Mi Tía es mi novia (Episodio 1)

Recuerdo que ni bien acabé la escuela secundaria a los 18 años me fui a vivir con mi Tía para estudiar una carrera universitaria. Estaba a pleno en esa época, todo el día con la pija dura y pajeándome por todos los rincones. Siempre fui muy calentón. Mi Tía le aseguró a mis padres que me cuidaría como a un tesoro...

En esa época ella ya era una hembra cuarentona que había vivido mucho, estaba soltera porque le gustaba mucho la verga y siempre había terminado siendo infiel a todas sus parejas; era muy puta. De nacimiento.

Los primeros días con ella transcurrían normales y llenos de amor. Me mimaba mucho, era casi una madre. Sólo que a mi me calentaba mucho desde siempre y había sido mi única fantasía desde que empecé a pajearme desde adolescente.

Por las noches nos quedábamos hasta altas horas fumando y charlando, ella sabía que fumaba a escondidas de mis padres pero en su casa me lo permitía y además me dijo que allí podría hacer todas las cosas "prohibídas" y que para eso estaba la casa de "tu Tía querida".

Le gustaba preguntarme por mujeres, novias, etc. Yo en esa época no tenía nada y además no sabía nada. Ella empezó a aconsejarme de cómo tratar a las mujeres...

- A las hembras nos gustan que nos traten como yeguas- decía...
-¿Cómo es eso Tía?
- Jajaja... Sí, nos calienta que nos traten como putas, es la única manera de que estemos con la cabecita agachada...
-Explícame mejor.
- Mira, cuando tengas una novia, tenés que hacerte el duro, no ser muy cariiñoso y tenerla caliente todo el día. Que te ruege cada noche que se la pongas...

Esa forma de hablar me calentaba mucho y ella lo sabía, lo notaba en el bulto de mi pantalón que relojeaba cada vez que charlábamos y fumábamos.

-Mira, si quieres yo puedo enseñarte a tratar a una hembra...
- Claro!- le dije y esperé a que me explicara.

-Hagamos como que yo fuera tu noviecita adolescente... Espera que me voy a vestir adecuadamente- dijo riendo y se fue a la habitación.

Volvió con una minifalda diminuta y una musculosa apretada, descalza y con coletas... Estaba infartante.

Cuando la ví me puse colorado de la excitación. Ella sonrió divertida...

- Amor... te quiero!- susurró
-Ehhh...-balbuceé
- Te adoro y quiero amarte toda mi vida- dijo suavemente en mi oído con voz de gatita...
-Dejame tranquilo, estoy estudiando- le solté
-Bien! vas aprendiendo!
-Dejame, ahora estoy ocupado...
-¿Por qué me tratas así?- ronroneó caliente
-Porque sí, sos muy puta y no puedo estar todo el día con esas boludeces...
- Ay! que malo..., pero estoy aburrida, ¿puedo jugar mientras estudias?
-Si quieres...- le respondí sin atención, leyendo.

Se fue deslizando debajo de la mesa lentamente, hasta quedar arrodillada.

Seguí estudiando, mientras notaba que la muy puta me estaba lamiendo los pies. Lo hacía de una manera increíble, como una gata en celo, con su lengua iba recorriendo desde los dedos hasta arriba, el empeine y la planta de mis pies. Sentía el calor de su lengua.
Yo hacía como si nada, indiferente.
Ella seguía lamiendo y subiendo lentamente por las piernas. Noté cómo me bajó los shorts a la vez que lamía mi verga suavemente pero con mucha baba caliente. Me estaba volviendo loco.
En un momento se introdujo la cabeza de la pija en su mandíbula y humectándola se quedó quieta. En ese momento sonó el teléfono... No podía creer en tanta mala suerte. Sin sacar la boca de mi verga, me dijo, con dificultad, que atendiera. Tenía la voz pastosa. Atendí...

Era mi madre preguntándome cómo estaba.

- Bien mami, acá estoy estudiando.
La zorra cuando notó que era mamá empezó a succionar con fuerza, desesperada.

-Mmmh...! No... Tía no estáah... Se fuehhhmm con unas amigahhhs!
-Ehhh? Noh... no meee pasa nada... tengo un poco de ahhhsueño....

La puta me pajeaba y devoraba mi pija como loca...

-Sihhh! de verdad....ahhh no me pasahhh nadaaaah!

Exploté dentro de su boca.... Un río de leche fue a parar a su garganta como una flecha, noté cómo se atragantaba debajo de la mesa, intentando saborear el manjar caliente y espeso.

-Sih mami, todo biennn... Ahh chau! Besoooshhh!

No podía creer lo que había pasado. Miré debajo y la vi de rodillas y con una mirada pícara. Su carita embadurnada de leche y relamiéndose...
-¿Ves?- me dijo... Tu novia acaba de mamártela porque no le hiciste caso...La tienes a tus pies. ¡Primera lección!- dijo mientras me dio un piquito húmedo de baba y leche y se fue a dormir.

A la mañana siguiente al levantarme, la vi de pie en la cocina y la intenté abrazar desde atrás para besarle el cuello.

-¡Qué haces!- me gritó enojada- No te confundas..., lo de ayer fue una lección, ahora soy tu Tía. Otro día te enseñaré alguna cosa más...

(continuará)