Soy un hombre adulto de 25 años y quería contarles que aún me caliento muchísimo cuando recuerdo la primera vez que tuve una experiencia sexual con una mujer.
Soy de Venezuela, en aquella época yo tenía 18 años y estudiaba. Siendo hijo de inmigrantes españoles me habían criado siendo muy respetuoso por las mujeres, sin embargo a esa edad y con las hormonas a mil, a veces era capaz de hacer insinuaciones muy directas a algunas amigas, pero estas no tenían mayor efecto.
Uno de mis 3 hermanos que para entonces era mayor que yo por 14 años, había ido a España a estudiar. Finalmente se graduó, se caso con una joven española y regresó a Venezuela con ella. América, que así se llamaba mi nueva cuñada era una mujer de 25 años, de cabello negro corto, de más o menos 1,65 de estatura pero con un cuerpo muy bien definido y proporcionado, por no decir de lo firme que lucía y las formas perfectas de sus caderas, senos y nalgas. También tenía una cara preciosa y una sonrisa muy pícara.
Dado que estaban recién llegados a Venezuela (mi hermano y ella ) se instalaron a vivir en nuestra casa. Está por demás decir que de inmediato empecé a sentir muchos sentimientos encontrados, dado que mi nueva cuñada (América), era una mujer súper cariñosa, simpática y sensual, pero, había dos grandes inconvenientes: era la mujer de mi hermano y era al menos 9 años mayor que yo, por lo tanto solo podía dedicarme a fantasear con algún tipo de encuentro sexual con ella.
Y es que América provocaba un deseo muy grande en el joven que para esa época yo era; ella solía vestir con unos pantalones jeans (vaqueros) súper ajustados que marcaban por detrás dos nalgas perfectas y por delante una vagina de labios enormes. Por las noches lucia una variedad de dormilonas que en algunos casos eran transparentes y dejaban ver su ropa interior bastante atrevida para la época. También en las noches tarde, cuando mi hermano y ella se iban a dormir a su cuarto, llegaban a escucharse uno que otro ruido que no me dejaba margen de duda que estaban haciendo el amor (tirando, como decimos aquí), lo cual incrementaba mis deseos y me hacían terminar masturbándome como es clásico en un adolecente pero con este valor agregado de tener tanto morbo producido por América.
Así transcurrieron varios meses y ambos comenzaron a trabajar. Mi hermano tenía un trabajo que lo hacía estar 2 o 3 días a la semana fuera de casa. Yo solía quedarme hasta tarde con América viendo televisión ya que ella era adicta a las películas, yo por mi parte, la acompañaba y seguía fantaseando.
A veces por las tardes cuando yo regresaba del colegio, la acompañaba ya que ella era vendedora y debía visitar comercios para ofrecer los productos que vendía. Estas visitas las hacia movilizándose en transporte público, por eso yo la acompañaba. Una de esas tardes cuando regresábamos a casa, ya casi de noche, haciendo uso de las insinuaciones “directas” que hable al principio, me decidí a hacerle saber los deseos que tenía por ella.
Comencé por buscar el tema de sexo con la escusa de pedirle consejos, hasta que al fin sintiéndome un tanto confiado, le confesé que muchas noches me destrozaba masturbándome por ella y que me producía mucho morbo.
La primera reacción de ella fue de sorpresa pero no de disgusto y manteniendo su expresión picara me dijo que por qué le tenía ganas si lo natural es que yo deseara a jovencitas de mi edad y posteriormente cambió el tema, con lo cual, yo comprendí que lo mejor sería no intentar nuevamente abordar el tema con ella ya que no quería que se molestara ni se sintiera incomoda. Llegamos a la casa y el resto de la noche transcurrió como de costumbre.
Al día siguiente, fui en la mañana al colegio, cuando regrese al mediodía entre a mi casa como de costumbre por la puerta trasera pasando previamente por un lateral que daba a la ventana de la cocina, donde estaban América y mi mamá preparando el almuerzo. Llegue y salude, América se me quedo mirando en forma extraña; tenía puesto un vestido de estar en casa que le llegaba justo a las rodillas pero como siempre se veía provocativa.
Al poco rato, en un descuido de mi mamá, América se me acerco y me dijo que al verme llegar había recordado nuestra conversación del día anterior y que se había puesto muy “cachonda” (excitada, caliente) y que se había mojado muchísimo, que de hecho tenía que ir a cambiarse las bragas (pantaletas).
Aquella confesión fue lo más espectacular -eróticamente hablando- que mujer alguna me haya dicho jamás, como pueden imaginar aquello incremento el morbo que yo ya sentía por aquella hembra.
Más tarde almorzamos y yo fui directo al baño ya que desde la confesión que América me hizo, había permanecido con una erección que me tenía loco, por lo cual me destroce nuevamente en una paja que termino en un orgasmo riquísimo donde una gran cantidad de mi leche (como es propio en un hombre joven) fue a dar al lavamanos.
Esa tarde tenía yo que regresar al colegio pues tenía clase, cuando estaba preparándome después de tan espectacular paja, mi mamá se había ido a hacer la siesta y América aprovecho el momento…
Llego de repente a mi cuarto y me dijo: ven que quiero mostrarte algo. No me dio oportunidad de reaccionar cuando me tomo de la mano y me llevo a su cuarto. En el corto trayecto yo pensaba si lo que me mostraría tendría relación con lo que más temprano me había dicho sobre su repentino morbo hacia mí.
AL entrar al cuarto en el cual estaba la cama matrimonial que ella compartía con mi hermano, cerró la puerta y saco de una gaveta algo.
Me dijo: mira ! , … me mostro un instrumento con forma fálica que yo no sabía que era….Cuando le pregunte qué cosa era, me contesto que no importaba lo que era sino lo que ella hacía con él…..
Me dijo también : Coño ! me tienes muy cachonda…mira esto ! …
Acto seguido se acostó en su cama, levanto el vestido hasta la cintura dejándome ver su cuca (vagina o coño) ya que no tenia pantaletas, y se podía ver que estaba toda depilada y como siempre la imaginé: los labios y el clítoris eran enormes y se podía ver también que estaba muy mojada.
Me dijo con voz como poseída:
Mira lo que hago por ti ! …
Entonces tomó el objeto que había sacado de la gaveta (claro, era un consolador) y se empezó a frotar la cuca con él haciendo movimientos de cadera muy eróticos y alternando roces en los labios y clítoris con algunas penetraciones.
Inmediatamente mi pene se puso súper erecto y automáticamente lo saque de mi pantalón, mientras ella seguía haciéndose una paja súper espectacular.
De repente me halo de la mano y me dio un beso en la boca metiendo su lengua casi hasta mi garganta… Qué cosa tan rica !
Después me agarró el huevo (pene) y lo acaricio pero de inmediato se concentro nuevamente en ella y empezó a darse con más violencia con en consolador en su cuca. Suspiraba muy fuerte pero trataba de no hacer ruido para no despertar a mamá que dormía la siesta.
Así siguió unos minutos que para mi fueron deliciosos solo viendo aquel espectáculo de mujer retorciéndose y jadeando destrozándose en una paja por mí.
Yo también me masturbaba y de repente ella me dijo:
Me voy a correr !!! Me voy a Correr !!! …. y efectivamente, mordió la almohada y tal como una convulsión se corrió como una fiera.
Yo que minutos antes me había corrido en el baño volví hacerlo frente a ella, en ese momento ella se incorporó y me volvió a dar otro enorme beso, se acomodo el vestido y bajó su boca hasta mi huevo para darme 3 o 4 chupetones para tragarse finalmente el semen que quedaba y me dijo:
Coño ! Mira como me has puesto de cachonda y puta con ese comentario de ayer !!! …ahora no sé cómo me voy a quitar este morbo contigo !!!! …
Vete rápido al baño y lávate antes que tu madre se despierte y nos encuentre aquí…
Antes de salir del cuarto me volvió a tomar de la mano y me estampó otro beso de esos que aún no olvido y me dijo: Un día de estos vamos a hacer de todo y te voy a enseñar muchas cosas y como es que tienes que hacerle el amor a una mujer para que la satisfagas, es decir, te voy a enseñar a joderme como a mi me gusta !!!
Después de ese día vinieron otros encuentros que ya les contaré, pero les digo otra vez que este primer encuentro fue tan especial que aún hoy recordándolo y escribiéndolo me excita y me permite hacerme una paja exquisita.
Si le gusto, comenten!!! 😉
Soy de Venezuela, en aquella época yo tenía 18 años y estudiaba. Siendo hijo de inmigrantes españoles me habían criado siendo muy respetuoso por las mujeres, sin embargo a esa edad y con las hormonas a mil, a veces era capaz de hacer insinuaciones muy directas a algunas amigas, pero estas no tenían mayor efecto.
Uno de mis 3 hermanos que para entonces era mayor que yo por 14 años, había ido a España a estudiar. Finalmente se graduó, se caso con una joven española y regresó a Venezuela con ella. América, que así se llamaba mi nueva cuñada era una mujer de 25 años, de cabello negro corto, de más o menos 1,65 de estatura pero con un cuerpo muy bien definido y proporcionado, por no decir de lo firme que lucía y las formas perfectas de sus caderas, senos y nalgas. También tenía una cara preciosa y una sonrisa muy pícara.
Dado que estaban recién llegados a Venezuela (mi hermano y ella ) se instalaron a vivir en nuestra casa. Está por demás decir que de inmediato empecé a sentir muchos sentimientos encontrados, dado que mi nueva cuñada (América), era una mujer súper cariñosa, simpática y sensual, pero, había dos grandes inconvenientes: era la mujer de mi hermano y era al menos 9 años mayor que yo, por lo tanto solo podía dedicarme a fantasear con algún tipo de encuentro sexual con ella.
Y es que América provocaba un deseo muy grande en el joven que para esa época yo era; ella solía vestir con unos pantalones jeans (vaqueros) súper ajustados que marcaban por detrás dos nalgas perfectas y por delante una vagina de labios enormes. Por las noches lucia una variedad de dormilonas que en algunos casos eran transparentes y dejaban ver su ropa interior bastante atrevida para la época. También en las noches tarde, cuando mi hermano y ella se iban a dormir a su cuarto, llegaban a escucharse uno que otro ruido que no me dejaba margen de duda que estaban haciendo el amor (tirando, como decimos aquí), lo cual incrementaba mis deseos y me hacían terminar masturbándome como es clásico en un adolecente pero con este valor agregado de tener tanto morbo producido por América.
Así transcurrieron varios meses y ambos comenzaron a trabajar. Mi hermano tenía un trabajo que lo hacía estar 2 o 3 días a la semana fuera de casa. Yo solía quedarme hasta tarde con América viendo televisión ya que ella era adicta a las películas, yo por mi parte, la acompañaba y seguía fantaseando.
A veces por las tardes cuando yo regresaba del colegio, la acompañaba ya que ella era vendedora y debía visitar comercios para ofrecer los productos que vendía. Estas visitas las hacia movilizándose en transporte público, por eso yo la acompañaba. Una de esas tardes cuando regresábamos a casa, ya casi de noche, haciendo uso de las insinuaciones “directas” que hable al principio, me decidí a hacerle saber los deseos que tenía por ella.
Comencé por buscar el tema de sexo con la escusa de pedirle consejos, hasta que al fin sintiéndome un tanto confiado, le confesé que muchas noches me destrozaba masturbándome por ella y que me producía mucho morbo.
La primera reacción de ella fue de sorpresa pero no de disgusto y manteniendo su expresión picara me dijo que por qué le tenía ganas si lo natural es que yo deseara a jovencitas de mi edad y posteriormente cambió el tema, con lo cual, yo comprendí que lo mejor sería no intentar nuevamente abordar el tema con ella ya que no quería que se molestara ni se sintiera incomoda. Llegamos a la casa y el resto de la noche transcurrió como de costumbre.
Al día siguiente, fui en la mañana al colegio, cuando regrese al mediodía entre a mi casa como de costumbre por la puerta trasera pasando previamente por un lateral que daba a la ventana de la cocina, donde estaban América y mi mamá preparando el almuerzo. Llegue y salude, América se me quedo mirando en forma extraña; tenía puesto un vestido de estar en casa que le llegaba justo a las rodillas pero como siempre se veía provocativa.
Al poco rato, en un descuido de mi mamá, América se me acerco y me dijo que al verme llegar había recordado nuestra conversación del día anterior y que se había puesto muy “cachonda” (excitada, caliente) y que se había mojado muchísimo, que de hecho tenía que ir a cambiarse las bragas (pantaletas).
Aquella confesión fue lo más espectacular -eróticamente hablando- que mujer alguna me haya dicho jamás, como pueden imaginar aquello incremento el morbo que yo ya sentía por aquella hembra.
Más tarde almorzamos y yo fui directo al baño ya que desde la confesión que América me hizo, había permanecido con una erección que me tenía loco, por lo cual me destroce nuevamente en una paja que termino en un orgasmo riquísimo donde una gran cantidad de mi leche (como es propio en un hombre joven) fue a dar al lavamanos.
Esa tarde tenía yo que regresar al colegio pues tenía clase, cuando estaba preparándome después de tan espectacular paja, mi mamá se había ido a hacer la siesta y América aprovecho el momento…
Llego de repente a mi cuarto y me dijo: ven que quiero mostrarte algo. No me dio oportunidad de reaccionar cuando me tomo de la mano y me llevo a su cuarto. En el corto trayecto yo pensaba si lo que me mostraría tendría relación con lo que más temprano me había dicho sobre su repentino morbo hacia mí.
AL entrar al cuarto en el cual estaba la cama matrimonial que ella compartía con mi hermano, cerró la puerta y saco de una gaveta algo.
Me dijo: mira ! , … me mostro un instrumento con forma fálica que yo no sabía que era….Cuando le pregunte qué cosa era, me contesto que no importaba lo que era sino lo que ella hacía con él…..
Me dijo también : Coño ! me tienes muy cachonda…mira esto ! …
Acto seguido se acostó en su cama, levanto el vestido hasta la cintura dejándome ver su cuca (vagina o coño) ya que no tenia pantaletas, y se podía ver que estaba toda depilada y como siempre la imaginé: los labios y el clítoris eran enormes y se podía ver también que estaba muy mojada.
Me dijo con voz como poseída:
Mira lo que hago por ti ! …
Entonces tomó el objeto que había sacado de la gaveta (claro, era un consolador) y se empezó a frotar la cuca con él haciendo movimientos de cadera muy eróticos y alternando roces en los labios y clítoris con algunas penetraciones.
Inmediatamente mi pene se puso súper erecto y automáticamente lo saque de mi pantalón, mientras ella seguía haciéndose una paja súper espectacular.
De repente me halo de la mano y me dio un beso en la boca metiendo su lengua casi hasta mi garganta… Qué cosa tan rica !
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Así siguió unos minutos que para mi fueron deliciosos solo viendo aquel espectáculo de mujer retorciéndose y jadeando destrozándose en una paja por mí.
Yo también me masturbaba y de repente ella me dijo:
Me voy a correr !!! Me voy a Correr !!! …. y efectivamente, mordió la almohada y tal como una convulsión se corrió como una fiera.
Yo que minutos antes me había corrido en el baño volví hacerlo frente a ella, en ese momento ella se incorporó y me volvió a dar otro enorme beso, se acomodo el vestido y bajó su boca hasta mi huevo para darme 3 o 4 chupetones para tragarse finalmente el semen que quedaba y me dijo:
Coño ! Mira como me has puesto de cachonda y puta con ese comentario de ayer !!! …ahora no sé cómo me voy a quitar este morbo contigo !!!! …
Vete rápido al baño y lávate antes que tu madre se despierte y nos encuentre aquí…
Antes de salir del cuarto me volvió a tomar de la mano y me estampó otro beso de esos que aún no olvido y me dijo: Un día de estos vamos a hacer de todo y te voy a enseñar muchas cosas y como es que tienes que hacerle el amor a una mujer para que la satisfagas, es decir, te voy a enseñar a joderme como a mi me gusta !!!
Después de ese día vinieron otros encuentros que ya les contaré, pero les digo otra vez que este primer encuentro fue tan especial que aún hoy recordándolo y escribiéndolo me excita y me permite hacerme una paja exquisita.
Si le gusto, comenten!!! 😉
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