La pija maravillosa
Estudio socio-nostálgico de Ramiro100
No son muchos los chistes verdes que recuerdo del tiempo en que mi jipi no tenía todavía el techito de sus rubios pendejos, pero ya se paraba cuando los oía. No habían muchos medios para canalizar nuestras fantasías sexuales, y un chiste bien contado no nos hacia acabar, pero si estimulaba nuestras fantasías antes de dormirnos y nos mostraba personajes menos reprimidos y controlados que nosotros.
Uno de esos chistes era este, que vaya a saber porque recuerdo y te repito convertido en cuento con algún adorno de mi imaginación.
La pija maravillosa.
Cuando descubrimos que algo que se ensalzaba tanto, como la maternidad, venia del, para nosotros, muy atractivo acto de garchar, el mundo cambiaba ante nuestros ojos y nuestros sentidos. ¿Quiere decir que mami y papi cogieron para que yo naciera? ¿Y si así se encargan para que vengan los hijos, ¿Por qué se hace tanto quilombo y se persigue tanto todo lo referido al sexo?
Esto es lo que pensamos algunos de nosotros, cuando nos contaron que en un barrio cercano, las mujeres casadas, que no podían tener hijos, recurrían a un hombre bondadoso, con una profesión que la censura de Poringa tal vez nos prohibiría señalar, que tenia la cualidad, el don, el poder hacer que las mujeres que lo visitaban, quedaran embarazadas-
La bondad de su mirada y la sencillez de su vestimenta, hacia que inspirara confianza.
- No soy un charlatán – decía- ni un curandero…si bien cobro algo de dinero, lo hago recién cuando todo indica que la mujer ha quedado en estado interesante.
- Es lógico, debo vivir de algo.
- No doy yuyos, ni pido cosas raras para que suceda el milagro, como darle colgantes u objetos para poner bajo la almohada. Tengo un poder superior en el centro de mi cuerpo. Tengo la semilla que hace fértil las entrañas de la mujer y cuando la implanto lo imposible se hace posible.
- Muchas esperanzadas esposas, jóvenes y no tanto venían acompañadas por un familiar, la madre, alguna hermana, con el esposo incluso, o con todos ellos.
- Había médicos que lo acusaban de charlatanería, pero otros habiendo comprobado que lo que para ellos había sido imposible lograr, el santón. para llamarlo de algún modo- había logrado, con cierto pudor lo recomendaban a sus pacientes.
- Cuando llegaba el angustioso momento de preguntar y saber que debían hacer, este respondía.
- - Lo que hace toda mujer con su esposo…Solo que en este caso no hay deseo carnal, sino un deseo exclusivo de traer al mundo una criatura sana.
- Una de las preguntas que hacían las que estaban dispuestas al duro sacrificio con tal de quedar embarazadas, era si eso duraba mucho tiempo, si con una vez sola bastaba o había que repetir eso más de una vez.
- - Eso nunca se sabe…depende…porque los síntomas del embarazo son idénticos a cualquier otro…y mientras no aparezcan los indicios que lo confirman, es recomendable seguir…Claro que si una mujer quiere hacerlo una sola vez y esperar…puede hacerlo- Recuerden que de mi parte soy como un medico que no hace daño con su instrumento…Mi deseo es curar lo que genera la esterilidad…fertilizar…Seguramente muchas de sus amigas han pasado por mi consultorio y solucionaron su problema. Ellas no lo van a contar, ni tampoco lo harán ustedes…Menos que menos yo...pero si pudieran dar testimonio se asombrarían.
- Había muchas que se iban enojadísimas. De ellas un buena parte volvía tiempo después para recibir el tratamiento, pero evitando que nadie de su familia lo supiera. En especial los esposos.
- Y es de las que aceptaban someterse al tratamiento, que trata nuestro cuento.
- - ¿Su aparato es grande, maestro?- era una de las preguntas previas-
- - Júzgalo por tu misma, hija- contestaba y sin demorar desabotonaba su bragueta y dejaba a la vista su enorme choto.
- - ¿Es muy dura?
- - Más de lo que la ves ahora, hija…pero ven tócala con tus manos para comprobarlo…Que mas la conozcas mejor será el efecto…
- Se cuenta que había ceremonias previas a las que las señoras debían prestarse. Una de ellas consistía en decir una oración mientras le sujetaban la banana y chuparla con devoción en las comas y tragársela lo más hondo posible en los puntos.
- El tratamiento no duraba menos de media hora y según era la paciente podía llegar a dos horas.
- Se rumoreaba que las más jóvenes y lindas eras las que más tardaban de abandonar su consultorio, en el que una amplia cama matrimonial reemplazaba la camilla.
- Algunas tratadas contaron a amigas y parientes de confianza detalles de ese acoplamiento terapéutico, pese que el Santón lo desaconsejaba enérgicamente. De esos relatos obtuvimos nuestra información.
- Así sabemos que muchas veces, garchandose a las amas de casa, de pronto se detenía diciendo:
- - Ciento una perturbación anal del embarazo…Debemos anularlo…
- Y a renglón seguida las acomodaba para meterle la pija en el culo.
- Mientras poco a poco las iba penetrando con vaselina, paciencia y mucho ardor, murmuraba palabras que ellas no entendían-
- ''Quelindojetequetenesmamuchalindacomoteladejariaclavadatodoeltiempo''
- Este tratamiento paralelo rompía la ilusión de alguna paciente y el orto a todas.
- -¿Maestro, pero no voy a parir por atrás, no?
- - Señor, ¿por qué me la mete ahí…si así no me voy a embarazar?
- Y por supuesto que el ya tenía su respuesta mientras le daba de lo lindo por el orto.
- - Por este conducto destruimos las interferencias que llegan al útero e imposibilitaban tu embarazo, hija!
- No falto la señora que atino a preguntar- ¿Quiere decir que si me hubiera dejado meter la pija en el culo por mi marido, hubiera quedado embarazada? *
- - Si tu marido la tiene así de buena como la mía….a lo mejor…
- Otro interrogante era la cantidad de sesiones que debían pasar.
- Es sabido que la mayoría al pasar las primeras, dejaban de preocuparse de cuantas serian. Muchas de ellas deseaban que fueran más y en los casos de que el Santón anunciara que estas ya llegaban a su final, rogaban:-Por favor, garchame unas veces más para estar más seguros.*
- Las posiciones eran decididas por el maestro que amaba la variedad, aunque recaía en la posición del perrito porque sin duda…le encantaba.
- Curiosamente las pacientes menos atractivas requerían unas pocas sesiones. Las más bellas más. Él lo explicaba científicamente, pero ni ellas se lo creían.
- La pija que les mostraba, de existir entonces Internet, hubiera reinado en las paginas porno. Por ello decía que no se la podía hundir hasta el fondo a todas sus pacientes sin riesgo de hacerles daño-
- Esto no le producía frustración ,a él, porque siempre llegaba al clímax, con fines terapéuticos, se entiende, ya en el ano, en la boca, entre las tetas o en la concha detenido por la pared uterino, cuando no lograba que solo sus huevos peludos quedaran fuera de la hembra y futura madre.
- Y el tamaño de su poronga era el centro de conversaciones entre la paciente y el profesional del falo. También toda la razón de este escrito y su remate.
- Cierto día, las que ya se permitían abrir los ojos antes de que el empezara su tratamiento- que eran la gran mayoría- veían que el falo del hombre tenía tres tonalidades muy diferenciadas, sobre todo cuando la tenia parada. Que era el modo que siempre la vieron
- . Desde la punta hasta un tercio de la pija era de un rojo oscuro; en el centro unos diez centímetros de un rosa pálido y en la parte que empezaban unos buenos quince centímetros más hasta los testículos, de un tono marrón habano, muy sentador.
- Pondría para hacer este tema menos aburrido, que las pelotas eran celeste y blancas, pero no sería respetar la verdad.
- Con posibles 40 centímetros de envergadura y un grosor digno de encomio, esa pija conformaba a cualquier concha, culo, boca…etc.
- Pues bien. Traje este tema a colación porque cuando por milagro hallaba a alguna señora con capacidad de recibirla en su totalidad, el omitía todo comentario.
- Pero cuando no, que era casi siempre, luego del primer intento en que la mina pedía o daba señales de querer que se la metan bien a fondo. El enfriaba la cosa para explicar.
- - Mira, hija mía…Te voy a explicar el gran secreto de mi miembro bendito…
- Aparte de dejarte embarazada, puede darle dones a tus hijos. A saber: Si te meto una tercera parte o sea la parte roja…nada despreciable, tendrás un hijo normal, será empleado público seguramente. Si te meto la roja y hasta el final de la parte rosada, que cálculo son unos buenos treinta centímetros, tendrás un hijo profesional, medico, abogado, ingeniero…
- - ¨Y si me la mete hasta el final, hasta los huevos?- Uh…te garantiza un alto cargo, ministro, presidente, papa…
- - Pero si mi concha no es tan profunda…me hará daño!
- - No temas, hija mía…otra de sus virtudes consiste en adoptar las dimensiones que la mujer necesita.
- Lo cierto que el Santón no era más que un vivo garchador. Tenía polenta sexual
- Su pija era grande, pero nada exagerada. Se ponía sobre la verdadera, una falsa comprada en Suecia, cuando quería deslumbrar a sus víctimas. Pero la escondía debajo de la cama y nunca la empleaba. Con ese teatro conseguía mujeres casadas a montones y sacarles dinero en abundancia por cogerlas.
- Lo de las tres tonalidades de su choto era un curro para que todas le pidieran que se las meta bien, bien a fondo.
- Como cualquier hombre sexualmente sano lograba embarazar a muchas, sino era el propio esposo quien lo había logrado.
- La chanta contaba con que, hasta que se supiera el resultado del desarrollo de los hijos y sus elecciones, iban a pasar cerca de veinte años. Y en ese lapso. Pensaba el falso santón, o ya no estaría vivo, o viviría en otro lado. Así que el fraude nunca se descubriría.
Pero ahí se equivoco el muy taimado. Habían pasado apenas nueve meses de que empezara sus tratamientos cuando llegaron furiosas varias de sus víctimas.
Pero, ay, para esa situación también tenía pensada una respuesta.
- - Mire, mire que hijo he tenido- le reclamaba una con un bebe con evidentes síntomas de retardo mental…
- Si la recuerdo muy bien, señora- mintió el estafador.- usted era una a la que recomendé tener un hijo contador…por eso con metérsela hasta la mitad bastaba…
- - Pero ya que lo hacía…pensé que me la podías meter hasta el final y tener un hijo presidente…*
- .- Recuerdo, querida…Me pedias métemela mas, más hondo, más adentro, bien profundo….hasta los huevos!
- - ¿Y entonces?
-¡¿Y que esperabas? Me pediste tanto, pero tanto que te la metiera hasta los huevos…que tuviste un hijo boludo.
Ramiro100
*N del A: Dudo que alguna mujer de esas épocas se expresara así, pero me he permitido esta licencia para dar color a este seco informe cientifico.
Estudio socio-nostálgico de Ramiro100
No son muchos los chistes verdes que recuerdo del tiempo en que mi jipi no tenía todavía el techito de sus rubios pendejos, pero ya se paraba cuando los oía. No habían muchos medios para canalizar nuestras fantasías sexuales, y un chiste bien contado no nos hacia acabar, pero si estimulaba nuestras fantasías antes de dormirnos y nos mostraba personajes menos reprimidos y controlados que nosotros.
Uno de esos chistes era este, que vaya a saber porque recuerdo y te repito convertido en cuento con algún adorno de mi imaginación.
La pija maravillosa.
Cuando descubrimos que algo que se ensalzaba tanto, como la maternidad, venia del, para nosotros, muy atractivo acto de garchar, el mundo cambiaba ante nuestros ojos y nuestros sentidos. ¿Quiere decir que mami y papi cogieron para que yo naciera? ¿Y si así se encargan para que vengan los hijos, ¿Por qué se hace tanto quilombo y se persigue tanto todo lo referido al sexo?
Esto es lo que pensamos algunos de nosotros, cuando nos contaron que en un barrio cercano, las mujeres casadas, que no podían tener hijos, recurrían a un hombre bondadoso, con una profesión que la censura de Poringa tal vez nos prohibiría señalar, que tenia la cualidad, el don, el poder hacer que las mujeres que lo visitaban, quedaran embarazadas-
La bondad de su mirada y la sencillez de su vestimenta, hacia que inspirara confianza.
- No soy un charlatán – decía- ni un curandero…si bien cobro algo de dinero, lo hago recién cuando todo indica que la mujer ha quedado en estado interesante.
- Es lógico, debo vivir de algo.
- No doy yuyos, ni pido cosas raras para que suceda el milagro, como darle colgantes u objetos para poner bajo la almohada. Tengo un poder superior en el centro de mi cuerpo. Tengo la semilla que hace fértil las entrañas de la mujer y cuando la implanto lo imposible se hace posible.
- Muchas esperanzadas esposas, jóvenes y no tanto venían acompañadas por un familiar, la madre, alguna hermana, con el esposo incluso, o con todos ellos.
- Había médicos que lo acusaban de charlatanería, pero otros habiendo comprobado que lo que para ellos había sido imposible lograr, el santón. para llamarlo de algún modo- había logrado, con cierto pudor lo recomendaban a sus pacientes.
- Cuando llegaba el angustioso momento de preguntar y saber que debían hacer, este respondía.
- - Lo que hace toda mujer con su esposo…Solo que en este caso no hay deseo carnal, sino un deseo exclusivo de traer al mundo una criatura sana.
- Una de las preguntas que hacían las que estaban dispuestas al duro sacrificio con tal de quedar embarazadas, era si eso duraba mucho tiempo, si con una vez sola bastaba o había que repetir eso más de una vez.
- - Eso nunca se sabe…depende…porque los síntomas del embarazo son idénticos a cualquier otro…y mientras no aparezcan los indicios que lo confirman, es recomendable seguir…Claro que si una mujer quiere hacerlo una sola vez y esperar…puede hacerlo- Recuerden que de mi parte soy como un medico que no hace daño con su instrumento…Mi deseo es curar lo que genera la esterilidad…fertilizar…Seguramente muchas de sus amigas han pasado por mi consultorio y solucionaron su problema. Ellas no lo van a contar, ni tampoco lo harán ustedes…Menos que menos yo...pero si pudieran dar testimonio se asombrarían.
- Había muchas que se iban enojadísimas. De ellas un buena parte volvía tiempo después para recibir el tratamiento, pero evitando que nadie de su familia lo supiera. En especial los esposos.
- Y es de las que aceptaban someterse al tratamiento, que trata nuestro cuento.
- - ¿Su aparato es grande, maestro?- era una de las preguntas previas-
- - Júzgalo por tu misma, hija- contestaba y sin demorar desabotonaba su bragueta y dejaba a la vista su enorme choto.
- - ¿Es muy dura?
- - Más de lo que la ves ahora, hija…pero ven tócala con tus manos para comprobarlo…Que mas la conozcas mejor será el efecto…
- Se cuenta que había ceremonias previas a las que las señoras debían prestarse. Una de ellas consistía en decir una oración mientras le sujetaban la banana y chuparla con devoción en las comas y tragársela lo más hondo posible en los puntos.
- El tratamiento no duraba menos de media hora y según era la paciente podía llegar a dos horas.
- Se rumoreaba que las más jóvenes y lindas eras las que más tardaban de abandonar su consultorio, en el que una amplia cama matrimonial reemplazaba la camilla.
- Algunas tratadas contaron a amigas y parientes de confianza detalles de ese acoplamiento terapéutico, pese que el Santón lo desaconsejaba enérgicamente. De esos relatos obtuvimos nuestra información.
- Así sabemos que muchas veces, garchandose a las amas de casa, de pronto se detenía diciendo:
- - Ciento una perturbación anal del embarazo…Debemos anularlo…
- Y a renglón seguida las acomodaba para meterle la pija en el culo.
- Mientras poco a poco las iba penetrando con vaselina, paciencia y mucho ardor, murmuraba palabras que ellas no entendían-
- ''Quelindojetequetenesmamuchalindacomoteladejariaclavadatodoeltiempo''
- Este tratamiento paralelo rompía la ilusión de alguna paciente y el orto a todas.
- -¿Maestro, pero no voy a parir por atrás, no?
- - Señor, ¿por qué me la mete ahí…si así no me voy a embarazar?
- Y por supuesto que el ya tenía su respuesta mientras le daba de lo lindo por el orto.
- - Por este conducto destruimos las interferencias que llegan al útero e imposibilitaban tu embarazo, hija!
- No falto la señora que atino a preguntar- ¿Quiere decir que si me hubiera dejado meter la pija en el culo por mi marido, hubiera quedado embarazada? *
- - Si tu marido la tiene así de buena como la mía….a lo mejor…
- Otro interrogante era la cantidad de sesiones que debían pasar.
- Es sabido que la mayoría al pasar las primeras, dejaban de preocuparse de cuantas serian. Muchas de ellas deseaban que fueran más y en los casos de que el Santón anunciara que estas ya llegaban a su final, rogaban:-Por favor, garchame unas veces más para estar más seguros.*
- Las posiciones eran decididas por el maestro que amaba la variedad, aunque recaía en la posición del perrito porque sin duda…le encantaba.
- Curiosamente las pacientes menos atractivas requerían unas pocas sesiones. Las más bellas más. Él lo explicaba científicamente, pero ni ellas se lo creían.
- La pija que les mostraba, de existir entonces Internet, hubiera reinado en las paginas porno. Por ello decía que no se la podía hundir hasta el fondo a todas sus pacientes sin riesgo de hacerles daño-
- Esto no le producía frustración ,a él, porque siempre llegaba al clímax, con fines terapéuticos, se entiende, ya en el ano, en la boca, entre las tetas o en la concha detenido por la pared uterino, cuando no lograba que solo sus huevos peludos quedaran fuera de la hembra y futura madre.
- Y el tamaño de su poronga era el centro de conversaciones entre la paciente y el profesional del falo. También toda la razón de este escrito y su remate.
- Cierto día, las que ya se permitían abrir los ojos antes de que el empezara su tratamiento- que eran la gran mayoría- veían que el falo del hombre tenía tres tonalidades muy diferenciadas, sobre todo cuando la tenia parada. Que era el modo que siempre la vieron
- . Desde la punta hasta un tercio de la pija era de un rojo oscuro; en el centro unos diez centímetros de un rosa pálido y en la parte que empezaban unos buenos quince centímetros más hasta los testículos, de un tono marrón habano, muy sentador.
- Pondría para hacer este tema menos aburrido, que las pelotas eran celeste y blancas, pero no sería respetar la verdad.
- Con posibles 40 centímetros de envergadura y un grosor digno de encomio, esa pija conformaba a cualquier concha, culo, boca…etc.
- Pues bien. Traje este tema a colación porque cuando por milagro hallaba a alguna señora con capacidad de recibirla en su totalidad, el omitía todo comentario.
- Pero cuando no, que era casi siempre, luego del primer intento en que la mina pedía o daba señales de querer que se la metan bien a fondo. El enfriaba la cosa para explicar.
- - Mira, hija mía…Te voy a explicar el gran secreto de mi miembro bendito…
- Aparte de dejarte embarazada, puede darle dones a tus hijos. A saber: Si te meto una tercera parte o sea la parte roja…nada despreciable, tendrás un hijo normal, será empleado público seguramente. Si te meto la roja y hasta el final de la parte rosada, que cálculo son unos buenos treinta centímetros, tendrás un hijo profesional, medico, abogado, ingeniero…
- - ¨Y si me la mete hasta el final, hasta los huevos?- Uh…te garantiza un alto cargo, ministro, presidente, papa…
- - Pero si mi concha no es tan profunda…me hará daño!
- - No temas, hija mía…otra de sus virtudes consiste en adoptar las dimensiones que la mujer necesita.
- Lo cierto que el Santón no era más que un vivo garchador. Tenía polenta sexual
- Su pija era grande, pero nada exagerada. Se ponía sobre la verdadera, una falsa comprada en Suecia, cuando quería deslumbrar a sus víctimas. Pero la escondía debajo de la cama y nunca la empleaba. Con ese teatro conseguía mujeres casadas a montones y sacarles dinero en abundancia por cogerlas.
- Lo de las tres tonalidades de su choto era un curro para que todas le pidieran que se las meta bien, bien a fondo.
- Como cualquier hombre sexualmente sano lograba embarazar a muchas, sino era el propio esposo quien lo había logrado.
- La chanta contaba con que, hasta que se supiera el resultado del desarrollo de los hijos y sus elecciones, iban a pasar cerca de veinte años. Y en ese lapso. Pensaba el falso santón, o ya no estaría vivo, o viviría en otro lado. Así que el fraude nunca se descubriría.
Pero ahí se equivoco el muy taimado. Habían pasado apenas nueve meses de que empezara sus tratamientos cuando llegaron furiosas varias de sus víctimas.
Pero, ay, para esa situación también tenía pensada una respuesta.
- - Mire, mire que hijo he tenido- le reclamaba una con un bebe con evidentes síntomas de retardo mental…
- Si la recuerdo muy bien, señora- mintió el estafador.- usted era una a la que recomendé tener un hijo contador…por eso con metérsela hasta la mitad bastaba…
- - Pero ya que lo hacía…pensé que me la podías meter hasta el final y tener un hijo presidente…*
- .- Recuerdo, querida…Me pedias métemela mas, más hondo, más adentro, bien profundo….hasta los huevos!
- - ¿Y entonces?
-¡¿Y que esperabas? Me pediste tanto, pero tanto que te la metiera hasta los huevos…que tuviste un hijo boludo.
Ramiro100
*N del A: Dudo que alguna mujer de esas épocas se expresara así, pero me he permitido esta licencia para dar color a este seco informe cientifico.
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