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Frío Calor (1ra. parte)

Llevaba más de 20 años de casado, y el sexo con su esposa había ido perdiendo interés, especialmente por parte de ella.
Siempre era él quien buscaba tener relaciones, y su esposa, que con sus 45 años se mantenía muy bien, con sus tetas y culo bien firme y sus piernas largas y torneadas, jamás demostraba necesitarlas. Era una mujer muy delicada y daba la impresión de que el sexo era para ella algo sucio y que solo hacía por compromiso con su marido.
Generalmente, cuando el se despertaba buscaba su cuerpo y comenzaba a acariciarlo y la mayoría de las veces ella retiraba sus manos y le decía que estaba cansada y que la deje dormir. Algunas veces lo deja actuar y hacen el amor aunque ella no demuestra ningún interés. Muy de vez en cuando consigue que ella lo acaricie y participe.
Toda esta situación lo ponía muy tenso y muchas veces terminaban sin hablarse por todo el día.
Este relato comienza justamente uno de esos días.
Ricardo se despierta unos minutos antes que el despertador y comienza a acariciarla. Brigitte se queda quieta. Cuando avanza con sus caricias le dice que tiene que ir al baño, y al volver se queda en su lugar en la cama sin hacer ningún intento de acercarse. Una vez más el se levanta decepcionado, se baña y se va al trabajo, sin prácticamente dirigirse la palabra. Su horario era de 7 a 14 hs. de lunes a viernes y de 8 a 14 los sábados.
Unos días antes el refrigerador comenzó a funcionar mal, y el técnico lo revisó y les dijo que le faltaba gas y que había que cargarlo. Luego de insistir un rato conseguieron que viniera a casa a hacer ese trabajo ese día a media mañana.
Mientras estaba en el trabajo, recordó la visita del técnico y llamó a la casa para ver si había aparecido. Lo atendió su esposa y con sorpresa la notó alegre y distendida cosa que le sorpredió luego de lo ocurrido en la mañana.
- Querida, llegó el técnico?
- Si mi amor, está aquí trabajando
- bueno, mas tarde te llamo
- perfecto. y Cortó.
Se quedó sorprendido con el comportamiento de su esposa, pero pensó que disimulaba por la presencia de extraños y como estaba muy ocupado siguió trabajando.
Al rato suena el teléfono.
 - Hola
- Si, querido, estás ocupado?
 - Si, tengo bastante trabajo.
- ¿ A qué hora regresas?
- Hoy tengo hasta tarde porque tenemos una inspección en puerta, le dije.
- Bueno, no importa mas tarde hablamos así te cuento del refrigerador.
- ¿ Ya funciona?
- Si querido, hace diez minutos que terminaron el trabajo.
 - Estamos. Cuando sepa a que hora me voy te aviso
- Bueno mi amor, así preparo el almuerzo.
Esta segunda llamada comenzó a darle mala espina. Tuvo la idea de que Brigitte llamaba para asegurarse de donde estaba, y hasta que hora.
Ante esta situación, pidió permiso al jefe y salió del trabajo dirigiéndose a su casa, que no quedaba a más de 15 minutos.
Cuando llegó, vio la camioneta del service estacionada frente a su casa, lo que resultaba extraño porque según su querida esposa el trabajo había terminado hacía un rato.
En lugar de entrar por el frente, entró por el garage sin hacer ruido y se dirigió hasta la ventana del comedor de donde podía verse toda la casa. Y lo que vío, lo sacudió.
Su amada y fiel esposa, estaba sentada en el sillón del living, realizandole una fellatio de campeonato a un jovencito totalmente desnudo, mientras en otro sillón el técnico también sin ropa, miraba la escena y se masturbaba lentamente una verga de buenas dimensiones.
En ese momento, el técnico se levantó.
- Puta, vamos a tu cama que quiero clavarte donde lo hace tu maridito
- No, sigamos acá, dijo dejando de chupar el pirulín.
Sin mediar palabra, el técnico la tomo de los cabellos y la obligó a levantarse del sillón y a empujones la llevó al dormitorio.
- Te voy a enseñar quien manda. Si quieres verga tienes que ganártela.
Brigitte, a los tropezones fue hacia el dormitorio, seguida por sus dos compañeros, y Ricardo esperó que se perdieran en el pasillo para trasladarse desde la ventana del comedor a la del dormitorio para seguir la escena. En ese momento recordó su celular con cámara y se preparó para documentar lo que ocurriera. Llegó a la ventana y lo activó.
Entraron al dormitorio y los hombres se sentaron en la cama con sus vergas empinadas mientras su mujer se quedó de pie.
- Bueno, gatita, seguramente debes tener alguna ropa erótica para ponerte. Ahora nos vas a hacer un desfile íntimo.
- En realidad, no me gusta exhibirme así, dijo mi esposa
- Me parece que no entendiste que no se trata de lo que a tí te gusta, sino de lo que a nosotros nos caliente, le dijo el muchachito, mostrandose decidido.
Sin mas, su esposa se dirigió al placard y sacó un camisón de seda corto negro que usó en muy contadas ocasiones, y la tanga que completaba el juego. Iba a ponérsela cuando el técnico la interrumpio.
- No, la tanga no te la pongas, sólo el camisón, así será mas facil, dijo con una voz donde la lujuria era más que evidente y coincidía con el estado de su miembro.
Brigitte lo miró, sonrió, se desvistió entre los elogios de los machos y se puso el camisón que dejaba sus muslos al descubierto.
Así vestida, caminó por el dormitorio un par de veces, ante la atenta mirada de los hombres quienes comentaban lo bien que estaba , y como la iban a poseer.
- Ves Raulito, esta es toda una señora. Por eso siempre la tratan con cortesía. Pero me imagino que está aburrida de tanta cultura, así que hoy le vamos a dar un poco de cositas salvajes, mira como sus pezones se ponen duros de solo pensar en las vergas que se va a comer.
Luego, se acercó y se quedó de pie ante ellos, separando sus piernas. A contraluz podían observar todo su cuerpo y esto seguramente los excitó aún más, si era posible.
- Ahora putita te vas a arrodillar y me vas a chupar bien la pija. Y vos Raul ( ese era el nombre de su ayudante) te vas a quedar sentadito en la cómoda hasta que yo termine con ella. Después será toda tuya.
Raúl, sin decir nada, se levantó de la cama acariciándose la pija y se sentó en la cómoda para ver desde un lugar privilegiado lo que iba a ocurrir a continuación. Tenían el ayudante y el cornudo una visión excelente de la escena, y la situación además de enfurecer al esposo engañado lo excitaba mucho.
La mujer se arrodilló y tomando el miembro con las dos manos, se lo metió en la boca, para luego bajar una de sus manos y acariciarle las bolas que se veían grandes y duras. Mientras hacía esto lo miraba directamente a los ojos, lo que seguramente enloquecía más a su pareja.
El la dejó hacer un buen rato, y por fin, la tomó por los hombros, la hizo levantarse y la acostó en la cama. Abrió sus piernas y ubicándose en el medio, le bajó los breteles del camisón comenzando a comerle las tetas, el cuello y la boca, mostrando que la poseía completamente.
La hembra suspiraba y gemía, tratando de responder a sus caricias, como nunca respondía a las de su esposo, lo que lo enfureció, pero trató de controlarse para evitar que supieran que estaba observando.
El se separó un poco, tomó sus piernas y las puso sobre sus hombros, y apunto su verga.
- No, así no que me va a doler, alcanzó a decir la infiel, cuando de pronto quedó paralizada con la boca abierta. Ya era tarde. El animal la había metido la cabeza de su verga. Se apoyaba ahora solo en la punta de sus pies, y presionaba con todo su cuerpo sobre la yegua. Despacio el resto de la herramienta siguió el mismo camino. Solo sus huevos se veían colgar fuera del cuerpo de la mujer. El resto estaba bien guardado.
Brigitte trató de quejarse pero el con su mano le tapó la boca. Al fin, avanzó un poco sus piernas y comenzó a bombearla, al principio lentamente, haciendo que su verga saliera casi totalmente y luego con mas velocidad hasta que llegó a parecer un pistón endemoniado. En ese momento liberó la boca de su presa.
La infiel esposa, sacudida y doblegada por este trabajo, solo podía gritar y gemir ,mientras habría desmesuradamente sus ojos como pidiendo clemencia, pero esa no era la intención de su amante.
En ese momento, se hizo evidente que alcanzó el orgasmo. Se puso tensa y gritó de placer, para luego aflojarse como una muñeca de trapo.
Nada de esto hizo que el ritmo del depredador decreciera. Siguió con su furioso pistoneo, hasta que luego de que ella volviera a acabar, la sacó y se quedó mirándola fijamente, manteniendo su verga dura en la puerta de su cueva.
- Te gusto?, le pregunto con una sonrisa
- Si , lo disfruté mucho dijo ella mirándolo.
- Bueno, ya no aguanto mas así que ahora te voy a penetrar y me voy a correr dentro tuyo.
Como toda respuesta la tímida mujercita levantó su cabeza, lo besó, y buscando su verga, trató de empalarse nuevamente.
El, ante esta actitud, volvió a penetrarla por completo y luego de varios movimientos lentos pero que hicieron que su verga entrara y saliera totalmente, se adueñó de su boca y le enterró su herramienta con fuerza y comenzó a vaciarse.
- Toma puta, tomate toda la leche, y ella como respuesta le apretó sus huevos para que los vaciara totalmente. Cuando él sintió esto nuevamente capturó sus labios y la besó desesperadamente.
Luego de varios temblores, se quedó sobre ella aplastándola, totalmente flojo y satisfecho.
- Tu marido tiene mucha suerte de poder disfrutar todos los días de semejante hembra, dijo.
- Mi maridito no sabe lo que es disfrutar de una hembra como yo, le contestó sonriendo.
En ese momento, el macho recordó al joven que estaba esperando y se levantó.
- Es tu turno, pendejo.
Ella se corríó hacia un lado y el joven subió a la cama y se acostó de espalda, con su vara como un mástil.
Lentamente, Brigitte giró y comenzó a acariciar el pecho del joven mientras sus labios buscaban los de él. Los capturó y comenzó a meterle su lengua en la boca, para después, bajar por su cuello y llegar a su pecho, mientras su mano iba descendiendo sensualmente.
El joven, que evidentemente no tenía demasiada experiencia, se veía extasiado. Con los ojos cerrado se dejaba hacer, mientras su verga latía por la excitación.
Cuando su boca llegó a su ombligo, su mano encontró el aparato y comenzó a masturbarlo lentamente.
- ¿ te gusta? , le preguntó
- Si Sra. Me enloquece, contestó el joven sin abrir los ojos y respirando agitadamente.
- Que niño educado, te llama señora, dijo el técnico riéndose.
Ella lo miró y con un mohín de puta, comenzó a pasar su lengua por la verga del muchacho, el cual respiraba cada vez más agitado.
- Nena, si no te apuras se te va a ir en seco, le dijo el técnico.
La mujer comprendió que esto era cierto, y pasando una pierna por sobre el cuerpo del muchacho, se arrodilló sobre él, tomó la lanza y la apuntó a su sexo. Cuando estuvo dirigida, se dejó caer, empalándose hasta el fondo. Una vez allí, comenzó a besar al joven en la boca, mientras subía y bajaba.
El técnico miró un rato esta escena, y pude ver como su verga comenzó a latir nuevamente. Como para distraerse abrió un cajón de la mesita de luz y encontró un pote de crema.
Su rostro se iluminó y fue evidente como su pija se endureció.
- Vamos a darle un poco de emoción a este encuentro, dijo colocándose detrás de la mujercita.
Abrió el pote de crema y comenzó a untarle el culo, y a meterle primero un dedo, y luego dos. El marido tuvo un primer impulso de intervenir para evitar la sodomización. Su esposa nunca le había dejado tener sexo por allí, pero con esfuerzo consiguió dominarse. Ella se sorprendió y se dio vuelta a mirarlo, pero en ese momento el joven que estaba dentro de ella la agarró del cuello, y la tiró hacia abajo, mientras comenzó a bombear listo para vaciarse.
Ese minuto de distracción fue fatal. El técnico se acomodó de rodillas detrás de la hembra, y aprovechando la posición agachada que le habían obligado a tomar, le separó las nalgas y la cabeza de su verga entró lentamente.
- No¡¡ por allí no que me duele !!!!, pudo gritar liberándose del muchacho, pero ya era tarde. La cabeza estaba adentro.
La contracción involuntaria al sentirse penetrada por detrás, apuró al muchacho que en medio de alaridos la regó profusamente. Se nota que el semen caliente y la situación, la excitó en demasía porque también ella llegó al orgasmo, y mientras acababa, el técnico aprovechó para tomarla de los hombros y lentamente envainar su verga hasta el fondo en el culo de su clienta.
La arremetida la hizo caer hacia adelante aplastando al joven que boqueaba despues de alcanzar el orgasmo, y el técnico metido hasta los huevos comenzó a moverse dentro de ella, que gemía, mezcla de dolor y orgasmo, con los ojos cerrados.
La escena era muy caliente. El marido engañado se sorprendió excitado y conmocionado por la escena que veía y que nunca hubiera imaginado. Su mujercita, la dulce, delicada y contenida, estaba disfrutando una doble penetración en toda la regla, y para colmo lo disfrutaba.
El joven que había acabado, seguía mostrando un alto grado de excitación, mientras la mujer sacudida por su jinete le apretaba la verga con un vaivén enloquecedor. El jinete, ya saciada la primera calentura, se dedicaba a disfrutar del encuentro con penetraciones lentas y profundas que hacían gemir a la hembra con cada entrada y quejarse con cada salida.
- Puta, que apretadito que lo tienes, me apretas la verga como un guante, es el mejor culito que he probado en mi vida, decía el técnico mientras cabalgaba.
- Sigue, no te detengas, por favor, gemía Brigitte al borde del climax
y no podía durar mucho más. Unos minutos después el que la montaba vació sus huevos en su culo, y el muchacho que estaba debajo desesperado y loco de calentura, alcanzó otro orgasmo sin moverse, mientras permanecía dentro de ella.
El amasijo de cuerpos se quedó, al fin, quieto después de todo el despliegue.
Poco a poco fueron liberándose. Primero el técnico que lentamente se dirigió al comedor a buscar su ropa. Luego Brigitte que salió de la cama y se sentó en el borde, y por último el muchacho que rapidamente se dirigió también al comedor.
El cornudo dejó su puesto y se acercó a escuchar a los hombres
-  Te dije o no te dije que era una putarraca.
-  Tiene razón jefe, nunca lo hubiera creído.
-  Por suerte me lo contó el plomero. Parece que tiene debilidad por todos los que vienen a hacer algún trabajo a la casa, pero después no puedes acercarte más. Y además le gusta que la obliguen, la muy puta, cuando esta desesperada por que la maten a vergazos.
-  Y bueno, habrá que esperar, dijo el joven sonriente.
Brigitte entró en ese momento al comedor.
-  Cuando podemos repetir esto?, preguntó el técnico.
-  Nunca mas, y olvídense de lo que pasó, contestó, y ahora vamos que puede volver mi esposo en cualquier momento.
Los acompañó hasta la puerta y allí los despidió con toda normalidad.
Entró, volvió al dormitorio, acomodó el desorden y se fue al baño a sacarse seguramente el olor a semen que tenía en todo el cuerpo.
Su engañado esposo aprovechó el momento para irse. Realmente no sabía como reaccionar ante lo que había visto.
La muy puta había gozado como una salvaje. Como nunca gozaba con el. Y para colmo no era la primera vez como comentó el técnico a su ayudante. Pensó en el plomero y en todos los servicios que había concurrido a su casa en los últimos meses y se decía que no podía ser cierto. Su cabeza estaba a punto de estallar. Para colmo, estaba caliente como un horno, como si la mujer a la que habían empalado no fuera su esposa.
Volvió al trabajo, pero ya no pudo concentrarse. Su mujercita llamó un rato después para ver cuando volvía. Le costó trabajo mantener la calma, pero como su voz sonó extraña su mujer le preguntó que le pasaba y el atinó a decirle que eran problemas del trabajo. De a ratos cuando nadie estaba cerca, miraba la peli del celular, y al final de la jornada regresó a casa, pensando como hacer para averiguar lo que pasaba allí cuando el no estaba.. Pero esa es otra historia.

5 comentarios - Frío Calor (1ra. parte)

lamorbosa
Escribir un comentario... 😉
kep666
impresionante muy buen el relato!
mu_a2
TREMENDO EL RELATO GRACIAS 😉 😉 😉 😉
alliens66
MUY BUENO LOCO !!! TREMENDO !! GRACIAS PULGA