Como les había comentado la señora de la limpieza y yo, nos dábamos unas cogidas de ensueño y por lo mismo su trabajo en la casa empezó bajar de calidad y yo por mi cuenta llevaba mas supuesto trabajo a casa para poder dar rienda suelta a mis deseos.
Mi mujer me dijo que traería a otra persona para hacer el trabajo de casa, una tarde se presento la nueva señora de la limpieza, su nombre era Carola y era una mujer religiosa, de aquellas que utilizan faldas largas y los botones de la blusa hasta el cuello. Mi mujer dijo que empezaría a trabajar en los próximos días al vencer su contrato laboral.
El solo hecho de pensar que tendría a una persona mas en casa y no dar rienda suelta a mis deseos me hizo desesperarme y actuar llevado por mi deseo de placer y no tomar ninguna precaución para satisfacer mis deseos.
En los siguientes días mi trabajo en casa aumento mucho, para poder estar mas tiempo con mi adorada señora de la limpieza, para mi buena suerte mi mujer había tomado un nuevo contrato de trabajo y sus horarios de oficina comenzaron desde muy temprano. El día de hoy me levante alrededor de las 5 de la mañana, comencé mi rutina de ejercicio buscando solo un calentamiento para mi verdadera rutina, que hoy comenzaría a las 6:15, mi mujer salía a las 6 y mi señora de la limpieza llegaba a las 6:15, me comían las ansias por tenerla entre mis brazos, tenia varias cosas listas, no sabia por cual empezar, ya que al venir Carola a trabajar a la casa sería como tener un par de ojos de mi mujer sobre mi hombro todo el tiempo.
La señora de la limpieza llego, yo me estaba dando una ducha, ella me sorprendió entrando a la ducha a hurtadillas, me sobresalte al ver un par de manos tomarme por la cintura, ve voltee y le di un beso la sujete por las nalgas y la aferré a mi cintura, mi verga estaba lista para hacerla mía, ella se soltó y me dijo: “Hoy quiero empezar lentamente y quiero darme ciertos gustos...”, con solo escuchar sus palabras en mi oído la verga se me puso mas dura y palpitaba de ganas de entrar por entrar en su cuerpo. Ella se puso detrás de mi y empezó a acariciarme la espalda colocando jabón y lo aplico con su cuerpo, sentía sus duros pezones robándome la espalda, se aferró a mi cintura y con una mano comenzó a masturbarme, recorría mi verga se una forma muy sensual, después de un buen rato de ponerme la verga durísima me dijo al oído: “Saber, estos pelos no me dejar sentir la piel de tus bolas y no puedo saborearlas bien...” hizo que me sentara en la orilla de la ducha y salió un momento, luego entro con una rasuradora en la mano y gel y en la otra. Hizo que abriera las piernas y me aplico el gel, la espuma blanca me cubría las bolas y comenzó a rasurarlas, con una mano me mantenía la verga dura y con la otra la delicada tarea de dejarme las bolas libres de pelo, cuando termino quito todo el exceso de gel y se puse de cuclillas frente a mi, me masturba con las dos manos y se detenía por momentos a observar y me hacia sentir como su nuevo juguete, siguió masturbándome, me levando la verga con las dos manos y acerco su boca a mis bolas, lamiéndolas de manera delicada, luego abrió la boca trato de tomar ambas pero solo le cupo una, la succionaba y acariciaba con la lengua, me tenia a reventar, luego yo la senté en la orilla de la tina y le dije: “Ahora es mi turno, me gusta hacértelo oral y quiero saborearte mejor...”. Ella abrió las piernas me dio el turno para rasurarla y dejar los labios de su vagina expuestos, eran abultados y se veían como dos exquisitos manjares que tenia que saborear....
Salimos de la ducha y la tire sobre la cama con las piernas abiertas coloque una almohada bajo sus nalgas y ella abrió mas las piernas colando las manos bajo los muslos, la tenia allí totalmente expuesta, sus vagina estaba goteando su delicioso jugo y yo solo empecé a abrirla con la lengua, los labios estaban gruesos, palpitantes y muy calientes, sentí su clítoris duro y caliente, mi lengua pasaba sobre el una y otra vez, sus gemidos habían pasado a gritos, abrí con delicadeza su vagina dejándola expuesta y comencé a meter la lengua dentro de ella, por momentos sus caderas se estremecían y yo me quedaba sin aire, tomaba una bocada y volvía a mi tarea, después saque la lengua sin apartarla de su piel baje hacia su culo, y empecé a darle puyones con la lengua con los dedos pulgares lo acariciaba y abría poco a poco para darle espacio a mi lengua, ella gemía y gritaba, lo hizo mas cuando logre meter la lengua en su culo, temblaba, estaba extasiada, luego me puse de pie y sin decirle ella estaba frente a mi abriendo la boca lista para recibir una verga durísima, la tome del cabello y empecé a comérmela por la boca, sus ojos enrojecidos derramaban una pequeña lagrimas, pero ella me enterraba las uñas en las nalgas cuando intentaba apártame....
Ella se puso en cuatro, la tome de las nalgas, las abrí y deje ir todo el grueso de mi verga dentro de su culo, dio un fuerte grito de dolor mezclado con placer, la acerque y pase una mano al frente con el dedo pulgar e índice le empecé a masturbar el clítoris, tal y como ella me lo había hecho en el baño se puso mas excitada sus nalgas chocaban con mi cadera, la sujete con las dos manos y le metia la verga hasta el fondo, mis bolas chocaban con su vagina empapada con su delicioso jugo, hasta que dando un grito de placer deje ir la verga hasta adentro con una carga de semen, ella grito igual, nuestro cuerpos estaban llenos de gotas de sudor, yo tenia las bolas empapadas por el rico jugo de su vagina, mi verga seguía dentro de su culo, los dos teníamos un palpitar involuntario su culo se contraía sobre mi verga y mi verga hacia lo suyo dentro de ese delicioso y apretado culo....
Los dos alzamos la vista y fue como hielo en la espalda ver a Carola, la nueva señora de la limpieza en la puerta, de pie, con la falta larga la blusa abotonada hasta el cuello, tenia los ojos muy abiertos con una mirada de horror mezclada con curiosidad, sus tetas se veían erguidas y ambas manos las tenia sobre su pubis, como queriendo tapar lo que la podría hacer caer en pecado y tentación, mi mujer me había advertido que ella era una mujer religiosa y recatada. Ella dio un pequeño grito y comenzó a caminar hacia atrás, mas rápidamente y empezó a gritar y decir que debía llamar a mi mujer.
Mi adorada señora de la limpieza salto de la cama como si me leyera el pensamiento y ambos corrimos tras Carola, la alcanzamos y detuvimos, me quebraba la cabeza pensando como comprar su silencio....
Mi mujer me dijo que traería a otra persona para hacer el trabajo de casa, una tarde se presento la nueva señora de la limpieza, su nombre era Carola y era una mujer religiosa, de aquellas que utilizan faldas largas y los botones de la blusa hasta el cuello. Mi mujer dijo que empezaría a trabajar en los próximos días al vencer su contrato laboral.
El solo hecho de pensar que tendría a una persona mas en casa y no dar rienda suelta a mis deseos me hizo desesperarme y actuar llevado por mi deseo de placer y no tomar ninguna precaución para satisfacer mis deseos.
En los siguientes días mi trabajo en casa aumento mucho, para poder estar mas tiempo con mi adorada señora de la limpieza, para mi buena suerte mi mujer había tomado un nuevo contrato de trabajo y sus horarios de oficina comenzaron desde muy temprano. El día de hoy me levante alrededor de las 5 de la mañana, comencé mi rutina de ejercicio buscando solo un calentamiento para mi verdadera rutina, que hoy comenzaría a las 6:15, mi mujer salía a las 6 y mi señora de la limpieza llegaba a las 6:15, me comían las ansias por tenerla entre mis brazos, tenia varias cosas listas, no sabia por cual empezar, ya que al venir Carola a trabajar a la casa sería como tener un par de ojos de mi mujer sobre mi hombro todo el tiempo.
La señora de la limpieza llego, yo me estaba dando una ducha, ella me sorprendió entrando a la ducha a hurtadillas, me sobresalte al ver un par de manos tomarme por la cintura, ve voltee y le di un beso la sujete por las nalgas y la aferré a mi cintura, mi verga estaba lista para hacerla mía, ella se soltó y me dijo: “Hoy quiero empezar lentamente y quiero darme ciertos gustos...”, con solo escuchar sus palabras en mi oído la verga se me puso mas dura y palpitaba de ganas de entrar por entrar en su cuerpo. Ella se puso detrás de mi y empezó a acariciarme la espalda colocando jabón y lo aplico con su cuerpo, sentía sus duros pezones robándome la espalda, se aferró a mi cintura y con una mano comenzó a masturbarme, recorría mi verga se una forma muy sensual, después de un buen rato de ponerme la verga durísima me dijo al oído: “Saber, estos pelos no me dejar sentir la piel de tus bolas y no puedo saborearlas bien...” hizo que me sentara en la orilla de la ducha y salió un momento, luego entro con una rasuradora en la mano y gel y en la otra. Hizo que abriera las piernas y me aplico el gel, la espuma blanca me cubría las bolas y comenzó a rasurarlas, con una mano me mantenía la verga dura y con la otra la delicada tarea de dejarme las bolas libres de pelo, cuando termino quito todo el exceso de gel y se puse de cuclillas frente a mi, me masturba con las dos manos y se detenía por momentos a observar y me hacia sentir como su nuevo juguete, siguió masturbándome, me levando la verga con las dos manos y acerco su boca a mis bolas, lamiéndolas de manera delicada, luego abrió la boca trato de tomar ambas pero solo le cupo una, la succionaba y acariciaba con la lengua, me tenia a reventar, luego yo la senté en la orilla de la tina y le dije: “Ahora es mi turno, me gusta hacértelo oral y quiero saborearte mejor...”. Ella abrió las piernas me dio el turno para rasurarla y dejar los labios de su vagina expuestos, eran abultados y se veían como dos exquisitos manjares que tenia que saborear....
Salimos de la ducha y la tire sobre la cama con las piernas abiertas coloque una almohada bajo sus nalgas y ella abrió mas las piernas colando las manos bajo los muslos, la tenia allí totalmente expuesta, sus vagina estaba goteando su delicioso jugo y yo solo empecé a abrirla con la lengua, los labios estaban gruesos, palpitantes y muy calientes, sentí su clítoris duro y caliente, mi lengua pasaba sobre el una y otra vez, sus gemidos habían pasado a gritos, abrí con delicadeza su vagina dejándola expuesta y comencé a meter la lengua dentro de ella, por momentos sus caderas se estremecían y yo me quedaba sin aire, tomaba una bocada y volvía a mi tarea, después saque la lengua sin apartarla de su piel baje hacia su culo, y empecé a darle puyones con la lengua con los dedos pulgares lo acariciaba y abría poco a poco para darle espacio a mi lengua, ella gemía y gritaba, lo hizo mas cuando logre meter la lengua en su culo, temblaba, estaba extasiada, luego me puse de pie y sin decirle ella estaba frente a mi abriendo la boca lista para recibir una verga durísima, la tome del cabello y empecé a comérmela por la boca, sus ojos enrojecidos derramaban una pequeña lagrimas, pero ella me enterraba las uñas en las nalgas cuando intentaba apártame....
Ella se puso en cuatro, la tome de las nalgas, las abrí y deje ir todo el grueso de mi verga dentro de su culo, dio un fuerte grito de dolor mezclado con placer, la acerque y pase una mano al frente con el dedo pulgar e índice le empecé a masturbar el clítoris, tal y como ella me lo había hecho en el baño se puso mas excitada sus nalgas chocaban con mi cadera, la sujete con las dos manos y le metia la verga hasta el fondo, mis bolas chocaban con su vagina empapada con su delicioso jugo, hasta que dando un grito de placer deje ir la verga hasta adentro con una carga de semen, ella grito igual, nuestro cuerpos estaban llenos de gotas de sudor, yo tenia las bolas empapadas por el rico jugo de su vagina, mi verga seguía dentro de su culo, los dos teníamos un palpitar involuntario su culo se contraía sobre mi verga y mi verga hacia lo suyo dentro de ese delicioso y apretado culo....
Los dos alzamos la vista y fue como hielo en la espalda ver a Carola, la nueva señora de la limpieza en la puerta, de pie, con la falta larga la blusa abotonada hasta el cuello, tenia los ojos muy abiertos con una mirada de horror mezclada con curiosidad, sus tetas se veían erguidas y ambas manos las tenia sobre su pubis, como queriendo tapar lo que la podría hacer caer en pecado y tentación, mi mujer me había advertido que ella era una mujer religiosa y recatada. Ella dio un pequeño grito y comenzó a caminar hacia atrás, mas rápidamente y empezó a gritar y decir que debía llamar a mi mujer.
Mi adorada señora de la limpieza salto de la cama como si me leyera el pensamiento y ambos corrimos tras Carola, la alcanzamos y detuvimos, me quebraba la cabeza pensando como comprar su silencio....
1 comentarios - La nueva señora de la limpieza...
Muy bueno che!
lo mando a favoritos!
saludos! 😉