You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

La contadora y yo.

El 2011 llegaba a su fin, papá Noel, navidad, fin de año, reyes, fiestas, regalos ya se ponían de moda un mes atrás, fue un año bastante duro y laborioso. Esa noche se festejaba la famosa cena de fin de año, como yo soy divorciado, y no tenía una pareja a quien llevar, así que me prepare, fume un par de puchos, me tome un par de rayas de whiskies y aborde un taxi, llegue a un prostíbulo, elegí una linda mina, le propuse que fuera mi pareja por esa noche, pero solo para acompañarme, nada de sexo y tipo las 2 de la mañana ya podíamos retirarnos. La mina aceptó sin muchos miramientos y fuimos.

A los 20 minutos llegamos, mi acompañante era una morocha de buen cuerpo, tenía un vestido negro ceñido al cuerpo, muy atractiva, ni bien entramos las miradas de todos mis compañeros y gerentes de la empresa se clavaron en la mina, las mujeres no tanto, encontré una mesa vacía, nos sentamos y pedimos algo para tomar, seguí con el whiskie y la mina pidió un trago, cenamos y prácticamente no habíamos hablado entre los dos, nos pasamos mirando, a eso de las 12 de la noche, se acerca la contadora de la empresa, su nombre Zuni, me pregunta:

-Hola Juan Carlos!!!!, ¿ella es tu pareja?

La mina que estaba a mi lado sonrió y contestó:
-En realidad somos como amigovios, cada tanto salimos y nos divertimos, concluyó.

No atine más que a tratar de sonreír y la Zuni ya pidió permiso para sentarse, a lo cual no me opuse, más allá de algunos intercambios de palabras no iba a pasar. Ella se sentó y dijo:

-No sabía Juan Carlos que eras así, porque tenés un carácter tímido, y ella es muy linda, ¿seguro que muchos pretendientes tenés?

Por un momento pensé que me estaba jodiendo, pero en realidad estaba tomada, por cualquier cosa reía, así que le seguimos la corriente. La mina que estaba conmigo siguió diciendo:

-Sí, muchos me pretenden, pero Juan Carlos tiene algo que los otros no me dan, y es tan cariñoso y groserito en la cama… sabés?... Dijo medio burlona.

Zuni solo atino a reírse, y así llegamos a las 2 de la mañana, casi todos ya estaban más que mamados, incluyendo a Zuni, la mina que me acompañaba me dijo que se retiraba y que cumplió con lo pactado, sin más que reclamarle, le pague lo acordado, subió a un taxi y se fue. Yo volví a la mesa y encontré a la contadora con la cabeza sobre la mesa, durmiendo prácticamente. La fiesta seguía, ya a eso de las 4 se estaban yendo todos, intente despertar a la mina, solo me decía y con tono de muy dormida:

-Juanca, llévame a casa, sí?

Ya no había nadie, con ayuda del mozo, la levantamos y la hicimos caminar hasta el estacionamiento, ella conducía un vehículo pero en ese estado era imposible que lo hiciera, entonces abrí una de las puertas de atrás y la metí bien acomodada en el asiento, como tenía un vestido estampado de tono rojo, que no era muy largo, pero tampoco corto, al querer acomodar una de sus piernas, me dejó ver su tanguita y era de un color beige, muy chiquita, mi mente voló con la imaginación, así que abrí más sus piernas y mire esa concha enorme, depilada y carnosa que tenía, me dieron ganas de chuparla, pero estaba en el estacionamiento. Me contuve y la lleve a su casa, durante el camino no dejaba de pensar en esa tanga, quería detenerme y hacerme una paja por ella, ahí mismo, con el pedo que tenía ni se daría cuenta. Pero no lo hice, llegamos a su casa, medio que despertó en ese momento, le pregunte por sus llaves y si alguien estaba en la casa, para que no crean que un ladrón está entrando, me dijo que no había nadie, que no me preocupara, entramos en la casa y ella se tiró al sofá y me despedí, ella me dijo que me quedara una rato más, que me quedara a dormir si hiciera falta, le conteste que sí, la lleve a su dormitorio, y la acosté en la cama, la deje allí y cerré la puerta. Me recosté en el living, y como hacía mucho calor me saque el pantalón y la camisa, y me dormí.
Me despertó el sol, que daba en mi cara, mire mi celular y eran como las 12 del día, tenía la pija dura, rápidamente me puse los pantalones y la camisa, fui al baño que estaba a un costado, me lave la cara, me peine y me dispuse a salir, cuando la vea a ella pasar por delante y estaba en tanguita de tono verdecito, una toalla liada a la cabeza, y un camisolín transparente, no sabía si saludarla o no, pero lo hice:

-Hola, buen día Zuni…. Ella saltó a un lado asustada… y no grito aunque intentó hacerlo… yo… no sabía que decir y me salió esto:

-Zuni, no es lo que tú piensas, pero anoche te pasaste de raya con el alcohol y como no podías manejar te traje, luego me pediste que me quede porque era tarde, pero yo dormí en el living y vos en el dormitorio, y lo mejor, es que no pasó nada de nada. Lo siento.

Ella, sonrió fue a su pieza y se puso un short y una remera y me dijo:

-Juanca, te agradezco mucho lo que hiciste, pero no le cuentes a nadie ¿si?, yo sé todo lo que pasó, estaba con mucho sueño y un poco tomada, y me desperté temprano, y te vi que estabas en el sofá dormido y con algo levantado, acotó muy pícaramente.

Le conteste al toque:
-¿Y te gusto lo que viste?

Se sonrojo un poco, volvió a reír y dijo:

-¿No lo sentiste? Te lo toque y le dí varios besos, y soñabas algo, no sé qué… pero tengo ganas de eso…

Sin mediar palabras me acerque y le metí la mano dentro del short, sentí esa tanguita verdecita chiquita, mi lengua entró en su boca que parecía una concha pidiendo pija, me abrazó y alzó sus piernas entre mi cintura y empezamos a movernos como si ya estuviéramos cogiendo, mi pija estaba al mango, dura como una piedra, la acomode en el sofá literalmente le arranque el short y le pedí el culo primero, ella me dijo – estoy caliente, hace lo que quieras – le salive el culo y le metí la cabeza primero, empezó a gritar – noooo… nooooo…. No me cojas así… me duele… ayyyy…- le abrí más la piernas y le metí el dedo en la concha gordita y peladita, se mojaba a chorros, mi pija seguía en su culo, pero sin moverse, le dije – que rica cogida te estoy dando querida, seguro no vas a para de contar esto, verdad loquita?- ella me agarraba de los huevos y me los acariciaba, el semen estaba ahí en la punta, me empecé a mover entonces, y fue casi fatal, la leche salía a chorros para entrar toda en su culo, me decía – está caliente mi vida tu leche, muy caliente, me hierbe el culo- fueron como 45 segundos y me recosté en el sofá, exhausto, y respirando todo el aire que me contuve, ella me dice:

-Según mis cuentas, me debes varios balances, y los quiero hoy.

Esa parte la contare en otra ocasión.

Hasta siempre.

2 comentarios - La contadora y yo.