Vecina Madura.(Relato de un amigo)

Hola gente de P!, este es un relato que me contó un amigo y que me dejó bien caliente por el hecho de que conozco muy bien a la señora. Para evitar dar nombres, la doña será S y el amigo será J.

J vivia en un barrio mayormente poblado por gente madura. Los jovenes del barrio, incluyendolo a él, se podian contar con los dedos de la mano y niños había aún más poco, un evento muy extraño dada la cantidad de parejas de casados del vencindario. J, para cuando cumpliera los 18 años ya había tenido un par de experiencias sexuales realmente frustrantes por lo cual se sentía inseguro de sí mismo. ¿La causa? J la tenía algo grande así que a las pendejas que se había montado, tan inexperimentados como el, terminaron chillando del dolor.
Ante la falta de sexo debido a su inseguridad, J se encerraba horas y horas en su habitación a ver peliculas pornograficas para tratar de aplacar su calentura por medio de pajas. Fue viendo una pelicula de esposas que engañaban a sus maridos que J descubrió su gusto por las mujeres maduras. Lo que más le llamó la atención fue que una de las acrices tenía un parecido muy grande con una de sus vecinas, S, y esto lo puso especialmente caliente ya que S era una mujer apunto de cumplir los cuarenta, casada con dos hijos, que a pesar de tenes unos kilos de mas tenia un par de tetas bien puestas y, por sobre todo, un culo fantástico. Además de que S, a pesar de ser casada, gustaba de vestir ropas pequeñas y ajustadas sin ningún tipo de pudor. Esa tarde J se echó una paja pensando en S y en lo bueno que estaría cogerla. Lo llamativo fue que la paja no había aplacado su deseo así que decidió ir a verla.
J llegó al almacén donde S vendia todo tipo de articulos para el hogar.
S: hola, ya voy.- dijo mientras sacaba algo del microondas. La sala donde tenía todas sus mercaderias tenía una puerta que daba directamente a su cocina y como estaba abierta J pudo verla sacando algún tipo de lasaña a la que no prestó mucha atención. A lo que sí prestó atención fue a las calzas rosadas y ajustadas al cuerpo de S, las cuales marcaban ese apetitoso culo y lo hacian aún más deseable. S volteó y caminó hacia la sala donde J esperaba. S no llevaba ropa interior así que J pudo ver perfectamente como sus clazas se metian en su conchita dejando a la vista una linda rajadura.
J estaba para tirarsele encima pero una de las viejas del barrio entró al almacén y le arruinó el momento. Lo que J notó es que la expresión de S también había cambiado, como si le molestara la precensia de la señora. Así que procedió a despachar a la vieja primero y solo hasta que esta abandonó el lugar, volvió a mirar a J, o mejor dicho, a su entrepierna.
S- ¿Qué tenés ahi?- J no sabía que hacer, la interrupción de aquella vieja había privocado que se olvidara de la tremenda erección que tenía.- ¿No me digas que te calentó la vieja esa? o ¿será que soy yo la que te calienta?- S se inclinó sobre el mostrador cruzando los brazos debajo de los senos para hacerlos resaltar aún más de esa camisetita rosa que llevaba sin nada abajo.
J- vos.
S- ¿Qué?
J- vos me calentás.
S- ¿Entonces querés que hagas algo con eso?. Tengo tiempo ahora, mi marido no está y mis hijos fueron al colegio.¿Querés?- J movió la cabeza afirmativamente, estaba tan caliente que no podía hablar.
S procedió a cerrar la puerta del negocio y a colocar el cartel que decía cerrado. Agarró a J de la entrepierna y lo jaló para llavarlo hasta la cocina.
S- Se nota que la tenés grande papito, apoyate ahi y deja que mami te mime.- aquella voz de putita que ponía hizo que J perdiera todo resto de cordura. Entonces, se apoyó contra la mesa mientrás S ya le quitaba los pantalones y calzones sin preambulos ni nada.
S- Umm, que rica....
S se mandó la verga de J hasta la graganta haciendo ruidos una y otra vez mientrás repetía lo mucho que le gustaba su pija o lo grande que la tenia. Le amasaba los huevos y recorría todo el falo con la lengua para luego mandarlsela hasta la garganta. En apenas cinco minutos J estaba con la pija totalmente cubierta de saliva.
S- Mmm, que suerte la mia de tener está vergota... mi marido no tiene ni la mitad de esta...mmm....- dijo mientras lo pajeaba con la mano derecha y con la izquierda apretaba sus testiculos.- Ay, no aguanto. Cogeme, cogeme bien duro.
S se apoyó contra la mesa y alzó la colita mientras con una mano se abria los labios de la vagina, mostrandole a su macho donde la quería. J no dudo un segundo, así que con la mano derecha apretó una de sus nalgas y con la izquierda tomó uno de sus senos antes de mandarsela a guardar.
S- Ayyyyyyyyyy......... auuuuuuuuuuuu........... me partís
J-¿Paro?
S- no... nunca...partime....cogeme a tu gusto.
J siguío con la bombeada por un largo rato hasta que sintió que estaba en las últimas. Entonces, tomó a S de la cintura con ambas manos y comenzó una bombeada aún más intensa.
S- ayyyyy.....auuu....auuuu....si...auuu....seguí.... papi...
J acabó dentró de ella aún cuando seguía con la bombeada y cuando sintió que la última gota estaba dentro de ella paró pensando que se había terminado. Sin embargo, S se liberó de su agarre y agarró su pija para metersela en la boca y comenzar a tragarsela de nuevo hasta ponerla dura.
S- ahora sentate que te voya a montar, pero no me acabes adentro, la quiero en la boca.
J se sentó una de las sillas y S se sentó arriba de su verga. Coma la silla tenía soportes para los pies a ambos lados, S apoyó los pies en ellos y así pudo dar una montada de lujo. Al rato montaba la pija de J salvajemente haicendolo gemir y a ratos también lo hacia lento para que él sintiera como ella lo iba tragando desde la punta del glande hasta la base, casi chocando con los huevos.
Finalmente J anunció que se venía y entonces S se sacó la pija y con prisa bajó a mamar la verga de J hasta que logró que este descargara hasta la última gota de semen.
S- Mmmm, que rica leche... que lástima que ya no tengamos tiempo hoy pero a la noche mi marido no va a estar, ¿vas a venir?