El primer encuentro:
Con Pablo nos conocemos desde que éramos chicos, hicimos casi toda la primaria juntos, vivíamos en el mismo barrio, íbamos a los mismos cumpleaños, etc.
El tiempo pasó y por esas cosas de la vida, el destino nos separó cuando teníamos 14 años. Hace unos meses, por casualidad nos volvimos a encontrar, y digo por casualidad porque fue en un boliche al que nunca voy.
Estaba en la barra charlando con una amiga y siento que alguien me toca el hombro. Me doy vuelta con mi peor cara pensando que era otro borrachito intentando hacerse el romántico, y me quedo muda de la sorpresa. Era mi gran amigo Pablo, estaba igual, pero claro más adulto, con todo lo que eso significa.
Seguía tan hermoso como siempre, pero su cara tenía esa apariencia de madurez que hace a los hombres tan atractivos. Sus ojos celestes tenían el mismo brillo de siempre, sus labios pequeños y carnosos eran una invitación al beso apasionado. Y que decir de su cuerpo, si bien siempre había sido delgado, ahora estaba diferente, como más armado, cuando puse mi mano derecha en su pecho para darle un beso, noté que estaba muy fibroso y eso ya empezó a hacer que el fuego se encienda en mi.
Nos pusimos a hablar, tratando de ponernos al día, pero la verdad es que no nos importaba lo que nos decíamos. Se notaba en nuestras miradas que la realidad era que queríamos otra cosa. Noté que él no dejaba de mirar mi escote, lo cual, lejos de ofenderme, me hizo subir más la temperatura, porque sentirme deseada por semejante hombre hacia hervir mi sangre.
Poco después me invitó a bailar, obviamente acepté y tomándome de la mano con una delicadeza deliciosa, me guió hasta el centro de la pista.
Nos pusimos a bailar, al principio evitabamos el roce, pero había tanta gente que era prácticamente imposible lograrlo. Asi fue como poco a poco nuestros cuerpos se fuero acercando, sus manos se aferraron a mi cintura, mis pechos se apoyaron en el suyo y nuestras piernas se entrelazaron.
Ya no podía contenerme más, mis brazos rodearon su cuello y nuestras miradas se cruzaron. No hizo falta decirnos nada, casi inmediatamente nuestras bocas se atrajeron mutuamente y nuestros labios se encontraron en un beso tan ardiente como el mismo infierno.
Rápidamente su lengua y la mía se encontraron en ese océano húmedo que eran nuestras bocas.
Mis pezones comenzaron a delatar mi excitación, no llevaba corpiño asi que enseguida se marcaron sobre mi vestido de noche.
Él estaba igual, su miembro comenzó a crecer y ponerse duro, podía sentirlo en mi ombligo, y eso me hacía calentar aun más. Hasta tal punto que tuve un pequeño orgasmo, qué Pablo notó porque casi inmediatamente me dijo suavemente al oído:
- ¿Por qué no vamos a un lugar más tranquilo?...
Continuará…
La segunda parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/1972572/Mi-amigo-el-profe-de-ed-fisica-_Parte-II_.html
Con Pablo nos conocemos desde que éramos chicos, hicimos casi toda la primaria juntos, vivíamos en el mismo barrio, íbamos a los mismos cumpleaños, etc.
El tiempo pasó y por esas cosas de la vida, el destino nos separó cuando teníamos 14 años. Hace unos meses, por casualidad nos volvimos a encontrar, y digo por casualidad porque fue en un boliche al que nunca voy.
Estaba en la barra charlando con una amiga y siento que alguien me toca el hombro. Me doy vuelta con mi peor cara pensando que era otro borrachito intentando hacerse el romántico, y me quedo muda de la sorpresa. Era mi gran amigo Pablo, estaba igual, pero claro más adulto, con todo lo que eso significa.
Seguía tan hermoso como siempre, pero su cara tenía esa apariencia de madurez que hace a los hombres tan atractivos. Sus ojos celestes tenían el mismo brillo de siempre, sus labios pequeños y carnosos eran una invitación al beso apasionado. Y que decir de su cuerpo, si bien siempre había sido delgado, ahora estaba diferente, como más armado, cuando puse mi mano derecha en su pecho para darle un beso, noté que estaba muy fibroso y eso ya empezó a hacer que el fuego se encienda en mi.
Nos pusimos a hablar, tratando de ponernos al día, pero la verdad es que no nos importaba lo que nos decíamos. Se notaba en nuestras miradas que la realidad era que queríamos otra cosa. Noté que él no dejaba de mirar mi escote, lo cual, lejos de ofenderme, me hizo subir más la temperatura, porque sentirme deseada por semejante hombre hacia hervir mi sangre.
Poco después me invitó a bailar, obviamente acepté y tomándome de la mano con una delicadeza deliciosa, me guió hasta el centro de la pista.
Nos pusimos a bailar, al principio evitabamos el roce, pero había tanta gente que era prácticamente imposible lograrlo. Asi fue como poco a poco nuestros cuerpos se fuero acercando, sus manos se aferraron a mi cintura, mis pechos se apoyaron en el suyo y nuestras piernas se entrelazaron.
Ya no podía contenerme más, mis brazos rodearon su cuello y nuestras miradas se cruzaron. No hizo falta decirnos nada, casi inmediatamente nuestras bocas se atrajeron mutuamente y nuestros labios se encontraron en un beso tan ardiente como el mismo infierno.
Rápidamente su lengua y la mía se encontraron en ese océano húmedo que eran nuestras bocas.
Mis pezones comenzaron a delatar mi excitación, no llevaba corpiño asi que enseguida se marcaron sobre mi vestido de noche.
Él estaba igual, su miembro comenzó a crecer y ponerse duro, podía sentirlo en mi ombligo, y eso me hacía calentar aun más. Hasta tal punto que tuve un pequeño orgasmo, qué Pablo notó porque casi inmediatamente me dijo suavemente al oído:
- ¿Por qué no vamos a un lugar más tranquilo?...
Continuará…
La segunda parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/1972572/Mi-amigo-el-profe-de-ed-fisica-_Parte-II_.html
10 comentarios - Mi amigo el profe de ed física (Parte I)
Espero que de todas formas lo disfruten.
Besitos!!!
Se que los puntos no se piden, pero me gustaría ser NFU para poder comentar en otros post y retribuir su apoyo.
Muchas gracias.
Besitos!!!
Besotes!!
esperare con gusto la continuacion!!
besos bonita!! 😉