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La Emboscada (4ta. Parte)

Aquí les dejo la cuarta parte de mi historia.Espero que les resulte entretenida

Al día siguiente, su esposo volvió del trabajo exultante.
- No sabes lo que pasó hoy, le dijo
- Cuéntame ya que parece tan extraordinario, dijo Eva sospechando.
- Pues nada, que salí al mediodía a almorzar como siempre y me encontré en la vereda con nuestro vecino de enfrente. Me saludó muy atento, y valoró lo bien que te habías portado con ellos al ayudarlos a integrarse al barrio, y me invitó a almorzar. Pues no tuve más remedio que aceptar, y me llevó a un restaurante de primera categoría donde comí como nunca y tomé un vino que ni en sueños, y realmente me resultó un tipo tan amable y sociable.... Con decirte que me invitó a que lo acompañe a navegar el fin de semana. Tu sabes que siempre me gustó la navegación pero nuestro presupuesto no da para alquilar un barco, y menos para comprarlo. Bueno, parece que Raúl tiene un hermoso yate y los domingos acostumbra a salir solo, así que acepté. A primera hora me pasa a buscar y volveremos a la tardecita, dijo de un tirón contento como un niño. Eva sentía que el piso se movía a sus pies. Ya estaba sucediendo, y lo único que podía hacer era soportarlo.
- Me alegro que cumplas tu sueño de navegar, espero que te diviertas, y ahora vamos a cenar, dijo cambiando de tema. A pesar de esto toda la cena giró en torno de Raúl, y de su yate.
El domingo salieron temprano y Eva quedó sola. Pasó todo el día haciendo tareas domésticas y luego del almuerzo decidió acostarse a leer un rato. Cuando ya se había puesto cómoda, el timbre la interrumpió. Al abrir la puerta se encontró con Clara.
- Hola querida, le dijo mientras la besaba ante la pasividad de Eva, sabía que estabas sola como yo y me imagino que también aburrida.
- Estaba por ponerme a leer, ¿ Quieres pasar?, preguntó timidamente
- No, te agradezco pero estoy ocupada, solo te traje algo para que pases la tarde, y diciendo esto le ofreció un estuche de dvd.
Eva lo tomó y al principio no entendió. Para cuando lo hizo Clara ya se había despedido y había desaparecido. La muy puta le traía el video de ella siendo infiel con Raúl. Levantó la cabeza para detenerla y devolvérselo, pero ya se había ido. Cerró despacio la puerta y se dirigió otra vez a su dormitorio. Lo colocó sobre la mesa de luz y trató de concentrarse nuevamente en la lectura, pero la curiosidad era muy grande. Se levantó , lo colocó en la reproductora del dormitorio y encendió el televisor. Descubrió que las cámaras de la casa eran de muy alta definición, en color y con sonido, lo que hacía que las imágenes fueran realmente buenas, y el montaje era de calidad.
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- Realmente es una sensación única, comentó Carlos acodado en la baranda del yate, mientras el viento jugaba con su cabello.
- Si que lo es, contestó Raúl detrás del timón de la embarcación.
- ¿ Cómo no vienes con tu esposa?
- Es que a Clara no le gusta navegar. La pone muy nerviosa alejarse de la orilla, así que cuando quiero hacerlo tengo que venir solo, razón por la cual cada vez salgo menos, comentó Raúl.
- Que pena.
La charla siguió por esos carriles hasta el mediodía, momento en el cual Raúl se acercó a una pequeña isla en medio del río, detuvo la embarcación, ancló e invitó a Carlos a acompañarlo abajo a comer algo.
Dentro del yate había un salón bastante espacioso con una mesa para cuatro personas en uno de sus lados y unos sillones sobre el otro. Una puerta corrediza comunicaba con un dormitorio y el baño.
Raúl sacó del refrigerador un buen surtido de ensaladas y comidas frías, así como una botella de cerveza, y sentados frente a frente dieron rápida cuenta de las vituallas, mientras Carlos aprovechaba para interiorizarse de las características del yate, potencia, y sobre todo costo, cifra que le resultó totalmente inalcanzable, como ya suponía.
Terminado el almuerzo, se sentía satisfecho. Raúl le recomendó que dada su poca experiencia en la navegación le convenía recostarse un rato porque si no el día podía hacerse muy largo, y le ofreció que ocupara el dormitorio. En un principio Carlos se negó, pero ante la insistencia, consideró interesante experimentar como se descansaba en una embarcación de esas característica. Raúl mientras tanto se fue a cubierta a controlar la embarcación y tirar algunas líneas de pesca.
Ya en el dormitorio, lo recorrió minuciosamente. Una cama matrimonial, una puerta que comunicaba con el baño, y frente a la cama un compacto equipo de sonido, un moderno televisor y un reproductor de videos. En uno de los estantes del mueble, diversas cajas conteniendo dvd estaban perfectamente rotuladas y ordenadas. Salvo una.
Recorrió con su dedo los lomos de las películas y vio que eran videos caseros de diversos lugares, seguramente filmados por el dueño del barco en algunos de sus tantos viajes. Uno de Cuba le llamó la atención. Era un lugar que siempre quiso visitar. Se asomó por la puerta y llamó a Raúl.
- ¡Raúl!
- ¡Qué pasa! Le contestaron desde cubierta.
- ¿ te molesta si miro uno de tus videos de viajes?
- Para nada, haz de cuenta que son tuyos, le contestó su nuevo amigo.
Sin más tomó el video de Cuba, lo cargó y se recostó en la cama para disfrutarlo.
Aparecieron de inmediato imágenes de la parte vieja de la Habana. Se notaba que Raúl era quien filmaba, pues siempre se veía a su esposa caminando delante. La imagen le resultó particularmente agradable. Rubia, elegante, con buenas curvas como dejaba traslucir el pareo transparente que llevaba puesto, y que al ser corto, permitía disfrutar de sus torneadas piernas y de su culito repingón.
Inconcientemente dejó de mirar los paisajes para seguir esa silueta felina. Pensó que era lógico. Sólo quien tuviera el poder económico para vivir a ese nivel, podía disfrutar de semejante hembra. Las imágenes luego saltaron a la playa y allí enfundada en una diminuta bíkini negra, la figura de Clara parecía saltar del televisor. Sin querer, comenzó a empalmarse. En el video jugaba con su esposo quien la incitaba a demostrar que no tenía prejuicios. Ella se reía y le decía que no tenia ninguno. “ Demuéstralo, demuéstralo” le decía su esposo sin dejar de filmar. Despacio ella miró a su alrededor. Estaban solos en una playa desierta, detrás de un médano que los separaba de cualquier persona que pudiera estar cerca. Se dio vuelta, y mirando a la cámara se humedeció los labios con su lengua y despacio dirigió sus manos hacia atrás, desabrochó el corpiño, se lo quitó y lo arrojó a la cámara. Para luego colocar sus brazos en jarra a sus costados. La imagen de ese cuerpo desnudo dejó boquiabierto a Carlos. Sin querer dirigió su mano a la entrepierna y se apretó su lanza, que estaba bien dura.
Detuvo de inmediato el video. Recuperó la compostura, se levantó y lo guardo de nuevo en su estuche.
Iba a dejar todo allí, cuando esa caja sin nombre, volvió a acicatear su curiosidad. La tomó y le dio vueltas por todos lados. La abrió y en el disco había escrita una sola palabra “ private”. Privado. ¿ Qué podía ser tan privado? Volvió a la cama. Se paró sobre ella y alcanzó el techo del dormitorio. Por unos tragaluces podía ver la cubierta y allí Raúl estaba entretenido pescando. Volvió al televisor, sacó el disco y lo cargó.
Se acostó nuevamente y le dio play al equipo. Al principio todo estaba negro. De pronto la cámara mostró el interior de una habitación de hotel de verano, que podía estar en cualquier parte del caribe.
Quien tenía la camara se recostó sobre la cama y apuntaba con ella hacia una puerta ubicada en un ángulo de la habitación. Unos segundos después la puerta se abrió, y emergió de ella Clara, envuelta en un toallón y chorreando agua de su cabellera rubia.
- Que bonita que estás, mi amor, decía Raúl sin dejar de filmar.
- No puedes dejar tu trabajo ni siquiera de vacaciones , verdad?, le contestó ella con un mohín.
- Sabes como me excita filmar tu cuerpo,
- Si, se nota mi amor. No hace falta que lo digas, contestó ella riendo
- Bueno, entonces no hace falta que te diga lo que necesito, contestó el
Ella levantó la toalla para secarse la cabellera y al hacerlo mostraba partes de su cuerpo hasta ahora cubiertas. Caminó hasta una mesita e inclinándose sobre ella para mirarse al espejo se peinó. Estaba de espaldas a la cámara y ésta no perdía detalle del trasero que quedaba totalmente expuesto. Carlos tampoco.
Cuando terminó de peinarse, se dio vuelta y dejó caer la toalla mostrando su belleza en todo su esplendor. Su cuerpo parecía tallado. Era perfecto. Se dirigió a los pies de la cama y una vez allí, comenzó a besar los pies de su pareja, luego subió por sus rodillas, hasta llegar a sus muslos. Raúl cubierto también con una toalla se dejaba hacer, pero era evidente como su bulto crecía debajo de la prenda. Cuando Clara llegó a ella, metió su cabeza bajo la toalla y allí se quedó. Los movimientos indicaban claramente lo que estaba haciendo. Luego de unos minutos, Raúl abrío la toalla y apareció ante la cámara la boca de Clara engullendo la verga de su esposo, mientras jugueteaba con sus pelotas. La fellatio duró un buen rato, y por fin, ella se levantó y volvió a caminar hasta la mesita donde se había peinado. Apoyó sus manos en ella, separó sus piernas, y mirando a la cámara dijo: ¿ A qué esperas?-
Raúl se levantó de la cama y se dirigió adonde estaba su mujer, se acercó por detrás y la cámara mostró como su verga se ubicaba en posición para penetrarla, y como despacio la iba clavando. En ese momento la cámara dejó la conjunción de los cuerpos para mostrar el rostro de Clara en el espejo.
La expresión de lujuria y placer era imposible de describir. Cada golpe de riñones de su esposo era acompañado de un gemido de la hembra. Así siguieron un rato largo, hasta que ella llegó al climax, consiguiendo un orgasmo de campeonato. El se quedó quieto dejándola acabar y cuando terminó, como si fuera habitual, ella se dio vuelta, se arrodilló y volvió a engullir la herramienta de su esposo, que se veía larga y gruesa, más que la de el, a fuer de ser sincero, reconoció Carlos. En un par de minutos se notó que Raúl estaba listo. Ella sacó la verga de su boca y la masturbó con su mano hasta que el primer chorro brotó de la lanza y se introdujo en su boca. De inmediato ella la tragó entera nuevamente. Se veía en las imágenes como sus mejillas se hinchaban ante la gran cantidad de semen que estaba recibiendo. Cuando su marido hubo terminado, mirando a la cámara, simplemente se tragó todo lo que había recibido. Carlos estaba que se trepaba por las paredes. ¡Qué hembra! ¡ Que Hembra!. Rapidamente quitó el disco, lo guardó en su caja y se acostó tratando de tranquilizarse. Luego de un rato, cuando su excitación había bajado, subió a cubierta, tratando de seguir adelante como si nada hubiera visto.
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El video se iniciaba con la llegada de Raúl, la salida de su esposa y la visita de Eva. Luego se los veía a ambos en el living departiendo animadamente y a Raúl que subía la escalera. Una vez arriba ( y esto Eva no lo había visto) se dirigió al dormitorio principal. Allí se desnudó por completo y Eva pudo volver a ver ese macho en todo su esplendor, y se colocó la robe que usó. Su verga colgaba entre sus piernas y se sacudía libremente mientras completaba los preparativos. Luego fue a la sala de control y preparó los equipos. Se quedó un momento mirándola a ella sentada en el living y se acarició instintivamente su verga masturbándola un par de veces. “ Ni te imaginas lo que te espera, primor” le escuchó decir en voz alta. Luego salió. Se escuchó cuando el la llamaba para que subiera y pudo verse a sí misma subiendo la escalera. Una vez arriba ingresaron a la sala de control, y se vio sentada en la silla. Una cámara estratégicamente ubicada tomaba la escena desde atrás y arriba, con lo que se veía lo que pasaba entre ellos como también lo que mostraba la pantalla que estaba frente a ellos. Vio cuando el se le acercó por detrás y le apoyó su cuerpo. Vio como la acariciaba con total desparpajo simulando indiferencia, como le hablaba al oído mientras su mano se perdía en su entrepierna. Pudo ver cuando bajó el frente de su vestido para jugar con sus tetas, y sobre todo recordó el momento en que la silla giró y se encontró frente a la verga más monstruosa que había tenido nunca. Se vio a sí misma tratando de tragarla entera, y para cuando se vio arrodillada sobre la silla, ya había alcanzado su primer orgasmo. Luego de verlo completo, quedó mas excitada que cuando lo estaba haciendo de verdad. Pensó en el poder increíble de las imágenes, y con esfuerzo debió sacar el video y guardarlo. Tenía ganas de seguirlo viendo una y otra vez, pero su esposo llegaría en cualquier momento.
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Del otro lado de la calle, un auto importado ingresaba al garage. Raúl lo invitó a tomar algo antes de irse a su casa para festejar el día tan hermoso que habían pasado.
Carlos había conseguido superar su excitación pero realmente se sentía muy extraño. Nunca fue un obsesivo en mirar las mujeres de los demás, mas allá de alguna mirada a la pasada de aprobación cuando la hembra lo merecía. Pero lo que sentía en ese momento era algo desconocido para él.
Se ubicaron en el living y Raúl fue a buscar unos tragos. Por la ventana frente a él podía ver el parque de la casa y elevada una bañera de hidromasaje que completaba el espacio de recreación. Estaba allí mirando todo, cuando de pronto la cabeza de Clara emergió de la bañera. Quedó petrificado. A la cabeza le siguió el resto del cuerpo, totalmente desnudo y chorreando agua. Los vidrios espejados impedían que ella lo viera , pero el espectáculo que estaba brindando era enloquecedor. De inmediato su verga volvió a ponerse de piedra. Clara caminó con su andar felino ya tan conocido para él y se envolvió en un toallón ingresando a la casa por la puerta del parque.
- Perdón, no sabía que teníamos visitas, dijo sorprendida pero sonriente al verlo sentado en el living.
- Hola, si, tu esposo me invitó a tomar una copa, espero no incomodarte. Soy Carlos, el marido de Eva, dijo sin detenerse un segundo para tratar de recuperar la compostura y que no se notara su excitación.
- Hola Carlos, marido de Eva, mucho gusto y acercándose lo besó en la mejilla, si me perdonas voy a vestirme, le dijo y sin esperar respuesta subió la escalera. El toallón que le cubría hasta la mitad del muslo, comenzó a hacerse mas corto a medida que subía la escalera. Para cuando llegó arriba, prácticamente mostraba su hermoso culo por debajo de la prenda. Carlos se apretó la verga con ambas manos para evitar correrse, y luego cruzó sus piernas para tratar de domar la serpiente. Al momento entró Raúl trayendo unas cervezas que tomaron tranquilamente ( si alguien podía estar tranquilo en esta situación) . Clara bajó nuevamente, esta vez vestida correctamente con un equipo de gimnasia lila de primera marca, Raúl los presentó, y ella lo volvió a saludar, guiñándole un ojo con complicidad. Carlos le invitó que el próximo domingo por la mañana se llegara a su casa y repetirían la salida, El aceptó y quedaron en que desde allí saldrían. En ese momento Carlos agradeció las atenciones, saludó y se fue a su casa.
Entró y encontró a su esposa, semidesnuda, mirando una película en el dormitorio. Se acercó a besarla y ella le respondió con un beso húmedo que lo descontroló ( cosa fácil por el poco control que ya tenía). Cayó sobre ella y mientras la besaba terminó de desnudarla, mientras ella hacía lo propio con él. En minutos, había levantado sus piernas sobre sus hombros y la estaba clavando con desesperación. Fue penetrarla y que Eva comenzara a correrse, y eso lo llevó a él también a correrse de inmediato, pero muy lejos de lo que ocurría siempre, su verga no se ablandó. Por el contrario, estaba aún mas furiosa, así que poniéndola de costado volvió a penetrarla y pasaron un rato largo haciendo el amor. Mientras era bombeada incansablemente, Eva pensaba que Clara no estaba tan equivocada en cuanto al resultado que estos juegos de parejas tenían en la relación. Hacía años que su esposo no le echaba dos polvos sin sacarla. Nunca en los años de casados que llevaban luego del segundo orgasmo de su esposo se la tragó entera y la hizo crecer con su boca para luego dejarlo que se corriera allí mismo mientras ella se tragaba toda su leche.

A la mañana siguiente Eva podía jurar que había soñado todo. Pero el escozor en su vagina, las manchas en las sábanas y sobre todo el video que mantenía oculto le decía a las claras que todo era cierto. ¿ Qué habia pasado con su esposo para que se comportara de esa manera ? ¿ Qué había pasado con ella?

La Emboscada por pulga53 se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0

1 comentarios - La Emboscada (4ta. Parte)

mu_a2
MUY BUENO EL RELATO , GRACIAS POR COMPARTIR 😉 😉 😉 😉
La Emboscada ( 3ra. Parte) cortoshermanos