Estaba con unos amigos en la plaza cuando llega en novio de Julieta, acompañado con un amigo de él, Ignacio, un pibe simple, alto, "carilindo" y bien vestido (fuera de lo que se puede llamar "mi tipo" ).
Nos conocimos e intercambiamos facebooks. A partir de ahí fuimos tomando confianza por medio de Internet, hablábamos bastante y para ese entonces ya lo tenía agregado al msn, donde nuestras conversaciones fueron y son más intensas (en todo sentido de la palabra "intensas" ). Arreglamos para salir con los chicos todos juntos a un bar/pub, salimos, nos emborrachamos (mis amigos mucho más que yo), y a la hora de irnos Julieta se fue con el novio y los que quedábamos nos fuimos con Ignacio, que tenía auto, y como buen pibe que es nos alcanzó a todos hasta nuestras casas. La mía quedaba más lejos que todas las demás y me tuvo que dejar última. A la hora de bajarme del auto, iba a saludar a Nacho con un beso en la mejilla, cuando él desvió la cara para que nuestras bocas se encuentren. Me alejé.
-¿Qué hacés? ¡Tenés novia!
-Dejate llevar. -Me dijo acariciándome la mano que estaba sobre mi pierna. Se acercó y me dio uno de los besos más pasionales que me dieron alguna vez.
-Wow... -Dijo alejándose. -Quiero seguir... ¿Vos? -Me dijo con una mirada de picardía y perversión en la cara.
Me acerqué queriéndole dar un segundo beso, pero me agarró de la cintura frenándome. -No... Allá adentro quiero seguir... -Decía mientras me atraía hacia el acariciándome toda la cintura y la cadera llegando a mis muslos, haciéndome quedar arriba de él para sentir su erección en mi entrepierna, y subiéndome la temperatura salvajemente acariciando mi cola sin dejar de mirarnos a los ojos mutuamente.
-Vamos adentro. -Le dije.
Bajamos del auto y entramos a mi casa, le dije que se siente en el living.
-¿Algo para tomar querés? -Ofrecí.
-Lo que tengas.
Me dirigí hacia la cocina a abrir la heladera, y lo único que me quedaban eran botellas de Quilmes de mi cumpleaños anterior. Agarré una y cuando estaba por servir siento que Ignacio me agarra de la cintura, besándome la nuca y el cuello. Me dí vuelta y lo empecé a besar, me tocaba todo el cuerpo con sus manos, y sin dejar de besarme, se agachó un poco, me agarró de la parte de atrás de los muslos y me alzó sentándome en la mesada. Se alejó y se quedó mirándome por unos segundos.
-Sos hermosa... -Susurró.
-Vení. -Le dije deseándolo.
Vino hacia mí y empezó a darme besos en el cuello, luego comenzó a chupar mi lóbulo. Me desabrochó la camisa que llevaba puesta arriba de una musculosa, me sacó todo, incluyendo la ropa interior de arriba, y comenzó a besarme todo el pecho hasta llegar a mis senos, me chupó los pezones. Empecé a sentir su erección devuelta en mi entrepierna, cada vez aumentaba más, hasta un punto que pensé que ese pantalón iba a explotar. Eso me subió más la temperatura y comencé a excitarme. Continuó bajando sin dejar de besarme, me sacó la ropa interior de abajo, me subió la pollera y comenzó a tocarme toda mi zona vaginal de arriba a abajo, sin dejar de besarme, me sacó la pollera y fue bajando despacio, empezó a lamer, jugar y morder suavemente mi clítoris, por momentos iba más rápido, otros mas lentos, mientras me practicaba sexo oral introducía dos dedos en mi vagina a toda velocidad, yo gemía como nunca, Ignacio me estaba haciendo tocar le cielo con las manos. A los cinco minutos ya me había hecho llegar al orgasmo. Subió y comenzó a besarme acariciando toda mi espalda, bajé de la mesada y lo conducí hacia la habitación. Entró y se tiro boca arriba hacia la cama, al verlo, me saqué los zapatos, y me abalancé sobre el desabrochándole los pantalones, se los saqué junto al bóxer y empecé a tocarle el pene erecto y grande, subí rozándole mis senos en todo su torso subiéndole la remera, sentí como se le erizaba la piel. Le dí un beso y baje devuelta, comencé a lamer su pene de arriba abajo con la lengua, como si se tratara de un helado, lo metí en mi boca lo más que pude y escuché un suspiro profundo y prolongado. Seguí así, cada vez más rápido, lamiendo la punta y metiéndomelo todo en la boca, mientras cada tanto escuchaba un gemido y muchos suspiros de Nacho. Después de unos minutos acabó en mi boca y tragué todo el semen que pude. Se tomó unos segundos para recuperarse, me tomó de la cadera y me hizo cambiar de posición quedándome abajo de él. Comenzó metiéndome el pene de a poco, después cada vez más fuerte, por momentos iba a toda velocidad, en otros iba lento pero de una forma que hacía gozar, en otros se quedaba con el pene adentro de mi vagina moviéndose circularmente, como explorando toda mi cavidad. Comenzó a ir cada vez más fuerte y rápido, primero sacando todo su miembro y metiéndomelo devuelta, después normalmente, y al mismo tiempo estimulando mi clítoris con su mano. Yo gemía como si fuera que me estuvieran matando. Acabé por segunda vez, me recuperé mientras el seguía penetrándome lentamente; cambié de posición quedándome arriba de el otra vez, empecé a cabalgarlo y menearlo lentamente para que me sienta, me agarró de las caderas para frenarme y comenzó a darme cada vez mas rápido, sacó su pene y automáticamente me di cuenta de que iba a acabar, me lo llevé a la boca y me acabó por segunda vez en la cara, esta vez no solo en la boca. Devuelta tragué todo el semen que pude, me acosté al lado de el y me dí vuelta, el me abrazó en la cintura apoyándome todo su miembro todavía erecto en mi cola, comenzó como a masajearme con su pene y al mismo tiempo tocándome toda la vagina, me dí vuelta mirando al techo con las piernas abiertas y me empezó a masturbar con sus dedos y rozándome todo el clítoris, esta vez yo decía cosas como "¡Dame mas fuerte!, ¡Ay dale así mi amor!, ¡Tocame toda!" entre medio de gemidos y gritos, me hizo acabar por tercera vez, quedando abatida en la cama. Esta vez me abrazó y apoyó su cara en mi pecho. Nos quedamos dormidos después de unos de los mejores encuentros sexuales hasta ahora.
Nos conocimos e intercambiamos facebooks. A partir de ahí fuimos tomando confianza por medio de Internet, hablábamos bastante y para ese entonces ya lo tenía agregado al msn, donde nuestras conversaciones fueron y son más intensas (en todo sentido de la palabra "intensas" ). Arreglamos para salir con los chicos todos juntos a un bar/pub, salimos, nos emborrachamos (mis amigos mucho más que yo), y a la hora de irnos Julieta se fue con el novio y los que quedábamos nos fuimos con Ignacio, que tenía auto, y como buen pibe que es nos alcanzó a todos hasta nuestras casas. La mía quedaba más lejos que todas las demás y me tuvo que dejar última. A la hora de bajarme del auto, iba a saludar a Nacho con un beso en la mejilla, cuando él desvió la cara para que nuestras bocas se encuentren. Me alejé.
-¿Qué hacés? ¡Tenés novia!
-Dejate llevar. -Me dijo acariciándome la mano que estaba sobre mi pierna. Se acercó y me dio uno de los besos más pasionales que me dieron alguna vez.
-Wow... -Dijo alejándose. -Quiero seguir... ¿Vos? -Me dijo con una mirada de picardía y perversión en la cara.
Me acerqué queriéndole dar un segundo beso, pero me agarró de la cintura frenándome. -No... Allá adentro quiero seguir... -Decía mientras me atraía hacia el acariciándome toda la cintura y la cadera llegando a mis muslos, haciéndome quedar arriba de él para sentir su erección en mi entrepierna, y subiéndome la temperatura salvajemente acariciando mi cola sin dejar de mirarnos a los ojos mutuamente.
-Vamos adentro. -Le dije.
Bajamos del auto y entramos a mi casa, le dije que se siente en el living.
-¿Algo para tomar querés? -Ofrecí.
-Lo que tengas.
Me dirigí hacia la cocina a abrir la heladera, y lo único que me quedaban eran botellas de Quilmes de mi cumpleaños anterior. Agarré una y cuando estaba por servir siento que Ignacio me agarra de la cintura, besándome la nuca y el cuello. Me dí vuelta y lo empecé a besar, me tocaba todo el cuerpo con sus manos, y sin dejar de besarme, se agachó un poco, me agarró de la parte de atrás de los muslos y me alzó sentándome en la mesada. Se alejó y se quedó mirándome por unos segundos.
-Sos hermosa... -Susurró.
-Vení. -Le dije deseándolo.
Vino hacia mí y empezó a darme besos en el cuello, luego comenzó a chupar mi lóbulo. Me desabrochó la camisa que llevaba puesta arriba de una musculosa, me sacó todo, incluyendo la ropa interior de arriba, y comenzó a besarme todo el pecho hasta llegar a mis senos, me chupó los pezones. Empecé a sentir su erección devuelta en mi entrepierna, cada vez aumentaba más, hasta un punto que pensé que ese pantalón iba a explotar. Eso me subió más la temperatura y comencé a excitarme. Continuó bajando sin dejar de besarme, me sacó la ropa interior de abajo, me subió la pollera y comenzó a tocarme toda mi zona vaginal de arriba a abajo, sin dejar de besarme, me sacó la pollera y fue bajando despacio, empezó a lamer, jugar y morder suavemente mi clítoris, por momentos iba más rápido, otros mas lentos, mientras me practicaba sexo oral introducía dos dedos en mi vagina a toda velocidad, yo gemía como nunca, Ignacio me estaba haciendo tocar le cielo con las manos. A los cinco minutos ya me había hecho llegar al orgasmo. Subió y comenzó a besarme acariciando toda mi espalda, bajé de la mesada y lo conducí hacia la habitación. Entró y se tiro boca arriba hacia la cama, al verlo, me saqué los zapatos, y me abalancé sobre el desabrochándole los pantalones, se los saqué junto al bóxer y empecé a tocarle el pene erecto y grande, subí rozándole mis senos en todo su torso subiéndole la remera, sentí como se le erizaba la piel. Le dí un beso y baje devuelta, comencé a lamer su pene de arriba abajo con la lengua, como si se tratara de un helado, lo metí en mi boca lo más que pude y escuché un suspiro profundo y prolongado. Seguí así, cada vez más rápido, lamiendo la punta y metiéndomelo todo en la boca, mientras cada tanto escuchaba un gemido y muchos suspiros de Nacho. Después de unos minutos acabó en mi boca y tragué todo el semen que pude. Se tomó unos segundos para recuperarse, me tomó de la cadera y me hizo cambiar de posición quedándome abajo de él. Comenzó metiéndome el pene de a poco, después cada vez más fuerte, por momentos iba a toda velocidad, en otros iba lento pero de una forma que hacía gozar, en otros se quedaba con el pene adentro de mi vagina moviéndose circularmente, como explorando toda mi cavidad. Comenzó a ir cada vez más fuerte y rápido, primero sacando todo su miembro y metiéndomelo devuelta, después normalmente, y al mismo tiempo estimulando mi clítoris con su mano. Yo gemía como si fuera que me estuvieran matando. Acabé por segunda vez, me recuperé mientras el seguía penetrándome lentamente; cambié de posición quedándome arriba de el otra vez, empecé a cabalgarlo y menearlo lentamente para que me sienta, me agarró de las caderas para frenarme y comenzó a darme cada vez mas rápido, sacó su pene y automáticamente me di cuenta de que iba a acabar, me lo llevé a la boca y me acabó por segunda vez en la cara, esta vez no solo en la boca. Devuelta tragué todo el semen que pude, me acosté al lado de el y me dí vuelta, el me abrazó en la cintura apoyándome todo su miembro todavía erecto en mi cola, comenzó como a masajearme con su pene y al mismo tiempo tocándome toda la vagina, me dí vuelta mirando al techo con las piernas abiertas y me empezó a masturbar con sus dedos y rozándome todo el clítoris, esta vez yo decía cosas como "¡Dame mas fuerte!, ¡Ay dale así mi amor!, ¡Tocame toda!" entre medio de gemidos y gritos, me hizo acabar por tercera vez, quedando abatida en la cama. Esta vez me abrazó y apoyó su cara en mi pecho. Nos quedamos dormidos después de unos de los mejores encuentros sexuales hasta ahora.
2 comentarios - Encuentro Sexual