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Novela erótica: “La criada” [Capítulo VIII]

Diario de Sir Arthur Rumsfeld

Novela erótica: “La criada” [Capítulo VIII]


Los hechos que acontecieron luego de aquella noche en la biblioteca fueron los más memorables de toda mi existencia. Jo era mi crida, mi sirvienta y el ser quien apaciguaba mi eterno deseo sexual. Por las noches, le forzaba a cometer actos que ruborizaban su alma y la escandalizaban hasta erizar su bella piel de mujer. He hecho de su cuerpo mi más placentera voluntad, sirviéndome del abrigo de sus abrazos durante las noches y observándola como el retrato exótico que era por las tardes. Forjé su existencia a la perdición sexual, a una condena en donde mi lengua relamía su fisonomía y mis manos alcanzaban cada punto oculto que la hiciera estremecer y explotar en una ola violenta de orgasmos.
Lo hemos hecho en el cuarto de mi esposa, una vez ella fuera de la casa. Recuerdo el placer que me produjo al oír que se marcharía por unas noches en la cual sus relaciones sociales le llamaban diariamente. He corrompido una y otra vez su ser femenino mezclando su fragancia junto a la de mi esposa, he poseído a Jo en los salvajes jardines, escondiéndonos como dos adolescentes condenados a sufrir el irrefrenable deseo de nuestros ansiosos cuerpos, domados por el despertar del apetito sexual. Y cambio, le otorgaba las joyas de mi esposa. Ella se maravillaba con solo verlas y el fulgor de sus ojos me había confesado en más de una ocasión que era una mujer poseída por la codicia. Las joyas representaban más que su dignidad y es allí donde tomé provecho de la situación y me apoderé de su alma. Jo había firmado un pacto tácito con el diablo y debería afrontar las penas que le aguardarían por el resto de los días.”

Diario de Keeley Rumsfeld

"¿A dónde te has ido mi dulce Jo? Te extraño y ansío tu calidez fervientemente. ¿Se ha acabo nuestra historia de amor? Creí que aquellos besos, aquellos incesantes gemidos pronunciados a la luz de la luna significaban algo más que admiración carnal. ¿Cómo pude haberme enamorado de ti? He perdido mi más sutil arma. La de amenazarte y hacerte sentir mi esclava, pero desde hace un tiempo has creado un vacío en mi alma, que oscura y solitaria busca la compañía que me has otorgado en tus silencios, en tus alaridos de agonía sexual y tus demostraciones de afecto bajo el resplandor de las estrellas. ¿Cómo podría acusarte ahora si tengo miedo de perderte?
Te amo, y te detesto al mismo tiempo. Puedo perdonar que hayas robado las insignificantes joyas de mi madre, pero mi corazón es único y si lo maltratas jamás volverá a resplandecer como antes. No me quites lo que jamás podrás devolverme. Esperaré una noche más, solo una, y luego tomaré medidas drásticas, pero tu mi dulce amada, permanecerás en mi cama por siempre."

Diario de Aaron Rumsfeld

"Durante los últimos días me dediqué a contemplar los movimientos que describían los seres que habitan la morada. Mi padre lucía ausente, su mirada se perdía en una realidad que se cernía sobre sus ojos, hipnotizándolo y llevándolo a un mundo de fantasía del cual parecía no poder alejarse. Sus espejos observadores posados sobres sus cuencas emitían un brillo similar al de un cazador frente a su víctima. Regocijándose en silencio y pronunciando leves sonrisas de triunfo y satisfacción. Algo se traía entre manos…..
Mi hermana por otro lado, pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación, que había sido sellada herméticamente por sus sollozos nocturnos, que impedían a cualquier ser, la demostración afectiva de adentrarse en busca de razones que pudieran aplacar la tristeza de la jovencita. Algo estaba ocurriendo en este hogar, que paulatinamente iba revelando confesiones y los murmullos de los corredores se volvían más audibles.
Procuraré seguir en esta postura, en un rol de observador que pronto lo descubrirá todo. El misterio comienza por nuestro padre y su peculiar conducta."

Notas de Jo Sang Hwi

"El señor Arthur ha estado abusando de mí sin cortesías ni afectos. Añora mi cuerpo pero lo desprecia, por no ser este el de su frívola esposa, que jamás anonadará el corazón del señor tanto como los destellos de mi piel. Pobre Lucy, tan vacía, tan poco sensual y despojada de la divinidad femenina a la hora de encender a un hombre en las llamas de la desesperación. Seguiré interpretando este juego desde mi posición de sirvienta dulce, inocente y de pocas palabras. No obstante, muy pronto el señor Arthur se verá en problemas, ¿Qué ocurriría si su desquiciado hijo accede a llegar muy lejos con tal de poseerme?
Está familia lentamente se desintegrará y nadie podrá escapar al castigo que deparará la corrupción. Prontamente, ninguno de ellos se descubrirá en sus espejos, pues la mente humana, una vez dominada, es un peligro inminente, pues sus actos proceden desde un inconsciente que no se prohibirá de causar daños, daños irremediables."

Escrito por, TheEroticWriter.

Continuará

2 comentarios - Novela erótica: “La criada” [Capítulo VIII]

mu_a2
MUY BUENO GRACIAS 😉 😉 😉 😉
alliens66
EXCELENTE MATERIAL !!!
IMPRESIONANTE POST TE MANDASTE !!!
SEGUI ASI !!! FELICITACIONES !!!
GRACIAS POR COMPARTIR !!!

mujerfiesta