Lo que me paso en una semana se necesita dos para contarlo y tres para escribirlo, pero tengo unos minutos antes de que hagan efecto. Me llamo Alfredo, siempre trate de buscar un sentido a las cosas y sobre todo a la mente humana por algo es que estoy estudiando psicología, dentro de lo que estudio busco el por que de los comportamientos, la verdad de los sueños (en el sueño o en la vigilia) y sobre todo que hace que una persona no pueda contestar con un explicación. Esto ultimo suena raro y difícil pero estoy tratando de eliminar los por que sí y los por que no, empece conmigo y trate de ver si lo podía lograr con otras personas, amigos y parientes. Mi amigo y hermano, no de sangre sino de hueso, es un hombre que tiene la misma edad que nos conocemos de los 6 años y hace 7 años que me dí cuenta que estoy enamorado de el.
Entonces, hay una lucha entre la moral y el deseo, ya que amor sobra, dentro de mi. Nunca se lo dije pero creo que en parte el lo sabe y va a sonar estúpido si digo que hasta incluso más de una vez lo toque mientras dormía y el se hizo el dormido. Pero es así de eso no se habla, ese es el código.
El lunes de la famosa semana fui a comer a su casa, comimos bien y tomamos de más y para el postre un faso, hasta ahí nada fuera de lo común pero en el momento de la risa sin ninguna anestesia le dije lo que sentía, se quedó callado por una rato y después de tres minutos me contesto a mi me gustan las mujeres, vos sos mi amigo y ¿me estas jodiendo?, le explique que no y volví a decírcelo y también le expliqué que esto lo tenía dentro hace ya muchos años y como era de esperar no le gusto mucho y simplemente estuve como si una tragedia hubiera venido a tocarme la puerta, incluso llegue a llorar como lloraba antes de decírcelo. Y pensé que lo que estudiaba no tenía sentido, que había abierto la boca sin pensar y como yo me enamore por que sí, el me rechazó por que no. Mi teoría, mi vida, mi ideología se fue al diablo por abrir la boca.
El miércoles me llamó y me invitó a su casa nuevamente, la misma rutina de siempre y a la hora de hablar lo persuadí y con una serie de promesas, de no tocar el tema si el no quería o de que si no le gustaba yo paraba, lo fui llevando y lo convencí de practicarle sexo oral, me agache el estaba sentado en un sillón del living, bajé si yoging y el elástico de su boxer y debo admitir que no era la primera vez que se la veía, pero desde la primera vez nunca deje de desearla con una grande y rosada cabeza con un tronco de 18 cm y los huevos grandes depilados, separé los labios y metí la cabeza en mi boca y empece mi tarea, debo reconocer que en ese momento quería llorar de felicidad, iba a ser la ultima vez que estuviera con mi amigo, succione, chupe, lamí esa pija que tardo años en llegar pero en eso diez minutos fue mía, pare dos veces para tomar aire y seguí mientras escuchaba sus gemidos cada vez más fuertes y hasta que su caliente semen inundó mi boca, y claro que lo tomé todo, valió la pena esperar tanto pensaba con una felicidad que uno puede sentir muy pocas veces en la vida. nos despedimos como siempre y esa noche antes de dormirme me masturbe pensando en el.
Recién el sábado por la noche volví a hablar con el, hablamos una hora hasta que se hicieron las doce de la noche del domingo. Entre lágrimas lo escuchaba decir, que no sabía si volvería a ser todo como antes, y así fue como tire más de veinte años de amistad a la basura por un pete, se que para cuando alguien lea esto yo ya me habré tomado las diez pastillas de la tableta y por ahí otras diez. No encuentro motivo para saber por que abrí la boca ni por que me enamore, pero si para dejar este mundo, que nunca me dio lo que quise. La verdad... no sé, tengo sueño.
La verdad, ¿cual es la verdad?, ¿que es la verdad?
Entonces, hay una lucha entre la moral y el deseo, ya que amor sobra, dentro de mi. Nunca se lo dije pero creo que en parte el lo sabe y va a sonar estúpido si digo que hasta incluso más de una vez lo toque mientras dormía y el se hizo el dormido. Pero es así de eso no se habla, ese es el código.
El lunes de la famosa semana fui a comer a su casa, comimos bien y tomamos de más y para el postre un faso, hasta ahí nada fuera de lo común pero en el momento de la risa sin ninguna anestesia le dije lo que sentía, se quedó callado por una rato y después de tres minutos me contesto a mi me gustan las mujeres, vos sos mi amigo y ¿me estas jodiendo?, le explique que no y volví a decírcelo y también le expliqué que esto lo tenía dentro hace ya muchos años y como era de esperar no le gusto mucho y simplemente estuve como si una tragedia hubiera venido a tocarme la puerta, incluso llegue a llorar como lloraba antes de decírcelo. Y pensé que lo que estudiaba no tenía sentido, que había abierto la boca sin pensar y como yo me enamore por que sí, el me rechazó por que no. Mi teoría, mi vida, mi ideología se fue al diablo por abrir la boca.
El miércoles me llamó y me invitó a su casa nuevamente, la misma rutina de siempre y a la hora de hablar lo persuadí y con una serie de promesas, de no tocar el tema si el no quería o de que si no le gustaba yo paraba, lo fui llevando y lo convencí de practicarle sexo oral, me agache el estaba sentado en un sillón del living, bajé si yoging y el elástico de su boxer y debo admitir que no era la primera vez que se la veía, pero desde la primera vez nunca deje de desearla con una grande y rosada cabeza con un tronco de 18 cm y los huevos grandes depilados, separé los labios y metí la cabeza en mi boca y empece mi tarea, debo reconocer que en ese momento quería llorar de felicidad, iba a ser la ultima vez que estuviera con mi amigo, succione, chupe, lamí esa pija que tardo años en llegar pero en eso diez minutos fue mía, pare dos veces para tomar aire y seguí mientras escuchaba sus gemidos cada vez más fuertes y hasta que su caliente semen inundó mi boca, y claro que lo tomé todo, valió la pena esperar tanto pensaba con una felicidad que uno puede sentir muy pocas veces en la vida. nos despedimos como siempre y esa noche antes de dormirme me masturbe pensando en el.
Recién el sábado por la noche volví a hablar con el, hablamos una hora hasta que se hicieron las doce de la noche del domingo. Entre lágrimas lo escuchaba decir, que no sabía si volvería a ser todo como antes, y así fue como tire más de veinte años de amistad a la basura por un pete, se que para cuando alguien lea esto yo ya me habré tomado las diez pastillas de la tableta y por ahí otras diez. No encuentro motivo para saber por que abrí la boca ni por que me enamore, pero si para dejar este mundo, que nunca me dio lo que quise. La verdad... no sé, tengo sueño.
La verdad, ¿cual es la verdad?, ¿que es la verdad?
3 comentarios - El amor no vence a la muerte (gay)
Te deseo suerte, y eres lindo 🙂 aunque si es un pene de envidiar el que te gozaste 😉