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La linterna de Pepito.

La linterna de Pepito.

Original de Ramiro 100 (si se puede hablar de originalidad luego de habernos inspirado de un chiste oído en nuestra primera infancia)

Esta historia tiene toques nostálgicos, porque sucede hace cien años en un pueblito perdido en las montañas-
Pese a que la tecnología estaba a enorme distancia de todo lo que hoy se conoce y adivina y las represiones sobre las necesidades sexuales eran muy grandes, los varones mayores de 18 años, siempre deseaban coger con chicas mayores de 18 años.*Había estudiosos que se arriesgaban a decir que muchas muchachas, mayores de 18 años, también deseaban una buena pija en sus ansiosas conchitas, pero cierto es que la mayoría ignoraban muchísimo del tema relacionado con el sexo, aun a punto de casarse a los 21 y mas, con el himen intacto, es decir vírgenes física y mentalmente.
De todos los jóvenes mayores de 18 años que había en el pueblo, Pepito era el más pícaro-Y a su manera, con la mentalidad de principios del siglo xx, buscaba saciar sus recién despertados apetitos carnales.
En el pueblo que aun no se había conectado a la red eléctrica, los que podían usaban un generador, tenian luces y una radio. Y Pepito que pertenecía a una familia más o menos acomodada, apareció un día con la fabulosa novedad: había adquirido una linterna.
Todos quisieron ver cómo era y cómo funcionaba. Explico que funcionaba a pilas, unos cilindros metálicos que almacenaban la energía por un tiempo limitado, que las pilas eran muy costosas y difíciles de adquirir, por lo que decidió usar el artefacto solo en casos de necesidad. Cuando estuviera en un lugar oscuro, de noche, sin otro medio con el que alumbrarse.
La linterna, como hasta el día de hoy, tenía la forma de una buena poronga, y un botoncito que al apretarlo hacia el contacto entre las pilas y la lámpara que estaba en un extremo cubierto de un vidrio de aumento.
Muchas chicas, mayores de 18 años cumplidos* estaban deseosas de ver esa luz y manifestaban que estarían dispuestas a ir con Pepito a un lugar oscuro.
Pepito le tenía muchas ganas a Rosita, desde que ella había cumplido los 18 años.
Y fue a la primera que invito a subir con él y su linterna a la montaña-
Rosita se dejo llevar a tientas hasta que llegaron a la montaña a una cueva muy oscura.
- Desde aquí iluminaremos hacia abajo y veras las casas del pueblo…-prometió Pepito y vos lo vas a hacer.
- - ¿Pero cómo?- pregunto la hermosa e ingenua chica. Nunca he usado una…
- No te preocupes, yo te guiare las manos…Primero agárrala…
- Como los lectores con su perspicacia habrán pensado, Pepito llevo las manos de Rosita hasta donde estaba su poronga asomando como el cañón de un barco pirata de su escotilla, digamos bragueta.
- una vez que la tuvo entre sus suaves manos
- Rosita empezó a recorrerla, palparla y moverla cosa que le producía gran placer al joven de 18 años cumplidos, y un poco de dolor, cuando contradecían los movimientos a sus posibilidades anatomicas.
- Sujetando la pija Rosita llevo al muchacho hacia la entrada, apuntándola hacia la ciudad que se adivinaba apenas.
- .No se ve nada…se quejo la muñeca (de 18)
- - Es que tenes que apretar el botón…
- .¿Que botón?
- - En la parte de abajo, cerca del estuche…que parece una bolsita…Apreta…dale, apreta…búscala, no ahí no…proba ahí, apreta ahí…
- - No se enciende para nada!
- - A lo mejor se aflojaron…sacudí la linterna…eso, así muchas veces hasta que hagan contacto.
- Pepito nunca supo si Rosita era o se hacía, lo cierto que le aferro la garcha, se la sacudió hasta que el mozo…de la edad antedicha, no pudo mas, desprendió las manos de la piba y se metió en el fondo de la cueva para largar toda la guasca que salió como una erupción volcánica.
- Rosita quedo decepcionada, pero Pepito, que pronto cumpliría 19, luego de repetir la prueba con una docena de vecinas, todas entre 19 y 26 años; volvió a ella con esta explicación.
- - Lo que paso es que el resorte estaba seco…Y por más que apretáramos no hacia contacto…Ahora le pongo aceite y anda perfecta. ¿Vamos a hacer otro intento? Te juro que esta vez no va a fallar.
- Rosita se sentía atraída por las innovaciones del siglo veinte y esa linterna le parecía atractiva en particular.
- En la cueva impaciente metió la mano en el bolsillo del pantalón de su amigo con la intención de extraerle el artefacto. Lo hallo de inmediato pero la tela del bolsillo no le dejaba sacarlo. Pepito encantado por el manoseo dejo que ella intentara, hasta que finalmente abriendo la bragueta, le dijo:-Por este bolsillo lo vas a poder sacar…
- Y se repitió todo lo de la vez anterior, solo que a momentos, debía frenar el entusiasmo de Rosita, para evitar que le arrancase la pija.
- . Otra vez, se quejo la dieciocho añera…no se prende por más que la apretó y la apretó…
- - No te preocupes…dale una y otra vez, sacudila y apreta, que yo la lubrique.
- De tanto moverla y apretar Pepito sentía que iba acabar irremediablemente sin tiempo de apartarse y así fue.
- - Pepito, pucha che, de tanto lubricarla, me acabo de llenar las manos de aceite!

Cuento de Ramiro100 y de ninguna otra fuente-

- * No vayamos a tener problemas con el reglamento.*

2 comentarios - La linterna de Pepito.

violexi
😀 Por alguna razón no me deja dar puntos, dice que ya los di -no los he dado- pero en cuanto solucione el problema, mis puntos son para vos. Espectacular el cuento! Me gustó mucho.
Por cierto, no exageras con lo del reglamento? por ahí dicen: "Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre" Saludo.