Recibí un mensaje de Ricardo: “Hermano, Miriam en mi apartamento, la cámara esta encendida, la llave extra donde siempre”. Salí muy rápido para el apartamento de Ricardo, no me explicaba más, no sabia si Miriam había hablado ya con mi mujer, a estas alturas me imaginaba un divorcio muy costoso, y no gozar de la fortuna de mi mujer, ella me dejaría sin un quinto; Miriam siempre me había odiado, la cabeza me daba vueltas. Llegue al apartamento y la llave estaba donde siempre, con Ricardo compartíamos este apartamento para nuestras conquistas; deslice la llave lentamente, Ricardo ya la tendría en la habitación y la estaría filmando, esto me serviría para callarla.
La puerta de la habitación estaba abierta, se escuchaban lo gemidos de Miriam, me asome, y Ricardo estaba de rodillas en el piso, ella estaba con las piernas abiertas, él solo le había quitado la tanga, tenía la falda sobre la cabeza y le hacia sexo oral, en el pasillo estaba tirada la cartera de Miriam, saque su teléfono y para mi alivio no había ninguna llamada para mi mujer, estaba por irme pero la curiosidad me tentó, ella no me caía bien, pero era una mujer muy apetecible, estando de nuevo en la puerta de la habitación vi que Ricardo ya le había quitado la falda y tenia la blusa abierta, dejando ver un sostén de encaje negro, no podía ver mas mi amigo seguía comiéndose esa concha; seguía muy afanado con ella, me quede de pie en la puerta, ella no se percataba de que yo estaba allí.
Ricardo se puso de pie, se bajo los pantalones y Miriam se coloco de rodillas delante de él, y empezó a lamerle la verga, le tenía las manos en las nalgas, y no se daba un respiro, solo se escuchaba la verga entrando y saliendo, ese ruido de dos cuerpos húmedos frotándose. Ricardo casi daba de gritos, ella no le daba respiro, él se tiró sobre la cama, su verga estaba muy erecta apuntando al cielo, Miriam termino de desnudarse, tenia una hermosa piel blanca, su cabello era rubio, sus tetas eran muy grandes, los pezones eran grandes y se veían duros, sus nalgas estaban bien formadas y el bello púbico lo tenía recortado como un triángulo invertido, se avanzo sobre Ricardo, su vagina estaba goteando, se comió completa la verga de mi amigo, ella estaba encima y se movía como loca, ella gozada; su matrimonio era de apariencia, Miguel, su esposo, era gay; y ella saciaba todo su deseo con Ricardo. Él le mamaba esas deliciosas tetas, le coloco las manos en las caderas y le hacia moverse a su antojo, observe el culo de Miriam, Ricardo lo abría con las manos, ella gemía de una forma deliciosa y excitante. Miriam empezó a lamerle el pecho a Ricardo y no lo desmontaba, él levanto la mirada, hizo un gesto que indicaba que todo estaba bien. A un lado de la cama estaba una pequeña escultura, dentro de ella estaba la cámara que usábamos para filmar nuestras conquistas y reírnos cuando nos acostábamos con las mismas mujeres.
Ricardo quito una mano de las caderas de Miriam y le señalo el culo, asintió con la cabeza, yo salí al pasillo y me desnude, tenía la verga ya lista, nunca me imagine que fuéramos a terminar así, cuando volví a la habitación, Ricardo estaba en la orilla de la cama, Miriam seguía sobre él, le tomo las manos, y ella se acoplaba más a su ritmo, camine sigilosamente hacia ella, tome saliva y la frote en mi verga, me acerque puse mi verga muy cerca del culo de Miriam, la sujete por las caderas al mismo instante que le dejaba ir por completo mi grueso miembro, ella dio un fuerte grito, Ricardo no la soltaba de las manos y yo la penetraba sin misericordia, su culo estaba muy apretado. Confesó después que era la primera vez que le daban por detrás, yo tenía sensaciones encontrada, por un lado ella siempre había sido detestable y por otro poseía un cuerpo muy apetecible, sus gemidos estaban combinados con llanto, nos decía “Malditos hijos de puta, suéltenme, me están matando...”, después de un buen rato, los dos llenamos a Míriam de leche, por la concha y por el culo, ella se tiró al piso con las piernas abiertas, goteaba semen por los dos lados, su expresión ya no era de odio; “Malditos hijos de puta, como los goce, nunca me habían dado por el culo, y mucho menos estar con dos hombres a la vez” aún no se recuperaba del todo “Ricardo, no me esperaba esto, y tu maldito cerdo, como me diste tan duro después de estar con esas dos putas en tu casa” Ricardo soltó una carcajada, yo hice lo mismo, ella tenia una mezcla de indignación, sorpresa, engaño y la mas fuerte, satisfacción...
Miriam se metió al baño de la habitación, Ricardo no paraba de reír, me dijo en voz baja:
“Hermano, le hubieses visto la cara, torció los ojos cuando se la metiste, luego puso una cara de placer que nunca se la había visto”; cuando ella salió del baño yo tenía una toallita en la mano, iba a limpiarme la verga,
“Deja que tu nueva putita te limpie, ahora entiendo porque engañas a tu mujer, esta deliciosa verga es insaciable, si yo fuera tu mujer, llevaría a mis amigas que tu nos cogieras, eso sí, yo sería tu reina”; “Ricardo, imagina, este hombre le estaba dando duro a dos viejas dichosas en su casa, mientras su mujer tomaba un té con unas amigas”
“Espero que de eso no se entere mi mujer” le dije,
“En tus manos estará, de ahora en adelante quiero probar mas de ustedes dos, si estoy satisfecha por que darte problemas a ti y a tu amada esposa. Ahora esta putita quiere mas caballeros, adelante”
Miriam se sentó en la orilla de la cama, puso una mano en cada verga y empezó a masturbarnos, sus ojos parecían dos bolas de fuego, ella ardía por dentro y por fuera, de forma alterna tomaba cada verga y hacia que llegara al fondo de su boca, era una putita muy ardiente, en varias ocasiones se ahogo al llevar cada verga hasta el fondo, casi se traba por completo las bolas cuando las tenía en la boca, cuando ya nos tenía con verga dura y con ganas se puso de pie, se aferro al cuello de Ricardo, el la levanto con las piernas abiertas y le dejo ir la verga dentro de su goteante concha, queriendo darle variedad, me acomode y deje ir mi verga dentro de su concha, ella daba de gritos, tenia dos vergas gruesas dentro de su concha, nuestras vergas se frotaban dentro de la vagina de Miriam, su vagina estaba a reventar con esos dos trozos de carne adentro, daba de gritos, lo que nos encendía más, Ricardo le dijo al oído “Mi amor, quieres lo mismo por el culo” y rápidamente ella dijo “Si, si, hagan lo que quieran, soy suya” Ricardo la bajo y se sentó en la cama con la verga erecta hacia arriba, Miriam instintivamente se sentó sobre la verga dejándosela ir hasta quedar las bolas de Ricardo pegadas a sus nalgas, él le puso las manos en los hombros y yo le abrí las piernas ella me ayudo a meterle la verga por el culo, ahora nos tenía a los dos allí, seguimos dándole por el culo, nuestras vergas estaban apretadas dentro de su firme culo, nuestras bolas se frotaban mutuamente, Miriam gemía a gritos “Hijos de putaaaaa, soy, soy, soy su hembra, cójanme, si, si, si, llénenme de leche que quiero adentroooooo ”, solté una de sus piernas y jugué con su clítoris, luego como pude metí primero dos, luego tres llegue a meter cuatro dedos dentro de su vagina, estaba muy mojada y caliente, los dos seguimos embistiendo su culo, ella ardía de deseo y temblaba de una forma deliciosa cada vez que tenía un orgasmo.
Quedamos rendidos, Miriam se había convertido en nuestra puta, pero también nos había gozado como ella nunca imaginaría gozar a dos hombres, Ricardo la fue a dejar cerca de su casa, ella no podía sentarse después de la faena que habíamos tenido, a pesar de eso, ella tenía una gran sonrisa, antes de salir del apartamento, sin que Ricardo nos viera me beso en la boca, su lengua era una delicia y sus labios eran muy carnosos, me dijo al oído “Quiero tenerte para mi, haz que no lleguen tus putas a casa y llego, o mejor te busco en tu oficina, me tener que dar mas”, yo sonreí “tu secreto esta a salvo, siempre que me tengas feliz”. Al llegar a casa, estaba exhausto, nunca había tenido un sábado así. Entre a la cocina buscado algo para hidratarme, cuando mi mujer entro muy sonriente: “Mi amor, debes tomarte el lunes y martes de descaso en la oficina”, yo con desconcierto pregunte: “sí, ¿Porqué?” Y ella con un tono de imposición me dijo: “Mi mamá estará el fin de semana con nosotros, miércoles se ira a casa de mi hermana, yo tengo mucho trabajo, y tu como buen yerno debes atenderla”. Yo nunca había sido un gran amigo de mi suegra, pero debía mantener las cosas en paz, sobre todo, teniendo a Miriam como una nueva adquisición.
1) La señora del servicio...
http://www.poringa.net/posts/relatos/2182060/La-senora-del-servicio___.html
2) La nueva señora de la limpieza...
http://www.poringa.net/posts/relatos/2183567/La-nueva-senora-de-la-limpieza___.html
3) La nueva señora de la limpieza (continuación)...
http://www.poringa.net/posts/relatos/2186516/La-nueva-senora-de-la-limpieza-_continuacion____.html
4) Con la nueva señora de la limpieza un sábado....
http://www.poringa.net/posts/relatos/2187644/Con-la-nueva-senora-de-la-limpieza-un-sabado____.html
5) (Cont.) Con la nueva señora de la limpieza un sábado...
http://www.poringa.net/posts/relatos/2187753/_Cont__-Con-la-nueva-senora-de-la-limpieza-un-sabado___.html
La puerta de la habitación estaba abierta, se escuchaban lo gemidos de Miriam, me asome, y Ricardo estaba de rodillas en el piso, ella estaba con las piernas abiertas, él solo le había quitado la tanga, tenía la falda sobre la cabeza y le hacia sexo oral, en el pasillo estaba tirada la cartera de Miriam, saque su teléfono y para mi alivio no había ninguna llamada para mi mujer, estaba por irme pero la curiosidad me tentó, ella no me caía bien, pero era una mujer muy apetecible, estando de nuevo en la puerta de la habitación vi que Ricardo ya le había quitado la falda y tenia la blusa abierta, dejando ver un sostén de encaje negro, no podía ver mas mi amigo seguía comiéndose esa concha; seguía muy afanado con ella, me quede de pie en la puerta, ella no se percataba de que yo estaba allí.
Ricardo se puso de pie, se bajo los pantalones y Miriam se coloco de rodillas delante de él, y empezó a lamerle la verga, le tenía las manos en las nalgas, y no se daba un respiro, solo se escuchaba la verga entrando y saliendo, ese ruido de dos cuerpos húmedos frotándose. Ricardo casi daba de gritos, ella no le daba respiro, él se tiró sobre la cama, su verga estaba muy erecta apuntando al cielo, Miriam termino de desnudarse, tenia una hermosa piel blanca, su cabello era rubio, sus tetas eran muy grandes, los pezones eran grandes y se veían duros, sus nalgas estaban bien formadas y el bello púbico lo tenía recortado como un triángulo invertido, se avanzo sobre Ricardo, su vagina estaba goteando, se comió completa la verga de mi amigo, ella estaba encima y se movía como loca, ella gozada; su matrimonio era de apariencia, Miguel, su esposo, era gay; y ella saciaba todo su deseo con Ricardo. Él le mamaba esas deliciosas tetas, le coloco las manos en las caderas y le hacia moverse a su antojo, observe el culo de Miriam, Ricardo lo abría con las manos, ella gemía de una forma deliciosa y excitante. Miriam empezó a lamerle el pecho a Ricardo y no lo desmontaba, él levanto la mirada, hizo un gesto que indicaba que todo estaba bien. A un lado de la cama estaba una pequeña escultura, dentro de ella estaba la cámara que usábamos para filmar nuestras conquistas y reírnos cuando nos acostábamos con las mismas mujeres.
Ricardo quito una mano de las caderas de Miriam y le señalo el culo, asintió con la cabeza, yo salí al pasillo y me desnude, tenía la verga ya lista, nunca me imagine que fuéramos a terminar así, cuando volví a la habitación, Ricardo estaba en la orilla de la cama, Miriam seguía sobre él, le tomo las manos, y ella se acoplaba más a su ritmo, camine sigilosamente hacia ella, tome saliva y la frote en mi verga, me acerque puse mi verga muy cerca del culo de Miriam, la sujete por las caderas al mismo instante que le dejaba ir por completo mi grueso miembro, ella dio un fuerte grito, Ricardo no la soltaba de las manos y yo la penetraba sin misericordia, su culo estaba muy apretado. Confesó después que era la primera vez que le daban por detrás, yo tenía sensaciones encontrada, por un lado ella siempre había sido detestable y por otro poseía un cuerpo muy apetecible, sus gemidos estaban combinados con llanto, nos decía “Malditos hijos de puta, suéltenme, me están matando...”, después de un buen rato, los dos llenamos a Míriam de leche, por la concha y por el culo, ella se tiró al piso con las piernas abiertas, goteaba semen por los dos lados, su expresión ya no era de odio; “Malditos hijos de puta, como los goce, nunca me habían dado por el culo, y mucho menos estar con dos hombres a la vez” aún no se recuperaba del todo “Ricardo, no me esperaba esto, y tu maldito cerdo, como me diste tan duro después de estar con esas dos putas en tu casa” Ricardo soltó una carcajada, yo hice lo mismo, ella tenia una mezcla de indignación, sorpresa, engaño y la mas fuerte, satisfacción...
Miriam se metió al baño de la habitación, Ricardo no paraba de reír, me dijo en voz baja:
“Hermano, le hubieses visto la cara, torció los ojos cuando se la metiste, luego puso una cara de placer que nunca se la había visto”; cuando ella salió del baño yo tenía una toallita en la mano, iba a limpiarme la verga,
“Deja que tu nueva putita te limpie, ahora entiendo porque engañas a tu mujer, esta deliciosa verga es insaciable, si yo fuera tu mujer, llevaría a mis amigas que tu nos cogieras, eso sí, yo sería tu reina”; “Ricardo, imagina, este hombre le estaba dando duro a dos viejas dichosas en su casa, mientras su mujer tomaba un té con unas amigas”
“Espero que de eso no se entere mi mujer” le dije,
“En tus manos estará, de ahora en adelante quiero probar mas de ustedes dos, si estoy satisfecha por que darte problemas a ti y a tu amada esposa. Ahora esta putita quiere mas caballeros, adelante”
Miriam se sentó en la orilla de la cama, puso una mano en cada verga y empezó a masturbarnos, sus ojos parecían dos bolas de fuego, ella ardía por dentro y por fuera, de forma alterna tomaba cada verga y hacia que llegara al fondo de su boca, era una putita muy ardiente, en varias ocasiones se ahogo al llevar cada verga hasta el fondo, casi se traba por completo las bolas cuando las tenía en la boca, cuando ya nos tenía con verga dura y con ganas se puso de pie, se aferro al cuello de Ricardo, el la levanto con las piernas abiertas y le dejo ir la verga dentro de su goteante concha, queriendo darle variedad, me acomode y deje ir mi verga dentro de su concha, ella daba de gritos, tenia dos vergas gruesas dentro de su concha, nuestras vergas se frotaban dentro de la vagina de Miriam, su vagina estaba a reventar con esos dos trozos de carne adentro, daba de gritos, lo que nos encendía más, Ricardo le dijo al oído “Mi amor, quieres lo mismo por el culo” y rápidamente ella dijo “Si, si, hagan lo que quieran, soy suya” Ricardo la bajo y se sentó en la cama con la verga erecta hacia arriba, Miriam instintivamente se sentó sobre la verga dejándosela ir hasta quedar las bolas de Ricardo pegadas a sus nalgas, él le puso las manos en los hombros y yo le abrí las piernas ella me ayudo a meterle la verga por el culo, ahora nos tenía a los dos allí, seguimos dándole por el culo, nuestras vergas estaban apretadas dentro de su firme culo, nuestras bolas se frotaban mutuamente, Miriam gemía a gritos “Hijos de putaaaaa, soy, soy, soy su hembra, cójanme, si, si, si, llénenme de leche que quiero adentroooooo ”, solté una de sus piernas y jugué con su clítoris, luego como pude metí primero dos, luego tres llegue a meter cuatro dedos dentro de su vagina, estaba muy mojada y caliente, los dos seguimos embistiendo su culo, ella ardía de deseo y temblaba de una forma deliciosa cada vez que tenía un orgasmo.
Quedamos rendidos, Miriam se había convertido en nuestra puta, pero también nos había gozado como ella nunca imaginaría gozar a dos hombres, Ricardo la fue a dejar cerca de su casa, ella no podía sentarse después de la faena que habíamos tenido, a pesar de eso, ella tenía una gran sonrisa, antes de salir del apartamento, sin que Ricardo nos viera me beso en la boca, su lengua era una delicia y sus labios eran muy carnosos, me dijo al oído “Quiero tenerte para mi, haz que no lleguen tus putas a casa y llego, o mejor te busco en tu oficina, me tener que dar mas”, yo sonreí “tu secreto esta a salvo, siempre que me tengas feliz”. Al llegar a casa, estaba exhausto, nunca había tenido un sábado así. Entre a la cocina buscado algo para hidratarme, cuando mi mujer entro muy sonriente: “Mi amor, debes tomarte el lunes y martes de descaso en la oficina”, yo con desconcierto pregunte: “sí, ¿Porqué?” Y ella con un tono de imposición me dijo: “Mi mamá estará el fin de semana con nosotros, miércoles se ira a casa de mi hermana, yo tengo mucho trabajo, y tu como buen yerno debes atenderla”. Yo nunca había sido un gran amigo de mi suegra, pero debía mantener las cosas en paz, sobre todo, teniendo a Miriam como una nueva adquisición.
1) La señora del servicio...
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2) La nueva señora de la limpieza...
http://www.poringa.net/posts/relatos/2183567/La-nueva-senora-de-la-limpieza___.html
3) La nueva señora de la limpieza (continuación)...
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4) Con la nueva señora de la limpieza un sábado....
http://www.poringa.net/posts/relatos/2187644/Con-la-nueva-senora-de-la-limpieza-un-sabado____.html
5) (Cont.) Con la nueva señora de la limpieza un sábado...
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3 comentarios - Buscando el silencio de Miriam