Hola, soy Mery otra vez, para los que no se acuerdan de mi soy la chica que me cogí un desconocido en el boliche, y que después, me encontré con mi novio, y me chupó la concha toda enlechada sin darse cuenta. Esa experiencia cambió mi vida.
Al otro día volvimos a Buenos Aires, y a nuestra vida normal, pero yo ya vivía caliente todo el día. Tenía ansias de pija todo el día, y si bien conseguí algunas, sentía culpa porque a Leo lo quería mucho, y no se merecía que lo cargue. Estuve un tiempito media depre, porque se lo quería blanquear, pero sabía que eso era sinónimo de pelea.
Pero un día se me ocurrió una idea. La única manera de mostrarle a Leo que era una puta era encontrarlo in fraganti, pero ni siquiera de esa manera tenía la seguridad de que no me iba a dejar. Me puse a diagramar el siguiente plan:
Contratar una prostituta, convencerla de que seduzca a mi novio, que se encamen, y encontrarlos con las manos en la masa. Agarré el diario, me puse a llamar a las chicas del rubro 59 (sexo pago), y me contacté con Sabrina, una morocha imponente (según lo comprobé más tarde). Le conté que era lo que necesitaba, quedamos en encontrarnos al otro día para contarle a fondo mi idea, pero que le tenía que pagar el triple. Esa noche, de la idea de llevar a cabo mi plan, me la pasé cogiendo con Leo por horas.
Al otro día, puntualmente a las 10 me encontré con Sabrina, y le dije que tenía que ir a las 17hs a la casa de Leo a llevarle unos papeles míos del trabajo, que no se preocupe que yo le iba a telefonear antes para avisarle, y que al entrar le diga de pasar al baño, y que tenían que terminar cogiendo. En ese momento entraría yo. Quedamos de acuerdo, le pagué, y esperé que pase el tiempo lo más rápido posible.
A las 16:30 llamé a Leo diciéndole que iba a pasar una clienta a alcanzarme unos contratos, y que como yo estaba en lo de otro cliente y no volvía a la empresa, los recibiera él, que los necesitaba para el otro día. A las 17 tocó el timbre Sabrina (yo miraba desde un bar enfrente) y pasó.
A los 15 minutos, al ver que no bajaba, supuse que el plan funcionaba de 10, así que subí, abrí muy despacito la puerta y entré. Se oían unos gemidos impresionantes, lo cual me calentó de sobremanera. Antes de entrar en la habitación me toqué la concha y la tenía empapada e hinchada de la calentura. Tomé aire y entré a la habitación, dónde Sabrina le estaba haciendo una cabalgada frenética a Leo. Entro a los gritos, ¿Qué pasa acá? Sos un hijo de puta. ¿Vos que hacés acá? ¡Ya llamo a tu marido!, y cosas así.
Al primer grito Sabrina saltó y se tapó con una sábana (que actriz), y largándose a llorar empezó a pedir disculpas, al igual que Leo, que se quedó como estaba, con la pija apuntando al techo. Yo seguía puteando (y calentándome). Leo se levantó tratando de tranquilizarme, diciendo junto con Sabrina que me calme, que hacían lo que yo quería, que no nos peleemos decía Leo, y Sabrina me decía, Tranquilizate, no le podés contar esto a mi marido, ni en mi empresa.
Ahí fue el único momento que me aparté del plan, presa de una calentura incontrolable, y le dije a Leo Desnúdame, dale, que quiero ver como esta puta chupa conchas. Leo se quedó con los ojos como un 2 de oro, pero inmediatamente le di un cachetazo que lo hice entrar en razón. Una vez en bolas, y con la concha re abierta de calentura, me tiré boca arriba, y le dije a Sabrina, ¡dale puta!, chupame la concha antes de que llame a tu marido, y le agarré la pija a Leo y mientras se la devoraba con la boca, le decía, ¿Así que te gusta cogerte putas? ¡Ya vas a ver!
A todo esto la lengua de Sabrina me hizo disfrutar del primer orgasmo con una mujer al tiempo que Leo me llenaba la boca de leche en la acabada más impresionante que le recuerde. Cuando terminamos, le tiré la ropa a Sabrina en la cara y le dije, Andate si no querés que llame a tu marido…
Cuando se fue Leo vino a abrazarme y lo saqué de un empujón ¿Que te crees que sos, andás cogiendo con una clienta mía y ahora querés abrazarme?, ¡salí de acá! Él se largó a llorar y me imploraba que lo perdone, que no lo iba a hacer más, que haría cualquier cosa para demostrarme su amor, en fin, todo lo que dice alguien cuando se manda una cagada. No le di bola y me fui a casa.
Me estuvo llamando toda la semana, yo me hacía la dura, y al final aflojé el viernes y quedamos en encontrarnos a la noche. Salimos, me pidió todo tipo de disculpas, me volvió a decir que haría cualquier cosa para que lo perdone, a lo que yo le dije, que bueno que íbamos a ver que sucedía, pero que fuéramos a su departamento porque volaba de calentura.
Cuando llegamos me arrancó la poca ropa que llevaba, y me empezó a chupar la concha depiladita hasta hacerme acabar a los gritos. Le chupé la pija y le dije, ¡Coge a tu puta, reventale la conchita! Me cogió durante 10 minutos y me llenó la concha de leche, me di vuelta, le agarré la pija todavía dura y se la mamé con desesperación, cuando noté que estaba bien dura, me di vuelta y le dije ¿no le vas a romper el culito a tu novia? A lo que me clavó de una. Me serruchó como media hora hasta que caímos rendidos.
A la mañana me preparó el desayuno y me preguntó si salíamos a la noche, si estaba perdonado, a lo que le respondí Todavía no estás perdonado, y no vamos a salir, voy a venir a las 10 de la noche y te voy a dar una sorpresa. Al rato me fui para casa.
A la tarde llamé a un flaco con el que habíamos cogido un par de veces, pero que hacía como 20 días que no lo veía. Se sorprendió cuando le pregunté que hacía a la noche, y me dijo que nada, a lo cual le pregunté si quería coger, obvio me dijo que sí, a lo que dije que era en la casa de mi novio, que le iba a dar una sorpresa, pero que tenía que venir con los dos amigos más pijudos a las 23hs.
A las 22 llego a lo de Leo que estaba hecho un bombón, y le dije con voz misteriosa que se prepare. Tomamos unos vinos y lo invité a ir a la habitación. Nos tiramos en la cama, y le dije que tenía una fantasía y que quería atarlo, a lo que accedió sin problemas. Le até las manos atrás y lo empecé a lengüetear por todo el cuerpo, menos por la pija, que parecía que iba a explotar. Así estuve como 20 minutos hasta que le dije, Vení, te quiero atar a la silla, y le até las manos atadas como estaban al respaldo, y los pies a cada pata de la silla.
Me tiré a la cama y me empecé a pajear, le decía ¿te gusta la concha de puta que tiene tu novia? ¿así te gustan las putas? y todas las cosas que se puedan imaginar. En eso suena el timbre para sorpresa de Leo. Voy a atender, abro el portero, vuelvo a la habitación y le digo, Ahora empieza la sorpresa, voy a abrir la puerta, y entra Juan (el flaco que me cogía) y sus dos amigos, a los cuales no conocía, que no podían creer entrar a un dpto. y encontrarse con una mina en bolas.
Me los presenta, eran Luis y Tato. Los invito a pasar a la habitación, y cuando entramos los 4, Leo quedó pálido. Me acerco a Leo, y le susurro al oído mientras le acariciaba la pija que seguía durísima ¿así que te gustan las putas? Te voy a mostrar lo que es ser puta, vas a estar orgulloso de la puta que tenés al lado. Acto seguido empecé a besar uno por uno mis tres machos mientras los iba desnudando. Les saqué las remeras y camisas, y les bajé los pantalones, y me llevé la sorpresa cuando se lo bajé a Tato ¡Su pija sobresalía como 10 cm del calzoncillo, y era gruesa como dos pijas normales!
Se la solté y no podía creer lo que veía (medía como 25 cm). Se la empecé a chupar como si mi vida dependiese de esa pijota, y lo miraba a Leo (que estaba rojo de calentura) diciéndole, ¿Viste la pija que se va a comer la puta de tu novia? no voy a sentir tu pija de cómo me va a dejar este guacho.
Mientras tanto los otros dos no perdían tiempo, me chupaban y me metían dedos en la concha y en el culo, me estrujaban las tetas, estaba en el aire, hasta que Juan se puso debajo mío y me clavó su pija en la concha, y Luis me empezó a puntear el culo, yo seguía aullando de placer y diciéndole a Leo lo puta que era. A todo esto Tato se empezó a agitar, y su pijota le latía fuertísimo hasta que me llenó la boca de leche, al momento que Juan y Luis me daban con todo y acababan como locos.
En eso siento una acabada en las tetas ¡Era Leo que acabó del espectáculo y me llenó de leche a 40 cms! Me separé de mis machos y fui a meterle un chupón a Leo con la boca llena de leche de Tato. Se intentó separar, pero me quedé besándolo 5 minutos hasta que no le quedó otra que tragarse la leche. Cuando me separé un poco, acariciándole la pija que ya la tenía a full otra vez, le dije, Te tenés que acostumbrar al gustito a leche, si te gustan las putas te tenés que acostumbrar, a lo que él me imploraba que lo suelte que me quería coger.
Yo le dije que todavía no, que una pija como la de Tato no se encontraba todos los días, que me iba a coger mientras que chupo las otras dos pijas. Ni tonto ni perezoso Tato me puso en 4 patas, y me apuntó su pijota a mi concha, que pedía más y más, y me empezó a coger mientras Luis y Juan me pasaban la pija por la cara y las tetas. Tuve no menos de 5 orgasmos con la pijota de Tato, hasta que de una me la saca, yo le digo que hace a lo que me respondió, Quiero comerme ese culito, a lo que le dije, dale, ¿dale que? me preguntó él, rómpeme el culo, reviéntame, destrózame, le decía desesperada.
Tato enfiló su pijota y me ensartó de una. Juro que me dolió más que cuando me desvirgaron la conchita y el culo. Pero por suerte duró 1 o 2 minutos, ya que después el placer fue descomunal, no sabía ni dónde estaba, ni que decía, les quería chupar la pijas a Luis y a Juan, pero no podía ya que no paraba de gemir, estaba en trance. Pasó como media hora hasta que Tato descargó un torrente de leche en mi culo. Se salió enseguida y me acercó su pija a mi boca (junto con las otras dos). Se la chupé, y para que no se ablande la empecé a pajear con todo y terminamos en que todos me acabasen en la boca y en la cara, parecían padrillos…
Les dije que me disculparan, pero que quería un poco de intimidad, que si se iban y la seguíamos otro día. Como buenos caballeros se cambiaron rápido y se fueron.
Cuando les cerré la puerta volví con Leo y lo empecé a besar con la boca toda enlechada, mientras lo desataba y le preguntaba ¿así te gustan las putas? ¿Te gustó así?, cuando lo desaté me tiré en la cama y se abalanzó sobre mi y me dijo Ahora me toca a mí, a lo que le dije, Límpiame un poco que estoy muerta, ya que tenía la cara y mis agujeros llenos de leche. Encaró al baño, y lo freno y le pregunto ¿A dónde vas?, a buscar papel… No, límpiame con tu lengua si querés cogerme! si te gustan las putas, sentiles el gusto…
Empezó a limpiarme la cara, y empujándole la cabeza le bajé hasta mi concha, medio que quiso rechazar, pero le digo, ¡Si no me chupás la concha no me coges nunca más! Cuando creí que ya era suficiente, y después de 2 orgasmos, me puse en 4 patas, y separándome los cantos le dije, Mirá como le dejaron el culito a la puta de tu novia con semejante pijota… alíviame el ardor con tu lengüita, hasta que se levantó y me clavó la pija en la concha, ¿Así que te gusta la pija puta? , y me dio con todo, como si no hubiese cogido por un año, teniendo un orgasmo de novela juntos. Así nos dormimos.
Al otro día nos levantamos y andaba medio triste, le pregunto que le pasaba, y me dijo que era lo de anoche, que no le gustaba que cogiera con otros. Entonces voy y lo abrazo y le pregunto, ¿Como que no te gusta, si ayer te acabaste solo, y me cogiste como un preso? ¿Que es lo que no te gusta? Le toco la pija y la tenía como un garrote, Ves que te gusta ser cornudito, Ves como te gusta tu puta, Ves que te gustan que me maten a pijazos, y al decir esto acabó en mi mano como un nene.
fuente: relatos.us
Al otro día volvimos a Buenos Aires, y a nuestra vida normal, pero yo ya vivía caliente todo el día. Tenía ansias de pija todo el día, y si bien conseguí algunas, sentía culpa porque a Leo lo quería mucho, y no se merecía que lo cargue. Estuve un tiempito media depre, porque se lo quería blanquear, pero sabía que eso era sinónimo de pelea.
Pero un día se me ocurrió una idea. La única manera de mostrarle a Leo que era una puta era encontrarlo in fraganti, pero ni siquiera de esa manera tenía la seguridad de que no me iba a dejar. Me puse a diagramar el siguiente plan:
Contratar una prostituta, convencerla de que seduzca a mi novio, que se encamen, y encontrarlos con las manos en la masa. Agarré el diario, me puse a llamar a las chicas del rubro 59 (sexo pago), y me contacté con Sabrina, una morocha imponente (según lo comprobé más tarde). Le conté que era lo que necesitaba, quedamos en encontrarnos al otro día para contarle a fondo mi idea, pero que le tenía que pagar el triple. Esa noche, de la idea de llevar a cabo mi plan, me la pasé cogiendo con Leo por horas.
Al otro día, puntualmente a las 10 me encontré con Sabrina, y le dije que tenía que ir a las 17hs a la casa de Leo a llevarle unos papeles míos del trabajo, que no se preocupe que yo le iba a telefonear antes para avisarle, y que al entrar le diga de pasar al baño, y que tenían que terminar cogiendo. En ese momento entraría yo. Quedamos de acuerdo, le pagué, y esperé que pase el tiempo lo más rápido posible.
A las 16:30 llamé a Leo diciéndole que iba a pasar una clienta a alcanzarme unos contratos, y que como yo estaba en lo de otro cliente y no volvía a la empresa, los recibiera él, que los necesitaba para el otro día. A las 17 tocó el timbre Sabrina (yo miraba desde un bar enfrente) y pasó.
A los 15 minutos, al ver que no bajaba, supuse que el plan funcionaba de 10, así que subí, abrí muy despacito la puerta y entré. Se oían unos gemidos impresionantes, lo cual me calentó de sobremanera. Antes de entrar en la habitación me toqué la concha y la tenía empapada e hinchada de la calentura. Tomé aire y entré a la habitación, dónde Sabrina le estaba haciendo una cabalgada frenética a Leo. Entro a los gritos, ¿Qué pasa acá? Sos un hijo de puta. ¿Vos que hacés acá? ¡Ya llamo a tu marido!, y cosas así.
Al primer grito Sabrina saltó y se tapó con una sábana (que actriz), y largándose a llorar empezó a pedir disculpas, al igual que Leo, que se quedó como estaba, con la pija apuntando al techo. Yo seguía puteando (y calentándome). Leo se levantó tratando de tranquilizarme, diciendo junto con Sabrina que me calme, que hacían lo que yo quería, que no nos peleemos decía Leo, y Sabrina me decía, Tranquilizate, no le podés contar esto a mi marido, ni en mi empresa.
Ahí fue el único momento que me aparté del plan, presa de una calentura incontrolable, y le dije a Leo Desnúdame, dale, que quiero ver como esta puta chupa conchas. Leo se quedó con los ojos como un 2 de oro, pero inmediatamente le di un cachetazo que lo hice entrar en razón. Una vez en bolas, y con la concha re abierta de calentura, me tiré boca arriba, y le dije a Sabrina, ¡dale puta!, chupame la concha antes de que llame a tu marido, y le agarré la pija a Leo y mientras se la devoraba con la boca, le decía, ¿Así que te gusta cogerte putas? ¡Ya vas a ver!
A todo esto la lengua de Sabrina me hizo disfrutar del primer orgasmo con una mujer al tiempo que Leo me llenaba la boca de leche en la acabada más impresionante que le recuerde. Cuando terminamos, le tiré la ropa a Sabrina en la cara y le dije, Andate si no querés que llame a tu marido…
Cuando se fue Leo vino a abrazarme y lo saqué de un empujón ¿Que te crees que sos, andás cogiendo con una clienta mía y ahora querés abrazarme?, ¡salí de acá! Él se largó a llorar y me imploraba que lo perdone, que no lo iba a hacer más, que haría cualquier cosa para demostrarme su amor, en fin, todo lo que dice alguien cuando se manda una cagada. No le di bola y me fui a casa.
Me estuvo llamando toda la semana, yo me hacía la dura, y al final aflojé el viernes y quedamos en encontrarnos a la noche. Salimos, me pidió todo tipo de disculpas, me volvió a decir que haría cualquier cosa para que lo perdone, a lo que yo le dije, que bueno que íbamos a ver que sucedía, pero que fuéramos a su departamento porque volaba de calentura.
Cuando llegamos me arrancó la poca ropa que llevaba, y me empezó a chupar la concha depiladita hasta hacerme acabar a los gritos. Le chupé la pija y le dije, ¡Coge a tu puta, reventale la conchita! Me cogió durante 10 minutos y me llenó la concha de leche, me di vuelta, le agarré la pija todavía dura y se la mamé con desesperación, cuando noté que estaba bien dura, me di vuelta y le dije ¿no le vas a romper el culito a tu novia? A lo que me clavó de una. Me serruchó como media hora hasta que caímos rendidos.
A la mañana me preparó el desayuno y me preguntó si salíamos a la noche, si estaba perdonado, a lo que le respondí Todavía no estás perdonado, y no vamos a salir, voy a venir a las 10 de la noche y te voy a dar una sorpresa. Al rato me fui para casa.
A la tarde llamé a un flaco con el que habíamos cogido un par de veces, pero que hacía como 20 días que no lo veía. Se sorprendió cuando le pregunté que hacía a la noche, y me dijo que nada, a lo cual le pregunté si quería coger, obvio me dijo que sí, a lo que dije que era en la casa de mi novio, que le iba a dar una sorpresa, pero que tenía que venir con los dos amigos más pijudos a las 23hs.
A las 22 llego a lo de Leo que estaba hecho un bombón, y le dije con voz misteriosa que se prepare. Tomamos unos vinos y lo invité a ir a la habitación. Nos tiramos en la cama, y le dije que tenía una fantasía y que quería atarlo, a lo que accedió sin problemas. Le até las manos atrás y lo empecé a lengüetear por todo el cuerpo, menos por la pija, que parecía que iba a explotar. Así estuve como 20 minutos hasta que le dije, Vení, te quiero atar a la silla, y le até las manos atadas como estaban al respaldo, y los pies a cada pata de la silla.
Me tiré a la cama y me empecé a pajear, le decía ¿te gusta la concha de puta que tiene tu novia? ¿así te gustan las putas? y todas las cosas que se puedan imaginar. En eso suena el timbre para sorpresa de Leo. Voy a atender, abro el portero, vuelvo a la habitación y le digo, Ahora empieza la sorpresa, voy a abrir la puerta, y entra Juan (el flaco que me cogía) y sus dos amigos, a los cuales no conocía, que no podían creer entrar a un dpto. y encontrarse con una mina en bolas.
Me los presenta, eran Luis y Tato. Los invito a pasar a la habitación, y cuando entramos los 4, Leo quedó pálido. Me acerco a Leo, y le susurro al oído mientras le acariciaba la pija que seguía durísima ¿así que te gustan las putas? Te voy a mostrar lo que es ser puta, vas a estar orgulloso de la puta que tenés al lado. Acto seguido empecé a besar uno por uno mis tres machos mientras los iba desnudando. Les saqué las remeras y camisas, y les bajé los pantalones, y me llevé la sorpresa cuando se lo bajé a Tato ¡Su pija sobresalía como 10 cm del calzoncillo, y era gruesa como dos pijas normales!
Se la solté y no podía creer lo que veía (medía como 25 cm). Se la empecé a chupar como si mi vida dependiese de esa pijota, y lo miraba a Leo (que estaba rojo de calentura) diciéndole, ¿Viste la pija que se va a comer la puta de tu novia? no voy a sentir tu pija de cómo me va a dejar este guacho.
Mientras tanto los otros dos no perdían tiempo, me chupaban y me metían dedos en la concha y en el culo, me estrujaban las tetas, estaba en el aire, hasta que Juan se puso debajo mío y me clavó su pija en la concha, y Luis me empezó a puntear el culo, yo seguía aullando de placer y diciéndole a Leo lo puta que era. A todo esto Tato se empezó a agitar, y su pijota le latía fuertísimo hasta que me llenó la boca de leche, al momento que Juan y Luis me daban con todo y acababan como locos.
En eso siento una acabada en las tetas ¡Era Leo que acabó del espectáculo y me llenó de leche a 40 cms! Me separé de mis machos y fui a meterle un chupón a Leo con la boca llena de leche de Tato. Se intentó separar, pero me quedé besándolo 5 minutos hasta que no le quedó otra que tragarse la leche. Cuando me separé un poco, acariciándole la pija que ya la tenía a full otra vez, le dije, Te tenés que acostumbrar al gustito a leche, si te gustan las putas te tenés que acostumbrar, a lo que él me imploraba que lo suelte que me quería coger.
Yo le dije que todavía no, que una pija como la de Tato no se encontraba todos los días, que me iba a coger mientras que chupo las otras dos pijas. Ni tonto ni perezoso Tato me puso en 4 patas, y me apuntó su pijota a mi concha, que pedía más y más, y me empezó a coger mientras Luis y Juan me pasaban la pija por la cara y las tetas. Tuve no menos de 5 orgasmos con la pijota de Tato, hasta que de una me la saca, yo le digo que hace a lo que me respondió, Quiero comerme ese culito, a lo que le dije, dale, ¿dale que? me preguntó él, rómpeme el culo, reviéntame, destrózame, le decía desesperada.
Tato enfiló su pijota y me ensartó de una. Juro que me dolió más que cuando me desvirgaron la conchita y el culo. Pero por suerte duró 1 o 2 minutos, ya que después el placer fue descomunal, no sabía ni dónde estaba, ni que decía, les quería chupar la pijas a Luis y a Juan, pero no podía ya que no paraba de gemir, estaba en trance. Pasó como media hora hasta que Tato descargó un torrente de leche en mi culo. Se salió enseguida y me acercó su pija a mi boca (junto con las otras dos). Se la chupé, y para que no se ablande la empecé a pajear con todo y terminamos en que todos me acabasen en la boca y en la cara, parecían padrillos…
Les dije que me disculparan, pero que quería un poco de intimidad, que si se iban y la seguíamos otro día. Como buenos caballeros se cambiaron rápido y se fueron.
Cuando les cerré la puerta volví con Leo y lo empecé a besar con la boca toda enlechada, mientras lo desataba y le preguntaba ¿así te gustan las putas? ¿Te gustó así?, cuando lo desaté me tiré en la cama y se abalanzó sobre mi y me dijo Ahora me toca a mí, a lo que le dije, Límpiame un poco que estoy muerta, ya que tenía la cara y mis agujeros llenos de leche. Encaró al baño, y lo freno y le pregunto ¿A dónde vas?, a buscar papel… No, límpiame con tu lengua si querés cogerme! si te gustan las putas, sentiles el gusto…
Empezó a limpiarme la cara, y empujándole la cabeza le bajé hasta mi concha, medio que quiso rechazar, pero le digo, ¡Si no me chupás la concha no me coges nunca más! Cuando creí que ya era suficiente, y después de 2 orgasmos, me puse en 4 patas, y separándome los cantos le dije, Mirá como le dejaron el culito a la puta de tu novia con semejante pijota… alíviame el ardor con tu lengüita, hasta que se levantó y me clavó la pija en la concha, ¿Así que te gusta la pija puta? , y me dio con todo, como si no hubiese cogido por un año, teniendo un orgasmo de novela juntos. Así nos dormimos.
Al otro día nos levantamos y andaba medio triste, le pregunto que le pasaba, y me dijo que era lo de anoche, que no le gustaba que cogiera con otros. Entonces voy y lo abrazo y le pregunto, ¿Como que no te gusta, si ayer te acabaste solo, y me cogiste como un preso? ¿Que es lo que no te gusta? Le toco la pija y la tenía como un garrote, Ves que te gusta ser cornudito, Ves como te gusta tu puta, Ves que te gustan que me maten a pijazos, y al decir esto acabó en mi mano como un nene.
fuente: relatos.us
16 comentarios - mi marido se entero que soy una puta
a favoritos i recmomendado
mas dura imposibleee... no te puedo creer lo k le hiciste ajaja
sos un infiernooo
besote...
haceme acordar si keres mañana te doy puntitos pork ya los di
FELICITACIONES
GRACIAS POR COMPARTIR !!