hoy les traigo un relato erotico, 🙂 espero que les guste ya que soy novato
COSAS DE CASA: castigada por malas notas
Era terrible, pavoroso... papá con la excusa de mis malas notas estaba intentando sodomizarme y esto era algo que no iba con mi manera de ser. Llevaba dos días sirviéndole el té a las siete de la tarde y después me trataba como su esclava sodomizándome a su antojo y manera. Ya no me follaba por el coño, sino solo por el culo, y empecé a no sentir placer, sino dolor. Me parecía injusto. No niego que me gustara follar con papá, porque ya lo habíamos hecho en múltiples ocasiones, pero así de esa manera y por imposición era algo que no comulgaba con mis ideas.
Me encerraba en mi cuarto y lejos de estudiar, cuando me ponía el liguero que me había comprado para consumar sus vicios, me daba por llorar. Cuando daban las siete de la tarde salía al salón a servirle el té y después se sucedía una monotonía sexual y una dominación que acababa ultrajándome. No sé cuanto tiempo podría aguantar todo esto. El tercer día, después de comer me recluí una vez más en mi encierro, antes de que mamá marchara a trabajar, para que se diera cuenta de mi firme convicción en estudiar para aprobar las asignaturas suspensas. Presumía que mamá ya lo sabía porque papá se lo habría contado, y ésta le había dejado hacer. Lo que mamá no sabía era lo que ocurría a partir de las siete de la tarde... me resultaba odioso no podérselo contar porque yo también me sentía culpable de ello.
Me puse el apretado liguero, la cofia y los brazaletes y me miré ante el espejo... sentí asco, me vi tan sucia y tan guarra que escupí en él, le di una patada y el espejo desapareció de mi vista cerrándose la puerta del armario violentamente. Me senté frente a la mesa de estudio y allí estaban los libros y los apuntes de las asignaturas suspensas esperando mi lectura. Una manera de olvidar durante un tiempo mi cabreo y mi malhumor, pero ¿podría conseguirlo? Mamá ya se había marchado al trabajo y Pablito salió pronto de casa después de comer con su inseparable balón de fútbol. La puerta de mi habitación se abrió, era papá, me dijo:
Jenny, putita... ¡Ohhhhhhhhhhh, que guapa y que sexy estás! ¡Déjame que te goce, putita!
Se acercó, me puso de pie y comenzó a frotarme el coño y el culo con cierta ansia, su boca se deshacía comiéndome las tetas y chupando mis pezones... le dije:
¡Papá! ¡Aún no son las siete!
Si, precisamente de eso quería hablarte. Hoy no habrá preparación de té, me ha llamado el director del colegio de Pablito para una entrevista hoy mismo.
Ahhhhhhhhh, ¿entonces podré estudiar toda la tarde?
Claro, hoy no habrá sesión sexual.
Acto seguido papá abandonó la habitación y me sentí muy aliviada ante esta noticia. Al poco oí como se marchaba. De verdad, me sentí muy aliviada. El hecho de dejar de padecer por un día la sodomía de papá me daba un poco de tregua y me permitía pensar de manera relajada cómo solucionar este problema. Después que papá se hubo marchado, al poco rato escuché la cerradura y como la puerta de casa se abría y cerraba. Oí pasos en el pasillo que se acercaban y algo que rebotaba en el suelo, la puerta de mi habitación se abrió y...
Ohhhhhh, Pablito ¡Qué alegría! –le dije abrazándome a él.
Pero... Ohhhhhhhhhh, Celi, mi Celi, ¡Que alegría verte! –nos abrazamos los tres.
¿Pero como es qué...?
Lo sabemos todo Jenny –contestó Pablito – sabemos que lo estás pasando mal. Te lo he notado en la cara estos últimos días. Se lo he comentado a Celia y hemos venido para ayudarte.
¡Qué buenos sois conmigo! - les dije abrazándolos de nuevo -, habéis tenido suerte de que papá hoy ha tenido que salir.
Sí, ya lo sé, a ver al director de mi colegio... esa entrevista la he provocado a propósito para poder hablar contigo. Cuéntanos, dinos en qué y cómo te podemos ayudar.
Pues resulta que, además del propio encierro en mi habitación todas las tardes para estudiar las asignaturas suspensas, a las siete de la tarde tengo que presentarme en el salón vestida con este liguero y servirle un té a papá, quien después de tomarlo se dedica a sodomizarme sexualmente...
¡Noooooooooooooooo! – dijo Celia asombradísima.
¿A sodomizarte sexualmente? Pero vamos a ver... ¿esto como puede ser? –preguntó Pablito muy perspicaz.
Sí Pablito... debo confesaros que he follado con papá... sí, no me pongáis esa cara, pero siempre ha sido de manera espontánea y dependiendo de las circunstancias y el momento, pero... así... de esta manera... no lo puedo soportar – dije rompiendo a llorar – no lo puedo soportar.
Celia y Pablito se abrazaron a mi besándome, entendiendo perfectamente el alcance de mis palabras. Así continuamos un tiempo, hasta que Pablito dijo secándome las lágrimas:
En ese caso lo que podemos hacer es presentarnos un poco antes de las siete y joderle a papá la fiestecita.
Sí –dije – pero aún estaría mejor que os presentarais después y nos pillarais en plena faena.
Síiiiiiiiiiiiiii, eso, jajaja –dijo Pablito riendo. ¡Qué pasada! Pillar a papá con la polla al aire y el culo al fresco, jajajajajaja.
Pablito estaba exultante de alegría ante semejante idea. Celia y Yo reímos también de ver a mi hermanito tan gozoso, jajajaja.
Venga Celia, vamos a darle una alegría a Jenny... tenemos toda la tarde para nosotros, jajaja... a ver hasta donde podemos llegar hoy.
Pablito de un salto se tumbó en la cama y se bajó los pantalones y los boxers y empezó a frotarse su enorme pollón, mientras nosotras lo mirábamos.
Venga Celia, desnúdate... mira que sexy esta Jenny con ese liguero... ¡A qué esperas!
Celia le hizo caso, se quedó solo en braguitas y empezó a frotarme el coño y a besarme con pasión –me echaba mucho de menos – yo la abracé y acaricie su culito pasando mis manos por él hasta llegar a su coñito y su clítoris. Pronto empezamos a sentirnos y a gemir nasalmente sin dejar de besarnos y tocarnos por todo. Yo también tenía muchas ganas de Celi, de mi Celi. Mis arrebatos sexuales y mi deseo hizo que tumbara a Celi en la cama al lado de Pablito, le abrí las piernas y empecé a comerle el coño y el clítoris de manera tan dulce que Celi se deshacía en gemidos y en placer, mientras masturbaba a mi hermanito que ya tenía la polla dura. Pablito, también extasiaba y sujetaba la cabeza de Celi para que se la comiera más, al menos hasta la mitad. Celia estaba recibiendo un dulce correctivo sexual que agradecía la pobre cuando sacaba la polla de Pablito de su boca para tomar aire. Mi hermanito, con los ojos entornados, jadeaba de gusto implorando de la boca de Celi más vicio en su polla, y Yo, gozando del coño de Celi y de la elasticidad de su clítoris, recibía gozosa sus primeros orgasmos en mi boca paladeándolos, lameteándole el coño una y otra vez. Y así estuvimos un buen rato.
Luego, cuando Celi se veía puta perdida por sentir la polla de mi hermanito en su coño, se la masajeé un rato y le comí su capullo, gozando de su dureza y calor. Monté a Celi sobre la polla de mi hermanito y la ayude a que lo cabalgase. Celi se sentía morir. Me puse en cuclillas sobre la cabeza de Pablito y empezó a comerme el coño con una destreza y velocidad que me retorcía de gusto. Así en cuclillas, frente a Celi que ya follaba a Pablito hasta casi la mitad de su polla, nos besamos tocándonos las tetas y pellizcándonos en los pezones. Mis efluvios acuosos rociaron la cara y la boca de Pablito que lo agradecía con sonidos guturales mientras no dejaba de comerme el coño y meter su lengua en él. Celia se corría al mismo tiempo destilando sobre la polla de Pabltio sus efluvios.
Estábamos gozando de toda la pasión de nuestros sentidos en plenitud y con una armonía que nos satisfacía plenamente a los tres. Parecíamos el trío perfecto que nunca se cansa de follar y de gozar. Le pedí a Celi que me dejará follarme a mi hermanito. Celi lo descabalgó, pero entonces Pablito dijo:
Espera Jenny, poneos mejor las dos de culo, como perras, y así os follo a las dos por detrás.
Nos pusimos, y Pablito me asestó un pollazo que descoyuntó mis sentidos. Vaya pollazo que me metió, y como tiraba el semental.
Así, así... que gusto... dame más Pablito... dame más
Y Pablito tiraba y tiraba sin freno rompiendo en vicio mis entrañas, mientras acariciaba el culito de Celi que tanto adoraba. Celi se mortificaba en placer jadeando y sudando. Y así estuvo Pablito, nuestro semental, intercambiando nuestros culos y nuestros coños, follándonos con frenesí toda la tarde, hasta que le vino... le venía, lo notábamos. Nos dimos la vuelta, abrimos nuestras bocas y sacando la lengua, como dos putas a su servicio, le rogamos su elixir, su leche... Pablito se corrió espasmódicamente mojando nuestras caras y nuestras bocas viciosas de él y de su leche, gritando y jadeando hasta enloquecer. Su polla recorrió nuestras caras lechosas y le chupamos la polla hasta limpiárlasela de semen, nos la disputábamos las dos por chuparla, era maravilloso.
Ahhhhhh, ¡Que placer! Quedamos los tres tumbados, abrazados y hermanados en el sexo y la pasión. Durante un breve espacio de tiempo nadie dijo nada, solo se escuchaban nuestros jadeos y la respiración alterada, disfrutando mentalmente del placer que acabábamos de gozar. Celia y Pablito fueron al servicio a higienizarse y se vistieron, luego lo hice yo para cuando volviera papá me encontrara en perfectas condiciones como si nada hubiera pasado. Y así quedamos con lo hablado anteriormente. Aunque tendríamos para planearlo todo este fin de semana porque papá y mamá marchaban al camping del tío Braulio, y yo podría disfrutar de un par de días de asueto, sin estudio y sin sodomizaciones.
Pablito y Celi se marcharon, no sin dedicarnos una efusiva y sensual despedida. Yo me reincorporé a mi mesa de estudio. Ya pasaban de las siete... ¿qué digo? eran casi las ocho, papá no tardaría en regresar. Al rato, papá regresó y pasó por mi habitación a verme. Me pilló estudiando, enfrascada en la lectura de mis apuntes y un libro de texto.
Muy bien Jenny, muy bien... veo que te lo estás tomando en serio, me gusta.
Yo no dije nada pero no dejaba de mirar de reojo... no me acababa de fiar de su frase.
Escucha Jenny... el hecho de que hoy no haya habido té, no quiere decir que otros días no los haya. Hoy hemos hecho un alto, y me lo voy a tomar de otra manera.
Se acercó y tomándome por los hombros me levantó y me tumbó en la cama, y adoptando un aire dulce y remolón pasando sus mano por todo mi cuerpo, me dijo:
Jenny, mi vida... no sabes lo que me gustas y lo que te deseo. No puedo vivir sin ti.
Me llama la atención que a tu edad aún no tengas novio. Estas muy buena ¿sabes?
No sé si es porque no quieres y lo que buscas es tener muchos amantes.
¿Tú follas mucho por ahí fuera?
¡Papá! Eso es cosa mía.
Dímelo Jenny por favor, necesito saberlo. Tú no sabes...
¿Has follado con dos hombres a la vez?
Pero papá...
Sí Jenny, yo lo sé. Tú has follado con dos machos. Y bien que te los has follado, puta.
Te han visto subir a casa con dos hombres, un día que yo no estaba.
Pero no te enfades Jenny, no te enfades. Cuéntamelo, ¿que pasó esa tarde?
Papá, se había sacado la polla del pantalón y sin dejar de frotarme el coño y de sobarme las tetas, me estaba pidiendo que lo follara hablando, contándole mis intimidades, y así lo preferí, antes de que me follara en mi coño personalmente. Se lo conté... se lo conté todo, exagerando en detalles.
sí papá, efectivamente fue una tarde que tú no estabas...
o fueron dos compañeros de universidad. En las clases me dedicaban miradas muy lascivas a mis escotes y mis minifaldas. La verdad es que uno de ellos me excitaba bastante, y me sentía muy puta y muy follada con sus miradas. Una tarde que yo ya sabía que tú no ibas a estar y que en casa no habría nadie... me los subí. Ya en el ascensor empezaron a meterme mano en el culo y en las tetas y a besarme lujuriosamente. Esto me puso muy cachonda, tanto que cuando entramos, ahí en el mismo pasillo, me desnudé quedándome solo con mis braguitas y desnudé al macho que más me gustaba de los dos. Al verme desnuda, se me abalanzaron los dos y empezaron a besarme sobándome el culo y las tetas como dos machos salidos.
o No sabes el gozo que sentí y lo cachonda que me puso todo aquello – papá cada vez se masturbaba con más frenesí escuchándome. Mientras el otro se desnudaba, me puse en cuclillas y cogiendo a mi macho de sus huevos, como una experta puta, pasé mi lengua por toda la longitud de su polla y me la comí entera, como una puta salida. Toda entera papá, toda entera... ¡Estaba buenísima! Papá sudaba deshaciéndose de gusto ante mis palabras, masturbándose cada vez más deprisa. – Sigue Jenny, sigue – me decía.
o Luego, tras haberle chupado la polla a mi macho durante un buen rato, cuando el otro ya se había desnudado, tumbé a mi macho en el suelo y me lo empecé a follar por el coño, mientras el otro que estaba de pie me ofreció su polla y se la chupé gozosa hasta los huevos. Que gozo papá, estaba tomando polla por el coño y por la boca a la vez. ¡Nunca había follado con dos hombres! ¡Qué vicio!
o Después me los traje hasta mi habitación, y aquí, en esta misma cama donde estamos tú y yo ahora, me siguieron follando, primero uno y luego el otro, sin dejar de darme placer. Sí, papá, una y otra vez. Me abrían de piernas, se turnaban, y en mi coño siempre había una polla ardiendo, tirando salvajemente. Yo gritaba como una puta en su poder, y cuanto más gritaba más cachondos y salvajes se ponían. Así me fueron follando toda la tarde hasta que mi macho derramó su leche untando todo mi pubis... al otro se la acabé chupando duramente hasta que se me corrió en mis tetas, Uffffffffffff, tu no sabes lo que se siente... calor en mi pubis y en mis tetas al mismo tiempo. Un vicio y un placer doble que me dejó exhausta y satisfecha.
o Después de lo que te he contado, y salido como estás, papá ¿Qué esperas para correrte? Cogí la polla de papá y me la metí toda en la boca y se la chupé, la succionándola hasta sus huevos y papá roto y vencido ante mis palabras y mi mamada, se corrió en mi boca y en mis tetas gorjeando sonidos ininteligibles morbósamente herido y deshecho ante mi relato.
Todo su Imperio Romano parecía rendido a mi poder, y seguramente mañana, sábado, gozaría de dos buenos días libres para follar a mi antojo y planear con Celi y mi hermanito, nuestras acciones futuras contra su sodomía.
Así, ese día, a la hora de la cena nos sentamos los cuatro a la mesa. Mi ánimo se sentía feliz y ese día me veía más habladora que otras veces. Pablito me miraba de reojo con una sonrisa de asentimiento al verme tan jocosa y habladora. Y en un momento dado, mamá habló en estos términos:
Jenny, me ha dicho papá que la preparación de tus asignaturas suspensas va muy bien. Me alegro mucho de ello.
Papá ha sabido aleccionarte y convencerte que eso es lo mejor para ti en estos momentos.
Gracias mamá, me lo estoy tomando en serio... muy en serio.
Muy bien Jenny, muy bien, no lo dudo, pero como yo no he estado presente, bien me gustaría ver como de serio te lo estás tomando. Alégrate por lo que te voy a decir.
Te hemos comprado una tienda de campaña y mañana te vendrás con papá y conmigo al camping del tío Braulio. Llévate tus libros y tus apuntes para seguir con tu preparación... llévate también el traje de baño y gozaras de unas bonitas playas que hay donde el camping del tío Braulio... ¡porque no todo va a ser estudiar!
Mi gesto de contrariedad fue más que absoluto, el de Pablito también, pero dadas las circunstancias procuramos disimularlo y asumirlo, la autoridad que ejercía mamá en sus palabras nos sobrecogía.
* ¿Qué ocurriría en el camping del tío Braulio? Nuevas sorpresas os esperan... no dejéis de leer el siguiente capítulo.
FIN.
comenten no cuesta ,mas que tiempo 😀 😀 😀 😀
COSAS DE CASA: castigada por malas notas
Era terrible, pavoroso... papá con la excusa de mis malas notas estaba intentando sodomizarme y esto era algo que no iba con mi manera de ser. Llevaba dos días sirviéndole el té a las siete de la tarde y después me trataba como su esclava sodomizándome a su antojo y manera. Ya no me follaba por el coño, sino solo por el culo, y empecé a no sentir placer, sino dolor. Me parecía injusto. No niego que me gustara follar con papá, porque ya lo habíamos hecho en múltiples ocasiones, pero así de esa manera y por imposición era algo que no comulgaba con mis ideas.
Me encerraba en mi cuarto y lejos de estudiar, cuando me ponía el liguero que me había comprado para consumar sus vicios, me daba por llorar. Cuando daban las siete de la tarde salía al salón a servirle el té y después se sucedía una monotonía sexual y una dominación que acababa ultrajándome. No sé cuanto tiempo podría aguantar todo esto. El tercer día, después de comer me recluí una vez más en mi encierro, antes de que mamá marchara a trabajar, para que se diera cuenta de mi firme convicción en estudiar para aprobar las asignaturas suspensas. Presumía que mamá ya lo sabía porque papá se lo habría contado, y ésta le había dejado hacer. Lo que mamá no sabía era lo que ocurría a partir de las siete de la tarde... me resultaba odioso no podérselo contar porque yo también me sentía culpable de ello.
Me puse el apretado liguero, la cofia y los brazaletes y me miré ante el espejo... sentí asco, me vi tan sucia y tan guarra que escupí en él, le di una patada y el espejo desapareció de mi vista cerrándose la puerta del armario violentamente. Me senté frente a la mesa de estudio y allí estaban los libros y los apuntes de las asignaturas suspensas esperando mi lectura. Una manera de olvidar durante un tiempo mi cabreo y mi malhumor, pero ¿podría conseguirlo? Mamá ya se había marchado al trabajo y Pablito salió pronto de casa después de comer con su inseparable balón de fútbol. La puerta de mi habitación se abrió, era papá, me dijo:
Jenny, putita... ¡Ohhhhhhhhhhh, que guapa y que sexy estás! ¡Déjame que te goce, putita!
Se acercó, me puso de pie y comenzó a frotarme el coño y el culo con cierta ansia, su boca se deshacía comiéndome las tetas y chupando mis pezones... le dije:
¡Papá! ¡Aún no son las siete!
Si, precisamente de eso quería hablarte. Hoy no habrá preparación de té, me ha llamado el director del colegio de Pablito para una entrevista hoy mismo.
Ahhhhhhhhh, ¿entonces podré estudiar toda la tarde?
Claro, hoy no habrá sesión sexual.
Acto seguido papá abandonó la habitación y me sentí muy aliviada ante esta noticia. Al poco oí como se marchaba. De verdad, me sentí muy aliviada. El hecho de dejar de padecer por un día la sodomía de papá me daba un poco de tregua y me permitía pensar de manera relajada cómo solucionar este problema. Después que papá se hubo marchado, al poco rato escuché la cerradura y como la puerta de casa se abría y cerraba. Oí pasos en el pasillo que se acercaban y algo que rebotaba en el suelo, la puerta de mi habitación se abrió y...
Ohhhhhh, Pablito ¡Qué alegría! –le dije abrazándome a él.
Pero... Ohhhhhhhhhh, Celi, mi Celi, ¡Que alegría verte! –nos abrazamos los tres.
¿Pero como es qué...?
Lo sabemos todo Jenny –contestó Pablito – sabemos que lo estás pasando mal. Te lo he notado en la cara estos últimos días. Se lo he comentado a Celia y hemos venido para ayudarte.
¡Qué buenos sois conmigo! - les dije abrazándolos de nuevo -, habéis tenido suerte de que papá hoy ha tenido que salir.
Sí, ya lo sé, a ver al director de mi colegio... esa entrevista la he provocado a propósito para poder hablar contigo. Cuéntanos, dinos en qué y cómo te podemos ayudar.
Pues resulta que, además del propio encierro en mi habitación todas las tardes para estudiar las asignaturas suspensas, a las siete de la tarde tengo que presentarme en el salón vestida con este liguero y servirle un té a papá, quien después de tomarlo se dedica a sodomizarme sexualmente...
¡Noooooooooooooooo! – dijo Celia asombradísima.
¿A sodomizarte sexualmente? Pero vamos a ver... ¿esto como puede ser? –preguntó Pablito muy perspicaz.
Sí Pablito... debo confesaros que he follado con papá... sí, no me pongáis esa cara, pero siempre ha sido de manera espontánea y dependiendo de las circunstancias y el momento, pero... así... de esta manera... no lo puedo soportar – dije rompiendo a llorar – no lo puedo soportar.
Celia y Pablito se abrazaron a mi besándome, entendiendo perfectamente el alcance de mis palabras. Así continuamos un tiempo, hasta que Pablito dijo secándome las lágrimas:
En ese caso lo que podemos hacer es presentarnos un poco antes de las siete y joderle a papá la fiestecita.
Sí –dije – pero aún estaría mejor que os presentarais después y nos pillarais en plena faena.
Síiiiiiiiiiiiiii, eso, jajaja –dijo Pablito riendo. ¡Qué pasada! Pillar a papá con la polla al aire y el culo al fresco, jajajajajaja.
Pablito estaba exultante de alegría ante semejante idea. Celia y Yo reímos también de ver a mi hermanito tan gozoso, jajajaja.
Venga Celia, vamos a darle una alegría a Jenny... tenemos toda la tarde para nosotros, jajaja... a ver hasta donde podemos llegar hoy.
Pablito de un salto se tumbó en la cama y se bajó los pantalones y los boxers y empezó a frotarse su enorme pollón, mientras nosotras lo mirábamos.
Venga Celia, desnúdate... mira que sexy esta Jenny con ese liguero... ¡A qué esperas!
Celia le hizo caso, se quedó solo en braguitas y empezó a frotarme el coño y a besarme con pasión –me echaba mucho de menos – yo la abracé y acaricie su culito pasando mis manos por él hasta llegar a su coñito y su clítoris. Pronto empezamos a sentirnos y a gemir nasalmente sin dejar de besarnos y tocarnos por todo. Yo también tenía muchas ganas de Celi, de mi Celi. Mis arrebatos sexuales y mi deseo hizo que tumbara a Celi en la cama al lado de Pablito, le abrí las piernas y empecé a comerle el coño y el clítoris de manera tan dulce que Celi se deshacía en gemidos y en placer, mientras masturbaba a mi hermanito que ya tenía la polla dura. Pablito, también extasiaba y sujetaba la cabeza de Celi para que se la comiera más, al menos hasta la mitad. Celia estaba recibiendo un dulce correctivo sexual que agradecía la pobre cuando sacaba la polla de Pablito de su boca para tomar aire. Mi hermanito, con los ojos entornados, jadeaba de gusto implorando de la boca de Celi más vicio en su polla, y Yo, gozando del coño de Celi y de la elasticidad de su clítoris, recibía gozosa sus primeros orgasmos en mi boca paladeándolos, lameteándole el coño una y otra vez. Y así estuvimos un buen rato.
Luego, cuando Celi se veía puta perdida por sentir la polla de mi hermanito en su coño, se la masajeé un rato y le comí su capullo, gozando de su dureza y calor. Monté a Celi sobre la polla de mi hermanito y la ayude a que lo cabalgase. Celi se sentía morir. Me puse en cuclillas sobre la cabeza de Pablito y empezó a comerme el coño con una destreza y velocidad que me retorcía de gusto. Así en cuclillas, frente a Celi que ya follaba a Pablito hasta casi la mitad de su polla, nos besamos tocándonos las tetas y pellizcándonos en los pezones. Mis efluvios acuosos rociaron la cara y la boca de Pablito que lo agradecía con sonidos guturales mientras no dejaba de comerme el coño y meter su lengua en él. Celia se corría al mismo tiempo destilando sobre la polla de Pabltio sus efluvios.
Estábamos gozando de toda la pasión de nuestros sentidos en plenitud y con una armonía que nos satisfacía plenamente a los tres. Parecíamos el trío perfecto que nunca se cansa de follar y de gozar. Le pedí a Celi que me dejará follarme a mi hermanito. Celi lo descabalgó, pero entonces Pablito dijo:
Espera Jenny, poneos mejor las dos de culo, como perras, y así os follo a las dos por detrás.
Nos pusimos, y Pablito me asestó un pollazo que descoyuntó mis sentidos. Vaya pollazo que me metió, y como tiraba el semental.
Así, así... que gusto... dame más Pablito... dame más
Y Pablito tiraba y tiraba sin freno rompiendo en vicio mis entrañas, mientras acariciaba el culito de Celi que tanto adoraba. Celi se mortificaba en placer jadeando y sudando. Y así estuvo Pablito, nuestro semental, intercambiando nuestros culos y nuestros coños, follándonos con frenesí toda la tarde, hasta que le vino... le venía, lo notábamos. Nos dimos la vuelta, abrimos nuestras bocas y sacando la lengua, como dos putas a su servicio, le rogamos su elixir, su leche... Pablito se corrió espasmódicamente mojando nuestras caras y nuestras bocas viciosas de él y de su leche, gritando y jadeando hasta enloquecer. Su polla recorrió nuestras caras lechosas y le chupamos la polla hasta limpiárlasela de semen, nos la disputábamos las dos por chuparla, era maravilloso.
Ahhhhhh, ¡Que placer! Quedamos los tres tumbados, abrazados y hermanados en el sexo y la pasión. Durante un breve espacio de tiempo nadie dijo nada, solo se escuchaban nuestros jadeos y la respiración alterada, disfrutando mentalmente del placer que acabábamos de gozar. Celia y Pablito fueron al servicio a higienizarse y se vistieron, luego lo hice yo para cuando volviera papá me encontrara en perfectas condiciones como si nada hubiera pasado. Y así quedamos con lo hablado anteriormente. Aunque tendríamos para planearlo todo este fin de semana porque papá y mamá marchaban al camping del tío Braulio, y yo podría disfrutar de un par de días de asueto, sin estudio y sin sodomizaciones.
Pablito y Celi se marcharon, no sin dedicarnos una efusiva y sensual despedida. Yo me reincorporé a mi mesa de estudio. Ya pasaban de las siete... ¿qué digo? eran casi las ocho, papá no tardaría en regresar. Al rato, papá regresó y pasó por mi habitación a verme. Me pilló estudiando, enfrascada en la lectura de mis apuntes y un libro de texto.
Muy bien Jenny, muy bien... veo que te lo estás tomando en serio, me gusta.
Yo no dije nada pero no dejaba de mirar de reojo... no me acababa de fiar de su frase.
Escucha Jenny... el hecho de que hoy no haya habido té, no quiere decir que otros días no los haya. Hoy hemos hecho un alto, y me lo voy a tomar de otra manera.
Se acercó y tomándome por los hombros me levantó y me tumbó en la cama, y adoptando un aire dulce y remolón pasando sus mano por todo mi cuerpo, me dijo:
Jenny, mi vida... no sabes lo que me gustas y lo que te deseo. No puedo vivir sin ti.
Me llama la atención que a tu edad aún no tengas novio. Estas muy buena ¿sabes?
No sé si es porque no quieres y lo que buscas es tener muchos amantes.
¿Tú follas mucho por ahí fuera?
¡Papá! Eso es cosa mía.
Dímelo Jenny por favor, necesito saberlo. Tú no sabes...
¿Has follado con dos hombres a la vez?
Pero papá...
Sí Jenny, yo lo sé. Tú has follado con dos machos. Y bien que te los has follado, puta.
Te han visto subir a casa con dos hombres, un día que yo no estaba.
Pero no te enfades Jenny, no te enfades. Cuéntamelo, ¿que pasó esa tarde?
Papá, se había sacado la polla del pantalón y sin dejar de frotarme el coño y de sobarme las tetas, me estaba pidiendo que lo follara hablando, contándole mis intimidades, y así lo preferí, antes de que me follara en mi coño personalmente. Se lo conté... se lo conté todo, exagerando en detalles.
sí papá, efectivamente fue una tarde que tú no estabas...
o fueron dos compañeros de universidad. En las clases me dedicaban miradas muy lascivas a mis escotes y mis minifaldas. La verdad es que uno de ellos me excitaba bastante, y me sentía muy puta y muy follada con sus miradas. Una tarde que yo ya sabía que tú no ibas a estar y que en casa no habría nadie... me los subí. Ya en el ascensor empezaron a meterme mano en el culo y en las tetas y a besarme lujuriosamente. Esto me puso muy cachonda, tanto que cuando entramos, ahí en el mismo pasillo, me desnudé quedándome solo con mis braguitas y desnudé al macho que más me gustaba de los dos. Al verme desnuda, se me abalanzaron los dos y empezaron a besarme sobándome el culo y las tetas como dos machos salidos.
o No sabes el gozo que sentí y lo cachonda que me puso todo aquello – papá cada vez se masturbaba con más frenesí escuchándome. Mientras el otro se desnudaba, me puse en cuclillas y cogiendo a mi macho de sus huevos, como una experta puta, pasé mi lengua por toda la longitud de su polla y me la comí entera, como una puta salida. Toda entera papá, toda entera... ¡Estaba buenísima! Papá sudaba deshaciéndose de gusto ante mis palabras, masturbándose cada vez más deprisa. – Sigue Jenny, sigue – me decía.
o Luego, tras haberle chupado la polla a mi macho durante un buen rato, cuando el otro ya se había desnudado, tumbé a mi macho en el suelo y me lo empecé a follar por el coño, mientras el otro que estaba de pie me ofreció su polla y se la chupé gozosa hasta los huevos. Que gozo papá, estaba tomando polla por el coño y por la boca a la vez. ¡Nunca había follado con dos hombres! ¡Qué vicio!
o Después me los traje hasta mi habitación, y aquí, en esta misma cama donde estamos tú y yo ahora, me siguieron follando, primero uno y luego el otro, sin dejar de darme placer. Sí, papá, una y otra vez. Me abrían de piernas, se turnaban, y en mi coño siempre había una polla ardiendo, tirando salvajemente. Yo gritaba como una puta en su poder, y cuanto más gritaba más cachondos y salvajes se ponían. Así me fueron follando toda la tarde hasta que mi macho derramó su leche untando todo mi pubis... al otro se la acabé chupando duramente hasta que se me corrió en mis tetas, Uffffffffffff, tu no sabes lo que se siente... calor en mi pubis y en mis tetas al mismo tiempo. Un vicio y un placer doble que me dejó exhausta y satisfecha.
o Después de lo que te he contado, y salido como estás, papá ¿Qué esperas para correrte? Cogí la polla de papá y me la metí toda en la boca y se la chupé, la succionándola hasta sus huevos y papá roto y vencido ante mis palabras y mi mamada, se corrió en mi boca y en mis tetas gorjeando sonidos ininteligibles morbósamente herido y deshecho ante mi relato.
Todo su Imperio Romano parecía rendido a mi poder, y seguramente mañana, sábado, gozaría de dos buenos días libres para follar a mi antojo y planear con Celi y mi hermanito, nuestras acciones futuras contra su sodomía.
Así, ese día, a la hora de la cena nos sentamos los cuatro a la mesa. Mi ánimo se sentía feliz y ese día me veía más habladora que otras veces. Pablito me miraba de reojo con una sonrisa de asentimiento al verme tan jocosa y habladora. Y en un momento dado, mamá habló en estos términos:
Jenny, me ha dicho papá que la preparación de tus asignaturas suspensas va muy bien. Me alegro mucho de ello.
Papá ha sabido aleccionarte y convencerte que eso es lo mejor para ti en estos momentos.
Gracias mamá, me lo estoy tomando en serio... muy en serio.
Muy bien Jenny, muy bien, no lo dudo, pero como yo no he estado presente, bien me gustaría ver como de serio te lo estás tomando. Alégrate por lo que te voy a decir.
Te hemos comprado una tienda de campaña y mañana te vendrás con papá y conmigo al camping del tío Braulio. Llévate tus libros y tus apuntes para seguir con tu preparación... llévate también el traje de baño y gozaras de unas bonitas playas que hay donde el camping del tío Braulio... ¡porque no todo va a ser estudiar!
Mi gesto de contrariedad fue más que absoluto, el de Pablito también, pero dadas las circunstancias procuramos disimularlo y asumirlo, la autoridad que ejercía mamá en sus palabras nos sobrecogía.
* ¿Qué ocurriría en el camping del tío Braulio? Nuevas sorpresas os esperan... no dejéis de leer el siguiente capítulo.
FIN.
comenten no cuesta ,mas que tiempo 😀 😀 😀 😀
5 comentarios - relatos eroticos
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