Mi ex-cuñada es una yegua tetona que siempre me voló la cabeza. Está divorciada y se le nota la calentura que tiene de años sin coger. Siempre viste de ejecutiva, ya que trabaja en un banco, usa trajes cortos ajustados que le marcan los pechos y tacones altísimos, está un poco gorda la muy puta, pero eso me calienta aún más.
Cada vez que nos visitaba –aún estaba casado con su hermana-, hablaba y bromeaba todo el tiempo con doble sentido y siempre con la idea fija del sexo en la cabeza. Ahora hace un año que ya no vivo con mi mujer y me he propuesto garcharla.
La idea que se me ocurrió es levantarla por medio del facebook, sé que lo usa porque siempre andaba comentando sus aventuras “virtuales”, la gorda es una pajera sin remedio.
Me hice una cuenta con el nombre de “macho adinerado”, porque sé que le calientan los tipos con guita. La invité a ser amigos y aceptó en el mismo instante de mil amores.
De entrada la empecé a cortejar y como conozco sus gustos fue fácil que cayera en mis redes rapidamente. Le insinué que me encantaría conocerla íntimamente y que me gustaban las mujeres de pechos grandes y entradas en carnes, me preguntó si estaba casado y que le ponían los machos comprometidos, era bastante lengua suelta la muy zorra. Día a día fuimos ganando en confianza hasta que un día llegué a proponerle un encuentro a ciegas en un hotel caro de la ciudad. Eso la deslumbró, el lujo la excitaba. Le dije que la ya había hecho la reserva en la suite presidencial y que sería hermoso que me esperara desnudita y a oscuras. Aceptó gustosa la puta tetona.
Al llegar al hotel, pedí mi llave en la recepción y entré sigilosamente en la habitación. Estaba todo en penumbras y la gorda estaba boca abajo completamente en pelotas salvo por los tacos aguja de yegua barata.
Me acerqué lentamente y le empecé a chupar el culo redondo y enorme que tenía, ella gemía y no decía nada. Estuve como media hora lamiendo ese orto hermoso, me volvía loco y cada vez le metía la lengua más hasta el fondo, sin mediar palabra la puse en cuatro patas y le metí la pija hasta el fondo del ojete lubricado y dilatado, gritó como una loba en celo. Bombeé como nunca, salvajemente mientras con mis manos le refregaba las tetas enormes que tenía, con violencia, le metía los dedos en la boca, y ella me los babeaba enteros. No pude aguantar mucho tiempo y en el momento de acabar, encendí la luz de la mesilla y acerqué mi cara para que la viera, mientras llenaba su orto de leche caliente y espesa, mientras le gemía al oído:- Mirá puta, mirá quién te está culeando…-. Su sorpresa fue monumental.
Al escuchar esto y verme, su cara se puso más roja aún y tuvo un orgasmo bestial chillando como una verdadera hija de puta. Estuve un rato con mi verga enterrada en su culo sin hablar.
Al cabo de unos minutos, me vestí y salí de la habitación sonriendo, imaginando el momento en el que ella, al dejar la suite, tuviera que pagarla y en cómo me odiaría hasta la muerte. A la noche la encontré en el facebook, y enseguida, al verme, me escribió: -Hijo de puta, eres un hijo de mil puta…!
Divertido, le contesté: - Si? pero bien que este hijo de puta te llenó el orto de leche, yegua…
- Le voy a contar a mi hermana lo cerdo que eres…
-Si? mirá que miedo…! jajajaja… y cómo le vas a explicar la reserva que hice en el hotel a nuestros nombres y que guardo con mucho cariño?
-Te odio cabrón…!
-Puta de mierda, me encantaron tus tetas gordas…tus pezones duros.
-¿Por qué no me lo dices a la cara, hijo de puta? Cobarde!
-¿Quiéres que te lo diga a la cara?
- No tienes huevos malparido…
- Ah no? ahora mismo voy a tu casa…yegua mamona.
Al llegar estaba con una bata y acababa de salir del baño, al verme me escupió en la cara. Eso me volvió loco, la hice arrodillar con violencia, le abrí la bata y agarrándola de los pelos le obligué a que me la mamara, hacía como que se resistía pero chupaba con ganas la tetona puta, se la metí hasta el fondo provocando arcadas a cada momento, en un ratito su boca estaba inundada de leche, antes de obligarla a tragarse todo, le babeé bien la boca, y le dije que a mí no me escupía nadie, luego apreté el cuello y le obligué a que se trague todo, todo… Riendo, me despedí. Quedó arrodillada en tetas y sollozando.
Al salir por la puerta me dijo: -Eres un hijo de puta pero me calientas como nadie.
(continuará…)
Cada vez que nos visitaba –aún estaba casado con su hermana-, hablaba y bromeaba todo el tiempo con doble sentido y siempre con la idea fija del sexo en la cabeza. Ahora hace un año que ya no vivo con mi mujer y me he propuesto garcharla.
La idea que se me ocurrió es levantarla por medio del facebook, sé que lo usa porque siempre andaba comentando sus aventuras “virtuales”, la gorda es una pajera sin remedio.
Me hice una cuenta con el nombre de “macho adinerado”, porque sé que le calientan los tipos con guita. La invité a ser amigos y aceptó en el mismo instante de mil amores.
De entrada la empecé a cortejar y como conozco sus gustos fue fácil que cayera en mis redes rapidamente. Le insinué que me encantaría conocerla íntimamente y que me gustaban las mujeres de pechos grandes y entradas en carnes, me preguntó si estaba casado y que le ponían los machos comprometidos, era bastante lengua suelta la muy zorra. Día a día fuimos ganando en confianza hasta que un día llegué a proponerle un encuentro a ciegas en un hotel caro de la ciudad. Eso la deslumbró, el lujo la excitaba. Le dije que la ya había hecho la reserva en la suite presidencial y que sería hermoso que me esperara desnudita y a oscuras. Aceptó gustosa la puta tetona.
Al llegar al hotel, pedí mi llave en la recepción y entré sigilosamente en la habitación. Estaba todo en penumbras y la gorda estaba boca abajo completamente en pelotas salvo por los tacos aguja de yegua barata.
Me acerqué lentamente y le empecé a chupar el culo redondo y enorme que tenía, ella gemía y no decía nada. Estuve como media hora lamiendo ese orto hermoso, me volvía loco y cada vez le metía la lengua más hasta el fondo, sin mediar palabra la puse en cuatro patas y le metí la pija hasta el fondo del ojete lubricado y dilatado, gritó como una loba en celo. Bombeé como nunca, salvajemente mientras con mis manos le refregaba las tetas enormes que tenía, con violencia, le metía los dedos en la boca, y ella me los babeaba enteros. No pude aguantar mucho tiempo y en el momento de acabar, encendí la luz de la mesilla y acerqué mi cara para que la viera, mientras llenaba su orto de leche caliente y espesa, mientras le gemía al oído:- Mirá puta, mirá quién te está culeando…-. Su sorpresa fue monumental.
Al escuchar esto y verme, su cara se puso más roja aún y tuvo un orgasmo bestial chillando como una verdadera hija de puta. Estuve un rato con mi verga enterrada en su culo sin hablar.
Al cabo de unos minutos, me vestí y salí de la habitación sonriendo, imaginando el momento en el que ella, al dejar la suite, tuviera que pagarla y en cómo me odiaría hasta la muerte. A la noche la encontré en el facebook, y enseguida, al verme, me escribió: -Hijo de puta, eres un hijo de mil puta…!
Divertido, le contesté: - Si? pero bien que este hijo de puta te llenó el orto de leche, yegua…
- Le voy a contar a mi hermana lo cerdo que eres…
-Si? mirá que miedo…! jajajaja… y cómo le vas a explicar la reserva que hice en el hotel a nuestros nombres y que guardo con mucho cariño?
-Te odio cabrón…!
-Puta de mierda, me encantaron tus tetas gordas…tus pezones duros.
-¿Por qué no me lo dices a la cara, hijo de puta? Cobarde!
-¿Quiéres que te lo diga a la cara?
- No tienes huevos malparido…
- Ah no? ahora mismo voy a tu casa…yegua mamona.
Al llegar estaba con una bata y acababa de salir del baño, al verme me escupió en la cara. Eso me volvió loco, la hice arrodillar con violencia, le abrí la bata y agarrándola de los pelos le obligué a que me la mamara, hacía como que se resistía pero chupaba con ganas la tetona puta, se la metí hasta el fondo provocando arcadas a cada momento, en un ratito su boca estaba inundada de leche, antes de obligarla a tragarse todo, le babeé bien la boca, y le dije que a mí no me escupía nadie, luego apreté el cuello y le obligué a que se trague todo, todo… Riendo, me despedí. Quedó arrodillada en tetas y sollozando.
Al salir por la puerta me dijo: -Eres un hijo de puta pero me calientas como nadie.
(continuará…)
10 comentarios - Mi ex-cuñada (Episodio 1)
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