Estoy hechado en la cama, esperándote, cerca se escucha el ruido de la ducha acariciando tu cuerpo, contengo mis ganas de ir a espiarte, así que me entretengo hojeando una revista.
De repente el ruido cesa, una pausa, que parece eterna. Te estarás secando? Te tocarás pensando en mi tal vez?
Los ratones hacen un barullo terrible en mi cabeza, inesperadamente aparecés delante mío, vas y venís juntado tus ropas, yo atónito te observo, el único espectador de tu belleza, unas gotas reveldes resbalan por tu espalda y llegan a tus nalgas, las envidio. Seguís paseando tu cuerpo desnudo, con total impunidad, sin darte cuenta de lo que generás en mi, cuando de pronto me mirás. ¿Que ves? me decís. Abro la boca pero las palabras no salen. me pongo de pìe y te abrazo por la espalda. Te das vuelta y con una sonrisa "Me decís me tengo que vestir" . Hago caso omiso a tus palabras y acarició tus labios con los míos y mi boca se antoja de besar tu cuello, jugar con tu lengua mientras mis manos bajan suavemente por tu espalda, acarician tu cintura y sin poder contenerse bajan de prisa a jugar con tus cola. Intentas resisitirte, sin mucha convicción, en el fondo deseás lo que está por venir.
El perfume de tu piel, me incita a seguir comienzo a jugar con tus tetas, primero rodeo suavemente tus pezones con mi lengua, y siento como se van endureciendo mientras tú mano acaricia suavemente mi cabeza y se desliza por mi cuerpo estimulando cada uno de mis poros.
Te recuesto sobre la cama, mi boca se dirige hacia tu concha, vos lo sabés y lo deseás también, tu piernas no ofrecen resistencia y se abren lentamente y dejan vía libre a ese tesoro.
El olor de tu sexo me enloquece de tal manera que pierdo el control, el frenesí se abre paso, dejando la suavidad a un costado, tus gemidos son cada vez más fuertes, tus muslos aprietan mi cabeza. Con tus manos me empujas hacia tu interior y siento como el calor de tu concha quema mis labios, me deslizo hacia abajo con la esperanza de que el mismo sea más tenue, y me equivoco, pues tu interior arde de pasión, y deseos de ser penetrado. Como una golosina le ofrezco dos de mis dedos, son devorados sin piedad mientras mi lengua se encarga de tu clítoris. Mi verga estalla, con mi mano libre la libero de la opresión de mi calzoncillo, un alivio invade mi cuerpo y con más energía acaricio el tuyo.
Tus caderas se mueven, tu concha arde, mis dedos húmedos sienten tus contracciones, estás por acabar.
El orgasmo llega, invade la habitación de placer, tu cuerpo arde, al fin liberas mi cabeza. Inundado del olor de tu sexo suboi en busca de tus labios para besarlos tiernamente.
Estás relajada, sonriente, iluminada, me preguntás ¿Y ahora?, yo silencio tus labios con mis dedos. Misión cumplida te susurro, apago la luz y me doy vuelta para dormir.
De pronto tu mano se apodera de mi verga aún erecta..... me parece que esta será una noche larga.
De repente el ruido cesa, una pausa, que parece eterna. Te estarás secando? Te tocarás pensando en mi tal vez?
Los ratones hacen un barullo terrible en mi cabeza, inesperadamente aparecés delante mío, vas y venís juntado tus ropas, yo atónito te observo, el único espectador de tu belleza, unas gotas reveldes resbalan por tu espalda y llegan a tus nalgas, las envidio. Seguís paseando tu cuerpo desnudo, con total impunidad, sin darte cuenta de lo que generás en mi, cuando de pronto me mirás. ¿Que ves? me decís. Abro la boca pero las palabras no salen. me pongo de pìe y te abrazo por la espalda. Te das vuelta y con una sonrisa "Me decís me tengo que vestir" . Hago caso omiso a tus palabras y acarició tus labios con los míos y mi boca se antoja de besar tu cuello, jugar con tu lengua mientras mis manos bajan suavemente por tu espalda, acarician tu cintura y sin poder contenerse bajan de prisa a jugar con tus cola. Intentas resisitirte, sin mucha convicción, en el fondo deseás lo que está por venir.
El perfume de tu piel, me incita a seguir comienzo a jugar con tus tetas, primero rodeo suavemente tus pezones con mi lengua, y siento como se van endureciendo mientras tú mano acaricia suavemente mi cabeza y se desliza por mi cuerpo estimulando cada uno de mis poros.
Te recuesto sobre la cama, mi boca se dirige hacia tu concha, vos lo sabés y lo deseás también, tu piernas no ofrecen resistencia y se abren lentamente y dejan vía libre a ese tesoro.
El olor de tu sexo me enloquece de tal manera que pierdo el control, el frenesí se abre paso, dejando la suavidad a un costado, tus gemidos son cada vez más fuertes, tus muslos aprietan mi cabeza. Con tus manos me empujas hacia tu interior y siento como el calor de tu concha quema mis labios, me deslizo hacia abajo con la esperanza de que el mismo sea más tenue, y me equivoco, pues tu interior arde de pasión, y deseos de ser penetrado. Como una golosina le ofrezco dos de mis dedos, son devorados sin piedad mientras mi lengua se encarga de tu clítoris. Mi verga estalla, con mi mano libre la libero de la opresión de mi calzoncillo, un alivio invade mi cuerpo y con más energía acaricio el tuyo.
Tus caderas se mueven, tu concha arde, mis dedos húmedos sienten tus contracciones, estás por acabar.
El orgasmo llega, invade la habitación de placer, tu cuerpo arde, al fin liberas mi cabeza. Inundado del olor de tu sexo suboi en busca de tus labios para besarlos tiernamente.
Estás relajada, sonriente, iluminada, me preguntás ¿Y ahora?, yo silencio tus labios con mis dedos. Misión cumplida te susurro, apago la luz y me doy vuelta para dormir.
De pronto tu mano se apodera de mi verga aún erecta..... me parece que esta será una noche larga.
2 comentarios - Después del baño