No te quites la venda de tus ojos
… Nada más acabar unas copas en el salón de un amigo, Jorge, él le dijo a mi esposa que se pusiera una venda sobre sus ojos… Eso resultaba por un lado malo, porque los ojos de mi chica son preciosos, pero por otro me resultaba sumamente excitante, y sobre todo a ella. Lo hizo, y así empezó todo.
Lo primero que hizo fue acariciarla y besarla toda. Al poco tiempo ella había perdido la orientación, y evidentemente confundía mis besos con los suyos, mis manos con las de él. Cuando Jorge deslizó sus manos por debajo de su falda, sus dedos encontraron el camino haciendo a un lado su braguita hasta su clítoris, así estuvo un rato mientras yo le introducía mis dedos en su boca. Abría su boca cada vez más, necesitaba algo dentro, era cada vez más evidente…
Él se levantó, desabotonó su pantalón y apoyó su gran polla sobre los labios de mi esposa. Su lengua no empezó a recorrerla, y unos instantes después la estaba chupado con muchas ganas. En ese punto yo le comía su dulce coñito, cada vez más mojado, supongo que ella hubiera gritado de haber podido, pero su boca estaba llena. Intercambiábamos miradas cómplices con Jorge, y llegado el punto de mayor excitación de Patricia decidimos desnudarla, lo hicimos sin dejar de meterle dedos en su coñito, en el culito, y lamiendo sus enormes tetas.
La cogimos de la mano y la llevamos a la habitación, la colocamos a cuatro patas en el medio de la cama, desnuda por completo, excepto, claro, su venda… mientras nosotros nos terminábamos de desvestir ella esperaba sola en medio de la cama, eso no hacía más que incrementar su deseo a la vez que la incertidumbre sobre lo que teníamos planeado hacerle. Instintivamente ella se mordía el labio inferior, y cuando sintió que los dos nos subíamos a la cama terminó por abrir su boca. Nos pusimos delante y le introducíamos y le sacábamos nuestras pollas alternadamente. La tetas de patricia son bellísimas y grandes, en esa posición estaban con todo su esplendor, me acosté debajo de ellas, y me dedique a mordisquear suavemente sus pezones, Jorge ya estaba detrás de ella, y su objetivo era su culito… Se lo estaba comiendo, no puedo ni imaginar lo que debió haber sentido mi chica en este punto: yo mordisquendo sus pezones, mis dedos dentro de su vagina, y la lengua de Jorge en su culo.
Sus gritos eran muy excitantes para nosotros, así que sin demora alguna, fui con Jorge a ocuparme también de ese hermoso culo. Me resultaba tranquilizador ver la delicadeza con que él trataba a mi esposa. Como introducía sus dedos en su culo muy despacio, dilatando cada vez más… llegó a ponerle tres. La visión de aquello era impresionante para mí, era increíble pensar que estaba dilatando el culo de mi esposa para penetrarla! Llevábamos ya varios meses sin practicar sexo anal con Patri, y ahora ¡Jorge estaba a punto de disfrutar ese culo tan apretadito antes que yo! ¡Me gustaba! Eso había sido lo acordado con él, “quiero que te la folles bien y mucho por su culo”. ¡Era un buen amigo! Y estaba cumpliendo con mi pedido… cuando creyó que ya estaba lista, su puso detrás de ella que seguía aún a cuatro patas.
Le ayudé separando las nalgas de Patricia, y la penetró sin mayores preámbulos. Directamente, con energía, vi como su gran polla desaparecía en el interior de mi esposa, era increíble. Ella gritó, aunque después de tanta dilatación sabía lo que le esperaba, no había sorpresa alguna, sin embargo gritó. Tampoco fue dolor, fue de felicidad, lo estaba esperando. No seamos ingenuos, su venda no era para que no supiese quien la penetraba, era para agregar incertidumbre y que no pudiera adivinar nuestro siguiente paso. Y ahora se sabía poseída por la polla de Jorge que se movía cada vez más fuertemente dentro de su culo. Por cada vez que entraba y salía casi por completo ella gritaba. El ritmo para la melodía de mi esposa venía dado por el pubis de Jorge golpeando contra sus suaves nalgas. Me quedé absorto por la belleza que esta presenciando.
Un buen rato después el salió y me mostró como había dejado ese culo de delatado a mi chica, y ese fue mi turno, entré si ninguna dificultad, salía y volvía a entrar por entero todas las veces que quisiera. ¡Cómo la había dejado! ¡Era hermoso! Él se puso delante y le introdujo su polla en su boca, y los movimientos suyos estaban coordinados con los míos, era un vaivén inacabable, sus tetas se movían siguiendo ese impuesto compás. Tuve que detenerme para no correrme. Jorge la montó otra vez, esta vez por su vagina, con una fuerza bestial, no le dejaba un solo segundo de tregua a Patricia, ella no paraba de enlazar un orgasmo con el siguiente. Jorge cambió de su culo a la vagina varias veces. Otra visión increíble, Mi chica es pequeñita, muy bien formada, pero pequeñita, y ahora dominada por un tío de 1,90 ¡Era mas de lo que mi imaginación podía soportar!
Me puse debajo de ella, y en la primera oportunidad en que Jorge cambiaba de su vagina a su culo, la penetré por su coño. Y si lo que sentí fue delicioso, como siempre me había pasado cada vez a patricia la penetrabamos dos a la vez. Mi polla podía sentir dentro de su vagina como se movía la del otro dentro de su culo. Así estuvimos un largo rato, perdí la noción del tiempo, era tan intenso que unos instantes duraban eones… ella me besaba, ella gritaba, ella gemía, ella lloraba de placer, la venda ya se le había caído. Pedía que no parásemos nunca, quería ser siempre y continuamente follada así. No aguantaba más mi orgasmo, me salí, Jorge también se detuvo. La pusimos boca arriba…
Él la cubrió con su cuerpazo, 95 kg cubriendo mi pequeña niña de 52! Yo le acerque mi polla a sus labios, que con el primer contacto con su lengua empezó a bombardearle semen sobre su cara, su boca, sus ojos, que a pesar de haber perdido la venda estaban cerrados. Me hice a un lado, y como antes había visto desaparecer un pollón enorme dentro del culo de mi chica, ahora veía como ella desaparecía casi por completo bajo el enorme cuerpo de Jorge: Las piernas de ella trataban de abrazar la cintura de él. La penetración fue vaginal, solo me la podía imaginar como profunda, y muy intensa. Los pies de Patricia en el aire se movían al ritmo que él imponía. Todo este encuentro sexual estuvo marcado por el ritmo de Jorge, tal como yo deseaba. Al ver sus pies fui a chuparlos y recorrerlos con mi lengua, con mis manos trataba de alzar las sus piernas más hacia arriba. Jorge se corrió, con unos gritos fuertes, por cada estremecimiento de su orgasmo cogía a Patri con más fuerza hacia sí. Ella permaneció apretada contra sus brazos un largo tiempo. Al final mi amigo se hizo a un lado. Relajamos a Patricia con caricias, mi mano acariciban sus orificios, sentía como su vaginita rebozaba semen, como su culito seguía abierto. Y mientras Jorge cariñosamente con una toalla le quitaba restos de mi semen de su cara le dijo: “¡Te quitaste la venda!, ahora tenemos que volver a empezar…”
Lo primero que hizo fue acariciarla y besarla toda. Al poco tiempo ella había perdido la orientación, y evidentemente confundía mis besos con los suyos, mis manos con las de él. Cuando Jorge deslizó sus manos por debajo de su falda, sus dedos encontraron el camino haciendo a un lado su braguita hasta su clítoris, así estuvo un rato mientras yo le introducía mis dedos en su boca. Abría su boca cada vez más, necesitaba algo dentro, era cada vez más evidente…
Él se levantó, desabotonó su pantalón y apoyó su gran polla sobre los labios de mi esposa. Su lengua no empezó a recorrerla, y unos instantes después la estaba chupado con muchas ganas. En ese punto yo le comía su dulce coñito, cada vez más mojado, supongo que ella hubiera gritado de haber podido, pero su boca estaba llena. Intercambiábamos miradas cómplices con Jorge, y llegado el punto de mayor excitación de Patricia decidimos desnudarla, lo hicimos sin dejar de meterle dedos en su coñito, en el culito, y lamiendo sus enormes tetas.
La cogimos de la mano y la llevamos a la habitación, la colocamos a cuatro patas en el medio de la cama, desnuda por completo, excepto, claro, su venda… mientras nosotros nos terminábamos de desvestir ella esperaba sola en medio de la cama, eso no hacía más que incrementar su deseo a la vez que la incertidumbre sobre lo que teníamos planeado hacerle. Instintivamente ella se mordía el labio inferior, y cuando sintió que los dos nos subíamos a la cama terminó por abrir su boca. Nos pusimos delante y le introducíamos y le sacábamos nuestras pollas alternadamente. La tetas de patricia son bellísimas y grandes, en esa posición estaban con todo su esplendor, me acosté debajo de ellas, y me dedique a mordisquear suavemente sus pezones, Jorge ya estaba detrás de ella, y su objetivo era su culito… Se lo estaba comiendo, no puedo ni imaginar lo que debió haber sentido mi chica en este punto: yo mordisquendo sus pezones, mis dedos dentro de su vagina, y la lengua de Jorge en su culo.
Sus gritos eran muy excitantes para nosotros, así que sin demora alguna, fui con Jorge a ocuparme también de ese hermoso culo. Me resultaba tranquilizador ver la delicadeza con que él trataba a mi esposa. Como introducía sus dedos en su culo muy despacio, dilatando cada vez más… llegó a ponerle tres. La visión de aquello era impresionante para mí, era increíble pensar que estaba dilatando el culo de mi esposa para penetrarla! Llevábamos ya varios meses sin practicar sexo anal con Patri, y ahora ¡Jorge estaba a punto de disfrutar ese culo tan apretadito antes que yo! ¡Me gustaba! Eso había sido lo acordado con él, “quiero que te la folles bien y mucho por su culo”. ¡Era un buen amigo! Y estaba cumpliendo con mi pedido… cuando creyó que ya estaba lista, su puso detrás de ella que seguía aún a cuatro patas.
Le ayudé separando las nalgas de Patricia, y la penetró sin mayores preámbulos. Directamente, con energía, vi como su gran polla desaparecía en el interior de mi esposa, era increíble. Ella gritó, aunque después de tanta dilatación sabía lo que le esperaba, no había sorpresa alguna, sin embargo gritó. Tampoco fue dolor, fue de felicidad, lo estaba esperando. No seamos ingenuos, su venda no era para que no supiese quien la penetraba, era para agregar incertidumbre y que no pudiera adivinar nuestro siguiente paso. Y ahora se sabía poseída por la polla de Jorge que se movía cada vez más fuertemente dentro de su culo. Por cada vez que entraba y salía casi por completo ella gritaba. El ritmo para la melodía de mi esposa venía dado por el pubis de Jorge golpeando contra sus suaves nalgas. Me quedé absorto por la belleza que esta presenciando.
Un buen rato después el salió y me mostró como había dejado ese culo de delatado a mi chica, y ese fue mi turno, entré si ninguna dificultad, salía y volvía a entrar por entero todas las veces que quisiera. ¡Cómo la había dejado! ¡Era hermoso! Él se puso delante y le introdujo su polla en su boca, y los movimientos suyos estaban coordinados con los míos, era un vaivén inacabable, sus tetas se movían siguiendo ese impuesto compás. Tuve que detenerme para no correrme. Jorge la montó otra vez, esta vez por su vagina, con una fuerza bestial, no le dejaba un solo segundo de tregua a Patricia, ella no paraba de enlazar un orgasmo con el siguiente. Jorge cambió de su culo a la vagina varias veces. Otra visión increíble, Mi chica es pequeñita, muy bien formada, pero pequeñita, y ahora dominada por un tío de 1,90 ¡Era mas de lo que mi imaginación podía soportar!
Me puse debajo de ella, y en la primera oportunidad en que Jorge cambiaba de su vagina a su culo, la penetré por su coño. Y si lo que sentí fue delicioso, como siempre me había pasado cada vez a patricia la penetrabamos dos a la vez. Mi polla podía sentir dentro de su vagina como se movía la del otro dentro de su culo. Así estuvimos un largo rato, perdí la noción del tiempo, era tan intenso que unos instantes duraban eones… ella me besaba, ella gritaba, ella gemía, ella lloraba de placer, la venda ya se le había caído. Pedía que no parásemos nunca, quería ser siempre y continuamente follada así. No aguantaba más mi orgasmo, me salí, Jorge también se detuvo. La pusimos boca arriba…
Él la cubrió con su cuerpazo, 95 kg cubriendo mi pequeña niña de 52! Yo le acerque mi polla a sus labios, que con el primer contacto con su lengua empezó a bombardearle semen sobre su cara, su boca, sus ojos, que a pesar de haber perdido la venda estaban cerrados. Me hice a un lado, y como antes había visto desaparecer un pollón enorme dentro del culo de mi chica, ahora veía como ella desaparecía casi por completo bajo el enorme cuerpo de Jorge: Las piernas de ella trataban de abrazar la cintura de él. La penetración fue vaginal, solo me la podía imaginar como profunda, y muy intensa. Los pies de Patricia en el aire se movían al ritmo que él imponía. Todo este encuentro sexual estuvo marcado por el ritmo de Jorge, tal como yo deseaba. Al ver sus pies fui a chuparlos y recorrerlos con mi lengua, con mis manos trataba de alzar las sus piernas más hacia arriba. Jorge se corrió, con unos gritos fuertes, por cada estremecimiento de su orgasmo cogía a Patri con más fuerza hacia sí. Ella permaneció apretada contra sus brazos un largo tiempo. Al final mi amigo se hizo a un lado. Relajamos a Patricia con caricias, mi mano acariciban sus orificios, sentía como su vaginita rebozaba semen, como su culito seguía abierto. Y mientras Jorge cariñosamente con una toalla le quitaba restos de mi semen de su cara le dijo: “¡Te quitaste la venda!, ahora tenemos que volver a empezar…”
fuente: www.marqueze.net
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