Hace unos ocho meses que estoy de novio y me venia portando bastante bien. Uno o dos traspies en el camino pero nada serio. Lo serio es mi relacion con Juli de quien ya les contare. Pero hace dos semanas se fue la fidelidad por la borda. La cosa fue asÃ.
Con Juli estamos superenganchados. No convivimos, pero los fines de semana los pasamos juntos. Y casi que desde el viernes y hasta el domingo, ella se intala en mi depto. De lunes a jueves cada uno en su casa. A veces nos vemos, a veces no. Hay lugar para algun desliz, pero como dije ultimamente venÃa bastante tranquilo.
Un viernes hace dos semanas llegue de laburar y al rato sono el timbre. Con Juli habiamos quedado en no salir ese dia. Cenar en casa, vinito y una peli. Tranqui. Ella se encargó de la cena (ojo, habitualmente me toca a mi asà que esta ero un mimo de parte de ella), y yo mientras veÃa tele y boludeaba con la compu. HacÃa dos dias que el laburo no me daba respiro y ni bola le habÃa dado al Face. Oh sorpresa, tenÃa 4 pedidos de amistad, todas minas. A una la conocÃa. Sofi, una ex que habÃa desaparecido hace unos años. No filtre. Acepte a las 4, de última después las eliminaba.
Treinta segundos depués (juro que no miento), una de ellas me escribe por chat: “hola, te acordas de miâ€. El nombre me sonaba, pero ni ahÃ. “Si, pero no me acuerdo dónde fue que nos conocimosâ€, le contesté mentiroso. “En el cumpleaños de tu amigo Nicoâ€, me puso. Listo, me acordé. Me la habÃa presentado Nico que le habÃa dicho que yo trabajaba en marketing de una empresa, y ella me habÃa comentado que tenÃa una agencia de promotoras y modelos por si yo necesitaba. No le habÃa dado mucha bola porque la mina tenÃa alta facha de gato, y me imaginé que lo que me iba a ofrecer era más o menos del mismo palo. Bueno, estaba en lo cierto. “No se si te acordas que te comenté que tengo una agencia de chicasâ€, me pone. “En realidad yo soy escortâ€, tira. Chan! Qué directa. Yo me quede frÃo y no dije nada a ver cómo seguÃa. “Se que a vos por la posición en la que estás te deben pedir todo el tiempo que les recomiendes chicas y querÃa que tengas a mi staff en cuentaâ€, puso al rato Mariela (asà se llama la mina, una milf cuarentona, rubia, tetona, boca hinchadita, mucha cara de puta). “Tampoco te creas que me piden todo el tiempoâ€, chamuyé minimizando. La verdad es que, no se porque, pero sin buscarlo recibo al menos un llamado por semana de amigos y conocidos. Será porque tengo contacto con agencias de modelos y eso (trabaje un tiempo con un amigo que hoy sigue solo y tiene varias que van al frente) y porque tengo banda de amigos gateros, jajaj.
“Se que soles laburar bastante con ….â€, me escribe. “Algunas de las chicas que estaban antes con el estan ahora conmigo, y tengo otras más que me gustarÃa que conozcasâ€. Cata de putas?! Miré para la cocina para ver si Juli venÃa. Escuchaba ruido de que todavÃa le faltaba. “Cuál es tu idea?â€, le puse. “Primero que conozcas mi staff, te paso la página que tengo www.... Pero hay otras que no están ahÃ. Son las más VIP. Mi idea era ver si nos podÃasmos juntar y te muestro las otras que manejo. Tengo unas 25 chicasâ€, escribió. “Despejá la mesa que ya casi va a estarâ€, tiró en ese momento Juli desde la cocina. Gracias por avisar gorda. “Bueno, pasame tu celu y el lunes hablamosâ€, le escribÃ. Y cerré la compu al ver que venÃa con los platos en la mano. “Qué hacÃasâ€, preguntó Juli. “Nada, limpiaba los mails del laburoâ€.
Esa noche, después de la peli y un polvito, ella se durmió y yo volvà al living para abrir la compu. En el interÃn me habÃa quedado picando quien le habÃa pasado el dato a la mina. Y automáticamente pensé en SofÃ. A ella la conocà hace siete años. TenÃa 18, hacÃa promociones. Y yo recién empezaba en la empresa donde hoy soy gerente. Me la garché. Y salimos unos meses hacia fines de año. La mina estaba buena pero era muy boluda. Y un poco para sacármela de encima la emboqué en la agencia de modelos de mi amigo para que se la llevara a la costa (ni a palos querÃa que nos fuéramos juntos de vacaciones como era su idea). La cosa es que la mina en ese viaje terminó garchando por plata a los dÃas (si, ya se: son todas putas). Yo me enteré al toque por mi amigo que me preguntó si estaba ok que la mande a una fiesta. Para mi era la excusa perfecta para a la vuelta hacerme el ofendido y cortarla. Y para que la mina dejara de paso de pedirme guita (vivÃa sola, estaba sin laburo y yo le habÃa dado una mano los últimos dos meses con el alquiler). La cagada fue que la pendeja era un descontrol y para entrar en ese juego se empedaba y le entraba a la merca zarpado. Y en otra de esas fiestas terminó desmayada mal. Se pegaron todos terrible julepe. La mina al hospital. Al dÃa siguiente me entero por mi amigo todo. “La mando de vuelta mañana para Buenos Aires a esta pelotuda...â€, me decÃa enojado. Me llamó apenas volvió, yo ni la atendÃ. Como a los 15 dÃas hablamos. Le dije que me habia enterado todo lo que habÃa pasado. Me pidió diculpas. Y ahà quedamos. Con el tiempo reaparecÃa de vez en cuando. DecÃa que me extrañaba, que yo era lo mejor que le habÃa pasado. Boludeces de pendeja. Garchamos alguna vez más. Pero era una vez tipo reencuentro y después pasaban meses sin vernos. Y los últimos dos años ni noticia. En el medio me habÃa dicho hace tres años que habÃa empezado a trabajar con una mina que tenÃa una agencia de modelos y que le estaba yendo re bien. No se porqué flashié que esa mina era esta Mariela.
La cosa es que al volver a abrir el Facebook vi que tenÃa un par de mensajes que la mina me habÃa mandado cuando yo cerré la compu. “Mi celu es 156xxxxxxx, llamame el lunes y te venis a la tarde si podés al edificio donde tengo un par de deptos o al mio en Pto Madero depués de las 8â€. “Mi idea es darte una comisión por cada cliente que acerquesâ€. Ahà se cortaba. Seguramente al ver que yo me habÃa desconectado. Le mandé un “ok. Te llamo el lunesâ€. Y después le escribà a Sofi para ver qué onda. “Apareciste! Tanto tiempo! Qué contás?â€. Cortito.
El sábado estuvÃmos todo el dÃa girando con Juli. A la noche fuimos al cenar con amigos. El domingo desayuno en la cama. Después ella se fue para almorzar con su familia y yo me hice el boludo y despegué. A la tarde tenÃa tenis con unos amigos. Asà que me preparé una boludez de comer y abrà otra vez la compu que habÃa quedado olvidadad desde el viernes. Mensaje de Sofi: “Hola gordito. Tanto tiempo, te super extraño! Volvà hace una semana de Madrid. Estuve los dos últimos años allá, laburando. Ahora me quedo un tiempo acá. Y tengo muchas ganas de verte. Vos qué contás?â€. Le conté un poco de mi presente. Y le dije que agendara mi PIN. Esa tarde me llegó el pedido y la acepté. Y al rato chateamos por BB y quedamos en vernos en la semana.
Al dÃa siguiente, el lunes, la llamé a Mariela como habÃa prometido. Y quedamos en vernos esa noche, tipo 8 y media en su depto de Madero. Antes a mi se me complicaba y tampoco querÃa ir de movida a donde ella tenÃa a los gatitos más berretas. Me pareció que estaba muy regalado en esa. La mina estaba super interesada en que yo le diera bola y pensaba jugar medio de difÃcil.
Llegué puntual. Era una torre. Subà al depto y ella me abrió. Look ejecutiva. Pollera negra ajustada a la rodilla. Blusa blanca medio abierta que insinuaba un cachito de corpiño de encaje. Zapados de taco alto. El pelo tirante en una cola de caballo. Más buena en persona que en sus fotos de FB que habÃa revisado, obviamente. Me hizo pasar al living. Depto decorado moderno. Impecable. Me ofreció algo de tomar. “Lo que vos tomesâ€, dije. Trajo champagne. Me invitó a sentarme en un sofá grande al lado de ella para mostrarme en su compu las fotos de las chicas. “Pudiste ver la pagina que te mandé?â€, me preguntó. Le dije que si, pero ella la abrió en la compu de todas maneras. “Vos de ahà a cuál recomendás?â€, le dije serio. Ella me tiró cuatro de 12 que tendrÃa. Dos tenÃan un perfil como el de ella (MILF) pero más gato. Las otras eras dos pendejas pulposas que no mostraban la cara pero si terrible tajo. “No todos, pero la mayorÃa de los tipos que yo te puedo aportar buscan otro perfilâ€, jugué. “De éstas, tal, tal y tal pueden andar si las pulis un cachito. Qué valores manejás?â€. Me dijo que cobraban 100 dólares la hora la mayorÃa. La más linda de las que marqué, 200. Y que ella cobraba 300 porque tenÃa un perfil que le gustaba a empresarios. Que tenÃa otras chicas para mostrarse que iban de 300 a 500 dólares. “Bueno, veamosâ€, le dije. Y abrió una carpeta en el desktop de la compu que tenÃa unas 10 carpetas. Y me entró a mostrar fotos. “A algunas las debés conocerâ€, me tiró. Efectivamente habÃa un par que laburaban antes con mi amigo. Una era Luli (25, morocha de piel blanca y mirada atorranta, buenas tetas, buen orto, se rumoreaba que era un avion en la cama pero nunca habÃa tenido la oportunidad); otra era Laura (27 o 28, también morocha, alta, cara de tana onda la Cuccinota, buenas tetas, patas largas, culo 6 ptos, era madre de un pibe, dato que tenÃa porque se la habÃa comido un tiempo un amigo... todas estas solÃan tener novios y gateaban de vez en cuando por atrás); y quinta apareció SofÃ. “A ella la conozco, tuvimos algo hace un tiempoâ€, dije porque me miró y era obvio que sabÃa y no quise hacerme el boludo al pedo. “Si sabÃa. Ella me dijo que te llamara. Me dijo, llamalo a Maxi que tiene todos los contactos... Somos muy amigas con Sofiâ€. El tono con el que lo dijo me dio a entender que además de amistad habÃa algo más. “AsÃ? Qué más te contó?â€, pregunté en el mismo tono juguetón. “Me dijo que fuiste uno de los primeros en todoâ€, la siguó. En rigor, según lo que yo sabÃa por ella, habÃa sido el 3ro y el primero en probar el culo. No se si era cierto, pero se notaba que la mina tenÃa poca experiencia, y en el ocote no le entraba un alfiler y lo tuve que laburar bastante. Y asà y todo los garches por colectora eran un concierto de gritos y quejidos de parte de ella. “Fue hace un montónâ€, dije. “Hoy está mucho más linda para miâ€, me dijo. “SÃ, la verdad es que está divinaâ€, coincidÃ. Se habÃa oscuredido un poco el pelo a un rubio más natural. Se habÃa operado las lolas. Y tenÃa más carne (antes era un palo y tenÃa el culito chiquito). Pero el vientre era una tabla. Un lomazo. Además se habÃa sacado los lentes azules que usaba en un momento y daban re berreta, y lucÃa sus ojos marrones. Y ya no tenÃa cara de pendeja idiota si no de mina. “Vos hace un par de años que no la ves no?â€. “Si, mÃnimo dos añosâ€, contesté. “Te la voy a mardar entonces esta semanaâ€, dijo ya en rol de madama. “Te vas a volver locoâ€, me dijo mirándome a los ojos. “Conmigo aprendió un par de cosas...â€, siguió pasando ya al rol de puta. “Ah si?, vos la entrenaste?â€, le seguà el chichoneo. “Y... yo las tengo que preparar a mis chicasâ€, dijo ya girando con todo el cuerpo para mi lado, como dispuesta a a avanzar. “Querés que te muestre qué es lo que le enseñé?â€, preguntó. “Si daleâ€, contesté. Ella se descalzó y fue derecho a arrodillarse entre mis piernas. Me manoteo la pija y entró a frotármela por sobre el pantalón. Cuando vio que se ponÃa dura me desprendió el cinturón siempre con la mirada fija en mis ojos. Abrio el cierre y me bajó primelo los lienzos y después, despacito el calzó. “Bua, menos mal!...(tiró al verla durita) porque ya estaba pensando que no te gustaba yo...â€. “Viste, te equivocasteâ€, le contesté. “Linda pija, es gruesitaâ€, dijo mientras me la pajeaba despacio para que mi verga siguiera ganando en dureza. “La habras hecho llorar a la pobre de Sofi con esto... semejante tronco por el culo a los 18...â€, tiró. Era evidente que la otra le habÃa contado detalles. Y esta se habia dado cuenta que hablar de Sofi era lo que me habÃa calentado (de hecho ella tenÃa razón y tanto no me cerraba su onda) y ahora lo usaba para mantenerme al palo. Igual me causaba algo de gracia el tono medio actuado de puta que ponÃa. Pero me relajé, extendà los brazos en el respaldo del sofá y me tiré un cacho con la pelvis para adelante, como diciendo “toda tuyaâ€. “Ahora es otra cosa, no sabés como le gusta que le hagan el orto...y cómo la chupa...mirá, asà la chupaâ€, y se acercó finalmente a mi pija que pedÃa que se callara y se la comiera. Y entró a petear. Mierda! Para esto están las putas! Por algo son profesionales de esto. Su boca iba y venÃa con un talento adquirido en 20 años de comersela todos los dÃas. Enroscaba la lengua alrededor del choto como drenando lentamente la leche que me iba inflando los huevos y la verga. Lo mejor fue cuando se la comió toda pero con la lengua aun afuera la zigzagueo para pincelarme los gemelos. Después se la sacó toda arrastrando un hilo de baba y sacó la lengua un cacho mientras me miraba otra vez a los ojos. Siguió pajeándole, haciendo cÃrculos son la palma sobre el glante, mientras con la otra mano se desprendÃa los botones de la blusa. “Ayudame un poquito bebéâ€, me dijo. Le di una mano con los botones y le saqué las tetas afuera del corpiño. Y le tironié un cacho los timbres para que se le pusieran duritos. Ella soltó la pija dos segundos y se sacó la blusa y el corpiño quedando en tetas y pollera. Después se apuró a volver a chuparla. Otra vez más la mojó en saliva, pero no contenta se la sacó de la boca y me metió una escupida que esparció con una paja que iba tomando velocidad. La chota ya venosa y estallada. Acercó una teta. Se frotó el glande por los pezones, después se cacheteó la teta con la pija dura. La volvió a escupir, y mojada, se la calzó entre las tetas para una turca. De vez en cuando sacaba la lengua y jugaba con el agujerito de la cabeza, o la escupÃa un cachito para lubricarla y seguÃa con sus tetas haciéndole sanguchito a mi japi. Después otra vez la comilona. Y una buena chupada de huevos mientras me la pajeaba como loca. “Querés ver cómo me trago toda tu leche bebé?â€, me preguntó. “Si, daleâ€, conteste como un pelotudo. Pero la verdad es que mucho no podÃas pensar. Jaja. Y ella apretó bien el puño y le dio masa a la verga. Puso su boca carnosa alrededor del glande y se aspiró le leche. Yo me sacudi desde los pies en un orgasmo re pulenta que después me dejo super relajado.
Ella tragó la leche sin problemas, después fue por su copa de champagne, tomo un sorbo, hizo un buchecito y listo. Yo me subà los calzones. Pero ella me frenó. “Para que te limpio bienâ€, me dijo, Y volvió a mi y la chupó hasta dejarla limpita. Entonces si, ella me subió la ropa y me la volvió a acomodar. Después se fue a la cocina y trajo unos sanguchitos de miga y me ofrecio. “Y, cómo estuvo?â€. “Genialâ€, le contesté. “Todas mis chicas son asà de buenas, asà que imaginateâ€, dijo con una risita. “Igual quiero que lo compruebesâ€. Gracias dios, pensé.
Me morfé otro sanguchito (medio berreta la mezcla con champagne, pero era lo que habÃa), y ella me preguntó si querÃa ver el resto de las chicas que no habÃa llegado a mostrarme antes. Vimos un par que eran más pulposa, onda gatazo pero mno tanto como las que figuraban en la página, y tres milfs de la edad de ella pero con menos onda de trola. De hecho parecÃan minas normales casadas, con buen lomo, de esas que te cruzas en el gimnasio. O en mi caso en una clase de yoga, porque a Marisa (43, castaña de ojos verdes, flaca y alta con cuerpo, y patas de ex modelo), yo la habÃa tendo de compañera hace un año. Siempre me habÃa llamado la atención y tenÃa pinta de avanzadora, pero al final me habÃa terminado parlando y comiendo a otra de ahà (Vane, 27, cara rara pero interesante, bocona, poca teta, un orto sublime... de esas que se paran arqueadas todo el tiempo, y madre soltera, motivo por el cual no funco, aunque el pibe de ella era un genio). Finalmente y para el postre, las últimas dos del staff de Mariela eran dos pendejas zarpadas de buenas que yo las tenÃa de verlas en el vip del boliche pero nunca me habÃa imaginado que gatearan: Tati y Mica. DebÃan andar en 20 o 21 las dos. Castañas, bajitas, onda lolita, unos culitos redondos (los veia por primera vez en las fotos). Tati poquitas lolas, Mica un cachito más. “Estas dos recÃen empiezan, son como la frutillita del postreâ€, dijo ella. “Tati es la más tÃmida de las dos, por eso no la mando sola por ahora, necesita otra que la arengue un poco. Mica ya pegó tres o cuatro trabajitos conmigo, y fue la que me la trajo a la otraâ€. “A mi ella me parece lo más, los tipos que yo manejo se van a volver locos aunque no sepa hacer nada y se quede quietitaâ€, le dije. “Si, ya entiendo, a vos lo que te piden son más pendejas y no tan putónâ€, me dijo. “No siempre, depende, los más grandes no quieren laburar y piden una mina que sea una fiera. Los de treinta somos al revésâ€. “Ok, decime vos qué te parece que es lo que más salida tiene con tus contactos y te la voy mandando para que las veas. Y por cada cliente que me acerques yo te doy una comisión, te parece?â€, me dijo, ahora en rol mujer de negocios. “Si, perfectoâ€, contesté.
Charlamos un rato más de boludeces, volvimos a repasar algunas fotos. Me tiró data de cual era la especialidad y la onda de cada una. La charla me volvió a calentar y me entraron ganas de ponerla. Pero no con ella. PreferÃa reservarme para la semana que se venÃa. De hecho habÃamos quedado que al dÃa siguiente me mandaba a Tati y Sofi juntas. [/size]
Con Juli estamos superenganchados. No convivimos, pero los fines de semana los pasamos juntos. Y casi que desde el viernes y hasta el domingo, ella se intala en mi depto. De lunes a jueves cada uno en su casa. A veces nos vemos, a veces no. Hay lugar para algun desliz, pero como dije ultimamente venÃa bastante tranquilo.
Un viernes hace dos semanas llegue de laburar y al rato sono el timbre. Con Juli habiamos quedado en no salir ese dia. Cenar en casa, vinito y una peli. Tranqui. Ella se encargó de la cena (ojo, habitualmente me toca a mi asà que esta ero un mimo de parte de ella), y yo mientras veÃa tele y boludeaba con la compu. HacÃa dos dias que el laburo no me daba respiro y ni bola le habÃa dado al Face. Oh sorpresa, tenÃa 4 pedidos de amistad, todas minas. A una la conocÃa. Sofi, una ex que habÃa desaparecido hace unos años. No filtre. Acepte a las 4, de última después las eliminaba.
Treinta segundos depués (juro que no miento), una de ellas me escribe por chat: “hola, te acordas de miâ€. El nombre me sonaba, pero ni ahÃ. “Si, pero no me acuerdo dónde fue que nos conocimosâ€, le contesté mentiroso. “En el cumpleaños de tu amigo Nicoâ€, me puso. Listo, me acordé. Me la habÃa presentado Nico que le habÃa dicho que yo trabajaba en marketing de una empresa, y ella me habÃa comentado que tenÃa una agencia de promotoras y modelos por si yo necesitaba. No le habÃa dado mucha bola porque la mina tenÃa alta facha de gato, y me imaginé que lo que me iba a ofrecer era más o menos del mismo palo. Bueno, estaba en lo cierto. “No se si te acordas que te comenté que tengo una agencia de chicasâ€, me pone. “En realidad yo soy escortâ€, tira. Chan! Qué directa. Yo me quede frÃo y no dije nada a ver cómo seguÃa. “Se que a vos por la posición en la que estás te deben pedir todo el tiempo que les recomiendes chicas y querÃa que tengas a mi staff en cuentaâ€, puso al rato Mariela (asà se llama la mina, una milf cuarentona, rubia, tetona, boca hinchadita, mucha cara de puta). “Tampoco te creas que me piden todo el tiempoâ€, chamuyé minimizando. La verdad es que, no se porque, pero sin buscarlo recibo al menos un llamado por semana de amigos y conocidos. Será porque tengo contacto con agencias de modelos y eso (trabaje un tiempo con un amigo que hoy sigue solo y tiene varias que van al frente) y porque tengo banda de amigos gateros, jajaj.
“Se que soles laburar bastante con ….â€, me escribe. “Algunas de las chicas que estaban antes con el estan ahora conmigo, y tengo otras más que me gustarÃa que conozcasâ€. Cata de putas?! Miré para la cocina para ver si Juli venÃa. Escuchaba ruido de que todavÃa le faltaba. “Cuál es tu idea?â€, le puse. “Primero que conozcas mi staff, te paso la página que tengo www.... Pero hay otras que no están ahÃ. Son las más VIP. Mi idea era ver si nos podÃasmos juntar y te muestro las otras que manejo. Tengo unas 25 chicasâ€, escribió. “Despejá la mesa que ya casi va a estarâ€, tiró en ese momento Juli desde la cocina. Gracias por avisar gorda. “Bueno, pasame tu celu y el lunes hablamosâ€, le escribÃ. Y cerré la compu al ver que venÃa con los platos en la mano. “Qué hacÃasâ€, preguntó Juli. “Nada, limpiaba los mails del laburoâ€.
Esa noche, después de la peli y un polvito, ella se durmió y yo volvà al living para abrir la compu. En el interÃn me habÃa quedado picando quien le habÃa pasado el dato a la mina. Y automáticamente pensé en SofÃ. A ella la conocà hace siete años. TenÃa 18, hacÃa promociones. Y yo recién empezaba en la empresa donde hoy soy gerente. Me la garché. Y salimos unos meses hacia fines de año. La mina estaba buena pero era muy boluda. Y un poco para sacármela de encima la emboqué en la agencia de modelos de mi amigo para que se la llevara a la costa (ni a palos querÃa que nos fuéramos juntos de vacaciones como era su idea). La cosa es que la mina en ese viaje terminó garchando por plata a los dÃas (si, ya se: son todas putas). Yo me enteré al toque por mi amigo que me preguntó si estaba ok que la mande a una fiesta. Para mi era la excusa perfecta para a la vuelta hacerme el ofendido y cortarla. Y para que la mina dejara de paso de pedirme guita (vivÃa sola, estaba sin laburo y yo le habÃa dado una mano los últimos dos meses con el alquiler). La cagada fue que la pendeja era un descontrol y para entrar en ese juego se empedaba y le entraba a la merca zarpado. Y en otra de esas fiestas terminó desmayada mal. Se pegaron todos terrible julepe. La mina al hospital. Al dÃa siguiente me entero por mi amigo todo. “La mando de vuelta mañana para Buenos Aires a esta pelotuda...â€, me decÃa enojado. Me llamó apenas volvió, yo ni la atendÃ. Como a los 15 dÃas hablamos. Le dije que me habia enterado todo lo que habÃa pasado. Me pidió diculpas. Y ahà quedamos. Con el tiempo reaparecÃa de vez en cuando. DecÃa que me extrañaba, que yo era lo mejor que le habÃa pasado. Boludeces de pendeja. Garchamos alguna vez más. Pero era una vez tipo reencuentro y después pasaban meses sin vernos. Y los últimos dos años ni noticia. En el medio me habÃa dicho hace tres años que habÃa empezado a trabajar con una mina que tenÃa una agencia de modelos y que le estaba yendo re bien. No se porqué flashié que esa mina era esta Mariela.
La cosa es que al volver a abrir el Facebook vi que tenÃa un par de mensajes que la mina me habÃa mandado cuando yo cerré la compu. “Mi celu es 156xxxxxxx, llamame el lunes y te venis a la tarde si podés al edificio donde tengo un par de deptos o al mio en Pto Madero depués de las 8â€. “Mi idea es darte una comisión por cada cliente que acerquesâ€. Ahà se cortaba. Seguramente al ver que yo me habÃa desconectado. Le mandé un “ok. Te llamo el lunesâ€. Y después le escribà a Sofi para ver qué onda. “Apareciste! Tanto tiempo! Qué contás?â€. Cortito.
El sábado estuvÃmos todo el dÃa girando con Juli. A la noche fuimos al cenar con amigos. El domingo desayuno en la cama. Después ella se fue para almorzar con su familia y yo me hice el boludo y despegué. A la tarde tenÃa tenis con unos amigos. Asà que me preparé una boludez de comer y abrà otra vez la compu que habÃa quedado olvidadad desde el viernes. Mensaje de Sofi: “Hola gordito. Tanto tiempo, te super extraño! Volvà hace una semana de Madrid. Estuve los dos últimos años allá, laburando. Ahora me quedo un tiempo acá. Y tengo muchas ganas de verte. Vos qué contás?â€. Le conté un poco de mi presente. Y le dije que agendara mi PIN. Esa tarde me llegó el pedido y la acepté. Y al rato chateamos por BB y quedamos en vernos en la semana.
Al dÃa siguiente, el lunes, la llamé a Mariela como habÃa prometido. Y quedamos en vernos esa noche, tipo 8 y media en su depto de Madero. Antes a mi se me complicaba y tampoco querÃa ir de movida a donde ella tenÃa a los gatitos más berretas. Me pareció que estaba muy regalado en esa. La mina estaba super interesada en que yo le diera bola y pensaba jugar medio de difÃcil.
Llegué puntual. Era una torre. Subà al depto y ella me abrió. Look ejecutiva. Pollera negra ajustada a la rodilla. Blusa blanca medio abierta que insinuaba un cachito de corpiño de encaje. Zapados de taco alto. El pelo tirante en una cola de caballo. Más buena en persona que en sus fotos de FB que habÃa revisado, obviamente. Me hizo pasar al living. Depto decorado moderno. Impecable. Me ofreció algo de tomar. “Lo que vos tomesâ€, dije. Trajo champagne. Me invitó a sentarme en un sofá grande al lado de ella para mostrarme en su compu las fotos de las chicas. “Pudiste ver la pagina que te mandé?â€, me preguntó. Le dije que si, pero ella la abrió en la compu de todas maneras. “Vos de ahà a cuál recomendás?â€, le dije serio. Ella me tiró cuatro de 12 que tendrÃa. Dos tenÃan un perfil como el de ella (MILF) pero más gato. Las otras eras dos pendejas pulposas que no mostraban la cara pero si terrible tajo. “No todos, pero la mayorÃa de los tipos que yo te puedo aportar buscan otro perfilâ€, jugué. “De éstas, tal, tal y tal pueden andar si las pulis un cachito. Qué valores manejás?â€. Me dijo que cobraban 100 dólares la hora la mayorÃa. La más linda de las que marqué, 200. Y que ella cobraba 300 porque tenÃa un perfil que le gustaba a empresarios. Que tenÃa otras chicas para mostrarse que iban de 300 a 500 dólares. “Bueno, veamosâ€, le dije. Y abrió una carpeta en el desktop de la compu que tenÃa unas 10 carpetas. Y me entró a mostrar fotos. “A algunas las debés conocerâ€, me tiró. Efectivamente habÃa un par que laburaban antes con mi amigo. Una era Luli (25, morocha de piel blanca y mirada atorranta, buenas tetas, buen orto, se rumoreaba que era un avion en la cama pero nunca habÃa tenido la oportunidad); otra era Laura (27 o 28, también morocha, alta, cara de tana onda la Cuccinota, buenas tetas, patas largas, culo 6 ptos, era madre de un pibe, dato que tenÃa porque se la habÃa comido un tiempo un amigo... todas estas solÃan tener novios y gateaban de vez en cuando por atrás); y quinta apareció SofÃ. “A ella la conozco, tuvimos algo hace un tiempoâ€, dije porque me miró y era obvio que sabÃa y no quise hacerme el boludo al pedo. “Si sabÃa. Ella me dijo que te llamara. Me dijo, llamalo a Maxi que tiene todos los contactos... Somos muy amigas con Sofiâ€. El tono con el que lo dijo me dio a entender que además de amistad habÃa algo más. “AsÃ? Qué más te contó?â€, pregunté en el mismo tono juguetón. “Me dijo que fuiste uno de los primeros en todoâ€, la siguó. En rigor, según lo que yo sabÃa por ella, habÃa sido el 3ro y el primero en probar el culo. No se si era cierto, pero se notaba que la mina tenÃa poca experiencia, y en el ocote no le entraba un alfiler y lo tuve que laburar bastante. Y asà y todo los garches por colectora eran un concierto de gritos y quejidos de parte de ella. “Fue hace un montónâ€, dije. “Hoy está mucho más linda para miâ€, me dijo. “SÃ, la verdad es que está divinaâ€, coincidÃ. Se habÃa oscuredido un poco el pelo a un rubio más natural. Se habÃa operado las lolas. Y tenÃa más carne (antes era un palo y tenÃa el culito chiquito). Pero el vientre era una tabla. Un lomazo. Además se habÃa sacado los lentes azules que usaba en un momento y daban re berreta, y lucÃa sus ojos marrones. Y ya no tenÃa cara de pendeja idiota si no de mina. “Vos hace un par de años que no la ves no?â€. “Si, mÃnimo dos añosâ€, contesté. “Te la voy a mardar entonces esta semanaâ€, dijo ya en rol de madama. “Te vas a volver locoâ€, me dijo mirándome a los ojos. “Conmigo aprendió un par de cosas...â€, siguió pasando ya al rol de puta. “Ah si?, vos la entrenaste?â€, le seguà el chichoneo. “Y... yo las tengo que preparar a mis chicasâ€, dijo ya girando con todo el cuerpo para mi lado, como dispuesta a a avanzar. “Querés que te muestre qué es lo que le enseñé?â€, preguntó. “Si daleâ€, contesté. Ella se descalzó y fue derecho a arrodillarse entre mis piernas. Me manoteo la pija y entró a frotármela por sobre el pantalón. Cuando vio que se ponÃa dura me desprendió el cinturón siempre con la mirada fija en mis ojos. Abrio el cierre y me bajó primelo los lienzos y después, despacito el calzó. “Bua, menos mal!...(tiró al verla durita) porque ya estaba pensando que no te gustaba yo...â€. “Viste, te equivocasteâ€, le contesté. “Linda pija, es gruesitaâ€, dijo mientras me la pajeaba despacio para que mi verga siguiera ganando en dureza. “La habras hecho llorar a la pobre de Sofi con esto... semejante tronco por el culo a los 18...â€, tiró. Era evidente que la otra le habÃa contado detalles. Y esta se habia dado cuenta que hablar de Sofi era lo que me habÃa calentado (de hecho ella tenÃa razón y tanto no me cerraba su onda) y ahora lo usaba para mantenerme al palo. Igual me causaba algo de gracia el tono medio actuado de puta que ponÃa. Pero me relajé, extendà los brazos en el respaldo del sofá y me tiré un cacho con la pelvis para adelante, como diciendo “toda tuyaâ€. “Ahora es otra cosa, no sabés como le gusta que le hagan el orto...y cómo la chupa...mirá, asà la chupaâ€, y se acercó finalmente a mi pija que pedÃa que se callara y se la comiera. Y entró a petear. Mierda! Para esto están las putas! Por algo son profesionales de esto. Su boca iba y venÃa con un talento adquirido en 20 años de comersela todos los dÃas. Enroscaba la lengua alrededor del choto como drenando lentamente la leche que me iba inflando los huevos y la verga. Lo mejor fue cuando se la comió toda pero con la lengua aun afuera la zigzagueo para pincelarme los gemelos. Después se la sacó toda arrastrando un hilo de baba y sacó la lengua un cacho mientras me miraba otra vez a los ojos. Siguió pajeándole, haciendo cÃrculos son la palma sobre el glante, mientras con la otra mano se desprendÃa los botones de la blusa. “Ayudame un poquito bebéâ€, me dijo. Le di una mano con los botones y le saqué las tetas afuera del corpiño. Y le tironié un cacho los timbres para que se le pusieran duritos. Ella soltó la pija dos segundos y se sacó la blusa y el corpiño quedando en tetas y pollera. Después se apuró a volver a chuparla. Otra vez más la mojó en saliva, pero no contenta se la sacó de la boca y me metió una escupida que esparció con una paja que iba tomando velocidad. La chota ya venosa y estallada. Acercó una teta. Se frotó el glande por los pezones, después se cacheteó la teta con la pija dura. La volvió a escupir, y mojada, se la calzó entre las tetas para una turca. De vez en cuando sacaba la lengua y jugaba con el agujerito de la cabeza, o la escupÃa un cachito para lubricarla y seguÃa con sus tetas haciéndole sanguchito a mi japi. Después otra vez la comilona. Y una buena chupada de huevos mientras me la pajeaba como loca. “Querés ver cómo me trago toda tu leche bebé?â€, me preguntó. “Si, daleâ€, conteste como un pelotudo. Pero la verdad es que mucho no podÃas pensar. Jaja. Y ella apretó bien el puño y le dio masa a la verga. Puso su boca carnosa alrededor del glande y se aspiró le leche. Yo me sacudi desde los pies en un orgasmo re pulenta que después me dejo super relajado.
Ella tragó la leche sin problemas, después fue por su copa de champagne, tomo un sorbo, hizo un buchecito y listo. Yo me subà los calzones. Pero ella me frenó. “Para que te limpio bienâ€, me dijo, Y volvió a mi y la chupó hasta dejarla limpita. Entonces si, ella me subió la ropa y me la volvió a acomodar. Después se fue a la cocina y trajo unos sanguchitos de miga y me ofrecio. “Y, cómo estuvo?â€. “Genialâ€, le contesté. “Todas mis chicas son asà de buenas, asà que imaginateâ€, dijo con una risita. “Igual quiero que lo compruebesâ€. Gracias dios, pensé.
Me morfé otro sanguchito (medio berreta la mezcla con champagne, pero era lo que habÃa), y ella me preguntó si querÃa ver el resto de las chicas que no habÃa llegado a mostrarme antes. Vimos un par que eran más pulposa, onda gatazo pero mno tanto como las que figuraban en la página, y tres milfs de la edad de ella pero con menos onda de trola. De hecho parecÃan minas normales casadas, con buen lomo, de esas que te cruzas en el gimnasio. O en mi caso en una clase de yoga, porque a Marisa (43, castaña de ojos verdes, flaca y alta con cuerpo, y patas de ex modelo), yo la habÃa tendo de compañera hace un año. Siempre me habÃa llamado la atención y tenÃa pinta de avanzadora, pero al final me habÃa terminado parlando y comiendo a otra de ahà (Vane, 27, cara rara pero interesante, bocona, poca teta, un orto sublime... de esas que se paran arqueadas todo el tiempo, y madre soltera, motivo por el cual no funco, aunque el pibe de ella era un genio). Finalmente y para el postre, las últimas dos del staff de Mariela eran dos pendejas zarpadas de buenas que yo las tenÃa de verlas en el vip del boliche pero nunca me habÃa imaginado que gatearan: Tati y Mica. DebÃan andar en 20 o 21 las dos. Castañas, bajitas, onda lolita, unos culitos redondos (los veia por primera vez en las fotos). Tati poquitas lolas, Mica un cachito más. “Estas dos recÃen empiezan, son como la frutillita del postreâ€, dijo ella. “Tati es la más tÃmida de las dos, por eso no la mando sola por ahora, necesita otra que la arengue un poco. Mica ya pegó tres o cuatro trabajitos conmigo, y fue la que me la trajo a la otraâ€. “A mi ella me parece lo más, los tipos que yo manejo se van a volver locos aunque no sepa hacer nada y se quede quietitaâ€, le dije. “Si, ya entiendo, a vos lo que te piden son más pendejas y no tan putónâ€, me dijo. “No siempre, depende, los más grandes no quieren laburar y piden una mina que sea una fiera. Los de treinta somos al revésâ€. “Ok, decime vos qué te parece que es lo que más salida tiene con tus contactos y te la voy mandando para que las veas. Y por cada cliente que me acerques yo te doy una comisión, te parece?â€, me dijo, ahora en rol mujer de negocios. “Si, perfectoâ€, contesté.
Charlamos un rato más de boludeces, volvimos a repasar algunas fotos. Me tiró data de cual era la especialidad y la onda de cada una. La charla me volvió a calentar y me entraron ganas de ponerla. Pero no con ella. PreferÃa reservarme para la semana que se venÃa. De hecho habÃamos quedado que al dÃa siguiente me mandaba a Tati y Sofi juntas. [/size]
5 comentarios - Terrible semana 1