía sobre su propio eje de su cuerpo, quería disimular, pero, estaba excitadísima, podia oler su arrechura a hembra deseosa de ser penetrada intensamente, estaba caliente como una perra en celo y no iba a dejarla pasar, asi que continué buscando entre su entrepierna y mis dedos fueron más allá de toda imaginación y los introducí hasta lograr sentir palpar con la mano lo que se me ofrecía: una deliciosa piel púbica, unos labios superiores por los que escurrían generosas sus secreciones vaginales y una entrepierna deliciosa.

Una música suave se lentificaba en el bar y las caricias de mi dedo en su chocho se eternizaban en un suave sube y baja sobre su excitadísimo clítoris. Ahora la música se hacía más tensa y rápida y mi dedo, mi descarado y bien entrenado dedo corazón frotaba firme y perseverante una concha que presagiaba una auténtica explosión de gozo y placer de manera inminente. Un empujón, un chispeante empujón e Isabela, se correría entre mis dedos de manera voluptuosa, sensual, apasionada.

Instintivamente me acerque a sú oido y te dije: ¨Desde que nos conocimos supe que eras una mujer muy caliente buscando sexo y placer, al igual que yo, quiero que te vayas al baño y te quites tu calzón y vengas sin él¨

Ella no se incomodó, por el contrario, ví en sus ojos una lujuria intensa y sólo me sonrió, para luego ponerse de pie y le dijo a Rodrigo, disculpa amor voy al baño, mientras se alejaba, juntamos nuestras copas con Rodrigo y conversamos de nuestra primera impresión de conocernos, no sin dejar de perderla de vista, se que a Rodrigo le gustaba que la observe y la miré con deseos de montarla.

Pasaron unos minutos y de repente ella estaba de retorno, me imaginaba que había hecho lo que le había indicado, se acercó a la mesa, me percaté que al no llevar las bragas su vestido se metía en medio de sus nalgas y se le quedaba marcada la raja de su culito, me paré para darle sitio, acomodar y empujar su silla, una vez sentada, me senté a su lado y ya acomodado siento que por debajo de la mesa, me pone un paquete en mis piernas, lo recibí y al mirar, eran sus bragas que se las había quitado en el baño y lo tenia justo entre mis manos, disimuladamente la guardé en el bolsillo de mi pantalon y acerque mi mano que tenía impregnado su olor a mi nariz para disfrutar de su olor a sexo.....eso me puso muy arrecho y cachondo, no aguantaba más para tenerla ensartada entre mi carne.

Estaba tan duro y sentía que mi pene había crecido en demasía y estaba a punto de reventar mi pantalon, decidí repetir nuevamente mi deseo de tocarla y mi mano la dirigí de nuevo hacia sus piernas que esta vez las habías abierto para darme entrada....al hacerlo nuevamente sentí sus labios húmedos y su clitoris hinchado de placer, introduje mi dedo en su coño y comencé a masturbar su clitoris, se mecía en la silla y no podía disimular el deseo, erotismo y placer que le invadia, acerque mis labios a los suyos y la besé con mucha pasión, un beso largo, puro vicio. Mientras lo hacíamos Rodrigo no dejaba de observar como ella se ponia como en celo de sexo.
No pude resistirme más y le dije al oido:

´Quiero hacerte el amor, sentir tu vagina derretirse entre mi carne, quiero darte mi placer, subamos arriba y hagamoslo¨

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