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Mi Visita Al Doctor Martín

Antes de ayer, me levanté muy temprano, para ir al médico. Lo cierto es que, cada vez que voy al médico hago como una especie de ceremonia sexual… Es que, ESE médico lo merece… Les voy a contar la historia de MI GINECOLOGO, Martín.

Mi Visita Al Doctor Martín


Martín y yo nos conocimos allá por el 2009, yo fui a Buenos Aires a hacerme unos estudios y el me descubrió una enfermedad un poco extraña, y en el interior no hay muchos casos, entonces me vi obligada a hacer visitas periódicas con MI Ginecólogo, Martin. Las primeras veces me resultó difícil, porque nunca había tenido un ginecologo hombre, y, obviamente, para cualquier mujer resultaria incómodo. Pero Martín fue haciendo tan minucioso trabajo, que terminó por encantarme viajar a sus consultas bimensuales. Es un tipo pintón, mas de 30, pero menos de 35, completamente soltero (aunque estoy segura de que no pasa noches de soledad…)… En fin, un hombre que corrientemente, una no encuentra. Nunca posaría mis ojos en mi médico, primero porque no da, eticamente. Segundo porque no me daría ni la hora (no tengo una estructura fisica imponente, mas bien soy de la media glotona). Y tercero porque parece un tipo muy serio…

Un dia, fui a consulta con Martín. Lo notaba muy cansado, de mal humor… Incluso le pregunté si quería que fuera al otro día… Y me dijo “No, prefiero que te quedes, sos la paciente con la que mas me distraigo de las boludeces, con vos, las cosas son serias…” Y después de reirnos por cinco minutos de ese desvarío (soy muchisimas cosas, menos seria) lo miré por tres segundos, y todo se entendió a la perfección. Se levantó del sillón, echó llave a la puerta del consultorio, descolgó el tubo del teléfono y se abalanzó sobre mi. Nos empezamos a besar de forma tan arritmica, que pareciamos dos caníbales, tratando de cazar la parte mas deliciosa el uno del otro… Los besos fueron subiendo la temperatura y la intensidad de las caricias fue en aumento… Y en un momento, paró, me miró fijo y me dijo “Mirá, yo sé que capaz que me estoy desubicando, pero no conozco mujer que me llene mas de ratones la cabeza que vos, flaca… Te enojás si te pido que pases la noche conmigo? Queda fuera del consultorio, te lo prometo, y si querés cambiar de médico no me voy a enojar…” No pude responder con otra cosa que con un beso el doble de intenso, fogoso y entregado que los anteriores.

Llegamos a su departamento, el lugar era cálido, habia un perfume rico en el ambiente, y parecia lindo y ordenado. Digo parecia porque en el momento que pise el interior, con una mano rodeó mi cintura, y con la otra aferró mi cola de una forma salvaje. Eso fue suficiente para encender un toque mas mi locura. Le pedi pasar al baño, revisé que todo estuviera en orden, ajusté el corpiño para que las tetas salgan un poquito diciendo “Hola! COMEENOOS!” y salí. El me esperaba en el living, sentadito en un sillón reclinable precioso. Me senté en sus piernas y volvimos a empezar lo que habiamos dejado en el escritorio de su consultorio. Me empezó a desvestir, sin dejar de besarme en cada centímetro libre de piel. Yo hice lo mío y descubrí algo hermoso: MI ginecólogo parecía un Adonis tallado! Me encendí tanto con esa vista que no podía esperar mas, ya estaba empezando a sentirme muy húmeda… Me saqué lo poco que me quedaba a las apuradas, me di la vuelta, y me volví a sentar, ahora sobre su pene, que mas injusticiado no podía ser… Esos trajes de médico y las batas blancas no dejan ver nada, ni siquiera vislumbrar un esbozo. Este tipo estaba muy bien armado. Y yo no iba a desaprovechar ese “paquete”. Comencé a sentir ese gozo de ir cabalgando un miembro hermoso, cambiando el ritmo, por momentos rápido, y por momentos lento, para sentirlo enterito. En un momento, me pidió que me dé la vuelta, que lo mire. Cumpli su deseo, y al ver su cara, me senti mas excitada aún; este hombre sabía lo que era encender a una mujer. Comenzo a acariciar, besar, lamer, mordisquear suavemente mis pechos… Cuantas veces los habrá tocado, deseándolos! Que tremendo hijito de puta! Y ahora me venía a enterar que me tenía ganas! Despues del primer orgasmo, de frente, mirándonos, nos quedamos abrazados un rato. Me trajo un vaso de jugo, retomé fuerzas y me volví a sentir sedienta… Pero, ya no quería jugo. Se lo hice saber tocándolo. Y, ni lerdo ni perezoso, hundió sus dedos en mi conchita ya muy húmeda de nuevo, para darme el orgasmo mas intenso de mi vida, solo con sus dedos… Diez minutos de masajes y movimientos rítmicos, combinados con besos y lamidas en lugares precisos bastaron para hacerme estallar de placer. Cuanto sabía MI ginecólogo Martín de sexo! Y lo feliz que me hacia! Me sentí en deuda. Y llegó mi dilema. Sabía lo que tenia que hacer, pero no lo había echo nunca. Le dije en el oído “Quiero hacerte sexo oral, pero nunca lo hice, no se como hacerlo bien” y me sentí estupidamente ingenua; hasta que me tomó la cara con una mano y me dijo “Nunca me lo hicieron, asi que estas de suerte, cualquier cosa que me hagas me va a encantar, morocha”. Fue el pie justo para ir abajo, tomar su pene erecto, hermoso y suave entre mis manos y empezar a besarlo. Lo lamí muchas veces, desde la base, hasta la punta, iba y volvía, pasaba por su frenillo, y me detuve ahí, porque sus exclamaciones me hacían saber que lo estaba haciendo bien. Seguí lamiéndolo, y después incorporé mis manos, empecé a masturbarlo con los labios, las manos y succionando. Con la succión di en el clavo. En un momento, me sorprendido diciendo “correte hermosa, ya llego..”. Pobre… No se imaginaba que eso era lo que yo quería. Seguí lamiéndolo y chupando con mas intensidad, hasta que sentí un espasmo en su pene, y el chorro contra mi garganta. Como era de esperarse, en el primer momento me dio asco… Pero después de tenerlo unos segundos en mi boca, noté que no estaba tan mal, abri la boca para que lo viera, y lo tragué. Me miró con una carita, mezcla de asombro, de calentura, de ternura y de agradecimiento.

Pero, Martín, no había nada que agradecer. Desde esa noche mis visitas al médico son una delicia. Y seguís y vas a seguir siendo MI ginecólogo, porque nadie, NADIE me toca como vos, me conoce como vos y me hace gritar y gemir como vos.

oral



Primer post, primores, dejen comentarios, si les gusto asi publico la segunda parte 😉 Lamiditas para todos

7 comentarios - Mi Visita Al Doctor Martín

ferfer30
me encanto la historia bombon!!! super exitante! sigue asi. besotes!!!
marcela1966
que lindo tener un ginecologo asi, pasame la dire asi me hago un tratamiento de esos. jajaja
complice69
Que lindo momento!!!: Te felicito, ojala mi esposa tuviera tratamientos asi. De vez en cuando
Javitom001
Mortaaaaaaaaaaaaaaaal!! Me dan mas ganas de las que ya tengo de seguir estudiando Medicina 😃
AussieAG
Buena historia, no se si es real o no, pero igual te dejo unos puntos.