You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

el helado

Mi nombre es Joaquín, soy de Argentina, y quiero contarles algo que no desearía que hubiera pasado. Después de mucho tiempo, volví a ver a un amigo de la familia, al que llamaremos Carlos.

El encuentro se dio casualmente, yo había ido con un grupo de amigos con el que suelo encontrarme una vez por semana para comer, ese día, el encuentro era en la quinta de unos de ellos, en la zona de Castelar provincia de Buenos Aires, y para mi sorpresa, allí me encontré con Carlos, fue un lindo momento, aunque la verdad, me sorprendió lo mucho que se alegró de verme.

Él es veterinario y estaba ahí porque uno de los perros de mi amigo (el dueño de la quinta) estaba algo enfermo. Se quedó a comer con nosotros, pasamos un lindo día y al final yo me iba con un amigo en su auto, Carlos al ver que yo me había acercado hasta la quinta sin mi auto, se ofreció a llevarme, acepté, la verdad para no quedar mal con él, ya que ganas de volverme con él no tenía.

En el camino me contó su vida, estaba casado desde hacía doce años, tenía dos hijos y por lo que intuí, su matrimonio no iba del todo bien. En un momento suena el teléfono de Carlos, atiende y era su mujer, después de unos minutos de hablar, Carlos me dice, que rompe pelotas que es, está en la casa de una amiga con los chicos, y quiere que la vaya a buscar, me pregunta si no me molesta si pasamos a buscarlos y después me lleva a casa, ya estaba ahí, le dije que si, que no había problema, aunque por adentro ya estaba de mal humor.

Llegamos a una casa, Carlos me pide que lo espere unos minutos y se baja, al rato viene Carlos, su mujer y sus dos hijos...no puedo explicarles lo que sentí cuando vi a su mujer..., me hubiera gustado verme la cara, Carlos me la presenta... Ella es Leti mi mujer, él es Andrés mi hijo mayor y él Marcos...

Carlos siguió hablando, pero yo ya no escuchaba nada, Leti..., si, la conozco pensé para mis adentros, me la cogí como treinta veces en el último año, Leti, como buena hija de puta, fingió no conocerme, la situación fue terrible..., me quería matar, quería desaparecer del planeta, me estuve cogiendo durante un año a la mujer de Carlos, si bien siempre supe que Leti estaba casada, jamás pensé que su marido era Carlos...

El viaje en el auto fue muy extraño, Leti, me hablaba, así que vos sos Joaquín, Carlos me habló mucho de vos..., -porque no venís a comer a casa un día de estos verla, me di cuenta porque durante el último año me la había cogido tantas veces, estaba hermosa, radiante.

Aprovecho ahora para contarles como es Leticia, tiene 37 años, no es muy alta, pero tiene todo en su lugar, lindas piernas, una cintura pequeña que hace que su culito se vea siempre bien y un buen par de tetas, no grandes sino de esas que tiene el tamaño justo para volverse loco, su piel es muy blanca, tiene el pelo y los ojos bien negros. Tenía puesta una pollera negra apenas debajo de las rodillas, y camisa blanca y llevaba el pelo atado, estaba hermosa.

La noche transcurría de lo más tranquila, a las diez de la noche los chicos se fueron a dormir y me quedé con Carlos y con Leticia disfrutando de una deliciosa carne al horno. Terminamos la comida, y Leticia sirvió café, antes de terminar el café, Carlos me pregunta si no quería que tomáramos un helado, perfecto, Leticia se levantó y llamó al delivery de una heladería e hizo el pedido, nos sentamos en el sillón del comedor y la charla que para que mentirles, me aburría, seguía su curso.

Leticia para mi sorpresa llevaba muy bien el asunto jamás se puso ni siquiera nerviosa en toda la noche, de repente, esa noche que transcurría tranquila y que parecía que terminaría igual cambió, sonó el teléfono de la casa, atendió Leticia y enseguida llamó a Carlos, después de una charla de unos minutos, Carlos se acercó y me dijo...

-Joaquín, vas a tener que disculparme, tengo una emergencia en la veterinaria, me tengo que ir. -Bueno, dije yo- no te preocupes yo ya me voy... -Pero no seas tonto, si todavía falta el helado, quédate que yo en una hora espero estar de vuelta... me dijo Carlos.

No supe que decir, de repente, Leticia aprovechó.... - pero dale Joaquín quédate, si Carlos va y vuelve enseguida, además, no vamos a dejar ese helado sin tomar...

Me quedé, la mirada de Leticia decía todo, yo no podía creer que fuera tan turra...tan...hija de puta...tan...era tan puta que me calentaba la situación, Carlos se fue, y me quedé callado, Leticia como si nada, empezó a levantar las tazas del café, me miró con esa cara de puta que ella sola sabe poner y se fue hacia la cocina, me levanté del sillón y la seguí...

Estaba sobre la pileta de la cocina, yo me acerqué por detrás y la abracé, le apoyé mi verga en su culito y le besé el cuello... -no sabes las ganas de que me cojas que tengo, dijo, la di vuelta y empezamos a besarnos salvajemente, como si nunca me hubiera cogido a esa mujer, la situación de estar en su casa hacía el asunto mucho más excitante que de costumbre, Leticia hablaba en voz muy baja por los chicos, pronto le saqué la camisa y comencé a besarle el cuello, a tocarle las tetas, a sentir esos pezones duros en mis manos.

Leticia con su mano, me acariciaba mi verga, que ya no estaba dormida y asomaba bajo mi pantalón, muy hábilmente bajó mi cierre y sacó mi pija, se agachó y empezó a chuparme la pija, terminó de ponérmela bien dura con la boca, me la agarraba con su mano derecha, me miraba y se la guardaba suavemente en su boca, no hice más que apoyarme contra la mesada de la cocina y disfrutar del pete hermoso que me estaba haciendo Leticia, su mano derecha no solo me tenía la verga, también me la pajeaba, y su boca tragaba y su lengua succionaba como desesperada, sentí que iba a explotar y así fue...

Le llené la boca de leche...ahhhhh ahhhgggahaggggh gemía Leticia mientras probaba mi semen, cuanto hace que no probaba tu lechita papito, cosita...ahora vas a probar mi pija...pero en otro lado...¡cógeme ya!

La penetré, fue hermoso sentir esa concha otra vez, empezamos a movernos cada vez más rápido, con más ganas, mi pija patinaba, literalmente en la concha de Leticia, la agarraba de la cintura y le marcaba el ritmo del polvo, ahhhhhhh, acabooooo me dijo Leticia y me acabó todo en la pija...

Me encantó sentir esos espasmos de su concha, saqué mi pija y me disponía a llenarle ese culito, cuando de repente sonó el timbre, a una velocidad increíble Leticia se acomodó la camisa, se puso su culote hermoso y la pollera, yo me subí los pantalones y me senté en el sillón, con la pija bien dura..., era el helado, apenas Leticia entró no pasaron ni dos minutos que entró Carlos, comimos el helado y después de que Carlos contara su aventura con ese perro que había salvado me fui.

Me despedí de Carlos y de Leticia, al cruzar la última mirada con Leti mis ojos y sus ojos se dijeron...”el culito queda para la próxima”, gracias al helado me quedé...gracias al helado Carlos no nos encontró cogiendo..., fue una noche rara y hermosa, Leticia sigue siendo mi amante, Carlos sigue sin saberlo, aunque ahora, cuando lo pienso, hubiera deseado no saber que esa puta con la que tanto gozo es la mujer de Carlos.


autor: joaquin

fuente: reservada

5 comentarios - el helado

angieyruben +2
Muy bueno el relato !!!
Bien putita la Leti !!!
Habrá que leer el próximo a ver si le entrega el culito !!!!


Gracias por compartir.
Besos y Lamiditas !!!

el helado
Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
kramalo
muy bueno.....!!!! que pedazo de hembra....
sabrinita7
Uy como me ponen los relatos!
josegroso
lastima no tener u na amiga asi...
muy bueno