Esto mas que relato van a ser una secuencia de trozos de recuerdos de una pendeja que trate de olvidar pero verla me lo hace muy difícil.
Es o era la amiga de otra pendeja con la que yo tenía una historia muy tórrida. Por una cosa o por otra acabamos culeando una noche. Lo digo literalmente por haciéndole el culo es que llegamos al orgasmo. Y aca va el primer recuerdo que me viene a la mente cuando la veo sus nalgas y su cola less marcarse en el equipo de gimnasia: despacito, despacito; me repetía mientras guiaba mi pene para que penetre su ano. Ahora, cada vez que la veo escucho en mi cabeza esas palabras y revivo en mi piel la sensación de estar culeandola.
El otro recuerdo que me viene es de la segunda vez que nos encontramos. Yo no quería abusar de hacerle el otro que era y es una escultura asi que nos hechamos un par de polvos tradicionales. Como estabamos en un telo con espejos por todos lados, apenas acababa se me volvía a poner dura al ver ese culo desde todos los angulos. Ella se percató de yo estaba otra vez “listo para la guerra” y me dijo – ¿me dejas probar una cosa? – ¡si por supuesto! Entonces me monto, tomo mi pene y se fue sentando en el, orteandose ella solita. Ni hablar que me hizo sentir el superdotado cuando con solo la cabeza metida, ese momento en que el ano se cierra alrededor del glande, me dijo: - no entra mas, no puedo mas. Yo empece a levantar de a poco la pelvis y ella me sujetaba los muslos con sus manos y me decia – para, para, me vas a romper toda. De a poco se la fue metiendo toda hasta que después de una cabalgata constante se quedo quieta tirada sobre mi pecho y me preguntó al oido: - ¿y? ¿acabaste? – no estoy aguantando por que quiero gozarte mas – ¿si? ¿mas? Y empezó a moverse lentamente primero para descontrolarse otra vez. Cuando sus movimientos si hicieron mas profundos pero mas pausados, un instante antes de quedarse completamente quieta otra vez, una de sus manos me agarró los testículos con fuerza y tirando de ellos y dejandose care sobre mi pecho me dijo al oido: - todavía no, quiero mas, dejame recuperar pero quiero mas.
Mientras ella se quedo quieta y cuando largó mis pelotas me empecé a mover nuevamente y alli estuvo su frase: - despacito, despacito. Esta vez alternaba con un: - para un poquito. Cuando el semen empezo a llenar sus tripas otra vez: despacito, despacito. ¡que recuerdos!
Otro de los recuerdos, que tiene mas de morbo que de hecho en si, es de cuando asumi que era una culeadora, que cuando aceptaba que nos encontremos era para que el haga el orto. Entonces verla acercarse con los jeans sin cintura, las calzas cortitas, las calzas largas o los shorts, con el pelo mojado de haber recién salido del baño, yo me envergaba de imaginar que cuando se bañaba ya prepararía su colita para lo que vendría, que cuando me aceptaba la invitación ya su culito debería palpitar recordando lo que recibió la ultima vez. Y cuando la dejaba: verla irse, desaparecer por la vereda, viendo su culito y saberlo que hacia minutos no mas tenia mi pene abriéndolo y rellenándolo de leche caliente. Me imaginaba que mientras caminaba hacia su casa un poco de semen seguía escapando de su culito que de a poco volví a cerrarse y mojaba su tanga. Lo que me provocaba ganas de volver a ortearla ni bien se iba era imaginar que cuando llegaba a su casa y se desvestía, mi leche pegoteaba su ropa interior a su ano y eso le recordaba lo trola que era, como a pesar de hacerse rogar mucho, terminaba entregando el culo y acabando por el culo.
Finalmente, el otro recuerdo que me viene a la mente al ver tu culito bajo las calzas (no solo te gusta andar onda deportiva sino que también te gusta calentar) es cuando te hacias romper el orto en la cama de tus padres. Peor aún, cuando te hiciste culear después que me la había cojido a tu amiga en la misma cama. En este caso no son tanto los detalles de cómo te hacía el orto, como casi sin besos te ponias en cuatro en la cama, con la ropa enrollada en tus muslos, el culito hacia arriba, te agarrabas de las sabanas y gemías con la cara hundida en el colchón. O como al terminar te vestías rápido y yo sabia que tenias las tripas llenas de semen, que mi acabada se te había inyectado mas alla de donde te llego la pija por la fuerza con la que me salía. Lo que mas me calienta de esos recuerdos es el día que acabamos y cuando te dejaste caer en la cama encontraste las sabanas transpiradas por mi y tu amiga antes de vos. Como tu ano empezó tensarse sobre mi pija mientras quedaste sobre las sabanas mojadas. Me hiciste calentar de vuelta y según tus palabras mas: ¡que grande que esta!. No se si habrá sido cierto, pero a pesar que tu ojete estaba super lubricado por la acabada de minutos antes lo mismo estaba bien apretado y podía sentir como la tripa se iba abriendo cuando la cabeza entraba y se volvia a contraer cuando salía. En uno de los retrocesos me salí y un borbotón blancuzco fue la presentación de tu orificio dilatado y de un rojo como el de los labios de tu boca. El ver que por mas profundo que te entraba tu culo estaba preparado me hizo dar cuenta que mientras me encamaba en la habitación de tus padres con tu amiga, vos habras estado en el baño preparándote. ¡Después me hacías todo el circo de que estaba mal, que no te insista por que no le podías hacer eso a tu amiga pero ya tenias decidido que mi ibas a entregar el ojete! Encima esa vez era como si tenias todo el control de tu orificio por que me iba ordeñando la chota, como si cada uno de los anillos que forman el ano se cerrasen independientemente, un tras otros. Lo senti en la verga y en mis manos sujetando tu cadera cuando después de dos o tres espasmos empezaste a temblar mas saberte tan puta, escucharte gimiendo con tu cara hundida en las sabanas que había mojado el sexo se tu amiga , me hizo volver a estallar. Para coronoar, cuado te la sacaba, el infaltable “despacito, despacito”. Esa vez te llevo un poco mas de tiempo vestirte. En vez de levantarte rapdio, lo hiciste de costado en la cama. Eso si, como de costumbre, cuando te levantaste volvio la de siempre de que no paso nada y yo me fui imaginando que esta vez fueron dos acabadas las que te deje dentro
Lo ultimo para que sepas que es de vos de quien hablo te recuerdo de esa vez que te dejaste ser un poco mas transparente y en el hotel en el que estábamos, cuando te dije como me gustaba tu tanguita, me dijiste “¿en serio? Eso quería, que te guste” y te pusiste de espaldas exhibiéndomela. ¿Te acordas? Igual que cuando te conté mi fantasía imposible era un trio con dos mujeres y me dije “No tan imposible”
Y bueno, hay mas recuerdos, lamentablemente solo recuerdos, pero ya no creo que les sirva para calentarse asi que termino aca
Es o era la amiga de otra pendeja con la que yo tenía una historia muy tórrida. Por una cosa o por otra acabamos culeando una noche. Lo digo literalmente por haciéndole el culo es que llegamos al orgasmo. Y aca va el primer recuerdo que me viene a la mente cuando la veo sus nalgas y su cola less marcarse en el equipo de gimnasia: despacito, despacito; me repetía mientras guiaba mi pene para que penetre su ano. Ahora, cada vez que la veo escucho en mi cabeza esas palabras y revivo en mi piel la sensación de estar culeandola.
El otro recuerdo que me viene es de la segunda vez que nos encontramos. Yo no quería abusar de hacerle el otro que era y es una escultura asi que nos hechamos un par de polvos tradicionales. Como estabamos en un telo con espejos por todos lados, apenas acababa se me volvía a poner dura al ver ese culo desde todos los angulos. Ella se percató de yo estaba otra vez “listo para la guerra” y me dijo – ¿me dejas probar una cosa? – ¡si por supuesto! Entonces me monto, tomo mi pene y se fue sentando en el, orteandose ella solita. Ni hablar que me hizo sentir el superdotado cuando con solo la cabeza metida, ese momento en que el ano se cierra alrededor del glande, me dijo: - no entra mas, no puedo mas. Yo empece a levantar de a poco la pelvis y ella me sujetaba los muslos con sus manos y me decia – para, para, me vas a romper toda. De a poco se la fue metiendo toda hasta que después de una cabalgata constante se quedo quieta tirada sobre mi pecho y me preguntó al oido: - ¿y? ¿acabaste? – no estoy aguantando por que quiero gozarte mas – ¿si? ¿mas? Y empezó a moverse lentamente primero para descontrolarse otra vez. Cuando sus movimientos si hicieron mas profundos pero mas pausados, un instante antes de quedarse completamente quieta otra vez, una de sus manos me agarró los testículos con fuerza y tirando de ellos y dejandose care sobre mi pecho me dijo al oido: - todavía no, quiero mas, dejame recuperar pero quiero mas.
Mientras ella se quedo quieta y cuando largó mis pelotas me empecé a mover nuevamente y alli estuvo su frase: - despacito, despacito. Esta vez alternaba con un: - para un poquito. Cuando el semen empezo a llenar sus tripas otra vez: despacito, despacito. ¡que recuerdos!
Otro de los recuerdos, que tiene mas de morbo que de hecho en si, es de cuando asumi que era una culeadora, que cuando aceptaba que nos encontremos era para que el haga el orto. Entonces verla acercarse con los jeans sin cintura, las calzas cortitas, las calzas largas o los shorts, con el pelo mojado de haber recién salido del baño, yo me envergaba de imaginar que cuando se bañaba ya prepararía su colita para lo que vendría, que cuando me aceptaba la invitación ya su culito debería palpitar recordando lo que recibió la ultima vez. Y cuando la dejaba: verla irse, desaparecer por la vereda, viendo su culito y saberlo que hacia minutos no mas tenia mi pene abriéndolo y rellenándolo de leche caliente. Me imaginaba que mientras caminaba hacia su casa un poco de semen seguía escapando de su culito que de a poco volví a cerrarse y mojaba su tanga. Lo que me provocaba ganas de volver a ortearla ni bien se iba era imaginar que cuando llegaba a su casa y se desvestía, mi leche pegoteaba su ropa interior a su ano y eso le recordaba lo trola que era, como a pesar de hacerse rogar mucho, terminaba entregando el culo y acabando por el culo.
Finalmente, el otro recuerdo que me viene a la mente al ver tu culito bajo las calzas (no solo te gusta andar onda deportiva sino que también te gusta calentar) es cuando te hacias romper el orto en la cama de tus padres. Peor aún, cuando te hiciste culear después que me la había cojido a tu amiga en la misma cama. En este caso no son tanto los detalles de cómo te hacía el orto, como casi sin besos te ponias en cuatro en la cama, con la ropa enrollada en tus muslos, el culito hacia arriba, te agarrabas de las sabanas y gemías con la cara hundida en el colchón. O como al terminar te vestías rápido y yo sabia que tenias las tripas llenas de semen, que mi acabada se te había inyectado mas alla de donde te llego la pija por la fuerza con la que me salía. Lo que mas me calienta de esos recuerdos es el día que acabamos y cuando te dejaste caer en la cama encontraste las sabanas transpiradas por mi y tu amiga antes de vos. Como tu ano empezó tensarse sobre mi pija mientras quedaste sobre las sabanas mojadas. Me hiciste calentar de vuelta y según tus palabras mas: ¡que grande que esta!. No se si habrá sido cierto, pero a pesar que tu ojete estaba super lubricado por la acabada de minutos antes lo mismo estaba bien apretado y podía sentir como la tripa se iba abriendo cuando la cabeza entraba y se volvia a contraer cuando salía. En uno de los retrocesos me salí y un borbotón blancuzco fue la presentación de tu orificio dilatado y de un rojo como el de los labios de tu boca. El ver que por mas profundo que te entraba tu culo estaba preparado me hizo dar cuenta que mientras me encamaba en la habitación de tus padres con tu amiga, vos habras estado en el baño preparándote. ¡Después me hacías todo el circo de que estaba mal, que no te insista por que no le podías hacer eso a tu amiga pero ya tenias decidido que mi ibas a entregar el ojete! Encima esa vez era como si tenias todo el control de tu orificio por que me iba ordeñando la chota, como si cada uno de los anillos que forman el ano se cerrasen independientemente, un tras otros. Lo senti en la verga y en mis manos sujetando tu cadera cuando después de dos o tres espasmos empezaste a temblar mas saberte tan puta, escucharte gimiendo con tu cara hundida en las sabanas que había mojado el sexo se tu amiga , me hizo volver a estallar. Para coronoar, cuado te la sacaba, el infaltable “despacito, despacito”. Esa vez te llevo un poco mas de tiempo vestirte. En vez de levantarte rapdio, lo hiciste de costado en la cama. Eso si, como de costumbre, cuando te levantaste volvio la de siempre de que no paso nada y yo me fui imaginando que esta vez fueron dos acabadas las que te deje dentro
Lo ultimo para que sepas que es de vos de quien hablo te recuerdo de esa vez que te dejaste ser un poco mas transparente y en el hotel en el que estábamos, cuando te dije como me gustaba tu tanguita, me dijiste “¿en serio? Eso quería, que te guste” y te pusiste de espaldas exhibiéndomela. ¿Te acordas? Igual que cuando te conté mi fantasía imposible era un trio con dos mujeres y me dije “No tan imposible”
Y bueno, hay mas recuerdos, lamentablemente solo recuerdos, pero ya no creo que les sirva para calentarse asi que termino aca
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