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Sofi y Pedro en la isla

Habían pasado toda la noche junta, acostada en la misma cama, uno arriba del otro, de costado, en cuclillas, de perrito, etc. Después de unas tres horas de jugueteo y sexo intenso, se habían quedado dormidos después de que Pedro acabara dentro de la cola de Sofía.
Cuando a las 9 y media de la mañana la lancha colectiva dejo a Guadalupe y Samanta -las hermanas de Sofi- en el muelle de la isla, Pedro atisbó a abrir un ojo por el ruido que habla escuchado, y quedo semi despierto.
No habían cerrado ni los postigones ni las cortinas del cuarto, por lo que apenas bajaron las hermanitas asomaron por ahí antes de entrar haciendo ruido, como siempre.
El espectáculo que vieron se parecía bastante a alguna película calificación xxx que habían visto con amigas, pero nunca lo habían visto en persona, en carne real.
Un hilo de semen aun salía del anito de Sofía, que estaba recostada boca abajo sobre el torso de Pedro, que estando boca arriba enseñaba a las chicas su gran pene, agrandado mas aun por el ejercicio nocturno.
Los glúteos de Sofía se veían redonditos, su ojetillo y sus labios aun estaban rosados por tanto roce y mojados por tanta penetración. Las hermanitas se miraron y empezaron a bajar sus manos hasta encontrar sus labios, empezando a tocarlos y penetrarse.
A los pocos minutos, Sofi despertó y casi instantáneamente bajo su mano desde el pecho de Pedro hasta su pene. Lo tomo y empezó a acariciarlo en parte en señal de agradecimiento por el placer que le daba y en parte buscándolo nuevamente. Pedro despertó definitivamente y se besaron. La rodeo con sus brazos y empezó a acariciarle la espalda, subió hacia su pelo, y después bajo hacia su cintura y sus nalgas, mientras su pija se iba agrandando en las manos de su amada. Las chicas se mojaban al ver el enorme pene del que disfrutaba su hermana. Ya había sido tema de conversación entre ellas, pero nunca se lo habían imaginado tan apetitoso. Inclusive Sofi les había contado de su primera y siguientes experiencias anales y de como las había gozado. De hecho, se lo había contado también a sus mejores amigas, y todas coincidían en que como ella lo contaba, ninguna lo había sentido tan placentero.
Estaban tan excitadas y concentradas que no escucharon el ladrido del perro del vecino, que hizo que Sofi mirara hacia la ventana y notara su presencia.
Al darse cuenta de que ellas estaban ahí, mirando, quiso darles una lección, y acercándose al oído de Pedro le dijo; “amor, nos están mirando mis hermanitas. Enséñales todo lo que sos capaz de hacerme”.
Mientras le decía esto le apretó el pene con suavidad y le bajo la pielcita dejando al descubierto su cabezota roja y mojada.
Su pene se hincho y largo un poco de líquido.
La beso con pasión, la tomo de la cabeza y la hizo bajar hasta su pelvis.
Pedro tomo su pene por la base y se lo introdujo a Sofía en la boca, para al instante sacárselo y empezar a moverlo de un lado a otro, como haciéndola desear y golpeándole las mejillas con su pija.
Las hermanas se excitaban tanto que empezaron a tocarse entre ellas. Lupe busco un consolador que llevaba en su bolso para las noches de soledad, y se lo metió bien profundo, mientras Sammy le tocaba el ano y lo penetraba con el dedo índice.
Finalmente el pito de Pedro entro en la boca de Sofía que empezó a chuparlo como si fuera el mas rico helado del mundo. Lo lamia desde la pelvis -lampiña a propósito- y al llegar a la punta se lo metía como besándolo y jugándole adentro con la lengua. Pedro tomo sus hombros y le hizo ademán de que se diera vuelta y en seguida estaban en un 69 perfecto.
Entonces Sammy le saco el juguete a su hermana, lo chupo y lo bajo hasta metérselo entre los labios. Lupe le devolvió el favor de jugar con su ano y mojándoselo con baba le metió el pulgar y haciendo círculos llego a metérselo entero.
Entonces Sofía se incorporo dio la vuelta y abriéndose de piernas se subió sobre Pedro, tomo su pito, lo levanto dirigiéndolo a sus labios y se agacho sobre el, pegando un grito de enorme placer. Cabalgo mientras las chicas se concentraban en como el pito de Pedro entraba y salía y no se perdían ni un milímetro de esa imagen que ya empezaban a adorar y desear.
En cuchillas Sofi se sentaba su trofeo mientra Pedro agarraba sus cachas. Las abría, la ayudaba a subir y bajar, y subir y bajar, y buscaba su ano, para hacerle desear ser penetrada por ahí. El sabia que el mínimo roce le haría recordar a Sofía el inmenso placer que el le daba por atrás.
Al tocarle, suavemente empezó a rodearle el agujerito, mientras Sofi bajaba el ritmo de su cabalgada y empezaba a sentir con más intensidad su canal.
Cuando freno y se saco el pito de los labios las chicas pensaron que habían acabado y que no verían el semen salir de ese bello pene, y se lamentaron por no haber advertido cuando este se había hinchado para dejar paso al torrente de placer.
Pero no se habían perdido nada, y con suma atención siguieron el camino que recorrieron el pito del novio de su hermana, hasta llegar a posarse y entrar de a poco en su ano. El agujerito se le agrandaba y se veía suavecito, redondito, relajado y jugoso.
De a poco el pito de Pedro empezó a desaparecer en el anito de Sofía, hasta llegar a entrar por completo. Después apareció hasta salirse y dejar al descubierto todo su tamaño y el ojetito abierto de Sofía.
Al ver esa imagen, Sammy saco el consolador de su vagina, y se lo poso en su ano, y Lupe ayudándola empezó a metérselo de a poquito.
El pito de Pedro se había puesto rojo y duro, y las chicas estaban por acabar de tanta sensación.
A Lupe se le prendió la idea de filmarlos, agarro su celular y lo dejo paradito sobre la ventana, porque no quería perderse ni un instante del placer que veía, daba a su hermana, y de ella recibía.

Y otro día sigo el cuento

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