Se pudrió todo con mi novio. Lo mandé a la mierda. No, no me agarro poniéndole los cuernos… pero algo sospecha. Igual no le di muchas chances para que se avivara, en cuánto puso en tela de juicio mi fidelidad le dije que lo mejor sería que cortáramos.
-Pero no te podés poner así porque te pregunte eso- me decía.
¿Cuál había sido la pregunta?
-¿No te estarás encamando con otro vos no?-
Bueno, si, me estoy encamando con otro, pero no se lo iba a decir, no se la iba a hacer tan sencilla. Quiero decir, no es que iba a romper con él para irme con Raúl, por más que yo lo deseé con todas mis fuerzas se que él es casado y tiene a su familia, a la cuál puso por sobre todas las cosas, incluso sobre mí, no importa, lo acepto así, pero aunque lo que siento por él trasciende cualquier otra cosa que haya sentido antes, me sentía mal por mi “gordo”. No me gustaba cagarlo de esa manera. Ya lo había engañado un par de veces antes, pero ambas fueron situaciones únicas e irrepetibles, desde el principio supe que era un polvo y “si te he visto no me acuerdo”. Lo de Raúl es diferente, porque con él no me alcanza un solo polvo. ¡Es que me calienta tanto! No se que me pasa, pero quisiera pasarme el día cogiendo con él, que me de en todas las posiciones habidas y por haber… muchas de las cuáles ya hemos practicado… jajaja… el caso es que con mi novio apenas nos veíamos durante la semana, nuestros momentos los teníamos durante los fines de semana. Los sábados iba a dormir a su casa y entonces nos matábamos, lo de dormir es una forma de decir, porque apenas pegábamos un ojo, cogíamos toda la noche, como para recuperar el tiempo perdido. Pero últimamente… últimamente venía cogiendo seguido con Raúl, por lo que al fin de semana llegaba con las reservas escasas. No es que no tuviera ganas de coger, porque COGER ME ENCANTA, de lo que tenía pocas ganas era de coger con mi novio. Si hubiera sido Raúl el que estaba en esos fines de semana, seguro que la libido se me subía de repente, pero con mi “gordo” no, algo se había roto. Y se dio cuenta.
Fue este último sábado, como siempre paso a buscarme por casa y fuimos a la suya. Durante el viaje en tren íbamos apretando, poniéndonos en sintonía para lo que haríamos más tarde, en su habitación. Ya desde entonces sentía algo diferente, como que no era como antes. Y al llegar la noche, lo que era una sospecha finalmente se confirmó. Luego de cenar fuimos a su cuarto y apenas cerró la puerta se me tiró encima, siempre empezamos con una chupada de pija, y aunque esta vez le puse ganas, la verdad es que era otra pija la que hubiera deseado estar chupando. Mientras tenía su trozo en mi boca, cerraba los ojos y pensaba en Raúl, entonces si, se la chupaba como corresponde, pero en cuánto él hablaba o yo abría los ojos, la fantasía se iba al carajo. Entonces tenía que volver a empezar, al tercer o cuarto intento me di por vencida. No tenía ganas de chuparle la pija, al menos no esa pija. Me levanté, me puse en bolas, me tiré en cuatro sobre la cama y esperé que aquello pasara lo más rápido posible. Él también se desvistió y colocándose tras de mí, me la metió y empezó a moverse. Igual que antes, trate de imaginar que era Raúl quiñen me cogía, pero fue imposible, mi “gordo” no es Raúl. Son diferentes, no se parecen en nada a la hora de coger. Ni siquiera llegue a mojarme, por lo que fingí un orgasmo que no llego y… ya no quise más. Tuve que recurrir a una frase que jamás imaginé llegar a utilizar:
-Es que me duele un poco la cabeza-
Fue entonces que me hizo esa pregunta que desató el temporal posterior:
-¿No te estarás encamando con otro vos no?-
-¿Qué? ¿Qué decís?- le replique ofendida. No es que me hiciera, estaba ofendida en serio.
-Si, porque últimamente te notó medio seca, ya casi no me mandás mensajes al celular y ahora no querés coger-
-¿Y eso que tiene que ver?- obvio que no iba a reconocer que estaba de trampa.
-No sé, pero estás como si en la semana te hubieran atendido bastante bien-
En eso tenía razón, no se lo podía discutir, venía muy bien atendida.
-Mirá, si pensás eso de mí, lo mejor va a ser que cortemos ahora, no me vas a hacer pasar por…-
-… ¿puta?...- completó él.
-Por infiel iba a decir- lo corregí –Lo de puta corre por cuenta tuya y mejor hacete cargo-
No les voy a contar todo los que nos dijimos y echamos en cara, ahí en plena madrugada, discutiendo los dos, completamente desnudos, él con la pija todavía parada, lo que si es que por más que insistió no le reconocí mi infidelidad, ni se la iba a reconocer nunca. Incluso llegamos a pegarnos. Paramos cuándo su mamá golpeó la puerta del cuarto para saber que pasaba. Ahí aproveche para agarrar mi ropa y salir. Tuve que dormir en el sillón, hasta que se hizo la mañana y me volví a casa. En casa también tuve que soportar el interrogatorio de mi vieja, preguntándome por que me había venido antes.
-Por nada mamá, por nada- fue lo único que le dije.
Me metí en mi cuarto, agarré el celular y le mandé un mensaje a Raúl, pese a que le había prometido no molestarlo los fines de semana.
“Te extraño”, le puse. Apagué el celular y me puse a llorar.
-Pero no te podés poner así porque te pregunte eso- me decía.
¿Cuál había sido la pregunta?
-¿No te estarás encamando con otro vos no?-
Bueno, si, me estoy encamando con otro, pero no se lo iba a decir, no se la iba a hacer tan sencilla. Quiero decir, no es que iba a romper con él para irme con Raúl, por más que yo lo deseé con todas mis fuerzas se que él es casado y tiene a su familia, a la cuál puso por sobre todas las cosas, incluso sobre mí, no importa, lo acepto así, pero aunque lo que siento por él trasciende cualquier otra cosa que haya sentido antes, me sentía mal por mi “gordo”. No me gustaba cagarlo de esa manera. Ya lo había engañado un par de veces antes, pero ambas fueron situaciones únicas e irrepetibles, desde el principio supe que era un polvo y “si te he visto no me acuerdo”. Lo de Raúl es diferente, porque con él no me alcanza un solo polvo. ¡Es que me calienta tanto! No se que me pasa, pero quisiera pasarme el día cogiendo con él, que me de en todas las posiciones habidas y por haber… muchas de las cuáles ya hemos practicado… jajaja… el caso es que con mi novio apenas nos veíamos durante la semana, nuestros momentos los teníamos durante los fines de semana. Los sábados iba a dormir a su casa y entonces nos matábamos, lo de dormir es una forma de decir, porque apenas pegábamos un ojo, cogíamos toda la noche, como para recuperar el tiempo perdido. Pero últimamente… últimamente venía cogiendo seguido con Raúl, por lo que al fin de semana llegaba con las reservas escasas. No es que no tuviera ganas de coger, porque COGER ME ENCANTA, de lo que tenía pocas ganas era de coger con mi novio. Si hubiera sido Raúl el que estaba en esos fines de semana, seguro que la libido se me subía de repente, pero con mi “gordo” no, algo se había roto. Y se dio cuenta.
Fue este último sábado, como siempre paso a buscarme por casa y fuimos a la suya. Durante el viaje en tren íbamos apretando, poniéndonos en sintonía para lo que haríamos más tarde, en su habitación. Ya desde entonces sentía algo diferente, como que no era como antes. Y al llegar la noche, lo que era una sospecha finalmente se confirmó. Luego de cenar fuimos a su cuarto y apenas cerró la puerta se me tiró encima, siempre empezamos con una chupada de pija, y aunque esta vez le puse ganas, la verdad es que era otra pija la que hubiera deseado estar chupando. Mientras tenía su trozo en mi boca, cerraba los ojos y pensaba en Raúl, entonces si, se la chupaba como corresponde, pero en cuánto él hablaba o yo abría los ojos, la fantasía se iba al carajo. Entonces tenía que volver a empezar, al tercer o cuarto intento me di por vencida. No tenía ganas de chuparle la pija, al menos no esa pija. Me levanté, me puse en bolas, me tiré en cuatro sobre la cama y esperé que aquello pasara lo más rápido posible. Él también se desvistió y colocándose tras de mí, me la metió y empezó a moverse. Igual que antes, trate de imaginar que era Raúl quiñen me cogía, pero fue imposible, mi “gordo” no es Raúl. Son diferentes, no se parecen en nada a la hora de coger. Ni siquiera llegue a mojarme, por lo que fingí un orgasmo que no llego y… ya no quise más. Tuve que recurrir a una frase que jamás imaginé llegar a utilizar:
-Es que me duele un poco la cabeza-
Fue entonces que me hizo esa pregunta que desató el temporal posterior:
-¿No te estarás encamando con otro vos no?-
-¿Qué? ¿Qué decís?- le replique ofendida. No es que me hiciera, estaba ofendida en serio.
-Si, porque últimamente te notó medio seca, ya casi no me mandás mensajes al celular y ahora no querés coger-
-¿Y eso que tiene que ver?- obvio que no iba a reconocer que estaba de trampa.
-No sé, pero estás como si en la semana te hubieran atendido bastante bien-
En eso tenía razón, no se lo podía discutir, venía muy bien atendida.
-Mirá, si pensás eso de mí, lo mejor va a ser que cortemos ahora, no me vas a hacer pasar por…-
-… ¿puta?...- completó él.
-Por infiel iba a decir- lo corregí –Lo de puta corre por cuenta tuya y mejor hacete cargo-
No les voy a contar todo los que nos dijimos y echamos en cara, ahí en plena madrugada, discutiendo los dos, completamente desnudos, él con la pija todavía parada, lo que si es que por más que insistió no le reconocí mi infidelidad, ni se la iba a reconocer nunca. Incluso llegamos a pegarnos. Paramos cuándo su mamá golpeó la puerta del cuarto para saber que pasaba. Ahí aproveche para agarrar mi ropa y salir. Tuve que dormir en el sillón, hasta que se hizo la mañana y me volví a casa. En casa también tuve que soportar el interrogatorio de mi vieja, preguntándome por que me había venido antes.
-Por nada mamá, por nada- fue lo único que le dije.
Me metí en mi cuarto, agarré el celular y le mandé un mensaje a Raúl, pese a que le había prometido no molestarlo los fines de semana.
“Te extraño”, le puse. Apagué el celular y me puse a llorar.
13 comentarios - La pelea
100% de acuerdo cero codigo
Gracias por la onda. Besos.
Tenes razon Mati, aunque no se trata de un relato propiamente dicho, creo que P! se trata mas que nada de compartir, y como ya comparti con toda la comunidad lo más íntimo que puede tener una mujer, sentí que tambien debía de compartir algo malo que me esta pasando. Nada mas que eso. Besos y gracias por pasar.
Tenes toda la razon, me di cuenta apenas mande el mensaje, por eso apague el celular. Fue un impulso, algo que no debi hacer, pero bueno, nunca fui "la otra" de ningun hombre, supongo que esto me va a servir de leccion. Gracias por pasar y por el consejito. Besos.
🙄 🙄 🙄 🙄 🙄 🙄