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Mí Tía y yo, así empezó todo...

Recuerdo el primer verano que fui a pasar a la casa de mi Tía sin mis padres. Acababa de cumplir 18 añitos y era un joven virgen y caliente, aún no tenía vellos en mi cuerpo pero estaba todo el día excitado a punto de explotar.
Mi Tía era una soltera treintañera muy yegua, con el cuerpo firme y moreno, exhuberante. Muy independiente y muy puta. Vivía sola y hacía lo que quería. La admiraba.

En casa, los primeros días andaba vestida muy provocativa, era su estilo. Le encantaba andar con tacos altos y con una camiseta apretada que le cubría apenas el orto redondo y bronceado. Su piel siempre brillante, a base del aceite que se daba en todo su cuerpo por las mañanas, antes de ir a la piscina a desayunar.

Solíamos desayunar charlando tranquilamente, café negro humeante, jugo de naranja y luego ella fumaba tumbada en un sillón. Día a día íbamos teniendo más confianza y ella ya me recibía en tetas y con un tanguita diminuto. Siempre con tacos altos.
Un día me preguntó si quería fumar, tímidamente acepté. Encendió un cigarrillo y me lo pasó. El humo caliente y la visión de su cuerpo aceitado hizo que mi pija se hinchara de golpe, sin poder disimular, ella detras de sus anteojos de sol observaba cada detalle como si nada.
Al día siguente, me propuso que para broncearme bien era mejor hacerlo sin nada, y que me quitara la malla si lo deseaba. Accedí de mil amores...
Mi erección era brutal pero ella se comportaba normalmente. Los dos desnudos, tumbados en los sillones tomábamos sol y fumábamos en silencio.
Así cada día, nos acostumbramos a desayunar desnudos, uno frente al otro, mirándonos de arriba a abajo mutuamente sin disimular. Era muy excitante y demás está decir que no aguantaba mi calentura.
Por la tarde dormíamos un rato la siesta para luego hacer algún plan juntos.

Recuerdo esa tarde en que nos acostamos después de haber comido muy bien con un rico vino blanco helado, nos habíamos reído y estábamos algo alegres por el alcohol.
Nos acostamos muy juntos y permanecimos casi abrazados un largo rato, sin decir nada, sientiendo nuestros cuerpos calientes y excitados. Muy de apoco ella acercó su boca a mi oído y me susurró que tenía ganas de hacer algo, pero que no me asustara... No respondí nada, asintiendo con un gesto.

Ella se deslizó lentamente a la parte baja de la cama y empezó a lamer los dedos de mis pies, muy lentamente.
Sentía su boca húmeda y babeante entre mis dedos, era una sensación inexplicable. Estuvo un largo rato, chupando mis dedos, deteniendose en cada uno, especialmente en el dedo gordo al que se metía bien adentro recorriendolo con su lengua. Luego empezó a humectarme la planta de los pies escupiéndolas y recogiendo con la lengua la baba que se iba deslizándo hacia abajo. Mi verga era una estaca a punto de explotar, pero intentaba aguantar y retener ese momento de placer. Así cada vez con más fuerza chupaba y lamía como una perra en celo, llegándose a meter los 5 dedos en su boca hambrienta, provocándole arcadas y gimiendo de placer.... (continuará...)

2 comentarios - Mí Tía y yo, así empezó todo...

XAnimalNightX
Muy bueno loco, no se si sera verdad o mentira pero esta re biem explicado y detallado, subi la otra parte!!!
perfectiyo +2
dale culiado subi lo que falta jajajaja