Terminando mi carrera de agronomía , con apenas 25 años , me coloque hacer mi practica profesional con un agrónomo amigo de mi padre. El en ese tiempo estaba implementando unos riegos a goteo, que en gran parte financiaba el estado para personas de escasos recursos. Fue así como llegamos un dia a una modesta casa, donde habitaba un señor de uno 65 años y su mujer de unos 55. Ellos habían postulado a ese beneficio que entregaba el estado y muy gratamente recibieron nuestra visita.
Comenzamos a recorrer el campo, acompañado por el campesino y su mujer. El un campesino muy delgado, bajo de porte, con 65 años como dije , nos mostraba su predio agrícola, contestando las preguntas que le hacíamos, mientras su mujer, la señora María , nos acompañaba.
Muy diferente a su marido, la señora Maria era una mujer grande y robusta. Morena , fea de cara, pero con un trasero grande y duro y una tetas gigantescas. En todo el recorrido, note como la mujer se fijaba en mi, un joven de ciudad, bien vestido, delgado inexperto que muchas de sus preguntas causaban risa a ambos. Sin embargo esas miradas continuaron durante todo el recorrido y mirando a la señora Maria, caminar justo delante mio, con esas tremendas nalgas me dejo completamente caliente, mas aun notando las miradas sugerentes de la veterana. Mi jefe tomo algunas medidas y dejamos a la pareja contentos al saber que se habían ganado el proyecto que entregaba el gobierno,
Unas tres o cuatro veces llegamos a ese lugar y siempre notaba la mirada de la señora, que con sus grandes tetas no me quitaba los ojos de encima.
La cuarta o quinta vez que llegamos al lugar, ya con algunos implemento de la obra, mi jefe me manda a ratificar unas medidas la fondo del campo. El se quedo con su marido chequeando alguno detalle, mientras doña Maria me acompaño hasta el fondo del campo. Yo miraba esas grandes nalgas imaginándome como seria tenerlas entre mis manos, mientras ella caminaba delante mío, hablando del clima , la vegetación etc. Llegando al fondo del campo, ella se acomoda detrás de un gran sauce y me dice directamente que había visto como la miraba que si quería hacer algo con ella ese era el lugar y el momento. Pensé que estaba soñando, cuando ella misma baja su vestido y libera dos monstruosas tetas, las mas grandes que he visto en mi vida . Sin pensarlo dos veces me fui contra la veterana y comencé a chuparle esas tremendas tetas, como poseído, esas gigantescas ubres mientras ella acariciaba mis cabellos, gimiendo de placer.
Estábamos contra el tiempo, y ya mis manos se habían apoderado de sus tremendas nalgas acariciándola directamente sobre su piel bajo su vestido. Ella misma se da vuelta y levantándose el vestido me muestra el culo mas grande de mi vida, con una zorra negra y peluda deseosa de sentirme de una vez. Como un animal me aferre a esas nalgas y saque mi verga y con su manos apoyadas contra el árbol, dejo que este joven citadino se la metiera hasta el fondo.
Sus tetas colgaban y chocaban entre si en cada embestida que yo le daba, gimiendo de placer, diciéndome lo mucho que yo la calentaba. Una y otra ves mi humilde herramienta se perdió entre tan generosas masas de carne , haciendo mi mejor esfuerzo por complacer a esa tremenda mujer. Eran las tres de la tarde, con un sol abrumador y mis manos aferradas a sus anchas caderas no daban tregua a la campesina que se comía hasta el fondo la verga de este joven estudiante en practica. Con mis manos agarrándole las tetas , sabiendo que no nos odiamos demorar mucho, escuche como la mujer acababa dándome pie para descargar mi leche dentro de ella dándole fuertes embestidas. Una ves que de mi verga no salió ni una gota mas, la señora se acomodo su ropa y me dijo que desde que me vio que me tenia ganas y que si yo quería ella podía ser mía nuevamente la próxima vez que fuese a su casa…..
Llegamos hasta donde estaba su marido y mi jefe como si nada hubiese pasado. Nos despedimos , pero con el compromiso de volver.
En esa vuelta , tube mas tiempo para deleitarme con semejante hembra ansiosa de verga.
Algo rapido mi relato, pero verídico
Comenzamos a recorrer el campo, acompañado por el campesino y su mujer. El un campesino muy delgado, bajo de porte, con 65 años como dije , nos mostraba su predio agrícola, contestando las preguntas que le hacíamos, mientras su mujer, la señora María , nos acompañaba.
Muy diferente a su marido, la señora Maria era una mujer grande y robusta. Morena , fea de cara, pero con un trasero grande y duro y una tetas gigantescas. En todo el recorrido, note como la mujer se fijaba en mi, un joven de ciudad, bien vestido, delgado inexperto que muchas de sus preguntas causaban risa a ambos. Sin embargo esas miradas continuaron durante todo el recorrido y mirando a la señora Maria, caminar justo delante mio, con esas tremendas nalgas me dejo completamente caliente, mas aun notando las miradas sugerentes de la veterana. Mi jefe tomo algunas medidas y dejamos a la pareja contentos al saber que se habían ganado el proyecto que entregaba el gobierno,
Unas tres o cuatro veces llegamos a ese lugar y siempre notaba la mirada de la señora, que con sus grandes tetas no me quitaba los ojos de encima.
La cuarta o quinta vez que llegamos al lugar, ya con algunos implemento de la obra, mi jefe me manda a ratificar unas medidas la fondo del campo. El se quedo con su marido chequeando alguno detalle, mientras doña Maria me acompaño hasta el fondo del campo. Yo miraba esas grandes nalgas imaginándome como seria tenerlas entre mis manos, mientras ella caminaba delante mío, hablando del clima , la vegetación etc. Llegando al fondo del campo, ella se acomoda detrás de un gran sauce y me dice directamente que había visto como la miraba que si quería hacer algo con ella ese era el lugar y el momento. Pensé que estaba soñando, cuando ella misma baja su vestido y libera dos monstruosas tetas, las mas grandes que he visto en mi vida . Sin pensarlo dos veces me fui contra la veterana y comencé a chuparle esas tremendas tetas, como poseído, esas gigantescas ubres mientras ella acariciaba mis cabellos, gimiendo de placer.
Estábamos contra el tiempo, y ya mis manos se habían apoderado de sus tremendas nalgas acariciándola directamente sobre su piel bajo su vestido. Ella misma se da vuelta y levantándose el vestido me muestra el culo mas grande de mi vida, con una zorra negra y peluda deseosa de sentirme de una vez. Como un animal me aferre a esas nalgas y saque mi verga y con su manos apoyadas contra el árbol, dejo que este joven citadino se la metiera hasta el fondo.
Sus tetas colgaban y chocaban entre si en cada embestida que yo le daba, gimiendo de placer, diciéndome lo mucho que yo la calentaba. Una y otra ves mi humilde herramienta se perdió entre tan generosas masas de carne , haciendo mi mejor esfuerzo por complacer a esa tremenda mujer. Eran las tres de la tarde, con un sol abrumador y mis manos aferradas a sus anchas caderas no daban tregua a la campesina que se comía hasta el fondo la verga de este joven estudiante en practica. Con mis manos agarrándole las tetas , sabiendo que no nos odiamos demorar mucho, escuche como la mujer acababa dándome pie para descargar mi leche dentro de ella dándole fuertes embestidas. Una ves que de mi verga no salió ni una gota mas, la señora se acomodo su ropa y me dijo que desde que me vio que me tenia ganas y que si yo quería ella podía ser mía nuevamente la próxima vez que fuese a su casa…..
Llegamos hasta donde estaba su marido y mi jefe como si nada hubiese pasado. Nos despedimos , pero con el compromiso de volver.
En esa vuelta , tube mas tiempo para deleitarme con semejante hembra ansiosa de verga.
Algo rapido mi relato, pero verídico
2 comentarios - las tetas de la campesina
muy buen relato 😉