Ojos vendados.

Después de unos cuantos meses sin vernos, fui a la casa de Martín. Mi ex.
Ese flaco con el que salí 5 meses y seguí acostándome con él los siguientes 4 años.

Esa noche llegué y me tiré en el sillón a mirar la tele mientras él le daba las buenas noches a su novia por teléfono. Que lindo morbo saber que me dejó por esa pendeja y que la que esta noche se come la pija de Martincito soy yo.
Nos pusimos a charlar y me contó que estaba trabajando haciendo tatuajes, y que por eso tenía una camilla en su living-habitación, además de la cama, los sillones y la cachorrita dando vueltas.
Mientras hablábamos lo tomé de la mano y lo acerqué hacia mi... Y mientras el se distraía yo le bajaba la bragueta.
Agarré con la mano ese miembro que estaba endureciéndose y lentamente comencé a pasarle la lengua desde los huevos hasta la punta, saboreandolo a cada centímetro, absorbiendo cada uno de sus fluidos y degustando esa pija tan rica una y otra vez. Martín me agarro de los pelos tratando de impedir que continuara. Eso me pareció rarísimo asi que muy a mi pesar tuve que dejar de chuparle la verga y mirarlo. Me dijo que tenía una sorpresa para mi, que si me podía parar.
No entendía nada.
Igual le hice caso y me paré. Martín me vendó los ojos con una bandana negra que tenía olor a él y a sexo.
"Relajate Caro... Esto te va a gustar"
"Pero es necesario? Dale me sacaste la pija de la boca, eso no se hace"
"Shhh callate que la vas a gozar"
Me reí y esperé.
Ruidos raros y de repente me desprendió el jean... Me sacó las zapatillas y el jean. Y lentamente me sacó la tanguita. Yo me moría, estaba toda mojadita de la ansiedad, no sabía qué estaba tramando este chico.
Se me acerca y me dice al oído "No te das una idea de lo que tengo preparado para vos"... Y mientras me decía eso me tocaba el clítoris, haciendome retorcer de placer.
"Ufff que mojadita estás coloradita"... Me puso a mil. A mil.
Me empujó suavemente hacia adelante hasta que di con la camilla. Y me apoyé ahí.
Me dijo que no me asuste. Yo quise sacarme la venda y me dijo que no, que espere.
Empecé a sentir algo en la concha, pero no era su pija. Era algo... Raro. "Martín que car?? AAAHHHH MARTINNNNNN" Si. Era un consolador. Enorme, texturado, y lo tenía todo adentro mío.El lo movía hacia adentro y hacia afuera haciendo movimientos circulares, llenándome toda.
Yo estaba en éxtasis, puse mis manos sobre la pared y mis codos apoyados en la camilla, gimiendo como una perra. Y en ese estado, comencé a sentir presión en mi colita. Algo tibiecito y duro quería meterse ahí.
Así de una me la metió, sin dejar de maniobrar con el consolador.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!
La arremetida que me dió en la cola me dolió, pero no tuvo significado alguno cuando él comenzó a moverse en mi cola y el consolador estaba dentro de mi concha.
Indescriptible el placer, sentirme totalmente llena de pija, estimulada por ambos lados.
"Viste Caro, te dije que te iba a gustar"
SIIIII ME GUSTA, NO PARES POR FAVOR.
Me saqué la venda, giré mi cabeza y le pedí que siga, porque iba a acabar como la mejor.
El siguió, y siguió.
Mis manos contra la pared empujaban como queriendo romperla.
No paraba de gemir, de gritar, de pedirle mas. Y el me tapa la boca, susurrándome que tenía vecinos. Me pareció que el "sometimiento", más la pija en mi cola y la pija en mi concha me calentaron más. Ahora sentía una fina línea que las separaba. Y acabé, llegué, gritando, gimiendo, mordiendo los dedos de Martín que me tapaban la boca.
El no había acabado, estaba totalmente concentrado en darme todo a mi.

Yo lo miré
"Sentate en el sillón, sentate papito"
El me miró y se sentó. Yo me arrodillé y procedí a darle la mejor chupada de pija que puedo ofrecer, mirándolo a los ojos y pidiéndole la leche, la quería toda para mi.
Y me la dió.
Toda.
Me llenó la boca con ese líquido calentito tan rico, tan espeso, tan de él.

Y nos miramos, cagándonos de la risa.
Nos tiramos los dos en el sillón mientras le decía que me de mas sorpresas así que me encantan...
Y me quedé dormida, con mi mano en su pija.