El técnico de la PC

Les digo la verdad, no iba a escribir este relato, debido a ciertos malos comentarios que tuvo mi anterior Post me preguntaba si valía la pena hacerlo, ya que no escribo solo para contar como me cogen, también me interesa contar cuándo me pasan cosas malas, no solo las buenas, suponía que si disfrutaban leyendo lo bien que la paso cuándo me garchan, creía que cuándo no fuera así y tuviera algún problema sabrían aconsejarme como culalquier buen amigo... lamentablemente no fue así, aunque después comence a recibir mensajes de aliento y de gente que si supo entender por lo que estaba pasando y supo aconsejarme en la forma correcta, a todos ellos miles de gracias y por ellos vuelvo a escribir. Besotes para los que si supieron comprenderme, en especial a "abedulabedu" y "drsexrg", ellos si entendieron que recien tengo 23 años y no soy una mina experimentada que todo lo sabe, Raúl es mi primer amante en serio, o lo era,con los otro fue simplemente sexo y nada más, en cambio con él lo quiero todo, aunque ya entendí que no puedo tener nada. De nuevo bestotes y gracias por estar.



Se me jodió la computadora. Estaba una tarde al pedo en casa y me puse a ver porno. Entre a un montón de páginas, de esas que tienen videos para ver online, estaba viendo uno en que un negro de dos metros y pico le partía el culo a una rubiecita que debía medir la mitad, estaba impresionante, sobre todo por la verga del negro, nunca vi una así, quiero decir, no en la realidad, ya que en videos si, pero en vivo y en directo nunca, no sé cuánto mediría, pero más de veinte centímetros seguro, quizás hasta veinticinco, y lo más increíble es que a la mina le entraba toda, me preguntaba si también me entraría a mí cuándo empezaron a abrirse un montón de ventanas, el video se cerró y ya no lo pude volver a encontrar. A partir de ese momento empecé a tener problemas, por lo que decidí llevarla a un técnico, ya que no me gustaba demasiado la idea de estar sin poder entrar al correo, al Facebook y sobre todo a Poringa. Llamé al técnico, uno que ya tenía anotado desde hacia rato, por si las moscas, y le explique mi problema, me dijo que se la llevara para que le echara un vistazo, pero entonces empecé a decirle que no tenía tiempo, que se me hacía muy pesado llevársela, que esto y que lo otro, finalmente me dijo que la visita a domicilio tenía un recargo. Le dije que no importaba, que si me salvaba de tener que llevársela se lo pagaría con gusto. Quedamos en que pasaría al día siguiente que era sábado y yo podría estar en casa.
Vino a eso de las diez de la mañana. Un tipo agradable, cuarentón, casi pelado, nada especial. Lo conduje hasta mi cuarto, en donde tengo la compu, mientras le iba dando mayores detalles respecto al problema. Obvio que no le dije que había estado viendo porno, solo le dije que estaba estudiando cuándo pasó lo que pasó. Se sentó frente a la compu, abrió Internet, empezó a teclear y pudo ver con sus propios ojos como las ventanas se abrían y se cerraban.
-¿Ve? Eso es lo que me pasa cada vez que quiero entrar a Internet- le dije.
Abrió algunas pestañas, reviso vaya una a saber que cosas y entonces… empezaron a abrirse de a una todas las páginas porno que había estado viendo cuándo apareció el problema. Me puse roja de vergüenza. No quería pasar por pajera, pero ahí estaba la evidencia. Todas las pruebas estaban en mi contra y no tenía defensa alguna.
-Así que estabas estudiando- se sonrió.
-Eh… eh…- no supe que decir.
-Me imagino que estarás estudiando para actriz porno- repuso a la vez que se daba la vuelta y me miraba con tono burlón.
No sabía donde meterme, quería que la tierra me tragara. Por suerte, más allá de aquella burla inicia, enseguida comenzó a ser condescendiente conmigo.
-No te preocupes, es algo más normal de lo que parece- me dijo, tras lo cuál enseguida agregó: -Lástima que te gusten los chicos jóvenes-
Mientras él seguía en lo suyo, tratando de detectar el virus que había invadido mi PC, me quede mirándolo, pensando en que… quizás… tal vez.
-Bueno, en realidad a mí me gustan los maduros, solo que no encontré ninguna página- le dije de pronto.
-Para maduro no necesitás ninguna página, para eso me tenés a mí en vivo y en directo- me dijo acariciándome un brazo –Además, podría dejarte la computadora como nueva sin cobrarte nada-
Lo pensé brevemente. Entonces le dije:
-Tengo que ir a ver a mi abuela, enseguida vuelvo-
-Pará- me frenó agarrándome del brazo –No irás a llamar a la policía o algún vecino para sacarme de tu casa, ¿no?, si no estás de acuerdo simplemente decime que no y hacemos como que no dije nada-
-Solo voy a ver a mi abuela, en serio, no quiero que venga y me agarre cogiendo, ¿no te parece?- le asegure.
Se quedo de piedra al escucharme, soltándome enseguida el brazo para que fuera a hacer lo que le decía. Salí de mi cuarto y fui a ver a mi abuela. La pobre dormía plácidamente, así que volví con le técnico, cerrando la puerta con llave al entrar.
-Está durmiendo, así que no nos va a molestar- le dije.
-¿En serio vamos a… coger?- preguntó casi incrédulo.
-Por supuesto, ¿acaso no fue eso lo que me pediste?- replique.
-Si claro, lo que pasa es que de mil solo una acepta así de entrada- expresó.
-Entonces yo soy esa una- me sonreí a la vez que me acercaba a él.
-Deja que pongo el antivirus y nos olvidamos de la computadora por un buen rato- me dijo.
Puso a correr el dichoso antivirus y entonces giró hacía mí, ahí mismo me eche frente a él, de rodillas, y acomodándome entre sus piernas comencé a sobarle el bulto que ostentaba por debajo de la bragueta.
-Los maduros me parecen más interesantes que los chicos de mi edad- le decía mientras acariciaba y dibujaba con mis dedos el contorno de aquel brutal alzamiento –Tienen más experiencia, y eso es muy importante para una chica como yo que recién esta aprendiendo las cosas de la vida-
Me humedecía los labios con la lengua mientras hablaba, sin dejar de acariciarle la bragueta, sobándosela cada vez más fuerte, sintiendo esa tensión que se acumulaba en una forma por demás tentadora. Fue entonces que decidí que lo más apropiado sería liberar toda esa energía, así que le desabroché el botón del pantalón, le bajé el cierre, metí una mano dentro de la bragueta, y agarrándole el pedazo por dentro del slip, se lo saque afuera. La pija se hinchó en mi mano, alcanzando un tamaño que desbordaba mis dedos. Enseguida me incliné sobre ella y comencé a lamerla, le pasaba la lengua alrededor de la cabeza, saboreando esa tersura que se enrojecía cada vez más. Entonces abrí la boca y empecé a comérmela, un pedazo más grande cada vez, succionando con todas mis fuerzas, sintiendo como el sabor se iba extendiendo por todo mi paladar. Ese sabor a pija, a hombre, a macho caliente que tanto me cautiva. Me puse a chupársela con todas mis ganas, comiéndomela entera, haciendo que la cabeza se humedeciera cada vez más. Con los ojos cerrados, y todos los sentidos puestos en tan loable tarea, me comía todo el pijazo del técnico, pedazo por pedazo, deleitándome sin renuencia ante lo que representaba un manjar de excepción para mis labios.
-¡Mmmmm… que buena pija tenés… me encanta chupártela… ¿te gusta como te la estoy chupando?- le decía levantando de a ratos la cabeza, relamiéndome gustosa, tras lo cuál volvía a mandármela hasta lo más profundo de mi garganta.
-¡Si mamita… me gusta… chupás riquísimo… pero no hablés, seguí chupando que lo hacés de diez!- me decía entre suspiros, totalmente entregado a la voracidad de mi boquita.
Luego de mamársela bien mamada, y de ponérsela dura como una roca, me levanté y me puse en bolas. Con una erección de supremas proporciones el técnico vino tras de mí, y empezó a besarme mientras me metía manos por todos lados. Bueno, besarme es una forma de decir, ya que lo que hacía era meterme la lengua en la boca y chupetearme los labios. Con él prácticamente encima mío, me tendí de espalda en la cama y comencé a devolver los besos, o lo que fueran, a la vez que le agarraba la pija y se la sacudía rítmicamente.
Estaba dura… caliente… palpitante… pegajosa.
Me chupó un rato la conchita, haciéndome ver las estrellas cada vez que me metía algún lengüetazo bien adentro, tras lo cuál se preparó para metérmela, yo ya estaba con las piernas abiertas, él con la pija bien erguida, solo faltaba el acercamiento y la inmediata inserción, pero entonces…
-Pará, ¿no te vas a poner forro?- le pregunté de repente.
Ya sin novio y sin amante, había dejado de cuidarme, por lo que esperaba que al menos se cuidara él. Fue ahí que se dio cuenta de algo en lo que no había reparado: no tenía forros.
-¿Vos no tenés?- me preguntó como si fuera la gran puta que mete a todos los tipos en su cama.
-¡No! No tengo- exclamé –Si mi mamá me llega a encontrar un forro me caga a palos- le dije.
-Uh, ¿entonces?- se lamentó.
-Y bueno, vas a tener que cogerme por el culo- expuse a modo de solución.
-Si, lo que sea- asintió entusiasmado.
Enseguida me di la vuelta y me puse en cuatro, levantando bien la cola hacia él. Sin demora alguna me agarro las cachas con sus manos, me las apretó, me las refregó y me las separó, descubriendo en todo su esplendor el orificio posterior. Debo admitir que no me lo esperaba, pero me lo chupó con verdaderas ganas. No son muchos los tipos que acceden a chuparte el agujero del culo, con la concha no hay problema, es lo más aceptado, pero el ojetito ya es más delicado. Y éste me metía hasta la lengua, hacendo que el ojal del culo se me abriera como una flor. Obvio que después de las primeras enculadas, el sexo anal ya no representa ningún problema, al contrario, a veces y dependiendo de las circunstancias, hasta es mejor que te la metan por atrás que por adelante, y esta era una de ellas, si no quería correr el riesgo de embarazarme de un desconocido el culo representaba la mejor opción para no quedarnos con las ganas. También se puede arreglar la cosa mediante el sexo oral, pero si no te la meten no es sexo, por lo menos eso pienso yo.
Pero bueno, siguiendo con lo que íbamos, me chupó el culito con unas ganas tremendas, abriéndomelo de par en par, tras lo cuál empezó a tantearme con la punta de su poronga. Sentí el incitante candor de la cabeza apenas me la apoyó en la entrada. Yo me mantenía en silencio, suspirando levemente, mordiéndome el labio inferior, esperando el momento supremo de la penetración. Ese instante previo representa para mí algo así como una experiencia religiosa, me podrán culear mil veces, pero siempre es diferente, siempre resulta distinto de alguna forma. Y esta también lo sería… lo sentí desde el mismo momento en que empezó a presionar para adentro, mi culito se abrió sin problemas ante el vigoroso avance de su virilidad, me acomodé mejor con los codos y empiné aún más la cola, sintiendo como su carne avanzaba a través de la mía.
-¡Ahhhhhhhhhh…!- mi excitado suspiro resonó en todo el cuarto, hasta mi abuela lo debe haber sentido.
El técnico avanzó casi hasta la mitad, se quedó un ratito ahí, suspirando también, y con un nuevo empujón me la mandó toda bien hasta el fondo. Se agarró entonces bien de mis caderas y empezó un vaivén demoledor, incluso en algún momento medio como que se paró y aceleró las descargas, metiéndomela bien fuerte, como si quisiera sacármela por el otro lado, yo no pude aguantarlo mucho y me derrumbé sobre la cama, él cayó sobre mí, con su pija bien clavada en mi ojetito… bah, ojetazo, y siguió moviéndose mientras yo metía una mano por entre mis piernas y comenzaba a pajearme al ritmo de sus embestidas.
-¡Que culito más goloso tenés pendeja!- me decía el técnico susurrándome al oído, sin dejar de metérmela bien adentro, lo más profundo que le fuera posible.
Metía y sacaba todo ese duro y caliente garrote de carne que me revolvía las tripas por dentro. Me la metía cada vez más fuerte, una, dos, mil veces, me culeaba duro y parejo, me reventaba con cada ensarte, pero aunque algo de dolor me provocaba, el placer era mucho más intenso que cualquier otra molestia. Además, sin dolor no hay placer, ¿no? Uno necesita del otro para diferenciarse.
Luego de un buen rato, el técnico se volcó sobre su lado izquierdo, arrastrándome con él, volviendo a iniciar de inmediato esas aguerridas penetraciones que tanto me hacían gozar. Primero me levantaba una pierna y me daba, fuerte y seguido, luego me la bajaba, juntándomela con la otra y me seguía dando, igual de fuerte, haciéndome retumbar las nalgas con cada ensarte.
Para entonces yo ya me había echado dos polvos seguidos y ya iba por el tercero, tenía los muslos empapados con el flujo que me salía de la concha, flujo que él juntaba con los dedos y llevándoselo a la boca lo saboreaba con suma delectación.
-¡Pendeja… ya me vengo… quiero acabarte en las tetas!- me dijo entre excitados suspiros.
Obvio que no me opuse. Así que cuándo ya estuvo a punto, me la sacó, yo me di la vuelta quedando de espalda en la cama, y juntándome las tetas con las manos se las ofrecí para que me las bañara de leche. Se puso de rodillas al lado mío, se agarró la pija con una mano y comenzó a frotársela, para enseguida salpicarme las tetas con unos cuántos chorros tibios y deliciosos. Cuándo ya no tuvo más que soltar me frotó el glande por los pezones, esparciendo lo que había eyaculado por toda la piel de mis senos, dejándomelos totalmente cubiertos con su esperma, tras lo cuál se derrumbó a mi lado, suspirando plácidamente.
-¡Que buena culeada pendeja… tenés el ojetito bien abierto, te deben dar seguido por ahí!- me dijo entonces.
-No tanto como me gustaría- repuse.
-Acá tenés un servidor, para cuándo quieras- se ofreció.
-Bueno, pero ahora tenés que irte porque en cualquier momento llega mi mamá y si nos encuentra terminamos en la comisaría- le dije.
Enseguida se levantó, se vistió así como estaba, sin asearse, y tras chequear la computadora, me dijo que de ahora en más ya no tendría ningún problema.
-Igual cualquier cosa llamame- me advirtió.
-No te quepa la menor duda que te voy a llamar- le aseguré.
Lo acompañé hasta la puerta y nos despedimos con un piquito, “hasta la próxima”. Volví a mi cuarto y lo primero que hice fue chequera la página de P!, y ahí me encontré con los comentarios negativos de mi ultimo Post, el que más que nada fue una descarga, una especie de catarsis ante algo que me supera, por eso dude en escribir lo que me había pasado con el técnico, pero bueno, eso ya lo explique más arriba. Besotes para todos.