UNA NOCHE FANTASTICA EN UN LUGAR ESPECIAL
Desde hace un tiempo, Chelo y yo tenemos la costumbre de salir a cenar los sábados o las vísperas de fiesta. Hoy 23 de Junio estamos degustando unos canelones en un céntrico restaurante italiano. Chelo va vestida espectacularmente con un traje de chaqueta blanco, resaltando así su incipiente moreno de haber pasado unos días en la playa. El pantalón, mínimamente ajustado, se adapta sensualmente a sus redondas nalgas mientras que la chaqueta la lleva abrochada por dos botones dejando ver, entre la V de las solapas, sus formidables senos libres del sujetador. Ya en los postres le propongo a mi esposa tomar una copa.
Chelo he leído en el periódico un anuncio original "Pub XEOR un lugar especial para una noche singular". Si te apetece podíamos ir a tomar una copa y conocer ese sitio.
Pues me apetece mucho y me intriga su descripción. Cuando tú quieras nos vamos a conocer ese lugar para ver que tiene de singular.
En nuestro coche nos trasladamos a la dirección que indica el diario. La puerta de entrada es de madera con una iluminación tenue y un cartel discreto. El recibidor está totalmente cerrado por unas cortinas gruesas y un señor nos dá la bienvenida. En el interior observamos lo siguiente: El local es un rectángulo no muy grande, donde a la derecha están unas mesas redondas y alrededor de estas, formando semicírculos hay unos sofás corridos a todo su perímetro, de tal forma que no se puedan ver las personas vecinas de una mesa a otra. A la izquierda está situada la barra a todo lo largo del local. La decoración, la iluminación, la música, etc., todo está pensado para hacer del lugar un sitio confortable.
Nos acomodamos en unos banquetes centrados en la barra y pedimos unas copas. A nuestra izquierda estaban dos personas charlando y a nuestra derecha en el rincón una pareja y cerca de nosotros estaban tres personas dos hombres y una mujer. Mientras consumíamos nuestras bebidas observé que había algunas mesas ocupadas por personas de distinto sexo.
Chelo y yo prestamos mas atención al trío que teníamos mas cerca de nosotros y pudimos ver que los hombres eran apuestos de unos 30 y 45 años respectivamente mientras la mujer era muy atractiva, morena, espectacular con una media melena lacia, de ojos negros y mirada penetrante, labios gruesos y boca grande, de unos 40 años. Su conversación era amena y simpática. Ellos también se percataron de nuestra presencia y nos invitaron a compartir su conversación.
Mi nombre es Emilio, mi mujer Yolanda y un amigo de ambos Freddy.
Mi esposa Chelo y yo soy Juan.
Pedimos, de nuevo, que nos sirvieran bebidas para celebrar nuestro encuentro. Durante los minutos siguientes charlamos de cosas intrascendentes y en un momento preguntó Chelo, de forma curiosa:
¿Porqué este lugar es especial y singular?
Yolanda, sonriendo, le respondió:
Dentro de aproximadamente una hora se cerrará el establecimiento y quedará solo y exclusivamente para los que estamos dentro y podremos hacer lo que queramos.
Y continuamos hablando. De un tema pasamos a otro, y ya con varias copas, topamos con el tema del sexo. Al principio de una forma casi velada, pero conforme iba pasando la noche y el ambiente se caldeaba, empezamos a contarnos intimidades. Así pudimos saber que Emilio era bisexual. Freddy era un amigo que, aunque atendía perfectamente a Yolanda, se decantaba mas por Emilio. Yolanda, nos dijo que a ella le daba igual un hombre que una mujer, que el sexo lo había hecho incluso con su perro, "pero donde esté una buena polla no es comparable a nada". Con esta expresión nos echamos todos a reír. Durante esta conversación, la mirada de Yolanda y la mía se cruzaron varias veces sonriéndonos maliciosamente. Nosotros le contamos nuestras aventuras sexuales y les dijimos que habíamos practicado el intercambio en varias ocasiones, aunque a mí solo me apetecía el sexo con mujeres mientras que Chelo había practicado con mujeres y hombres gustándole ambos sexos. Les contamos algunas de las aventuras que habíamos hecho (relatadas en anteriores escritos y publicadas). Ellos a su vez también habían realizado en varias ocasiones el intercambio, tríos y habían asistido en mas de una ocasión a locales especiales. Yolanda nos comentó lo bien que lo había pasado en un pub donde se había metido en la habitación oscura, incluso llegó a decirle a Chelo " Debes probarlo y no se te olvidará jamas".
A las dos en punto el dueño del local nos dijo:
Perdonen, pero es la hora y vamos a cerrar. Las personas que quieran pueden abandonar la sala o bien tomar asiento en los sofás que permanecen libres.
Emilio, mediante un gesto, nos indicó una mesa al fondo del establecimiento para sentarnos alrededor de ella. Yo me senté en una esquina, del sofá, a continuación tomo asiento Yolanda, después Chelo, Emilio y en el otro extremo estaba Freddy. Formamos un semicírculo alrededor de la mesa. Nos volvieron a servir bebidas y seguidamente empezaron a apagar las luces interiores dejando la estancia en semipenumbra. Solo unas pequeñisimas luces de color azul oscuro y en lugares estratégicos para que nos fuera casi imposible reconocernos. El volumen de la música también había disminuido, y por este motivo ya se escuchaban algunos gemidos de placer en la mesa contigua a la nuestra.
Yolanda, sin pensárselo dos veces, se volvió hacia Chelo y la besó largamente en la boca. Esta le respondió con toda pasión. Mientras las dos se besaban, Yolanda me pasaba la mano izquierda por encima de mi pierna, apretando cada vez mas incluso llegando hasta la misma bragueta del pantalón. De la misma manera, yo le había metido mi mano por entre sus piernas hasta toparme con sus bragas y empecé a tocarle su sexo por encima de la tela. Al notar, ella, la presión en su vagina instintivamente se reclinó mas sobre su asiento, y abriendo mas las piernas me dejo libre el camino para que pudiera hacer lo que quisiera. Emilio le había sacado un pecho a Chelo y le estaba lamiendo el pezón, mientras Freddy estaba masturbando a Emilio. Ante las caricias de Emilio, Chelo se había girado hacia su derecha y se besaba con este. Yolanda me había sacado el pene por la bragueta y me estaba realizando una felacion suculenta. Mientras Freddy se había bajado sus pantalones y con una mano se masturbaba él y con la otra masturbaba la polla de Emilio. Yo, mientras miraba a todos ellos, estrujaba las tetas de Yolanda y con mis dedos hacia que sus pezones se endurecieran. Así estuvimos durante bastantes minutos hasta que suavemente levanté la cabeza de Yolanda y dándole un beso cálido en su boca le levanté el vestido y acariciando sus piernas le empecé a quitar las bragas. Sonriéndome se despojo totalmente de su vestimenta quedándose desnuda. A continuación me desabrochó la correa del pantalón y me ayudó a desvestirme. Durante esta maniobra pude ver como Chelo, Emilio y Freddy ya se habían desnudado.
Entonces ocurrió lo siguiente, Chelo levantándose de su asiento se puso de rodillas entre Freddy y Emilio cogiéndoles sus miembros para llevárselos a la boca. Una vez se la chupaba a uno y a continuación se pasaba a la otra polla para engullírsela, así sucesivamente, mientras que los dos hombres se besaban ardientemente metiéndose sus lenguas hasta lo mas profundo de sus bocas. Mientras tanto, yo besaba profundamente a Yolanda y con mis dedos jugaba con sus labios vaginales que estaban totalmente húmedos. Al oído le dije a mi amante: "Eres una verdadera comedora de pollas, con esa boca tan grande que tienes puedes meterte hasta dos y sacarle todo el jugo que tengan. Me has hecho una mamada que la recordaré mientras viva". Y ella me contestó: " Pues si te has maravillado con mi boca no sabes lo que te espera cuando metas tu polla en mi coño. Todos los hombres que han follado conmigo han deseado repetir pues me han dicho que tengo la vagina mas ardiente, mas húmeda y mas placentera de las que hayan podido probar". " Pues déjame probar esa caverna tan suculenta que tienes", le dije yo. Al instante, Yolanda se echó sobre el sofá, separo sus piernas y con sus dedos se aparto el vello y abriéndose el coño totalmente me dijo: " Meteme ese pollon tan duro y hermoso que tienes para aplacarme la calentura que tengo. Voy a sacarte toda la leche de tu cuerpo". Tal y como me había dicho, su vagina era distinta pues ardía, quemaba, abrasaba mi miembro, además lo tenia totalmente humedecido, lechoso, con un liquido caliente que te volvía loco de placer. A cada embestida mía, del interior de su sexo salía liquido espeso. Para dar mas énfasis al placer, ella movía las caderas en círculos y apretaba con fuerza su sexo contra mí. Estaba tan al limite de mi excitación que al cabo de unos minutos expulsé todo el semen que pudiera haber guardado y que generara en algún tiempo venidero. La corrida fue espectacular, mientras expulsaba leche las embestidas eran mas grandes y fuertes. Yolanda movía su cabeza de un lado para otro frenéticamente al sentir mi leche en su interior. Al cabo de unos instantes nos quedamos quietos, exhaustos, cansados, con respiración entrecortada. Cuando nos levantamos para fumar un cigarrillo vimos que los otros estaban descansando. No preguntamos nada pues sus caras reflejaban lo bien que lo habían pasado. Chelo, despatarrada, se frotaba suavemente su almeja. Sonriendo me miró con expresión placentera. Durante los instantes siguientes estuvimos mirándonos los unos a los otros, sin decir nada, admirando nuestros cuerpos y recordando los minutos anteriores.
Chelo y Yolanda se giraron para quedarse una frente a la otra, con sus rostros casi tocándose. Dulcemente se tocaban la cara la una a la otra. Se besaban, se rozaban con sus labios o con sus lenguas muy lentamente por sus ojos, por su frente, por su barbilla. Sus manos se deslizaban por sus hombros, por sus espaldas, por sus pechos. Empezaron a calentarse, a excitarse. Cada vez mas. Sus manos se deslizaron hasta sus sexos, tocándose los labios, el clítoris e incluso metiéndose algún que otro dedo en el interior de sus vaginas. Las mujeres ya estaban demasiado calientes y a nosotros nos habían excitados contemplándolas. Yo me había frotado la polla y esta había tomado, de nuevo, esplendor para una nueva acometida sexual. De igual manera los otros dos varones estaban en disposición de mantener una nueva relación placentera. Como Yolanda me había dado la espalda agarré sus caderas y dirigí mi estaca hacia su culo. Ella sin abandonar su posición y con su mano izquierda cogió mi miembro y lo puso en la entrada de su vagina. Con un simple golpe de riñones introduje mi polla en su coño hasta enterrarlo totalmente dentro de él. Un grito de placer se le escuchó a Yolanda. Mientras Emilio había penetrado igualmente a Chelo y este,así mismo, era insertado por el culo por Freddy. La visión era espectacular, las dos mujeres besándose y tocándose una frente a la otra, mientras que, tanto Emilio como yo, estabamos follando con nuestras parejas y Freddy lo hacia con Emilio. Mis arremetidas a Yolanda se hicieron mas fuertes y esta al estar mas excitada se puso a cuatro patas sobre el sofá dándome la oportunidad de realizar una magnifica penetración en su dilatado y chorreante chocho. Mientras, ella, le comía la almeja a Chelo. Y, esta, recibía las embestidas profundas de la polla de Emilio, que en una posición inverosímil había girado su cabeza para besarse con Freddy que le estaba dando por culo. Así estuvimos hasta que empezamos a corrernos. Los unos sobre los otros dejando chorreones de semen en el interior de nuestras parejas o en el asiento o en el suelo.
Después de recuperar el aliento y vestirnos, apuramos nuestras bebidas. Entonces Yolanda le dijo a Chelo: "Ves como este lugar es especial". Y Chelo le contestó: "Ya lo he notado y no será la ultima vez que vengamos, ¿no Juan?". Le respondí: "Claro que no, volveremos en mas de una ocasión". "Pues avisarnos para estar de nuevo con vosotros" nos dijo Yolanda. "Así lo haremos" le respondimos.
Nos despedimos de nuestros nuevos amigos y abandonamos el pub para dirigirnos a casa pues eran mas de las diez de la mañana.
Desde hace un tiempo, Chelo y yo tenemos la costumbre de salir a cenar los sábados o las vísperas de fiesta. Hoy 23 de Junio estamos degustando unos canelones en un céntrico restaurante italiano. Chelo va vestida espectacularmente con un traje de chaqueta blanco, resaltando así su incipiente moreno de haber pasado unos días en la playa. El pantalón, mínimamente ajustado, se adapta sensualmente a sus redondas nalgas mientras que la chaqueta la lleva abrochada por dos botones dejando ver, entre la V de las solapas, sus formidables senos libres del sujetador. Ya en los postres le propongo a mi esposa tomar una copa.
Chelo he leído en el periódico un anuncio original "Pub XEOR un lugar especial para una noche singular". Si te apetece podíamos ir a tomar una copa y conocer ese sitio.
Pues me apetece mucho y me intriga su descripción. Cuando tú quieras nos vamos a conocer ese lugar para ver que tiene de singular.
En nuestro coche nos trasladamos a la dirección que indica el diario. La puerta de entrada es de madera con una iluminación tenue y un cartel discreto. El recibidor está totalmente cerrado por unas cortinas gruesas y un señor nos dá la bienvenida. En el interior observamos lo siguiente: El local es un rectángulo no muy grande, donde a la derecha están unas mesas redondas y alrededor de estas, formando semicírculos hay unos sofás corridos a todo su perímetro, de tal forma que no se puedan ver las personas vecinas de una mesa a otra. A la izquierda está situada la barra a todo lo largo del local. La decoración, la iluminación, la música, etc., todo está pensado para hacer del lugar un sitio confortable.
Nos acomodamos en unos banquetes centrados en la barra y pedimos unas copas. A nuestra izquierda estaban dos personas charlando y a nuestra derecha en el rincón una pareja y cerca de nosotros estaban tres personas dos hombres y una mujer. Mientras consumíamos nuestras bebidas observé que había algunas mesas ocupadas por personas de distinto sexo.
Chelo y yo prestamos mas atención al trío que teníamos mas cerca de nosotros y pudimos ver que los hombres eran apuestos de unos 30 y 45 años respectivamente mientras la mujer era muy atractiva, morena, espectacular con una media melena lacia, de ojos negros y mirada penetrante, labios gruesos y boca grande, de unos 40 años. Su conversación era amena y simpática. Ellos también se percataron de nuestra presencia y nos invitaron a compartir su conversación.
Mi nombre es Emilio, mi mujer Yolanda y un amigo de ambos Freddy.
Mi esposa Chelo y yo soy Juan.
Pedimos, de nuevo, que nos sirvieran bebidas para celebrar nuestro encuentro. Durante los minutos siguientes charlamos de cosas intrascendentes y en un momento preguntó Chelo, de forma curiosa:
¿Porqué este lugar es especial y singular?
Yolanda, sonriendo, le respondió:
Dentro de aproximadamente una hora se cerrará el establecimiento y quedará solo y exclusivamente para los que estamos dentro y podremos hacer lo que queramos.
Y continuamos hablando. De un tema pasamos a otro, y ya con varias copas, topamos con el tema del sexo. Al principio de una forma casi velada, pero conforme iba pasando la noche y el ambiente se caldeaba, empezamos a contarnos intimidades. Así pudimos saber que Emilio era bisexual. Freddy era un amigo que, aunque atendía perfectamente a Yolanda, se decantaba mas por Emilio. Yolanda, nos dijo que a ella le daba igual un hombre que una mujer, que el sexo lo había hecho incluso con su perro, "pero donde esté una buena polla no es comparable a nada". Con esta expresión nos echamos todos a reír. Durante esta conversación, la mirada de Yolanda y la mía se cruzaron varias veces sonriéndonos maliciosamente. Nosotros le contamos nuestras aventuras sexuales y les dijimos que habíamos practicado el intercambio en varias ocasiones, aunque a mí solo me apetecía el sexo con mujeres mientras que Chelo había practicado con mujeres y hombres gustándole ambos sexos. Les contamos algunas de las aventuras que habíamos hecho (relatadas en anteriores escritos y publicadas). Ellos a su vez también habían realizado en varias ocasiones el intercambio, tríos y habían asistido en mas de una ocasión a locales especiales. Yolanda nos comentó lo bien que lo había pasado en un pub donde se había metido en la habitación oscura, incluso llegó a decirle a Chelo " Debes probarlo y no se te olvidará jamas".
A las dos en punto el dueño del local nos dijo:
Perdonen, pero es la hora y vamos a cerrar. Las personas que quieran pueden abandonar la sala o bien tomar asiento en los sofás que permanecen libres.
Emilio, mediante un gesto, nos indicó una mesa al fondo del establecimiento para sentarnos alrededor de ella. Yo me senté en una esquina, del sofá, a continuación tomo asiento Yolanda, después Chelo, Emilio y en el otro extremo estaba Freddy. Formamos un semicírculo alrededor de la mesa. Nos volvieron a servir bebidas y seguidamente empezaron a apagar las luces interiores dejando la estancia en semipenumbra. Solo unas pequeñisimas luces de color azul oscuro y en lugares estratégicos para que nos fuera casi imposible reconocernos. El volumen de la música también había disminuido, y por este motivo ya se escuchaban algunos gemidos de placer en la mesa contigua a la nuestra.
Yolanda, sin pensárselo dos veces, se volvió hacia Chelo y la besó largamente en la boca. Esta le respondió con toda pasión. Mientras las dos se besaban, Yolanda me pasaba la mano izquierda por encima de mi pierna, apretando cada vez mas incluso llegando hasta la misma bragueta del pantalón. De la misma manera, yo le había metido mi mano por entre sus piernas hasta toparme con sus bragas y empecé a tocarle su sexo por encima de la tela. Al notar, ella, la presión en su vagina instintivamente se reclinó mas sobre su asiento, y abriendo mas las piernas me dejo libre el camino para que pudiera hacer lo que quisiera. Emilio le había sacado un pecho a Chelo y le estaba lamiendo el pezón, mientras Freddy estaba masturbando a Emilio. Ante las caricias de Emilio, Chelo se había girado hacia su derecha y se besaba con este. Yolanda me había sacado el pene por la bragueta y me estaba realizando una felacion suculenta. Mientras Freddy se había bajado sus pantalones y con una mano se masturbaba él y con la otra masturbaba la polla de Emilio. Yo, mientras miraba a todos ellos, estrujaba las tetas de Yolanda y con mis dedos hacia que sus pezones se endurecieran. Así estuvimos durante bastantes minutos hasta que suavemente levanté la cabeza de Yolanda y dándole un beso cálido en su boca le levanté el vestido y acariciando sus piernas le empecé a quitar las bragas. Sonriéndome se despojo totalmente de su vestimenta quedándose desnuda. A continuación me desabrochó la correa del pantalón y me ayudó a desvestirme. Durante esta maniobra pude ver como Chelo, Emilio y Freddy ya se habían desnudado.
Entonces ocurrió lo siguiente, Chelo levantándose de su asiento se puso de rodillas entre Freddy y Emilio cogiéndoles sus miembros para llevárselos a la boca. Una vez se la chupaba a uno y a continuación se pasaba a la otra polla para engullírsela, así sucesivamente, mientras que los dos hombres se besaban ardientemente metiéndose sus lenguas hasta lo mas profundo de sus bocas. Mientras tanto, yo besaba profundamente a Yolanda y con mis dedos jugaba con sus labios vaginales que estaban totalmente húmedos. Al oído le dije a mi amante: "Eres una verdadera comedora de pollas, con esa boca tan grande que tienes puedes meterte hasta dos y sacarle todo el jugo que tengan. Me has hecho una mamada que la recordaré mientras viva". Y ella me contestó: " Pues si te has maravillado con mi boca no sabes lo que te espera cuando metas tu polla en mi coño. Todos los hombres que han follado conmigo han deseado repetir pues me han dicho que tengo la vagina mas ardiente, mas húmeda y mas placentera de las que hayan podido probar". " Pues déjame probar esa caverna tan suculenta que tienes", le dije yo. Al instante, Yolanda se echó sobre el sofá, separo sus piernas y con sus dedos se aparto el vello y abriéndose el coño totalmente me dijo: " Meteme ese pollon tan duro y hermoso que tienes para aplacarme la calentura que tengo. Voy a sacarte toda la leche de tu cuerpo". Tal y como me había dicho, su vagina era distinta pues ardía, quemaba, abrasaba mi miembro, además lo tenia totalmente humedecido, lechoso, con un liquido caliente que te volvía loco de placer. A cada embestida mía, del interior de su sexo salía liquido espeso. Para dar mas énfasis al placer, ella movía las caderas en círculos y apretaba con fuerza su sexo contra mí. Estaba tan al limite de mi excitación que al cabo de unos minutos expulsé todo el semen que pudiera haber guardado y que generara en algún tiempo venidero. La corrida fue espectacular, mientras expulsaba leche las embestidas eran mas grandes y fuertes. Yolanda movía su cabeza de un lado para otro frenéticamente al sentir mi leche en su interior. Al cabo de unos instantes nos quedamos quietos, exhaustos, cansados, con respiración entrecortada. Cuando nos levantamos para fumar un cigarrillo vimos que los otros estaban descansando. No preguntamos nada pues sus caras reflejaban lo bien que lo habían pasado. Chelo, despatarrada, se frotaba suavemente su almeja. Sonriendo me miró con expresión placentera. Durante los instantes siguientes estuvimos mirándonos los unos a los otros, sin decir nada, admirando nuestros cuerpos y recordando los minutos anteriores.
Chelo y Yolanda se giraron para quedarse una frente a la otra, con sus rostros casi tocándose. Dulcemente se tocaban la cara la una a la otra. Se besaban, se rozaban con sus labios o con sus lenguas muy lentamente por sus ojos, por su frente, por su barbilla. Sus manos se deslizaban por sus hombros, por sus espaldas, por sus pechos. Empezaron a calentarse, a excitarse. Cada vez mas. Sus manos se deslizaron hasta sus sexos, tocándose los labios, el clítoris e incluso metiéndose algún que otro dedo en el interior de sus vaginas. Las mujeres ya estaban demasiado calientes y a nosotros nos habían excitados contemplándolas. Yo me había frotado la polla y esta había tomado, de nuevo, esplendor para una nueva acometida sexual. De igual manera los otros dos varones estaban en disposición de mantener una nueva relación placentera. Como Yolanda me había dado la espalda agarré sus caderas y dirigí mi estaca hacia su culo. Ella sin abandonar su posición y con su mano izquierda cogió mi miembro y lo puso en la entrada de su vagina. Con un simple golpe de riñones introduje mi polla en su coño hasta enterrarlo totalmente dentro de él. Un grito de placer se le escuchó a Yolanda. Mientras Emilio había penetrado igualmente a Chelo y este,así mismo, era insertado por el culo por Freddy. La visión era espectacular, las dos mujeres besándose y tocándose una frente a la otra, mientras que, tanto Emilio como yo, estabamos follando con nuestras parejas y Freddy lo hacia con Emilio. Mis arremetidas a Yolanda se hicieron mas fuertes y esta al estar mas excitada se puso a cuatro patas sobre el sofá dándome la oportunidad de realizar una magnifica penetración en su dilatado y chorreante chocho. Mientras, ella, le comía la almeja a Chelo. Y, esta, recibía las embestidas profundas de la polla de Emilio, que en una posición inverosímil había girado su cabeza para besarse con Freddy que le estaba dando por culo. Así estuvimos hasta que empezamos a corrernos. Los unos sobre los otros dejando chorreones de semen en el interior de nuestras parejas o en el asiento o en el suelo.
Después de recuperar el aliento y vestirnos, apuramos nuestras bebidas. Entonces Yolanda le dijo a Chelo: "Ves como este lugar es especial". Y Chelo le contestó: "Ya lo he notado y no será la ultima vez que vengamos, ¿no Juan?". Le respondí: "Claro que no, volveremos en mas de una ocasión". "Pues avisarnos para estar de nuevo con vosotros" nos dijo Yolanda. "Así lo haremos" le respondimos.
Nos despedimos de nuestros nuevos amigos y abandonamos el pub para dirigirnos a casa pues eran mas de las diez de la mañana.
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