Mi Tía pide consejo a los lectores de Poringa...

Desde que le comenté que que los machos de Poringa quieren verla desnudita para ellos, la puta de mi Tía está muy ansiosa...

Ansiosa y caliente, no para de consultarme por las mañanas sobre su vestimenta. Cada mañana, a la vez que tomamos café y fumamos desnudos, nos dedicamos a planear esa sesión de fotos para que no falte ningún detalle.

Hemos decidido que los lectores de Poringa participen activamente en esa sesión decidiendo cómo quieren las fotos.

Para eso pedimos que con un comentario aporten ideas: ¿Cómo quieren que sean esas fotos?

Pueden elegir zapatos, tanguitas, colores, ropa, poses, disfraces, una historia, si fuma o no fuma, aceite o no, lugar de la casa, todo lo que se les ocurra, eso sí todo en un sólo comentario para que no sean muchos y podamos cumplir vuestras fantasías.

Hoy por ejemplo la yegua putona me hizo un desfile sólo de zapatos de aguja altísimos, de todas las formas y colores. A medida que iba pasando el tiempo y viendo esas piernas fibrosas y morenas montadas en aquellas plataformas, mi verga empezaba a hincharse de una forma bestial. Ella disimulaba como si nada consultándome si sería apropiado éste o el otro par de tacones.

Es muy hija de puta cuando quiere. Había un par de botas de cuero altísimas que no le calzaban bien y estaba preocupada, me pidió si le podía ayudar. Le dije que algo haría para solucionar el problemita. Mientras le sugerí que revisara los comentarios de sus post en Poringa y se fumara un cigarrillo.

No se me ocurrió mejor idea que lubricar el cuero de las botas por dentro, para eso no hizo falta otra cosa que pajearme dentro de ellas, inundé la cara interna de cada bota con leche abundante y espesa, la repartí con mis manos escupiendo bastantante saliva para ayudar a humectar el cuero negro, ya cuando decidí que mi trabajo estaba "acabado", la llamé y arrodillándome le introduje una a una las botas de puta barata. Entraron como la seda, al sentir en sus pies la leche y la saliva noté cómo se excitaba a la vez que le daba una calada profunda al cigarrillo, se alegró de poder usar sus botas y abrazándome me dijo que esta mañana estaría todo el tiempo así para que se amoldaran a sus pies.... De sólo imaginar esos pies y pantorrillas de yegua madura embadurnados de mis líquidos mi verga volvió a levantarse. Esta vez se sentó encima mío mirando la compu y juntos empezamos a leer los comentarios que llegaban en abundancia de los machos calientes que cada día leen los relatos de la Tía.