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Crónicas de ciudad II

Crónicas de ciudad II


Hacía mucho calor, íbamos todos acalorados y apretujados en el metro, iba parado y algo incómodo, en una estación subieron todas las que cabían, entre ellos fijé la mirada en 2 amanerados a quienes se les notaba la hilacha a distancia, junto con ellos subieron como 10 chicos de porte deportistas quienes se ubicaron detrás de los notorios, me di cuenta que en el primer túnel ya empezaron las morreadas y los apretujones en son de joda,
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los 2 chicos amanerados se sintieron incómodos y se corrieron hacia donde me encontraba, los pibes los siguieron y siguieron las apretujadas, 4 de ellos estaban completamente empalmados y no disimulaban para nada la forma en que le pasaban el paquete por la raja de los otros dos, me di cuenta que los amanerados ya levantaban temperatura pues los suyos empezaban a dar señales de vida, ya no estaban inquietos ni ruborizados, mientras los otros los apoyaban, ellos se hacían hacia atrás descubriendo cuanto podían el culo y los manoseo se hicieron evidentes, yo como si nada empecé a sobarle por encima del pantalón al marica que tenía más cerca y este me devolvió la atención de igual modo.
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Andaba caliente pues por la red había visto una peli donde un trava le chupaba a su chongo mientras el colectivo iba por las calle de Baires, como la mayoría de los que estábamos en el vagón estábamos prestando atención a lo que sucedería, le bajé el ziper y descubrí el pedazo de uno de ellos, el que estaba detrás suyo hizo lo mismo, entre todos hicimos un corralito y lo pusimos de rodilla para que se tragara la pija de los atrevidos, de todos sólo 3 se animaron a desenfundar el arma en tanto que, a esas alturas ya ambos maricas, se comían la carne sin ningún pudor, se vino el primero de ellos, desparramó entre los presentes como medio litro de leche,
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cada quien quedamos impregnados en alguna parte de nuestra ropa con recuerdos húmedos suyos, el segundo batiéndose una paja bestial con mucho ruido se vino conteniendo la lefa cuanto pudo entre sus manos, el tercero de pene muy pequeño por cierto, introdujo por completo en la boca del segundo y se vino en su boca, más nos calentamos al ver como el puto se la tragaba y compartía lo que le quedaba con un beso de lengua con su amigo, poco a poco nos incorporamos, algunos equilibrados y otros totalmente desquiciados por la calentura (entre ellos yo) y bajamos cada quien en su estación, al subir las escaleras 2 de los chicos bajaron conmigo, nos reimos un rato de lo sucedido pero todos estábamos demasiado calientes todavía, así que acordamos irnos a un hotel para saciarnos mutuamente.

Lo que sucedió en el telo se los cuento en otra ocasión.

Bsos.

3 comentarios - Crónicas de ciudad II

KaluraCD
Muy buen relato, me recalentó y me trajo recuerdos de varias apoyadas en el subte.
Lo que me llamó la atención es la mezcla de modismos idiomáticos "metro", "lefa", "telo"...
maricas
mu_a2
TREMENDO EL RELATO, GRACIAS POR COMPARTIR 😉 😉 😉 😉
Romina, sigue la historia tetasesposa