todo comenzó un día martes, mi maestra de contabilidad me había invitado a su casa a auxiliarla a revisar unos exámenes, estando ahí entramos al despacho, cerró la puerta corrediza que da con la sala-recibidor que está a la entrada de su bella casa, ahí estábamos sumidas en la revisión de los exámenes cuando una llamada nos sacó de la concentración, ella al colgar me dijo: tengo que salir urgente a la escuela, tardaré un par de horas quizás más, te encargo termines el trabajo y ten dinero para que te vayas a tu casa en taxi, recibí el dinero sin chistar pues varias veces había pasado lo mismo, así vi que ella salió cerrando la puerta corrediza pero no por completo habrá dejado abierto 4 o 5 cm. escuché como arrancó el coche y me puse a seguir revisando, de rato escuché como la puerta de la entrada principal se abría.
Me asomé por el pedazo de puerta abierta y vi entrar a un hombre alto, 1.80 mínimo, de un cuerpo mediano, ojos claros y piel apiñonada por el sol, entró con una jovencita como de 18 años. Supuse que era Jorge el esposo de mi maestra Delia y que la joven era Lulú su hija, aunque se me hizo raro que su hija fuera tan grande pues mi maestra tenía 36 años y el hombre que entró debía tener no más de 40.
Regresé yo a mi asiento y de reojo me vi en el espejo, vi mis piernas largas y blancas, mi falda gris a juego con mi blusa con botones delanteros, me levanté y me empecé a ver frente al espejo, soy blanca, mido 1.70, ojos verde aceituna y mi busto resaltaba más con lo ajustado de la blusa, la falda me llegaba arriba de la rodilla y traía unas zapatillas con una correa en el tobillo, así pues regresé al escritorio y seguí con mis cosas de repente comencé a escuchar gemidos y gritos, me asomé por la rendija de la puerta y vi asombrada como aquel hombre se cogía de un modo entre salvaje y desesperado a esa jovencita…
Veía como ella se arqueaba de placer mientras él la embestía salvaje, así estuvieron un rato hasta que ella gritó muy raro y su cara se relajó, él dijo: muy bien, ya llegaste ahora me toca a mí, y comenzó un metisaca impresionante, ella gemía, ahhhhhhh, ahgg, él de repente sacó su verga y se vino en el estómago de ella, por primera vez vi una verga en vivo, era tan grande y gruesa que nunca pensé que todo ese pedazo hubiera cabido en la joven, estaba yo inmóvil como queriendo que nunca terminara ese espectáculo pero ambos se levantaron y subieron las escaleras contiguas a la sala-recibidor.
Regresé al escritorio pero sentía una rara sensación de ansiedad y unos como choquecitos de placer y morbo me senté y crucé la pierna, sentí rico hacerlo pues mi tanguita rozo fuertemente mis partes íntimas, de rato escuché otra vez voces me asomé y vi como ambos, ya bañados, se despedían con un frenético beso, él le daba dinero y se iba ella montándose en un taxi, la sangre se me heló cuando vi que aquel hombre solo en bóxers se dirigía a donde yo estaba así que corriendo regresé al escritorio, cuando él entró noté su asombro al decirme: hola, yo volteé y contesté, la maestra me dejó aquí revisando estos exámenes, él rió malicioso y se acercó a una barra junto al escritorio y se sirvió un whisky, ¿Eres Lety verdad? su alumna consentida, te he visto un par de veces con mi mujer pero tú a mí no me conoces, soy Jorge, su esposo, y comenzó una plática sin un rumbo fijo, sin pensarlo le dije: ¿era una película porno lo que estaba usted viendo?, después pensé lo idiota de mi pregunta, él dijo entre risas, si eso fue ¿te gustan las películas así?, ¡no! contesté secamente y seguí en mi trabajo.
El se acercó y me levantó suavemente de donde yo estaba poniéndome enfrente de él y sin más metió rápidamente la mano hacia mi entrepierna rozando mi tanguita… me quedé callada y con los ojos muy abiertos, esa caricia me hizo sentir descargas de electricidad, él se rió y dijo, viste todo ¿verdad?, siguió hablando, ella es Karen y es mi alumna en natación, tiene 18 años y cogimos por primera vez hace unos meses en la alberca donde doy clases, al principio me costó trabajo pues soy algo dotado de ahí, pero ahora entra y sale de ella como si fuera cualquier cosa.
Sus palabras me excitaban de sobremanera, de repente él se volteó y me besó de un modo increíble, me sentó sobre el escritorio y me abrió las piernas recargándolas en el escritorio, ahí estaba yo con las piernas totalmente abiertas ante este extraño, él sin pensarlo hizo a un lado mi tanga (que era bastante pequeña) y comenzó a lamer mi clítoris, sentí una sensación increíble, comencé a gemir como loca, de repente con sus mordidas me salía un grito, vi mi imagen en el espejo, vi a un hombre entre mis piernas y esto me excitó más, él movía su lengua de arriba hacia abajo luego bajaba a la entrada de mi vagina y con los dedos masajeaba el clítoris, sentía algo increíble e indescriptible, sentía que iba a explotar, me sentía tensada y con unas ganas horribles de que su lengua no parara.
El se incorporó y le supliqué: ¡quiero más! y preguntó ¿eres virgen?, yo contesté entre gemidos que sí y supliqué que siguiera, entonces él me vio y dijo, tienes la vagina más jugosa que he visto y más estrecha también, tu hoyito es chiquito, te la voy a meter, sin más se bajó los bóxers y vi su pene, era enorme, medía como 24 o 26 cm, era gigante y tenía un grueso bastante grande, colocó la cabeza del pene en la entrada de mi vagina y la metió, pegué un grito y él paró, me pidió que masajeara mi clítoris con el fin de mejorar la lubricación.
Bajé mis dedos y comencé frenéticamente a tocarme de arriba hacia abajo y en círculos y él iba metiendo su pene poco a poco, cada centímetro que entraba sentía una mezcla de placer y dolor y gritaba como loca, de repente sin haberla metido toda, quizás solo estaba adentro la mitad, con sus manos me tiró hacia atrás y de una embestida me metió toda su cosota, sentí como algo caliente me abría ¡y como dolía!, grité, gemí, sin darme cuenta me arqueaba de placer y pedía más, más duro y comenzó a embestirme despacio, sus manos quitaban mi blusa y brasier, él parecía disfrutar mi semi-desnudez y por ello me lo metía y sacaba despacio, me chupó los pezones que están rosados y crecidísimos se perdía en mi busto lamiendo y ensalivándolo todo yo no paraba de gemir, entonces me dijo: ahora vas a disfrutar y empezó un metisaca rapidísimo, yo casi ni podía gritar, solo sentía su pene como abarcaba todas mis entrañas, no dolía para nada solo daba placer, era electrizante sentir como metía y sacaba su cosa de mí y comencé a sentir como subía un calor frenético por mi cuerpo.
Comencé a arañar su espalda, a gritar como loca, cuando de repente sentí como explotaba de placer, me había casi incorporado del impulso de mi primer orgasmo, me sentía extasiada, nada se compara a éste mi primer orgasmo, él me vio sorprendido y dijo, fue el orgasmo más caliente y grande que he sentido hasta me vine contigo al sentir tus contracciones y como apretabas mi pene, cuando él se retiró de mi vagina estaba chorreante de líquidos.
Había sangre, había semen, había flujos, mi tanga estaba empapada, hecha a un lado, no quería que terminara y así fue, él me bajó y me volteó, me reclinó sobre el escritorio, mi cara y manos reposaban en este, él comenzó a meter sus dedos a mi vagina y a lubricar mi ano, yo sentía una descarga de placer única él dijo: Que ano tan rosita y rico y comenzó a lamerlo, metió la lengua, me erguí de placer y dijo, quédate agachada que ahora viene lo bueno, metió rápido unas 3 veces su pene en mi aun dilatada vagina, y me lo metió en el ano, a diferencia de mi vagina mi ano no es tan pequeño.
Me embistió de un golpe hasta la mitad, grité y arañé el escritorio, poco a poco el dolor fue un placer enorme sentía como me abría recibiendo a mi hombre y él gozaba porque gritaba y gemía a la par mío, él puso sus dedos en mi vagina y los masajeaba rápidamente como queriendo reventarlos, yo gemía sin control, y sentí por primera vez consciente un chorro caliente inundar mi hoyo trasero, el calor de este líquido y los gritos de Jorge hicieron que me convulsionara y tuviera mi segundo orgasmo, perdí la fuerza de mis piernas y casi caigo, él con su musculoso brazo me detuvo y lamía mis orejas y lamía mi boca pero no me besaba, me regresó a la posición inicial y chupó todos mis jugos provocándome varios orgasmos juntos, también pasó su lengua por el ano limpiando sus residuos, cuando ya no podía yo más me incorporó y me besó largamente, por primera vez probé mis líquidos y los de él pues su boca estaba inundada con un sabor a sexo sangre y semen.
Nos fuimos a bañar, ahí me volvió a coger por atrás y por delante, solo que ahora su pene resbalaba como si mis huecos se fueran a quedar abiertos para siempre, cuando terminamos y me quise vestir me di cuenta que mis tangas no me servían pues estaban completamente mojadas y con un olor penetrante a sexo Mi falda estaba también salpicada, Jorge sugirió ponerme algo de su esposa y así lo hice… me llevó a la puerta y me besó largamente esperando al taxi que habíamos pedido, recordé el trabajo pendiente y dijo, no te preocupes yo me encargo de que Delia no se enoje contigo a ver que pretexto invento y luego te aviso, con este pretexto le di mi teléfono, ahí le conté que tenía 18 años y que era mi primera vez a lo que él dijo, lo se, nunca me había tocado alguien tan estrecho y caliente como tu, ¡me excitas mucho nena!, y sentí una vez más mi excitación por todo lo alto, pero llegaba el taxi así que conteniéndome de echármele encima subí al taxi y me fui…
Me asomé por el pedazo de puerta abierta y vi entrar a un hombre alto, 1.80 mínimo, de un cuerpo mediano, ojos claros y piel apiñonada por el sol, entró con una jovencita como de 18 años. Supuse que era Jorge el esposo de mi maestra Delia y que la joven era Lulú su hija, aunque se me hizo raro que su hija fuera tan grande pues mi maestra tenía 36 años y el hombre que entró debía tener no más de 40.
Regresé yo a mi asiento y de reojo me vi en el espejo, vi mis piernas largas y blancas, mi falda gris a juego con mi blusa con botones delanteros, me levanté y me empecé a ver frente al espejo, soy blanca, mido 1.70, ojos verde aceituna y mi busto resaltaba más con lo ajustado de la blusa, la falda me llegaba arriba de la rodilla y traía unas zapatillas con una correa en el tobillo, así pues regresé al escritorio y seguí con mis cosas de repente comencé a escuchar gemidos y gritos, me asomé por la rendija de la puerta y vi asombrada como aquel hombre se cogía de un modo entre salvaje y desesperado a esa jovencita…
Veía como ella se arqueaba de placer mientras él la embestía salvaje, así estuvieron un rato hasta que ella gritó muy raro y su cara se relajó, él dijo: muy bien, ya llegaste ahora me toca a mí, y comenzó un metisaca impresionante, ella gemía, ahhhhhhh, ahgg, él de repente sacó su verga y se vino en el estómago de ella, por primera vez vi una verga en vivo, era tan grande y gruesa que nunca pensé que todo ese pedazo hubiera cabido en la joven, estaba yo inmóvil como queriendo que nunca terminara ese espectáculo pero ambos se levantaron y subieron las escaleras contiguas a la sala-recibidor.
Regresé al escritorio pero sentía una rara sensación de ansiedad y unos como choquecitos de placer y morbo me senté y crucé la pierna, sentí rico hacerlo pues mi tanguita rozo fuertemente mis partes íntimas, de rato escuché otra vez voces me asomé y vi como ambos, ya bañados, se despedían con un frenético beso, él le daba dinero y se iba ella montándose en un taxi, la sangre se me heló cuando vi que aquel hombre solo en bóxers se dirigía a donde yo estaba así que corriendo regresé al escritorio, cuando él entró noté su asombro al decirme: hola, yo volteé y contesté, la maestra me dejó aquí revisando estos exámenes, él rió malicioso y se acercó a una barra junto al escritorio y se sirvió un whisky, ¿Eres Lety verdad? su alumna consentida, te he visto un par de veces con mi mujer pero tú a mí no me conoces, soy Jorge, su esposo, y comenzó una plática sin un rumbo fijo, sin pensarlo le dije: ¿era una película porno lo que estaba usted viendo?, después pensé lo idiota de mi pregunta, él dijo entre risas, si eso fue ¿te gustan las películas así?, ¡no! contesté secamente y seguí en mi trabajo.
El se acercó y me levantó suavemente de donde yo estaba poniéndome enfrente de él y sin más metió rápidamente la mano hacia mi entrepierna rozando mi tanguita… me quedé callada y con los ojos muy abiertos, esa caricia me hizo sentir descargas de electricidad, él se rió y dijo, viste todo ¿verdad?, siguió hablando, ella es Karen y es mi alumna en natación, tiene 18 años y cogimos por primera vez hace unos meses en la alberca donde doy clases, al principio me costó trabajo pues soy algo dotado de ahí, pero ahora entra y sale de ella como si fuera cualquier cosa.
Sus palabras me excitaban de sobremanera, de repente él se volteó y me besó de un modo increíble, me sentó sobre el escritorio y me abrió las piernas recargándolas en el escritorio, ahí estaba yo con las piernas totalmente abiertas ante este extraño, él sin pensarlo hizo a un lado mi tanga (que era bastante pequeña) y comenzó a lamer mi clítoris, sentí una sensación increíble, comencé a gemir como loca, de repente con sus mordidas me salía un grito, vi mi imagen en el espejo, vi a un hombre entre mis piernas y esto me excitó más, él movía su lengua de arriba hacia abajo luego bajaba a la entrada de mi vagina y con los dedos masajeaba el clítoris, sentía algo increíble e indescriptible, sentía que iba a explotar, me sentía tensada y con unas ganas horribles de que su lengua no parara.
El se incorporó y le supliqué: ¡quiero más! y preguntó ¿eres virgen?, yo contesté entre gemidos que sí y supliqué que siguiera, entonces él me vio y dijo, tienes la vagina más jugosa que he visto y más estrecha también, tu hoyito es chiquito, te la voy a meter, sin más se bajó los bóxers y vi su pene, era enorme, medía como 24 o 26 cm, era gigante y tenía un grueso bastante grande, colocó la cabeza del pene en la entrada de mi vagina y la metió, pegué un grito y él paró, me pidió que masajeara mi clítoris con el fin de mejorar la lubricación.
Bajé mis dedos y comencé frenéticamente a tocarme de arriba hacia abajo y en círculos y él iba metiendo su pene poco a poco, cada centímetro que entraba sentía una mezcla de placer y dolor y gritaba como loca, de repente sin haberla metido toda, quizás solo estaba adentro la mitad, con sus manos me tiró hacia atrás y de una embestida me metió toda su cosota, sentí como algo caliente me abría ¡y como dolía!, grité, gemí, sin darme cuenta me arqueaba de placer y pedía más, más duro y comenzó a embestirme despacio, sus manos quitaban mi blusa y brasier, él parecía disfrutar mi semi-desnudez y por ello me lo metía y sacaba despacio, me chupó los pezones que están rosados y crecidísimos se perdía en mi busto lamiendo y ensalivándolo todo yo no paraba de gemir, entonces me dijo: ahora vas a disfrutar y empezó un metisaca rapidísimo, yo casi ni podía gritar, solo sentía su pene como abarcaba todas mis entrañas, no dolía para nada solo daba placer, era electrizante sentir como metía y sacaba su cosa de mí y comencé a sentir como subía un calor frenético por mi cuerpo.
Comencé a arañar su espalda, a gritar como loca, cuando de repente sentí como explotaba de placer, me había casi incorporado del impulso de mi primer orgasmo, me sentía extasiada, nada se compara a éste mi primer orgasmo, él me vio sorprendido y dijo, fue el orgasmo más caliente y grande que he sentido hasta me vine contigo al sentir tus contracciones y como apretabas mi pene, cuando él se retiró de mi vagina estaba chorreante de líquidos.
Había sangre, había semen, había flujos, mi tanga estaba empapada, hecha a un lado, no quería que terminara y así fue, él me bajó y me volteó, me reclinó sobre el escritorio, mi cara y manos reposaban en este, él comenzó a meter sus dedos a mi vagina y a lubricar mi ano, yo sentía una descarga de placer única él dijo: Que ano tan rosita y rico y comenzó a lamerlo, metió la lengua, me erguí de placer y dijo, quédate agachada que ahora viene lo bueno, metió rápido unas 3 veces su pene en mi aun dilatada vagina, y me lo metió en el ano, a diferencia de mi vagina mi ano no es tan pequeño.
Me embistió de un golpe hasta la mitad, grité y arañé el escritorio, poco a poco el dolor fue un placer enorme sentía como me abría recibiendo a mi hombre y él gozaba porque gritaba y gemía a la par mío, él puso sus dedos en mi vagina y los masajeaba rápidamente como queriendo reventarlos, yo gemía sin control, y sentí por primera vez consciente un chorro caliente inundar mi hoyo trasero, el calor de este líquido y los gritos de Jorge hicieron que me convulsionara y tuviera mi segundo orgasmo, perdí la fuerza de mis piernas y casi caigo, él con su musculoso brazo me detuvo y lamía mis orejas y lamía mi boca pero no me besaba, me regresó a la posición inicial y chupó todos mis jugos provocándome varios orgasmos juntos, también pasó su lengua por el ano limpiando sus residuos, cuando ya no podía yo más me incorporó y me besó largamente, por primera vez probé mis líquidos y los de él pues su boca estaba inundada con un sabor a sexo sangre y semen.
Nos fuimos a bañar, ahí me volvió a coger por atrás y por delante, solo que ahora su pene resbalaba como si mis huecos se fueran a quedar abiertos para siempre, cuando terminamos y me quise vestir me di cuenta que mis tangas no me servían pues estaban completamente mojadas y con un olor penetrante a sexo Mi falda estaba también salpicada, Jorge sugirió ponerme algo de su esposa y así lo hice… me llevó a la puerta y me besó largamente esperando al taxi que habíamos pedido, recordé el trabajo pendiente y dijo, no te preocupes yo me encargo de que Delia no se enoje contigo a ver que pretexto invento y luego te aviso, con este pretexto le di mi teléfono, ahí le conté que tenía 18 años y que era mi primera vez a lo que él dijo, lo se, nunca me había tocado alguien tan estrecho y caliente como tu, ¡me excitas mucho nena!, y sentí una vez más mi excitación por todo lo alto, pero llegaba el taxi así que conteniéndome de echármele encima subí al taxi y me fui…
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