Suelo salir por las noches a bailar, soy joven y me encantan las mujeres. Aunque muchas veces mi Tía se ha mostrado algo celosa en que salga a "levantar putas", según sus palabras, sigo con mi rutina. En verano además aprovecho para divertirme plenamente.
Muchas veces llego al amanecer, algo borracho y me asomo al dormitorio quedándome un buen rato observando ese cuerpo desnudo boca abajo, con la habitación en penumbras. Me produce una excitación extrema. Desnudarme, encender un cigarrillo y mirar ese culo moreno y abierto, las tetas redondas y suaves, es para mí una fuente de relax.
Salgo para calentarme con algunas putitas pero no suelo cogérmelas, en realidad las uso como incentivo para cargar mis huevos de leche durante toda la noche. Generalmente llego a casa con las bolas doloridas y a punto de explotar de leche.
La yegua de mi Tía acostumbra a tomar pastillitas para dormir por lo que tiene un sueño muy pesado. Primero empecé refrejando mi verga en sus pies, suavemente un buen rato y sin llegar a acabar. Poco a poco me fui animando más y derramaba la leche caliente en la planta de sus pies, luego la desparramaba por sus dedos y sus tobillos hasta uqe la piel se humectara por completo. Ella dormía plácidamente.
Por la mañana la oía en la cocina prepararse el café y fumar sigilosamente para no despertarme. A veces se asomaba para verme dormir desnudo, yo disimulaba boca arriba y con la verga semi hinchada para que la putona viera bien el trozo. Ella gozaba fumando desnuda en la puerta y viendo mi trozo enorme.
Por la tarde, en la piscina, mientras tomábamos algún trago me preguntaba sobre mis conquistas. Con lujo de detalles le narraba la aventura de la noche pasada.
Me decía que era un calentón y que siempre andaba queriéndola poner por todos lados. Le explicaba que a mis 22 años tenía una gran necesidad de sexo y por eso me comportaba como un cazador. Ella se mostró algo molesta y me dijo que teníamos que encontrar una solución a ese "problema". Me intrigaba cuál podría ser esa solución, a lo que contestó que ya me informaría, que ella necesitaba que me quedara haciéndole compañía por las noches y que ese plan de salidas diarias no podía continuar. Me molesté bastante y le expliqué que necesitaba coger a diario porque si no mis huevos iban a explotar de leche. Dijo que podía ayudarme a aliviar la situación pero que no me confundiera, que lo hacía como Tía que era, para ayudar a su sobrinito querido y estar más acompañada.
Así me quedé expectante pensando en qué se le ocurriría a esa puta de mierda que me volvía loco.
A la noche cuando salí de la ducha y me dirigía a mi habitación a vestirme para salir, la encontré desnuda en mi cama boca arriba y fumando. El cuerpo bronceado y aceitado resaltaba en la penumbra, no decía nada, sólo fumaba y miraba mi cuerpo con una media sonrisa de zorra puta. Me acerqué lentamente a su boca y la bese intensamente, tenía los labios húmedos, babeantes. Las lenguas se cruzaron y jugaron entre sí. Estuvimos un largo rato besándonos como si fuéramos amantes. No conocía esa sensación, jamás había besado a mi Tía y lo hací fenomenalmente bien, dejaba los labios flojos y los humectaba con baba, llenando mi boca y volviéndome loco. Se acercó a mi oído y me dijo susurrando : - cogeme bebé...
Me puse encima de ella y besándola le metí la punta de la verga despacito, románticamente, por primera vez estaba haciendo el amor con esa hembra.
Mientras nos mirábamos, entraba y salía de su concha acompasadamente, estaba empadada y con las manos empujaba mi culo para que llegara más profundo. Al poco tiempo acabé dentro suyo, toda la leche salió lentamente mientras me mordía los labios.
Sin decir nada me vestí y salí de todas formas, necesitaba distraerme. Caminé recreando ese momento, haciendo tiempo para volver a casa. Después de un par de horas, abrí la puerta y noté que la putona dormía plácidamente como de costumbre. Me desnudé desesperado y me abalancé sobre ese orto abierto y lubricado que me esperaba. Le metí la pija de una estocada y empecé a cabalgar como una bestia, ella apenas gemía ya que las pastillas la atontaban de una manera increíble. Monté ese agujero un buen rato hasta llenarlo a rebozar de leche caliente y espesa. Tranquilo me fui a dormir. Por la tarde mi Tía me esperaba en la piscina con un trago.
Muchas veces llego al amanecer, algo borracho y me asomo al dormitorio quedándome un buen rato observando ese cuerpo desnudo boca abajo, con la habitación en penumbras. Me produce una excitación extrema. Desnudarme, encender un cigarrillo y mirar ese culo moreno y abierto, las tetas redondas y suaves, es para mí una fuente de relax.
Salgo para calentarme con algunas putitas pero no suelo cogérmelas, en realidad las uso como incentivo para cargar mis huevos de leche durante toda la noche. Generalmente llego a casa con las bolas doloridas y a punto de explotar de leche.
La yegua de mi Tía acostumbra a tomar pastillitas para dormir por lo que tiene un sueño muy pesado. Primero empecé refrejando mi verga en sus pies, suavemente un buen rato y sin llegar a acabar. Poco a poco me fui animando más y derramaba la leche caliente en la planta de sus pies, luego la desparramaba por sus dedos y sus tobillos hasta uqe la piel se humectara por completo. Ella dormía plácidamente.
Por la mañana la oía en la cocina prepararse el café y fumar sigilosamente para no despertarme. A veces se asomaba para verme dormir desnudo, yo disimulaba boca arriba y con la verga semi hinchada para que la putona viera bien el trozo. Ella gozaba fumando desnuda en la puerta y viendo mi trozo enorme.
Por la tarde, en la piscina, mientras tomábamos algún trago me preguntaba sobre mis conquistas. Con lujo de detalles le narraba la aventura de la noche pasada.
Me decía que era un calentón y que siempre andaba queriéndola poner por todos lados. Le explicaba que a mis 22 años tenía una gran necesidad de sexo y por eso me comportaba como un cazador. Ella se mostró algo molesta y me dijo que teníamos que encontrar una solución a ese "problema". Me intrigaba cuál podría ser esa solución, a lo que contestó que ya me informaría, que ella necesitaba que me quedara haciéndole compañía por las noches y que ese plan de salidas diarias no podía continuar. Me molesté bastante y le expliqué que necesitaba coger a diario porque si no mis huevos iban a explotar de leche. Dijo que podía ayudarme a aliviar la situación pero que no me confundiera, que lo hacía como Tía que era, para ayudar a su sobrinito querido y estar más acompañada.
Así me quedé expectante pensando en qué se le ocurriría a esa puta de mierda que me volvía loco.
A la noche cuando salí de la ducha y me dirigía a mi habitación a vestirme para salir, la encontré desnuda en mi cama boca arriba y fumando. El cuerpo bronceado y aceitado resaltaba en la penumbra, no decía nada, sólo fumaba y miraba mi cuerpo con una media sonrisa de zorra puta. Me acerqué lentamente a su boca y la bese intensamente, tenía los labios húmedos, babeantes. Las lenguas se cruzaron y jugaron entre sí. Estuvimos un largo rato besándonos como si fuéramos amantes. No conocía esa sensación, jamás había besado a mi Tía y lo hací fenomenalmente bien, dejaba los labios flojos y los humectaba con baba, llenando mi boca y volviéndome loco. Se acercó a mi oído y me dijo susurrando : - cogeme bebé...
Me puse encima de ella y besándola le metí la punta de la verga despacito, románticamente, por primera vez estaba haciendo el amor con esa hembra.
Mientras nos mirábamos, entraba y salía de su concha acompasadamente, estaba empadada y con las manos empujaba mi culo para que llegara más profundo. Al poco tiempo acabé dentro suyo, toda la leche salió lentamente mientras me mordía los labios.
Sin decir nada me vestí y salí de todas formas, necesitaba distraerme. Caminé recreando ese momento, haciendo tiempo para volver a casa. Después de un par de horas, abrí la puerta y noté que la putona dormía plácidamente como de costumbre. Me desnudé desesperado y me abalancé sobre ese orto abierto y lubricado que me esperaba. Le metí la pija de una estocada y empecé a cabalgar como una bestia, ella apenas gemía ya que las pastillas la atontaban de una manera increíble. Monté ese agujero un buen rato hasta llenarlo a rebozar de leche caliente y espesa. Tranquilo me fui a dormir. Por la tarde mi Tía me esperaba en la piscina con un trago.
9 comentarios - Mi Tía y el sueño
Todo se dio de un momento a otro
Donde esta la seducción que caracteriza al incesto ? 🙄
No puedo dar mi opinion ?
No!
Cuando leo los post de GinaAndrea, leo que le duele mucho escribir acerca del tema...pero me confunde. Me parece que miente muy bien, y a juzgar por sus comentarios en sus post, le preocupan los puntos, las visitas y los elogios mas que nada...
Buen post Porotito714
🙌
Es verdad, GinaAndrea es una pendeja insoportable... Gracias!
Argentino de mierdaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Jajajaja...que fina nooo?